Capitulo 47
Sasuke se quedo quieto unos segundos. Todavía me miraba con los ojos ligeramente vidriosos.
-Si – dijo en voz alta, con la voz hueca.
Note un escalofrió que me recorría la espina dorsal.
-Sasuke, estás en celo – susurre y él parpadeo.
-No. Todavía no. Pero muy pronto – murmuro. Le acaricie la mejilla; su piel ardía bajo mis dedos.
-Pero estas ardiendo –
Él meneo la cabeza.
-No es importante. Acabo de tomar...- se calló abruptamente.
-¿Qué tomaste? –
Intento alejarse de mi con cuidado, pero no le deje.
-Sasuke ¿Qué has tomado? –
Él parpadeo, haciendo una mueca.
-Una pastilla para que tarde más – sus ojos negros estaban ligeramente nublados y una de sus manos se instaló en mi cintura definitivamente y apretó, sus dedos finos hundiéndose en mi cadera.
-Sasuke – gimotee en voz baja y él cerro los ojos. Se inclino para besarme; sus movimientos eran rígidos, intentaba contenerse, pero no lo conseguía. Notaba cada uno de sus dedos hundidos en la carne de mis caderas, su otra mano enroscándose en una parte demasiado baja de mi espalda.
Suspire. Mis pulmones se llenaron de un olor a algo fresco, intenso, que me era difícil ignorar.
-No tendrías que estar en celo, Sasuke – murmure contra sus labios al ver que no hacia amago de dejarme ir - ¿Qué ha pasado? –
Él respiro hondo varias veces, como si tuviese que concentrarse profundamente solo para hablar.
-No lo se. Creo que fueron los nervios – acabo balbuceando, fruncí el ceño.
- ¿Nervios? ¿Por tu hermano? –
-Él no tiene nada que ver... es por ti –
- ¿Por mí? –
-Si, tengo miedo de perderte – murmuro – No quiero que te pase nada y si hay un bebé... Oh dios mío. Nunca tuve miedo hasta ahora – parecía mortificado y yo me derretí en ese instante.
-Sasu...-
-No puedo hacerlo – susurro él. Sus ojos brillaban peligrosamente por momentos, pero todavía conservaba un aire sobrio – Eres como una luz que alumbro mi oscuridad –
Trague saliva.
-Oh Sasuke – susurre y él hundió su rostro en mi hombro, respirando con dificultad – No me voy a ir a ninguna parte. No podría, aunque quisiera –
-No te hare daño. Prometo que no lo hare –
-Se que no lo harás – susurre – eres mi alfa –
Él tenso la mandíbula. Un ligero rumor en su pecho predecía un gruñido, pero no llego a emitirlo.
-Solo yo – aseguro – solo yo soy tu alfa –
-Solo tu –
Esas palabras fueron el detonante.
-Naruto – gimió cerca de mi oído. Sus manos me levantaron en el aire antes de que pudiera darme cuenta. El suelo desapareció debajo de mis pies y de repente tenía la espalda contra la pared, con el cuerpo cálido de Sasuke amoldándose al mío y presionándome contra la fría superficie. Contuve una exclamación, pero me recupere rápido; me sujete en sus hombros y enlace las piernas alrededor de sus caderas. Mi cuerpo entero estaba interesado en el tacto cálido y fuerte de su piel, pero sobre todo por la erección que se presionaba contra mi muslo; empecé a gemir en voz baja. Me separo de la pared solo para tumbarme en la cama, Sasuke olisqueaba mi cuello y revisaba la marca. Murmuraba algo para sí; no entendía ni una palabra, pero no hacía falta. Cada fibra de mi cuerpo lo entendía y respondía, mi respiración se hacía urgente y mis manos empezaban a buscar la piel ardiente de su espalda.
-Sasuke – susurre, junto al momento en el que me mordía el cuello y la corriente eléctrica se hacía definitivamente insoportable – Ah, dios, Sasuke –
-ora sei mio – Jadeo contra mi clavícula, sin apartarse de mi piel. Su voz sonaba ronca y profunda y sentí mi cuerpo entero estallando en llamas antes siquiera que continuase – Te necesito ahora. Te necesito rápido –
Asentí sin darme cuenta, con la boca entreabierta y mis ojos luchando por cerrarse sin permiso. Mi camisa fue rasgada y acabe levantando con cuidado las caderas para que me quitara los pantalones.
-Estoy aquí – intentaba de sonar suave, pero la urgencia raspaba mi voz. Sasuke deslizo una mano cálida por mi costado hasta llegar a mi ropa interior; lo rasgo rápidamente y observe la ropa destrozada en el suelo.
Sasuke se inclinó para besarme, lento y urgente y sus manos curiosas casi tiernas, cuando acaricio mis costillas, el costado, la clavícula...
Suspire y me deje hacer, devolviendo las caricias y gimiendo con satisfacción entre besos.
El alfa aprovecho para besar mi piel de mi pecho; un segundo después, un dolor leve y dulce indico que me estaba dejando una marca.
-Hueles tan bien – susurro antes de inclinarse para seguir marcando mi piel. Unos segundos después sus labios habían desaparecido de mi piel. Fruncí el ceño, busqué a Sasuke instintivamente, pero todavía estaba tumbado boca arriba y mis músculos estaban demasiado flojos como para moverme.
Ah. Ahí estaba. Sasuke estaba arrodillado entre mis piernas, separándolas sin dejar de murmurar. Solté el aire con brusquedad cuando decidió hundir el rostro entre mis piernas sin previo aviso.
