Capitulo 39
- Te necesitan abajo – fue lo primero que dijo Karin al entrar a la habitación.
Los dos ya estábamos completamente vestidos, como si lo de anoche no hubiera ocurrido, nos sentíamos tan cómodos el uno con el otro que no había nada de nerviosismo.
-No quiero que se quede solo – dijo Sasuke.
Karin alzo las cejas. Con el cabello rojo despeinado sobre su frente y la ropa arrugada, parecía profundamente irritada.
-Oh, tranquilo. Me quedare con él –
Luche para no sonreír.
-Ve – dije con suavidad – Estaré bien –
El alfa frunció el ceño, pero se levanto despacio. Dejé que me besara la sien con ternura y lo vi marcharse intentando no sonreír tan abiertamente.
-Si que los has cambiado – dijo Karin, en cuanto el alfa cerró la puerta, cambio su expresión por una sonrisa ferviente – Ya casi ni lo conozco –
Trague saliva.
-No exageres –
Ella apretó los labios, con los ojos brillantes.
-De hecho, se lo que sucedió anoche. No estoy tan lejos de su habitación ¿Sabes? –
Sentí la sangre acudir a mi rostro tan rápido que casi me mareo.
-Yo...-
La beta se encogió de hombros.
-No te avergüences – dijo, todavía exhibiendo una sonrisa deslumbrante – Lo has cambiado para bien y eso es lo único que importa –
-Si bueno – interrumpí – él también me cambio y todavía dudo si es para bien –
Karin iba a responder, pero varios golpes en la puerta la interrumpieron.
-Espera... yo abro – Ella sacudió su traje y camino hacia la puerta. Cuando abrió, una omega rubia se abalanzo hacia sus brazos, fue tan sorpresivo que la beta se quedo en shock.
-¿Ino? – la llame cuando la supe reconocer.
Karin reacciono y alejo a Ino con una cara preocupada.
-¿Qué sucede? – pregunto la beta.
Ino tembló y sus ojos estaban hinchados -Itachi... Itachi nos va a... nos va a llevar lejos de aquí –
-¿Cómo dices? –
-Itachi nos quiere vender como mercancía –
Karin respiro hondo muy despacio para luego preguntar en voz alta -¡¿Por qué?! –
Ino moqueo y trato de limpiarse las lágrimas que resbalaban de su rostro sin tener mucho éxito – Ya no quiere a ningún omega rondando por aquí, ahora va a contratar más betas y todo es por culpa... -
-¿Todo es culpa...de quién? – la beta frunció el ceño, pero extrañamente segundos después su expresión cambio.
-Ohh. ¿De Naruto? ¿Qué mierda les dijo? –
Ino lanzo un suspiro – Itachi les dijo a las omegas que solo un omega se quedaría en el hotel y las demás serian vendidas... dijo que si queríamos quejarnos de que la culpa era de la pareja de su hermano... Naruto, las omegas vendran contra ti –
Parpadee.
-¿En serio les dijo eso? – pregunte con sarcasmo.
-No me sorprende, Itachi es capaz de todo y más en jugar con las emociones – dijo Karin con una sonrisa cansada.
Suspire.
-Se han llevado a tres omegas – Ino se lamentó – No sé qué están haciendo con ellas –
-Nada – la beta interrumpió – Solo quiere asustarlas. Itachi no les hará daño si no es para algo, aunque parezca mentira. Es la imagen más salvaje de pragmatismo, nunca mueve un dedo sin tener un objetivo –
Sacudí la cabeza.
-Si piensan hacerme sentir culpable, están equivocadas – susurre – Sasuke... bueno no se en que me estoy metiendo y se que me voy a arrepentir tarde o temprano, pero no quiero irme. No quiero dejarlo –
-Eso lo sé – concedió Karin, con voz suave. Trague saliva antes de seguir; me agobiaba más con cada palabra que decía – No tendrás que hacerlo –
-Naruto...- susurro Ino.
-Pero tampoco puedo ignorar que les hagan algo a esas omegas... dios, en realidad no se quehacer, no ha pasado mucho desde que casi me matan...-
Ino alzo una ceja, sin comprender.
Karin solo asintió.
-Bien, calma señoritas. Calma. Sasuke no lo sabe ¿Verdad? –
Ino negó con la cabeza.
-¿Se lo decimos? – pregunte.
La beta negó con la cabeza.
-No puedes decírselo a Sasuke – dijo con un suspiro – Es claramente lo que quiere Itachi –
Ino gimió.
-¿Por qué trabajas para ese monstruo? –
Karin ladeo la cabeza, con una sonrisa.
-Esta es mi vida. Además, ni puedo irme. Llevo sabiendo demasiado desde que era una niña – dijo sin pensar alguno. – Escúchame. Ahora mismo los dos están en medio de su red. Cualquier cosa que hagan será un desastre. Mi consejo es que no hagan nada. Naruto, para cuando den las doce estarás en la cama con Sasuke e Ino estará en la cocina como si nada, además sé que Sasuke daría la vida por ti – Karin me señalo.
Trague saliva. La perspectiva de Sasuke sufriendo por mi culpa hizo que me estremeciera.
-No quiero que Sasuke se ponga en peligro por mi –
-Exageras. Sasuke sabe asesinar desde que era niño. Además, lleva cuentas, cierra contratos, tiene amistades y su propia gente. Es una de las personas menos prescindibles e Itachi no es tan estúpido. Por mucho que te odie, no sacrificara a su hermano por ti. Afortunadamente, no vales tanto –
Desvié la mirada.
-Siento que eso es lo más tranquilizador que me has dicho – admití, antes de que un horrible pensamiento acudiera en mi mente – Has dicho que para esa hora Sasuke estará conmigo – Karin asintió, confusa por mis palabras -¿Y que si no lo está? –
Ino miro a Karin.
-Él... claro que va a estar ¿Por qué no va a estar? No dormirá con nadie más q...-
-¿Tu sabes a donde ha ido ahora? – presione, sintiendo mi boca secarse desagradablemente -¿Sabes quien lo llamo? ¿Puedes garantizarme que va a volver? –
-Yo... - Karin frunció el ceño.
-¿Quién lo mando a llamar? –
Ella se paso una mano por la frente; parecía realmente preocupada por primera vez.
-Dios, fue... fue Itachi – dijo en voz baja.
Ino rompió en llanto y yo sentí como me invadía el pánico, como una ola helada y áspera que me congelaba las entrañas.
-Dios, le va a hacer algo – empecé a entrar seriamente en pánico – Va a hacerle algo, seguro. No le dejará volver, lo distraerá con algo o...-
-No – Karin tiro de mi – No, lo iremos a buscar. Ino quédate aquí, no te muevas –
Ino solo asintió con la cabeza, ya que no podía hablar debido a su miedo.
-¿Y a donde vamos? –
-Al centro de operaciones - ni siquiera logre distinguir si hablaba sarcásticamente o no -Arriba –
Pero nunca llegamos.
De hecho, no llegamos ni a atravesar el largo pasillo que llevaba hacia el ascensor.
Siendo precisos, apenas dimos tres pasos fuera de la habitación antes de quedarnos paralizados.
Había una joven apuntándonos con una pistola; delgada y alta, al menos no tan alta como Sasuke. Unas enormes gafas de sol hacían imposible verle la mayor parte del rostro, llevaba un traje negro con una manga rasgada.
Solo su cabello rosado corto y revuelto, me hizo reconocerla.
-¿Sakura? –
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