Capitulo 45
-Quiero decir que no podemos simplemente aparecer sin él. Van a hablar, se va a correr la voz e Itachi acabara oyéndolo –
Sakura asintió, masticando despacio.
Estábamos en una habitación privada de un restaurante; Sakura devoraba una cantidad de comida inconcebible mientras hablaba, deliberaba, trazaba hipótesis y planes y Sasuke parecía luchar contra si mismo.
-Yo me ocupo de Itachi. Puedo distraerlo, pero no voy a durar mucho. Tienes que conseguir que firmen en media hora, Sasuke –
Él se rasco la cabeza, pensativo.
-¿Media hora? –
Torcí el gesto.
-¿No te conocen? No hará falta presentaciones, ni...-
Él negó con la cabeza.
-No puedo firmar y despedirme, Naruto, es muy irrespetuoso –
-Entonces necesitamos más tiempo –
Sakura negó con la cabeza.
-Tengo mis métodos, pero Itachi no ha llegado tarde a un cierre de contrato en su vida. Y menos este –
Ladee la cabeza.
-¿Se llevan bien? –
Sasuke chasqueo la lengua.
-No – dijo en voz alta – al contrario, se llevan de lo peor –
-¿Por qué no? –
Sakura se encogió de hombros.
-Los Uchihas le hacen competencia en otros... campos – dijo, evasiva. Sasuke bajo la mirada y fruncí el ceño.
-¿En que tipo de campos? –
-Tráfico –
-Tráfico d...- no seguí. Apreté los labios – Entiendo –
Sakura pareció percibir la tensión ambiental que se había formado ya que bebió un largo trago de su copa.
Sasuke suspiro.
-Voy a acabar con el tráfico de omegas – dijo en voz baja y ella se atraganto. Tosió dos veces antes de poder hablar.
-¿Cómo? – pregunto, con los ojos abiertos de par en par. Me miro y lo miro a él de nuevo - ¿Hablas en serio? –
Sasuke asintió despacio y Sakura suspiro.
-Sabes que esa es una fuente de ingresos grande. No puedes romper fácilmente el contrato...-
-Cuando sea el líder – la interrumpió – Podre hacerlo. Ya hay contratos preparados –
-¿Contratos de qué? –
-No te lo diré –
Sakura me miro, todavía incrédula, pero lo dejo correr milagrosamente.
-Bueno – dijo con fingida jovialidad – Pues necesitamos que Itachi este entretenido más tiempo... Necesitamos algo lo suficientemente importante como para que se arriesgue a llegar tarde –
Contuve un bufido.
-El problema es que mi cuñado no tiene prioridades en el mismo orden que la mayoría de la gente – dije con amargura. Sakura sonrió y Sasuke me beso la sien. Sentía una de sus manos en mi espalda, impaciente y su tacto me hacía temblar.
-Sasuke – murmure, distraído, pero él no capto la indirecta.
-Naruto – respondió, en voz baja y quejumbrosa. Parecía un niño con el ceño fruncido y un mohín en sus labios perfectos y tuve que estirarme para besarlo en la mejilla.
-Eh... ¿Quieren dejar de actuar como tortolos enfrente de mí? Intentamos hacer un plan – mire a Sakura, que parecía ligeramente divertida más que enfadada.
Sasuke la ignoro.
-Ven – murmuro y me apresure a encaramarme en su regazo, buscando su calor automáticamente. El alfa me beso con ligereza sobre la mordida, haciéndome estremecer y hundió su nariz en mi hombro para respirar mi aroma. Sakura puso los ojos en blanco, pero no insistió.
-Ya sé que hacer – dijo Sakura de repente, sobresaltándonos a los dos. Sasuke frunció el ceño.
-¿El que? –
Ella negó con la cabeza. Se inclino hacia delante.
-No. Eso es cosa mía. Ustedes son encantadores, cierren el trato, lo firman y los meten en el avión privado antes de que Itachi pueda alcanzarlos. Esa es su parte ¿De acuerdo? Somos un equipo –
Tome aire.
-Somos un equipo –
-¿Falta mucho para llegar? –
-Naruto, no tienes que hacer esto. Te quedas en el coche con Kurenai y no te preocupes. Yo puedo hacerlo –
-Voy contigo – insistí y Sasuke suspiro.
-Tienes miedo –
-Si –
-Quédate, Naruto. No soporto que tengas miedo. No tienes que venir conmigo –
-Iré contigo. Se que no dejaras que me pase nada –
Sasuke parecía pensarlo, con el ceño fruncido y el labio inferior entre los dientes.
-No... no te quiero cerca de ellos. No te quiero cerca de otros alfas –
Tuve que contenerme para no poner los ojos en blanco.
-No me quieres cerca de nadie, Sasuke. Eres demasiado celoso –
-Me alegra que lo comprendas –
-Solo vamos a sonreír, ser amables y haremos que firmen el contrato –
-No me gusta ser amable – gruño él y sonreí.