-¡Sasuke! Podías haberme... vas a...- Giré la cabeza para ocultar el rostro en la almohada y gemí en voz baja; no tenía ni idea de qué hacer con el alfa en ese estado, de cómo debería responder, pero mi cuerpo ya lo sabía, ya estaba volviéndome cada vez más flácido y la humedad en mis piernas ya goteaba y Sasuke, los labios de Sasuke, la respiración rápida de Sasuke en la cara interna de mis muslos.
Gemí más alto, intenté ayudarlo levantando ligeramente las caderas, pero su mano me mantuvo presionado contra la cama. Sasuke parecía momentáneamente satisfecho con nuestras posiciones, con los labios pegados a mi piel y respirando hondo. Me aferre a su cabello intentando normalizar mi respiración, consciente de que mis jadeos erráticos acabarían haciendo que me desmaye pronto, pero el alfa decidió que era el momento para sustituir el tacto húmedo de sus labios por dos dedos en mi interior, entrando y saliendo con lentitud. Me mordí el labio inferior hasta que noté el sabor de la sangre; diminutas corrientes eléctricas empezaban a acumularse en el fondo de mi estómago.
-Oh – susurre, cerrando los ojos – Oh, Sasuke – respire despacio, con la boca entreabierta, intentando no seguir gimiendo.
-Ya estas preparado – lo oí balbucear.
Notaba el lubricante resbalar por mis piernas.
-Si – murmure – ah, puedes... puedes entrar –
Sasuke se alineo con la humedad entre sus piernas y empezó a empujar; la respiración se me corto con brusquedad; era demasiado grande, más de lo que recordaba, era más de lo que podía soportar y aun así lo quería, lo necesitaba, más adentro.
-Más, Sasuke – no tenía aliento – Mmm, no me acordaba de lo grande que era...-
Él bufo algo en italiano. No respiro hasta que no estuvo completamente dentro de mi y para entonces sentía que no podía respirar. Dolía ligeramente, pero no era suficiente, mi cuerpo exigía más.
Sasuke se apoyo con las manos para empezar a moverse. Sus gestos eran casi desesperados. A decir verdad, el alfa no estaba dispuesto a parar por nada del mundo; sus movimientos eran rápidos y sensuales, su respiración era profunda y sus ojos, que no se apartaban de mí, conservaban un brillo febril que no lo había abandonado.
Intente aferrarme a su espalda, pero él agarro mis manos y las puso encima de mi cabeza, con tanta fuerza que apenas podía moverme; solo tuve que aceptar sus caricias, sus empujes urgentes, gemir en voz alta. El placer era demasiado intenso, que se extendía por todo mi cuerpo.
-Sasuke – susurre con voz ronca. Él pareció volver en si por unos segundos y me soltó las manos, aturdido, pero me limite a aferrarme a su espalda, siguiendo el movimiento del vaivén.
El nudo se hincho, tomándonos desprevenidos. Sasuke gimoteo en voz alta, su cabeza cayendo hacia delante hasta apoyarse en mi hombro. Me quede rígido y se me escapo un grito ahogado; ahora sí que dolía, ahora sí que no podía respirar.
-Sasuke – murmure y él se puso en movimiento – Sasuke, no... no puedo –
-Espera – jadeo – espera –
Cerré los ojos al notar un líquido derramándose en mi interior, cálido y copiosa y me estremecí antes de arquearme entero y gemir mientras se liberaba.
-¿Estás bien? –
Asentí sin aliento.
-Ahora... eres completamente mío – Sasuke me mordió el cuello con fuerza. Ni siquiera tuve fuerza para protestar.
Perdí la conciencia durante uno segundos, boqueando con los ojos cerrados, mientras él lamia la herida que acababa de reabrir.
-Eres precioso – susurro al cabo de un rato, inspeccionando mi cuello – eres perfecto y eres mío –
Tragué saliva y cerré los ojos.
Me desperté de un sobresalto con un Sasuke casi inconsciente a mi lado.
Karin aporreaba la puerta. Hablaba en voz alta, pero no entendía de lo que decía.
Mi alfa gruñía a mi lado, apretando mi cintura.
-Sasuke – murmure – déjame ir, es Karin...-
Sasuke frunció el ceño.
-No vas a salir –
-Solo voy a hablar con Karin –
Él gruño.
-Naruto – le oí decir a Karin a través de la puerta – es muy importante. Por favor –
Suspire, pero acabe arrastrando a Sasuke fuera de la cama. Él se vistió a regañadientes, pero me paso una de sus propias sudaderas por mi cabeza, con una sonrisa satisfecha. Puse los ojos en blanco, pero me acurruqué dentro de la prenda con gusto.
Sasuke abrió la puerta con el ceño fruncido y un murmullo grave ligeramente amenazante.
Karin parecía acalorada. Al acercarme, me di cuenta de que había estado corriendo.
-Tienes que bajar. Es urgente –
-¿Qué pasa? –
-Hemos encontrado a Ino... y a Kurenai –
-¿Kurenai? – pregunto Sasuke -Kurenai... está muerta –
-O eso pensamos, se me olvido decirles que no habíamos encontrado el cuerpo de Kurenai –
-Son unos idiotas – Sasuke gruño. Apreté los dientes.
-¿Dónde están? –
-Ino esta encerrada con ella en una de las habitaciones del sótano –
-Entren y mátenla –
-Los hombres no se atreven –
-¿Por qué demonios no se atreven? – Sasuke pareció enfadarse de verdad - ¿Esta armada? –
-Dice que sí. No hemos entrado. Sasuke -dijo con rapidez al ver que abría la boca para seguir discutiendo- Ella tiene a Kurenai –
-¿Por qué Ino tiene un cadáver? – murmure y Karin trago saliva.
-Ella dice que Kurenai esta viva -
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