Capitulo 44
Decidí darme un baño; después de años duchándome con agua helada, era imposible meterme en una bañera de agua caliente y perfumada y seguir preocupado por algo. Eche la cabeza hacia atrás y suspire. A pesar de la enorme caja de lencería que había podido ver cualquiera, no me creía capaz de enfadarme con Sasuke; cada célula de mi cuerpo lo echaba de menos en cuanto me alejaba dos pasos de él. Saque las manos del agua en forma experimental; observe la espuma que quedó entre mis dedos durante unos segundos antes de hundirlas de nuevo, huyendo del aire frio. La bañera era enorme; Sasuke cabria perfectamente y ni siquiera estaríamos apretados. Quizá podría llamarlo, quiero llamarlo, seguro que querrá meterse en esta burbuja de paz conmigo.
Ya estaba tomando aire para llamarlo cuando me detuve. Un pensamiento surgió en mi mente ¿No utilizamos protección? No me tome las pastillas...
-Mierda –
Salí del baño rápidamente con la bata ya puesta. Me sorprendí de que Sasuke seguía enfrente de la puerta, con los brazos cruzados.
-Sigues preocupado –
Cerré los ojos.
-Sasuke... no utilizamos protección – me pase una mano por la frente – Y tu hermano... todavía no ha hecho nada y si no ha hecho nada es porque lo esta planeando y si lo esta planeando es porque va a ser algo grande. Y has comprado una cantidad inhumana de lencería y ahora lo más seguro es que lo sabe todo el personal del hotel – acabe mi lamento sintiéndome un poco mejor, pero Sasuke no reacciono, intuyendo que quería seguir hablando – Y no se... no sé qué hacer... no sé qué va a cambiar, no se que voy a hacer si estoy... embarazado –
-Tranquilo, no pasa nada –
-Si pasa – ahora si que me maree; Sasuke me sostuvo – si pasa, Sasuke, podría estar en estado. Podría... ay dios mío – solo al imaginarme que podría tener un bebé en tiempo de guerra, me hizo temblar.
-¿No quieres tener un bebé? – pregunto con suavidad. Apreté mis puños en su camiseta; lo intente de nuevo.
-Claro que quiero bebés, pero no ahora. Soy muy joven todavía y acabas de marcarme y...- habría empezado a hiperventilar sin la dulce presión de los labios de Sasuke en mi mejilla – Este no es el momento de tener un hijo –
-Es buen momento para tener un hijo – dijo él, ladeando la cabeza. Cerré los ojos – Cuando mi hermano muera, voy a heredar su poder y necesitamos a un heredero que tome mi lugar –
-No voy a tener hijos para cubrir cupos laborales, Sasuke – dije con acidez y él pareció comprender que había un problema por primera vez.
- No. Vamos a tener hijos porque queremos. Pensé que querías – murmuro. Alce los brazos, exasperado.
-Claro que quiero, pero no ahora –
-¿Cuándo? –
-Cuando estemos preparados –
Sasuke sonrió.
-Nunca estas preparado para tener un hijo. Aprendes con él –
-No... no sé, Sasuke –
-Es muy pronto – dijo al final – no te preocupes –
-¿Ahora no me preocupo? ¿Y que hacemos en nueve meses con un bebé? –
-Lo vamos a querer – Sasuke beso mi coronilla – y compramos una... "culla"-
-¿Una qué? –
-Una cuna –
Suspire y me apoye en él.
Sakura y Karin vinieron por el mediodía. La beta acarreaba una bandeja con mi desayuno y ella llevaba un simple maletín marrón.
-Tenemos una junta con los socios de Japón, por la tarde... ya sabes, "los más importantes" – dijo Karin, mientras dejaba la bandeja sobre la mesa. Sonrió al ver la caja de lencerías casi vacía – Oh, parece que mi idea les gusto – me guiño el ojo y yo me sentí enrojecer.
-Pues el primero que me regalaste, lo rompió – dije con sorna, Karin hizo un resoplido peligrosamente parecido a una risa.
-Oh dios mío –
Mire a Sakura confundido.
-Te... te ha...-
Baje la mirada justo a tiempo antes de que lanzara un grito.
-¡Oh dios mío! ¡Oh dios mío, Karin, era verdad! ¡Te ha marcado! ¡Sasuke! ¿Sasuke? –
-Se está bañando – no pude avergonzarme, solo sonreí – Sakura –
-¡Te ha marcado! ¡Esta casi curada, mírala! – Karin se acercó también; su sonrisa parecía a punto de partir el rostro en dos.
Di un respingo cuando me rozo con sus dedos la herida; era demasiado íntimo, casi desagradable que otra persona lo tocara y me encontré huyendo del contacto instintivamente. Sakura se dio cuenta al momento; aparto la mano y su sonrisa se enfrió un poco.
-Si, lo siento, lo siento. Esta casi curada. Es preciosa, Naruto –
-Si – Karin asintió con vivacidad – Ven aquí. Vamos a aprovechar que Sasuke no está para acosarte-
Rei mientras la abrazaba.
-Gracias, gracias – dije en voz alta.
