Capítulo 34
La conversación termino mal.
Termine de beber el té y cuando apareció Karin me levante de mi asiento, listo para irme.
-Naruto... lo siento –
Mire a Ino, ella tenia una mirada de arrepentimiento como si fuera otra persona y no la misma que estaba obsesionada con el azabache.
-No tienes que disculparte –
-Insisto, no sé qué gane contándote el pasado, un pasado con la cual me hice muchas ilusiones – hizo una pausa– Debes de saber que nosotros los omegas, tenemos que aprender a sobrevivir y que mejor que estar con un alfa con poder que te pueda proteger... allá afuera todo es complicado –
-Lo sé –
-No sé qué paso aquí cuando me fui, pero tenemos que irnos – dijo Karin con timidez – Te esperan en la habitación –
Sacudí la cabeza.
-Nos vemos, Ino –
Sin que me lo esperara, Ino se levantó de su asiento y me abrazo con fuerza.
-Perdón – susurro en mi oído. Lance un suspiro y sonreí, tal vez Ino no sea tan mala como pensé.
-¿Y qué paso? – pregunto Karin cuando salimos de la cocina.
-Hubo una pequeña discusión, eso es todo –
-¿En serio? – Karin hizo una mueca – Ella es una chica muy amable y con la que es fácil llevarse bien –
-Si, lo note -
Al llegar a la puerta, Karin se despidió con una sonrisa media extraña y se fue dando saltitos.
Entre a la habitación y encontré a Sasuke con una rosa entre sus dedos, me volví a sentir como una omega de quince años enamorada de un cantante. La sonrisa coqueta de Sasuke era tan cálida que era difícil no derretirse.
-Tardaste mucho en tu paseo por la cocina. Te eche de menos – dijo y tome la rosa con cuidado, sin evitar sonrojarme.
-No volverá a pasar – ni siquiera intente no sonreír.
Abrace al alfa con cuidado, intentando de no pincharme con la rosa. Él deslizó sus brazos por mi cintura y me estrecho contra él con suavidad, respirando hondo. Tome una enorme bocanada de aire, resistiéndome de no enterrar mi rostro contra su pecho. Ardía por cada roce de sus manos en mi espalda, por cada respiración que daba en mi cabello. Notaba sus latidos debajo de mis dedos y mi corazón latía despacio, al mismo ritmo que el suyo.
"Ah, así es como se siente"
-Gracias – susurre y Sasuke sonrió.
-¿Estás cansado? –
-Un poco. Voy a darme un baño –
-Está bien –
Pero no me soltó y yo no quise que lo hiciera. Me costaba físicamente separarme de el y Sasuke se entretuvo definitivamente más tiempo de lo normal, acariciando mis hombros.
Cuando salí del baño lo encontré ya metido en la cama, con un libro de tapas negras entre las manos. La rosa estaba sobre su mesa de noche junto con una vela color roja.
-¿Y qué hiciste en la cocina? – Sasuke frunció el ceño – Porque no fuiste solo a tomar té ¿Verdad? –
Sonreí.
-Conocí a alguien llamada Ino – respondí – Me dijo que la estuviste "cortejando" cuando cocinaba para ti –
-¿Ino? – se quedo en silencio durante unos minutos – No, no sé quién es –
-¿Seguro? Ella dijo que trabajaba para ti y que siempre la adulabas por su cocina –
Él se encogió de hombros.
-Rara vez comía en casa y muchas cocineras han trabajado para mi – dijo con tranquilidad – Cuando uno tiene mucha hambre hasta la comida echada a perder, puede resultar un manjar –
-No sé si creerte – me metí en la cama con un suspiro, y el cansancio me golpeo de repente – Ah, no tengo ganas de discutir. Lo mas gracioso es que llevo todo el día descansando y estoy agotado – me queje y gire la cabeza para mirarlo.
-¿Quieres que apague la luz? –
-No – dije con suavidad – En realidad, podríamos hablar –
-En la cama, se puede hacer más que eso –
-No estoy listo para hacer papá tan pronto –
Él parpadeo, pero cerró el libro y lo dejo sobre la mesita.
-En este caso, tu serias la mamá –
-Agh, en serio estoy tan cansado como para discutir –
-Entonces no hablemos –
-También para mover mi cuerpo – dije y pellizque la mano traviesa que se había puesto en mi entrepierna – De hecho, necesito que hablemos sobre algo-
-¿Sobre qué? –
Suspire.
-Sasuke ¿Qué voy a hacer aquí? –
Él respiro hondo, entendiendo.
-Lo que quieras – dijo él con sencillez – Puedes quedarte aquí. Puedes estudiar si tu quieres. Puedes...-
Respire hondo.
-Si, me gustaría estudiar – dije sin romper el contacto visual. Vi perfectamente que no le gustaba la idea, pero asintió.
-¿Quieres estudiar? –
-Así es, además ya lo habíamos platicado – tome el aire – Ya sabes, no logre terminar mi secundaria por estar trabajando y apoyando a mi madre –
-Entiendo, pero ¿Eso es lo que quieres? No entiendo porque quieres estudiar, si no lo necesitas. Te puedo dar lo que quieras –
-No, no es sin ofender, pero no quiero ser una persona consentida – lo interrumpí con suavidad – Quiero hacer algo por mi mismo, salir adelante y graduarme para conseguir un buen trabajo –
Sasuke esbozo una sonrisa, aceptando la derrota.
-Esta bien, buscare un profesor particular –
Dude.
-¿No es mejor estudiar en un colegio? –
-¿Con un montón de alfas alrededor? No, gracias –
Me mordí el labio inferior.
-Pero...-
-Nada de peros ¿Aceptas o lo dejas? –
-Está bien – volví a suspirar.
-¿Estás seguro que quieres estudiar? –
-Sasuke...-
-Ya – cedió, recupero su libro. Mire la rosa que descansaba en la mesita; era pequeña, apenas abierta del todo, y era de un precioso rojo oscuro.
-Nunca pensé decir esto, pero me gusta la rosa. Gracias otra vez – dije en voz baja, sin poder evitarlo y Sasuke volvió a sonreír.
-Me alegro, mañana te daré dos – respondió, satisfecho. Fruncí el ceño.
-¿Perdón? –
-Mañana te daré dos – repitió – y las rosas aumentaran cada día ¿No lo sabes? –
Negué con la cabeza.
-No se dé que hablas – admití.
-Uno de mis socios, es ruso – empezó a contarme despacio – Él me dijo que en rusia cortejan a las omegas con una rosa. Y otro día dos. Y otro día tres. Y otro día cuatro, bueno, en pocas palabras las rosas aumentaran casa día –
Parpadee divertido.
-Entonces, los rusos les gustan asfixiar a las omegas con rosas –
-Es una agradable forma de morir, pero no...- dijo el fingiendo seriedad – Hasta que las omegas den una respuesta –
Rei, pero sentía mi rostro arder y un cosquilleo en mi corazón.
-Entonces ¿Has empezado a cortejarme? –
-¿No es obvio? Si no quieres, puedes pisar las rosas, según mi socio significa que no quieres ser mi omega –
-Oh – respire hondo – Entiendo –
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