Capitulo 42
Sakura me tapo la boca con una mano.
-Pero cállate – mascullo - ¿Y así piensas sobrevivir aquí? –
Ignore eso ultimo.
- ¿Sasuke lo sabe? – musite contra sus dedos. La mirada de ella se endureció; me sentí desfallecer.
-No – conteste por ella – no, claro que no lo sabe...-
No me dejo seguir.
-No te hagas ilusiones. Que Itachi muera no es ninguna buena noticia. Mueren idiotas todos los días, pero la mayoría necesitan una sustitución y este si lo requiere –
Trague saliva.
-Lo sien...- Sakura me interrumpió levantando las manos.
-No me interesa en lo más mínimo, como para que te disculpes – dijo con rapidez.
Pensé en lo que iba a preguntar durante tres segundos, pero había demasiadas dudas en mi mente como para pararme a filtrar alguna cosa con sentido.
-¿Qué sentido tiene mantenerlo en secreto? No va a desaparecer porque lo escondas... ¿A quién? Calle, frunciendo el ceño – esto es grave – acabe diciendo con lentitud – es muy grave ¿Verdad? –
-Verdad – ella ladeo la cabeza – Vas bien ¿Por qué es grave? –
-Es grave porque Itachi... sabe cosas – ella negó con la cabeza – esta bien, es grave porque... Itachi hace promesas que Sasuke... ¿No lo va a cumplir? –
-¡Muy bien! – ella fingió entusiasmo – y ahora ¿Por qué es grave para ti? –
Fruncí el ceño.
-No lo es... además no voy a lamentar su muerte –
-Te lo diré. Sasuke es el segundo hermano. Si el primero muere, hereda y pasa a dirigirlo todo instantáneamente –
Parpadee.
-Eso ya lo sé –
-No, no lo sabes. Si Sasuke se convierte en el líder, nos quedamos sin sustituto –
-No entiendo...-
-Siempre tiene que ver alguien que sustituya al líder –
-¿Me estas diciendo que un líder debe de tener un segundo que lo reemplace? –
-Así es –
-¿Y a donde van a sacar el reemplazo? ¿Tienen otro familiar? –
-No, todos están muertos –
-Ya me perdí –
-Naruto, tienes que crear un reemplazo –
-¿Crear un reemplazo? ¿Por qué...- enmudecí, Sakura ladeo la cabeza con expresión amarga?
-Hay que "fabricar uno" – insistió con cansancio – Un líder que no pertenece a los Uchihas es un insulto a la familia –
Asentí, entumecido.
-Sasuke...-
-Sasuke sabe que necesita un omega, pero no sabe cuánto –
Cerré los ojos. Oía el latido de mi propio corazón martillándome los oídos; trague saliva para intentar mitigarlo, pero no funciono.
"Jamás tendré un día de tranquilidad completa en esta casa"
-Voy a contárselo a Sasuke – dije, incapaz de contenerme – no voy a mentirle –
Ella apretó los labios.
-No pretendo que le mientas – dijo con dulzura – pero quiero que mantengas la boca cerrada, por lo menos hasta después de la cena –
-¿Estarás en la cena? –
-Fue idea mía –
-Ugh, si tanto quieres que sobreviva no me pongas en bandeja de plata –
-Itachi no te hará daño, mientras estés con Sasuke –
No quise dar más vueltas – Me voy y sobre lo de no decirle a Sasuke, no prometo nada – abrí la puerta y salí de la habitación sin mirar atrás.
Sasuke sonrió al verme llegar. Se había puesto un traje negro que le recortaba los hombros con elegancia; estaba perfecto, con el pantalón estrecho y la chaqueta abierta ligeramente, dejando ver una camisa completamente negra y una corbata estrecha. Su piel se veía más blanca que de costumbre, sus ojos negros combinaban y sus dedos estaban llenos de anillos plateados.
-¿Todo bien? – casi tiemblo al oír su voz grave.
Sonreí con nerviosismo. Tragué demasiada saliva que se acumulaba en mi boca y sacudí la cabeza.