Cuando nos separamos, Sakura siguió observándome, sin cambiar ni un ápice la expresión pensativa y me empezaba a sentir expuesto cuando Sasuke salió del baño, frunciendo el ceño al ver a Sakura.
-Hola – murmure y él sonrió.
-Hola –
-Hola – intervino Karin – Yo también existo ¿Me recuerdas? Soy tu mejor amiga, antes de que te enamoraras y solías hablar conmigo y esas cosas –
Sasuke sonrío.
-Hola, Karin – dijo con tranquilidad y ella bufo.
-Y adiós – Karin me tomo del brazo y me llevo hacia una habitación. Sasuke frunció el ceño, pero la beta no le dio tiempo de protestar – No, no discutas. Tardare cinco minutos. Te lo traeré entero – grito.
-¿Qué pasa? – pregunte con curiosidad en cuanto entramos, pero ella se encogió de hombros.
-Nada, solo quiero estar a solas contigo. ¿Estas bien? ¿Necesitas algo, un médico, unas pastillas, uno revista para omegas? –
Sonreí.
-No. Estoy b...- fruncí el ceño – en realidad ¿Podrías hacerme un favor? –
-Claro –
-Necesito una discreción extrema con esto – empecé con cautela y ella asintió.
-Cuenta con ello –
-No se puede enterar nadie. Nadie, Karin. Lo digo en serio –
-Te lo prometo ¿Qué necesitas? –
Suspire.
-Un par de pruebas de embarazo – murmure al final y vi el rostro de Karin iluminarse antes de que me atrapara en el segundo abrazo del día.
Cuando salí de la habitación, me encontré a Sakura y a Sasuke sentados en la cama, inclinados sobre un fajo de papeles
Sakura giro la cabeza hacia mí.
-Ven, tenemos que hablar. Tu cuñado esta peor – estaba a punto de bajar la cabeza y decir lo que sentía, pero en la expresión sombría de Sasuke me decía que no era lo más adecuado.
Deslice la mirada por el maletín que Sakura sostenía sobre las rodillas, abierto. Estaba repleto de papeles, pero ninguno me dio ninguna pista sobre que estaba pasando.
-¿Y ahora que vamos a hacer? – murmure. Sasuke sonrió ligeramente a mi dirección, pero sus ojos negros estaban apagados. No dijo nada; pero su exesposa lo dijo por él.
-No va a durar – hizo una mueca – un par de meses, como mucho.
-¿Y qué? –
-Todavía no habla de su enfermedad – respondió Sasuke, mordisqueando el bolígrafo con el que planeaba sobre los papeles a medida que leía – Todavía nadie lo sabe –
-¿Y eso es malo? – Callé. Fruncí el ceño mientras entendía despacio. Me acerque unos pasos hasta quedar frente a Sasuke, que levanto la mirada. Sus ojos negros recuperaron el brillo como estrellas. Y si no fuese por el ambiente tenso y confuso que flotaba en el aire, probablemente ya me habría encaramado en su regazo para besarlo.
Sasuke tomo mi mano, con calma, sabiendo que todavía estaba asimilando. Cerré los ojos y me concentré en pensar a toda velocidad.
-No es importante que sea público – dije al final y Sakura bajo la mirada hacia los papeles – pero si es importante que no te lo haya dicho a ti –
Sasuke beso el dorso de mi mano, sin reaccionar.
-Si – respondió Sakura – eso es lo preocupante. Sasuke no esta recibiendo papeles y presentándose a socios y aprendiendo a guardar secretos más grandes, es... es malo. No sabemos que pretende, no sabemos por que no ha empezado el... traspaso de sus papeles –
-Oh – me senté en la cama, al lado de Sasuke y él puso una mano sobre mis hombros – Oh, mierda-
-Necesitamos un plan – Sakura cerro el maletín con un fuerte chasquido.
-No – dije en voz alta y los dos me miraron – necesitamos un contrato firmado –
Sasuke frunció el ceño, pero Sakura no se movió.
-No entiendo – dijo despacio.
Suspire.
-Bueno, esos socios de Japón – empecé con inseguridad – van a venir por la tarde a firmar un contrato importante ¿no? –
El alfa asintió.
-Si –
-Karin dijo que eran los más importantes –
Sakura frunció el ceño, pero Sasuke asintió.
-Si – repitió – Son socios de muchos años. Son buenos –
-¿Y quién cierra estas cosas? ¿Quién firma en el contrato? –
-Mi hermano –
-Pues este no lo va a firmar – dije en voz alta, tratando de sonar convencido – Está enfermo y va estar muy indispuesto, así que lo vas a firmar tu –
Sakura trago audiblemente.
-¿Quieres robarle a Itachi su mejor cliente? – pregunto con incredulidad.
La mire; ya conocía muy bien esa mirada como para dejarme intimidar.
-Claro que no – dije con tranquilidad – El cliente es de la familia. Nosotros solo vamos a reconducir el proceso, dar una imagen de continuidad y estabilidad. Tomar la mejor decisión, ya que tu hermano no parece verse capaz de hacerlo -
Se hizo un silencio tan largo que empezaba a preocuparme para cuando Sakura hablo, con la voz áspera y una sonrisa torcida en su bonito rostro.
-Sasuke, tu omega vale para esto -
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