Capitulo 40
Karin se puso en movimiento enseguida; tiro de ella hacia la habitación.
-Hablemos, hablemos con calma – dijo Karin – Naruto, muévete –
Obedecí mecánicamente, todavía desconcertado.
Sakura murmuro algo en italiano; incluso en otro idioma, su voz era suave y bonita, pero todavía se movía con desconfianza, y todavía empuñaba el arma.
Parecía perdida.
Karin la sentó en la cama y me sentí incomodo al instante.
"Esa es nuestra cama. De Sasuke y mía. No te sientes ahí.
Karin hablo en voz baja, haciendo preguntas, murmurando sin parar un buen rato, pero ella no contesto nada. Me apunto con un dedo.
-Ma non so perché sei ancora qui (Lo que no sé es por qué sigues aquí) – dijo con el ceño fruncido.
Karin ignoro lo que dijo y yo no le conteste porque no le entendí.
-Estás herida – pregunto la beta -¿Qué sucedió? –
-Hay un desastre allá afuera – Se quito la chaqueta desgarrada y la tiro sobre la alfombra – Las omegas luchan para sobrevivir – se quitó la camisa ensangrentada, que arrojo de igual forma sin pudor. Se quedo simplemente con un top color negro; Mire hacia otro lado instintivamente, pero ella no parecía preocupada. Se puso una camisa blanca de Sasuke que Karin ofrecía y no dejo de mirarla con una mezcla de reto y curiosidad.
-Y... la sangre no es mía – dijo con aspereza, me observo atentamente – Al parecer Sasuke no te ha marcado, pero hueles a él... se ve que se toma las cosas enserio –
Dude.
-¿No venias a matarme? –
-Oh por favor, claro que no... - dijo en voz alta. No había rencor en su voz – No soy una loca obsesionada por un amor que no funciono ni funcionara –
-Sakura ¿Qué esta pasando? –
Ella la miro, seria.
-Itachi me vendió sin que me diera cuenta, al parecer deje de servirle – dijo, casi con resignación – Le pusieron algo a mi bebida y el hombre entro a mi habitación cuando la droga estaba haciendo efecto. Hice lo que pude, tome su arma de su pantalón y le dispare –
Karin apretó los puños, pero no se movió del sitio. Me quede pensando en lo profesional que era al fin acabo, cargando con todos los problemas de la casa y manteniéndose firme y esperando ordenes. Era la definición del empleado fiel.
-¿Qué vamos a hacer? Ya teníamos un problema bastante importante –
Ella frunció el ceño.
-Oh bueno, discúlpame... estaba tratando de sobrevivir, lamento seguir con vida –
Karin miro por todos lados -¿Dónde esta Ino? –
Ahora que la nombraba, Ino no se encontraba en ninguna parte de la habitación y no la vimos salir.
-No lo se – comente.
-Ugh, no hay tiempo para buscarla, tenemos que buscar a Sasuke.
-¿Por qué? –
No se porque, pero le conté todo lo que me dijo Ino.
Ella me corto con un gesto casi despreocupado.
-Tranquilo – canturreo. Era casi grotesco verla con esa expresión relajada – No es tan grave, dime a parte de mi ¿Hay otro omega amenazando tu vida? –
-No...-
-Exacto, cuando me refería que las omegas están luchando para sobrevivir, me refería a que están cazando a algún alfa rico, es que hoy llegaron varios alfas extranjeros a cerrar algún trato y bueno en ese trato no estaba incluida –
-¿Entonces... las omegas no vendrán por mí? –
-Claro que no ¿Quién te dijo esa estupidez? –
-Ino...-
Ella solo soltó una carcajada que luego termino con hipo.
-Conozco a esa bastarda, hija de... hic – Sakura se tapó la boca – Solo cuenta historias que le convienen, siempre me hizo ver como una... hic... villana. Karin ¿Puedes traerme un vaso de agua?-
La beta asintió y salió corriendo.
-¿Y dime como te esta tratando Sasuke? ¿No es frio contigo? –
Negué con la cabeza.
-Al contrario, es muy exagerado conmigo. Quiero decir, me trata como si fuera alguien frágil y no me deja a hacer lo que quiero porque según eso me puede lastimar –
-Oh, interesante. Yo nunca vi esa faceta cuando estaba conmigo, era muy frio y distante. Era muy extraño verlo en casa, nunca me toco, pero si me marco, su padre lo obligo –
Me quede paralizado.
-Pero... una omega... una omega marcada...-
-¿Se vuelve loca si su alfa lo deja? Lo sé – Sakura soltó un bostezo – Pero lo pude superar, fui a los mejores hospitales para poder mejorar mi estado –
Iba a contestar, pero la puerta se abrió. Sasuke entro a la habitación con un rostro serio.
-Sakura ¿Qué haces aquí? –
-Saludando –
-Sasuke ¿Qué esta pasando en realidad? –
Sasuke sacudió la cabeza.
-Me estoy encargando – repitió y enmudecí. Sakura carraspeo.
-Tranquilo – dijo con dulzura – Ahora tendrá cosas peores de las que ocuparse –
No estaba demasiado convencido de que eso fuera una mejoría, pero asentí.