"Dios que me pasa hoy"
-¿Vamos a un sitio elegante? ¿Me tengo que poner traje? – farfulle al final, adelantándome para no tener que mirarlo de frente.
-Si. Karin consiguió un... traje para ti –
Me quede quieto –
-¿Cómo? –
Sasuke indico con un gesto la larga bolsa de plástico que se extendía por la cama.
-Lo trajo para ti –
Abrí la bolsa con desconfianza, pero lo que había debajo era un traje simple, azul oscuro, con una camisa de un azul más claro y una corbata lisa.
-¿Por qué es azul? – pregunte, sacándolo de la bolsa con cuidado. Sasuke frunció el ceño.
-¿Cómo? –
-Es solo que me ha dado cuenta de que la mayoría de mis ropas son color azul. ¿Es cosa de...? -
-Oh no – me quedé sin habla cuando vi una mancha rosada en las mejillas del alfa; desvió la mirada – solo me gusta como te ves con el color azul. Tus ojos...-
Sentí el ya familiar cosquilleo en mi interior, y respiré hondo.
-¿Te gusta como me queda? – ladee la cabeza. Lo había entendido, pero quería oírlo y Sasuke sonrió con felicidad.
-Si –
Volví la mirada hacia la tela suave del traje.
-Está bien – dije con ligereza.
-Bien, voy a pedir el auto ¿Quieres cambiarte? –
-Si. Ve, no tardo –
-Tus zapatos nuevos están en la bolsa –
Pensaba en acercarme y darle un beso en la mejilla, pero me incliné y revolví con torpeza la bolsa que me había señalado.
Había una caja con elegantes zapatos de piel marrón oscuro, y una bolsa más pequeña. Hurgué en su interior, intrigado y casi di un respingo cuando mis dedos entraron en contacto con algo de encaje negro de seda que cayo de la bolsa con fluidez.
Resople, agradeciendo de haberlo visto solo.
"Karin"
Sasuke le enseño los dientes al camarero que me miro de arriba abajo y no soltó mi mano durante toda la comida. A pesar de todo me las arregle para comer con una sola mano. Me había puesto los anillos solo para ver el brillo de apreciación en su mirada y había surtido efecto.
La comida era deliciosa, pero el insistente tirón de mi estomago era demasiado desagradable como para disfrutarla.
-¿Estás bien? –
Asentí, dando un sorbo al agua para ganar tiempo.
-Muy bien. El postre estaba muy rico –
-No. Te ves preocupado ¿Será por lo de ayer? –
Parpadee, despacio.
-No – respondí.
-¿Seguro? –
-Si –
-¿Y por qué estás muy callado? –
Apreté los labios y tome una decisión a toda velocidad.
-Tengo que decírtelo – dije al final – prométeme que no te vas a enfadar –
Él parpadeó.
-Te lo prometo – murmuro.
-No le digas nada a Sakura. Espera a después de la cena, por favor –
-Ni siquiera hablo con ella – él estaba serio, inclinado hacia delante con la mandíbula tensa – Dime. Tienes que decirme, Naruto, ahora –
Asentí despacio, respiré hondo.
-Tu hermano... va a morir – murmure. Sasuke parpadeó, sus ojos palidecieron, vi la sorpresa, el desconcierto, la sorpresa otra vez. El alfa enmudeció; busco las palabras durante un buen minuto.
-¿Qué? –
-Tiene una enfermedad pulmonar crónica. Me lo dijo Sakura –
-¿Qué demonios estás diciendo? –
Baje la mirada.
-Lo siento – rogué – lo siento, lo siento, debería de habértelo dicho antes, pero –
-¿Cuándo lo supiste? – su voz sonaba tan fría que me asusto por primera vez.
-Hoy. Cuando estabas platicando con Karin, salí a tomar aire y Sakura me vio. Me conto que yo... al médico...-
-No, cállate – se levanto y echo un par de billetes sobre la mesa – No hablemos aquí –
No volví a respirar hasta que nos metimos al coche. El alfa me abrió la puerta del copiloto y se apresuro a entrar; para entonces, ya estaba al borde de las lágrimas.
