Capitulo 52
Actúe por instinto.
Me quede inmóvil.
Contuve la respiración.
Eche un brazo hacia atrás con todas mis fuerzas y milagrosamente golpee algo duro. El brazo que me sujetaba se aflojo; la tela cayo al suelo. Me limpie la boca con el dorso de la mano y tantee en sus bolsillos; una pistola resbalo entre mis dedos, pero conseguí sacarla y girarme a tiempo de esquivar un golpe en la cabeza.
Era un hombre alto, con la cabeza rapada, de penetrantes ojos grises casi transparentes. Había tatuajes de símbolos en su frente y en su cuello. Retrocedió un poco cuando le apunto con la pistola.
-¿Quién mierda eres? – masculle entre dientes. El hombre alzo las manos, se emborrono durante un segundo, pero volvió a enfocarse. Trague saliva, notando la boca ligeramente dormida.
Estaba furioso. Alguien intentaba hacerle daño a mi bebé y tan solo al pensar que hubiese sucedido si no hubiera reaccionado a tiempo... me entraba más rabia. Me mordí el labio y el arma se me hizo ligero en mis manos. Estaba más que dispuesto a llenarme de sangre por defender a mi bebé.
El hombre estaba farfullando algo con rapidez, en tono bajo y en ruso.
Le quite el seguro a la pistola. Sasuke me había enseñado lo suficiente como para manejarlo con soltura.
-Más te vale que aprendas rápido mi idioma, porque tengo ganas de dispararte – susurre.
-No te hare daño – dijo en un tono tranquilizador, pero sentía el peligro fluyendo entre nosotros -Solo tienes que venir conmigo. Solo unas horas. No te hare daño –
Pensé rápido.
"Seguro que no ha venido solo, seguro que hay como mínimo otro fuera esperando y entrara si oye disparos"
Trague saliva.
"Sasuke notara mi pánico por el lazo, tengo que hacer tiempo"
-¿Para qué? – no baje la pistola.
-Solo para hablar con el líder –
Es ahí donde entendí.
Querían usarme para presionar a Sasuke.
-Sasuke no va a negociar con nadie que me ataqué con cloroformo – dije en voz alta y el hombre dudo.
-Omega, vienes o matamos – dijo en voz baja, profunda. Temblé; apreté más la mano en la pistola.
-No tengo que obedecerte –
Él alzo una ceja.
-Fuera la pistola, omega – ordeno y mis piernas se tambalearon ligeramente.
"Mi bebé"
Plantee bien los pies en el suelo. Sujete mejor la pistola.
-No eres mi alf...- empecé a decir, pero un estruendo fuera de la puerta nos sobresalto a los dos; el hombre se llevo una mano en la parte trasera automáticamente y el gesto me resultaba tan familiar que note al principio las náuseas en el fondo de mi garganta. Oí un rugido desgarrador y profundo; Sasuke.
Dispare.
La sangre voló en todas las direcciones, el hombre cayo de espaldas como un saco de arena y el ruido tan fuerte me taladro los oídos. Sentí la pistola resbalar de mis manos y gemí involuntariamente y Sasuke hizo volar la puerta de una patada y acudió a mi como movido por un resorte.
-Naruto – me rodeo con los brazos y la calidez de su pecho era como un calmante, pero el torbellino de emociones todavía me mareaba. Parpadee, medio confuso. Gemí de nuevo y Sasuke gruño y me estrecho por la cintura, con más fuerza.
-Q-quería hacerle daño al bebé – acabe tartamudeando – No sé quién... intente –
-Sh – Sasuke inclino la cabeza para besarme en la mordida – Ahora todo está bien –
Asentí, pero no era capaz de decir nada.
-Está muerto – escuche decir a Sakura desde el otro lado de la habitación; ni siquiera la había visto entrar y Karin estaba a su lado – no te preocupes, Naruto, ya hemos matado a los de afuera. Está bien –
Sasuke dijo algo en voz baja al ver el pañuelo húmedo en el suelo.
-¿Qué es eso? –
Trague saliva.
-Cloroformo –
Sasuke lo aparto con un pie lejos de mí. Sakura se paso una mano por su pelo.
-¿Llego a drogarte? ¿Te encuentras bien? –
Sacudí la cabeza. Fue una mala idea; el universo tembló sobre mi propio eje durante unos segundos.
-Estas mareado. Siéntate – le oí decir a Karin, pero Sasuke ya me estaba llevando hacia la cama. Dejo que me sentara, pero me rodeo de nuevo con los brazos.
-Me puso el pañuelo en la cara – murmure, apoyando la cabeza con gratitud sobre el hombro de Sasuke – pero no respire. Conseguí quitármelo de encima –
Sakura frunció el ceño. Mas que sorprendida, parecía impresionada.
- ¿Te lo quitaste de encima? ¿A este saco de músculos? –
Me encogí de hombros.
-Quería hacerle daño a mi bebé – fue lo único que pude balbucear – me enfadé –
Sasuke me beso en la coronilla.
-Tengo que ir a ver si hay más – murmuro y ahora si que me invadió el pánico.
-No, no te vayas – hundí los dedos en su camisa, desesperado – quédate aquí –
Sakura suspiro.