-Vamos – me estire para besarlo en la mejilla y él se relajo despacio bajo mi tacto – Por favor. Solo tienes que fingir que te alegras de verlos. Sonreír. Darles la razón en todo – seguí besándolo hasta llegar a su mandíbula y Sasuke tembló ligeramente cuando me separé de él. Lo vi apretar los puños y sonrió.
-Ya hemos llegado – la voz de Kurenai arranco la burbuja invisible que habíamos creado – les suplico que no me ensucien el coche, me costo lavarlo... dios, simplemente bajen. Por favor –
Karin llevaba un esmoquin que tenia pinta de ser incomodo. Nos recibió en la sala de reuniones con una mueca nerviosa.
-¿Dónde está Itachi? – pregunto con el ceño fruncido, cuando nos vio llegar.
-No viene – dijo Sasuke mientras se sentaba a la cabeza de la mesa. Lo seguí, intentando no tropezar y me senté a su lado – Sakura esta con él -
-¿Sakura? – la beta palideció - ¿La dejaron sola con él? –
-Ya, Karin. Siéntate – el malhumor de Sasuke crecía a cada segundo, y yo empezaba a ponerme nervioso. Karin lo miro, todavía con una mueca escandalizada, pero no se atrevió a decir nada más.
Los japoneses iban pulcramente vestidos con trajes color rojos a uno lo logre reconocer. Era el mismo tipo que me tope en el balcón, su cabello rojo y sus ojos verdes se encontraron con los míos; esbozo una sonrisa de dientes perfectos antes de estrechar la mano de Sasuke y besar la mía. Me esforcé en sonreír a través del enfado que latía en Sasuke como ondas de radio.
Me senté en la izquierda de Sasuke. Karin a mi derecha, prestando atención en lo que decían, lo bueno que ellos hablaban japonés así que no había nada que traducir.
-¿Dónde está Itachi? – pregunto el pelirrojo. Sasuke respondió con una sonrisa fingida.
-Está ocupado –
La reunión avanzo con rapidez.
-Dejare el tráfico de omegas – dijo Sasuke de la nada, haciendo que los dos alzaran las cejas con desconfianza.
-¿Por qué? –
-Porque mi Omega me lo pide – respondió algo brusco. Baje la mirada luchando para no parecer alterado.
-Un líder fuerte mira por su negocio, no por los deseos de su omega – gruño el más alto y Sasuke torció el gesto. Carraspee.
-Lo mejor para este negocio es contar con un aliado como usted – respondí. Sasuke me miro sorprendido.
Mi respuesta les gusto; uno de los hombres sonrió mostrando una hilera de dientes dorados y el pelirrojo que estaba sentado a su derecha, inclino la cabeza, con una expresión impenetrable.
Murmuraron algo entre ellos.
-Sera un honor tener un aliado Uchiha, si no fuera por ciertos... aspectos –
Sasuke se reclino ligeramente en la silla.
-"quella questione sara risolta presto" (ese asunto se resolverá pronto) – dijo con voz grave y mire a Karin. No conseguí entenderlo, pero la respuesta los hizo asentir; pero Gaara como solía llamarse esbozo una sonrisa.
-¿Qué opina el omega? – pregunto con voz profunda. Sasuke se tensó entero a mi lado; lo mire, inseguro que hacer.
-¿Lo que yo opino? – mire a Karin, que me devolvió una sonrisa alentadora. Busque en mi mente con desesperación una respuesta inteligente.
-Los Uchihas saben escoger a sus aliados, o de lo contrario no habría llegado hasta aquí – acabe diciendo, esforzándome por hablar con claridad – Tengo fe en ella. Y personas inteligentes como ustedes también lo harán – me quede sin aire en cuanto deje de hablar, pero lo disimule.
Gaara soltó una carcajada. Sentí el sudor frio resbalar por mi nuca.
-Tenemos un trato – dijo el hombre de dientes dorados abrió los brazos con una sonrisa muy poco cálida. A mi lado, Sasuke respiro hondo – Firmemos eso. Me gusta este omega. No lo vendas –
-¿Por qué dijiste eso? –
-¿Hm? – Estábamos ya en el coche, con la tensión residual todavía en el cuerpo y las manos entrelazadas.
-Dijiste que lo mejor es tener socios como ellos, que son inteligentes ¿Por qué lo dijiste? –
Me encogí de hombros.
-Son la clase de personas a las que hay que alabar – murmure. Él se inclino hacia atrás.
-¿Cómo sabes?
-Lo he visto. Antes cuando trabajaba en un bar, alababa a un cliente y me dejaba propina –
Sasuke sonrió.
-Eres muy inteligente – dijo en voz baja y me sonroje.
-No. Es que si necesitaba las propinas – dije, pero él negó con la cabeza. Me estire para besarlo lento y dulce.
-Estoy orgulloso de ti – dijo en voz baja, sin dejar de sonreír.
-Ha salido bien – respondí con una sonrisa y él asintió – vas a hacer el líder –
-Y tu... estarás a mi lado con nuestro hijo, para siempre – Sasuke me mordió la piel marcada con ligereza haciéndome estremecer – Eres mío –
-Sasuke – susurro Kurenai, desde el asiento del piloto – "cosa facciamo?" (¿Qué hacemos?)–
El no respondió. Me incline hacia delante.