Pero no parecía enfadado; murmuro algo antes de tirar de mi ligeramente. Me encarame a su regazo, moviéndome con dificultad en el estrecho espacio y deje que me sujetara. Lo necesitaba, así que relaje mis músculos y deje que olisqueara mi cuello. Sasuke respiraba despacio y el aire cálido me hacia cosquillas en las clavículas, pero no se movió.
"Le ha afectado. Es su hermano al fin y al cabo"
Pero no había tristeza en el rostro del alfa cuando se separó de mí. Había la intensa concentración de alguien que acababa de asumir cien mil responsabilidades.
-¿Cuánto tiempo? -casi di un respingo, pero me apresure a responder.
-No lo sé –
-¿Quién más sabe? –
-Sakura y el médico –
-¿Quién más? –
-No se –
-¿Seguro? –
-Si, jamás te mentiría –
-Ya lo sé – puso una mano en mi muslo y me acaricio con cariño – Estoy algo nervioso –
-Entiendo. Sakura me lo dijo – admití y el levanto la cabeza para mirarme.
-¿Qué dijo? –
Dude.
"Que debería de parir un hijo tuyo con la mayor urgencia posible"
-No es nada-
El asintió despacio. Casi podía ver los engranajes en su mente moviéndose a toda velocidad.
-Tenemos que ir a la cena – dijo despacio – mi hermano no lo debe de saber. Hablare con Sakura mañana, mantente callado ¿Sí? –
-Si –
Fue la cena más incomoda de toda mi vida.
La mesa era enorme, plantada en el centro; Itachi y dos hombres que no conocía tenían omegas a cada lado y Sasuke estaba sentado a mi lado con expresión tensa. Kurenai estaba de pie detrás de Sasuke y lo observaba todo con ojos grandes, demasiado cálidos para la situación que nos rodeaba, y Karin se apoyaba contra la pared detrás de Itachi con la misma tranquilidad de alguien esperando el autobús, entre otros dos rígidos guardaespaldas.
No estaba de humor; me embriagaba una impaciencia insoportable, una agitación extraña que no había sentido nunca. Me atribuyeron los nervios y bese a Sasuke en el coche como agradecimiento, estremeciéndome al notar sus manos anhelantes en mis muslos, pero me había costado más de la cuenta mantenerme entero al salir del automóvil.
Notaba la mirada de Itachi clavada en mi alma desde el otro lado de la mesa; no tenia ni idea de que cara me quedaría si lo mirase directamente, así que decidí mirar el bordado elegante de la mesa.
Bebí champan al no poder soportar el ambiente pesado.
Grave error.
Me costo mantener las manos quietas durante el viaje de vuelta; Kurenai permanecía con la mirada fija en la carretera, conteniendo la risa y Sasuke parecía agradablemente sorprendido, pero se dejaba con una sonrisa adormilada.
-Sasuke – gimotee. Empecé a buscar su cinturón antes de darme cuenta. Él me paro con suavidad, agarrando mis manos entre las suyas.
-Espera – murmuro contra mi sien – hasta que lleguemos a casa –
-Estás borracho – me dijo con delicadez en cuanto entramos a la habitación – se que no quieres esto –
Fruncí el ceño. El murmullo del alcohol en mi cabeza empezaba a desaparecer.
-Si quiero. Eres mío – dije en voz alta – yo te marqué ¿Ya no me deseas como antes? –
Sasuke cerro los ojos.
-¿Estás seguro? – su voz sonó extraña, sin aliento y tenia las pupilas dilatadas. Empezaba a perder el control, igual que yo. Resople; ya estaba demasiado encendido como para no salirme con la mía. Me quite la chaqueta del traje y la tire al suelo; me arranque la camisa y los pantalones, hasta quedar con la pequeña pieza de encaje negro.
Sasuke se quedo boquiabierto.
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