Karin llego algo tarde con el vaso de agua, pero Sakura lo acepto y lo tomo de un trago.
-Siento haberte apuntado con la pistola, no era mi intención... la droga seguía asiendo efecto – me dijo con voz alegre – Cuídate Sasuke – miro a Karin – Y tu... me vas a ayudar –
-¿Yo? ¿Por qué? –
-No preguntes -
Sakura agarro varias camisetas y un pantalón del armario de Sasuke y desapareció por el pasillo, arrastrando a la pobre beta. Sasuke suspiro, cerrando la puerta tras ella, pero de pronto se giro hacia mi con brusquedad.
-¿Te apunto con una pistola? -pregunto. Desvié la mirada.
-Ella estaba drogada ¿Qué no la escuchaste? –
Sasuke murmuro algo, frunciendo el ceño.
-Pero no me hizo nada – dije con voz suave – estoy bien –
El respiro hondo, pero cedió.
-Dios – se sentó sobre la cama – Este hotel, se volvió un manicomio –
-Si – me senté a lado de él. Notaba la tensión acumulada subiendo por mi garganta.
-Ino llego diciendo que algunos omegas se iban por mi culpa y que venían a matarme. Pensé que tu hermano te había llamado para retenerte –
La expresión del alfa se ensombreció – No es nada de eso, todo va estar bien –
-¿Seguro? –
-Si – me abrazo con cuidado, estrechándome contra el y hundiendo sus dedos en mi cadera -¿Quieres que vayamos a cenar? – susurro en mi oído.
Respire hondo.
-Si – murmure. Cualquier cosa con tal de salir de este hotel.
Sasuke conducía un brillante automóvil negro e hizo que tres guardaespaldas lo siguieran en otro coche. Tarareaba distraídamente mientras conducía; lo hacia bien, con tranquilidad y fluidez. Lo observé todo el viaje, sorprendido y secretamente complacido y no pude dejar de sonreír cuando llegamos y los camareros nos condujeron en una pequeña mesa al lado de la ventana.
-Estas muy tranquilo – acabe diciendo y él me miro.
-Si – dijo – me gusta cenar contigo ¿Estás nervioso? –
Sacudí la cabeza.
-No estoy nervioso – dije en voz alta – Es solo que hoy me han amenazado de muerte y me hicieron responsable de las omegas –
Él sonrió con amargura.
-Así es mi hermano – dijo con boca tensa – Le gusta jugar con el miedo –
Trague saliva.
-¿El también juega con tus emociones? –
-Ja... soy difícil de manipular –
-Ya lo noté –
-Si – dijo el, agarro la copa de vino y le dio un trago largo - ¿Qué tanto hablabas con Sakura? –
-Oh, bueno solo me dijo que no tenía rencor contra mí y que al parecer tu hermano la vendió con un socio suyo –
Sonrió.
-Me sorprende que haya cambiado – dijo, muy tranquilo.
-¿Ella va a estar bien? –
-¿A qué te refieres? –
-Mato al socio de tu hermano –
-Ah, ella va a estar bien. Sabe cuidarse – aseguro.
Asentí, quería preguntar algo más, pero la llegada del camarero me interrumpió. El me miro de arriba, abajo y estuve agradecido cuando Sasuke emitió un gruñido de advertencia y lo hizo desaparecer con un respingo, pero el asunto me hizo recordar un tema que mi mente todavía mantenía maltrechamente en la sombra.
-Sasuke – dije al final - ¿Crees que no debería tomar las pastillas? –
Él levanto la mirada con sorpresa.
-¿Cómo? –
-Es algo que me hizo pensar ese "día" –
-La calentura te hace decir estupideces, pero no te estoy obligando a no tomarlas. Eres libre de hacer lo que quieras –
-Bueno, entonces... creo que voy a tomarlas – murmure – viendo la situación...-
-Ya- dijo él – Entiendo –
Más tarde, acurrucado en la cama, cerré los ojos en cuanto una suave mano me acaricio los hombros; sus manos me rozaban casi la clavícula y respire hondo con suavidad antes de atreverse a hablar.
-¿Qué sucedió con el doctor? – dije despacio.
-¿Qué doctor? –
-Al que le clave la aguja... - tome aire -¿Lo mate? –
-¡No! – Sasuke me atrajo más hacia el – No, no. Los supresores no pueden matarlo. Lo mate yo, no te preocupes –
Respire hondo.
-¿Lo... lo mataste...? –
-Si – el hundió la nariz en mi pelo, en un gesto ya rutinario – Yo lo mate. Quería dejarte estéril, quería hacerte daño, así que lo mate –
Intenté sentir algo que no fuera un suave alivio en el fondo del estómago, pero no fui capaz. La respiración de Sasuke en su nuca significaba como "hora de dormir" y sus ojos se estaban cerrando despacio.
-Sasuke – murmure.
-¿Qué? –
-¿Vas a tener que marcarme, verdad? –
-Tu, fuiste el primero que me marco ¿Recuerdas? –
-No sabía que podía hacer eso, si no, no te hubiera mordido –
Sasuke me acaricio los hombros con ternura.
-Tu no quieres que te marque ¿Verdad? – su tono de voz lleno de tristeza me tomo de sorpresa.
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