-Karin y yo nos quedamos con él. Llamare a Kurenai, ve –
-No – repetí en voz alta y ambos me miraron – No, manda a alguien. ¿Por qué tienes que ir tu? –
Sasuke bajo la mirada. Me acaricio los hombros, tranquilizador.
-Tengo que ir – dijo con suavidad, separándose de mí y acercándose a una pequeña cómoda. Saco una pistola negra, gruesa y la cargo con calma – intentaron drogar a mi omega y a mi hijo. Tengo que matarlos –
Abrí la boca para seguir discutiendo, pero Sakura me corto antes de poder decir nada.
-Naruto – dijo con suavidad – déjalo ir. Es mas importante de lo que piensas –
Dude. Mire a Sasuke. Suspire.
-Está bien – murmure.
-Todo estará bien – dijo Sasuke mientras se inclinaba para besarme el cuello una última vez – No tardo –
Sakura y Karin me sacaron de la habitación en cuanto Sasuke se fue; fuera nos esperaba Kurenai que me sonrió con tranquilidad.
-¿Estás bien? – preguntó en voz baja y asentí.
-Estoy un poco mareado – admití y Sakura me miro el pulso en el cuello, con el ceño fruncido.
-Llama a más guardias – le dijo a Kurenai y se volvió hacia mi – intenta respirar hondo – me aconsejo, tocándome la frente – estas bien. Tendrías que haber respirado más de cuatro veces para que te hiciera daño –
-¿Y mi bebé? – pregunte a pesar de todo.
-Estará bien – aseguro – tendrías que bebértelo para hacerle daño al bebé y ni siquiera lo has respirado.
Cerré los ojos, luchando por creerle.
-¿A dónde ha ido Sasuke? ¿Quién ha sido, que quería? –
Karin suspiro.
-No lo sabemos – dijo en voz baja – pero, ya sabíamos que iban a intentar algo, pero no contaban de que estábamos preparados -
No supe que responder.
Sasuke apareció después de unas horas, con las mangas de la camisa empapadas de sangre.
-Sasuke – estire las manos hacia él y Sakura suspiro mientras él se apresuraba en estrecharme contra su pecho. Me acurruque contra él automáticamente, agradecido.
-No te preocupe, ya nadie más va a hacerte daño –
Fruncí el ceño.
-¿Qué has hecho? – pero él negó con la cabeza.
-Descansa –
Iba a preguntar de nuevo, pero una sensación extraña hormigueo en mi interior. Di un respingo, llevándome una mano al estómago. Nunca había sentido nada así. Podría ser malo. Podría significar que algo malo le pasaba a mi bebé y sin embargo...
Sasuke se quedo helado.
-¿Qué pasa? –
Respire hondo, negando con la cabeza.
-Es una sensación muy rara...- murmure.
-Naruto – Sakura se puso seria - ¿Te encuentras bien? –
-S-sí. Creo que el bebé se ha movido –
A Sasuke se le cayo la mandíbula.
-¿Se mueve? ¿El bebé se mueve? – su voz subió varios tonos.
-No estoy seguro – admití – pero creo... creo que si –
Sasuke puso su mano en mi estómago. Sakura y Karin se pusieron tensos.
No paso nada.
-Creo que me lo he imaginado – dije con inseguridad – no se preocupen –
-Puedo llamar a un médico – dijo Karin, pero negué con la cabeza.
No era nada. Había sido mi estómago o simplemente mi imaginación. A decir verdad, casi tenia la esperanza de que fuese eso, pero...
El hormigueo se repitió. Era extraño, como cuando me rugía el estómago de hambre.
-Naruto – los ojos de mi alfa se iluminaron – Se mueve. ¡El bebé se mueve! –
Fruncí el ceño.
-¿Lo has notado? – mi voz sonó sin fuerza; la verdad es que se me había olvidado como respirar. Carraspee -¿Lo notas? ¿Es el bebé? –
-Si – Sasuke trago saliva audiblemente, levantando la cabeza para mirarme – Esta aquí, se mueve –
Sasuke tenia los ojos casi demasiado brillantes, pero decidí no comentarlo en voz alta. Se inclino para besar mi estómago.
-Sabe que soy yo – dijo, casi embelesado.
-Sabe que estamos a salvo – lo corregí.
Sakura suspiro, con el alivio reflejándose en su bonito rostro.
-Bueno, es momento de dejarlos a solas –
Asentí.
Sakura tomo del brazo a Karin y salieron de la habitación.
-Sasuke – lo llame y el levanto la cabeza – Te amo –
El alfa se irguió para besarme en los labios, con ternura. A pesar de todo, su mano cálida seguía sobre mi vientre.
-Yo también te amo. Y al bebé – susurro. Empecé a luchar para contener las lágrimas.
-Dios. Se mueve. Esta ahí, Sasuke. Reconoce tu voz – murmure, con la voz espesa. Ahora si que mataría por él; haría todo lo posible para que estuviera bien.
Sasuke respiraba hondo.
-No puedo esperar a que nazcas – murmuro – quiero verte y abrazarte –
Sonreí.
-Pronto. Pronto estará en nuestros brazos -
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