-¿Qué p...? – no pude terminar la pregunta ya que pude mirar por la ventana lo que sucedía. Itachi estaba en la puerta, con Sakura a su lado y Karin. Ninguna de sus expresiones auguraba buenas noticias.
Me quede helado. Pero eso no fue lo peor; lo peor fue que Sasuke se estiro para quitarse el cinturón en cuanto vio la escena.
-¿A dónde vas? –
-Tengo que hablar con él –
-Sasuke – lo detuve, notando la ansiedad crecer en mi pecho. Él se giro para mirarme.
-Quédate aquí – dijo en voz baja – voy a arreglarlo ¿Si? Tranquilo. No pasara nada –
-Si no pasa nada ¿Por qué no quieres que baje? –
-Es mi hermano –
-Tu eres mi alfa. Este problema es de los dos, Sasuke –
Él sacudió la cabeza.
-No te quiero cerca de él –
-Pero...-
-No, Naruto. No te quiero cerca de mi hermano – abrió la puerta del coche, pero lo detuve.
-Espera – negué con la cabeza – no, espera. Espera un segundo –
-Naruto – debió notar mi miedo, porque sus manos me acariciaron los hombros – No puedes hacer nada. No puedes hacer un escándalo. No te preocupes –
Trague saliva. Las lágrimas se agolpaban en mis ojos, amenazando con desbordarse; no solté su mano.
-Tengo miedo – admití en voz alta. Él me beso en la frente, suspirando.
-Se acabará pronto – prometió – Te amo – salió del auto sin dejar que contestara.
-Tranquilo – susurro Kurenai, pero ella no parecía serena en absoluto.
-Baja, Kurenai – dije en voz alta – eres su guardaespaldas, ve a protegerlo –
-No me ha ordenado nada –
-Te lo estoy ordenando yo. Baja –
Kurenai titubeo, pero acabo quitándose el cinturón de seguridad.
-No salgas. Cierras las puertas desde adentro en cuanto salga – ordeno.
Asentí con rapidez y la observé salir con el corazón en un puño. Me pegue de nuevo en el cristal oscurecido y trate de respirar con normalidad. Itachi no parecía nervioso en absoluto; Sasuke estaba de espaldas y no podía ver su expresión. La única pista era el enfado en sus movimientos bruscos, sus manos señalando a su hermano casi con amenaza.
No podía salir. No podía salir.
La presión en mi pecho empezaba a ser insoportable. Había sido mi culpa, había sido mi idea, había sido mi responsabilidad.
Sali del coche sin sentir las piernas. Los latidos de mi propio corazón me resonaban en los oídos. Los ojos de Sasuke se tornaron color carmesí al verme.
-Entra – susurro.
Negué con la cabeza. Me costaba moverme, como en un sueño.
-Dime que está pasando –
-Naruto – Kurenai y Sakura hablaron a la vez, pero solo continuo ella – Entra en el coche. Ahora –
-"Vedo che tutti lo proteggono" (Veo que todos lo protegen) – hablo Itachi con voz profunda.
"No me das miedo. No me das miedo, no me das miedo"
-Quiero saber que pasa – intentaba sonar firme, pero mi voz gastada no ayudaba.
-"e finita, Kurenai "(se acabó, Kurenai) –
Kurenai clavo la mirada en el suelo. No me moví. Sasuke observo a su hermano como a un volcán a punto de entrar en erupción; con cuidado, me empujo hasta dejarme a sus espaldas.
-Kurenai – repitió Itachi, una octava más alto, pero ella no se dio por aludida – Uccidilo (Mátalo) –
Sasuke hizo un movimiento extraño. Tarde unas decimas de segundo en darme cuenta de que sacaba una pistola.
-Sasuke – murmure – Sasuke ¿Qué estas haciendo? –
-Giuro su Dio che ti ammazzo (Juro por dios que voy a matarte) – hablo entre dientes, pero su voz nunca había sonado tan grave. Ni siquiera parecía él-
-Sei un traditore, non appartieni piu alla famiglia Uchiha (eres un traidor, ya no perteneces a la familia Uchiha) –
-Vedremo a riguardo (Eso ya lo veremos) –
-Que está pasando – note mis propias lagrimas rodar por mis mejillas, pero no podía moverme. Lo único que veía era la espalda de Sasuke – que está pasando –
Un disparo corto el aire. Gire la cabeza con brusquedad, para ver a Ino en el umbral de la puerta, con los pantalones del uniforme ensangrentados. Sostenía una pistola larga y humeante entre dos manos pálidas e increíblemente temblorosas.
-Sasuke – murmure con ansiedad. Puse una mano ente sus omoplatos y él se estremeció – Sasuke, estas bien, mírame, dime que estas bien, Sasuke, por favor –
Un segundo disparo; Kurenai se abalanzo sobre mí y me tiró al suelo, protegiéndome con su cuerpo y evitando que pudiese ver. Sentí un dardo de pánico atravesarme el pecho, tan doloroso que se me nublo la vista.
-¡Sasuke! ¡SASUKE! -
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