Aquí una imagen de Naruto. 

La razón por la que era rechazado es porque los alfas que había conocido querían pasar una noche con el y los omegas también lo pedían. Por esa razón, los betas creían que se prostituía para tener dinero, por eso sus amigos lo vendieron. 

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No supe que responder.

Al parecer el tampoco esperaba una respuesta, porque volvió a besarme con ímpetu y solo pude corresponderle. Sus manos alzaron mi camisa y empezaron a acariciar mi abdomen, pude sentir como las cosquillas aumentaban en cada toque; sus labios se separaron de los míos y se acercó a mi cuello.

Cerro los ojos cuando sentí sus dientes perforar mi piel. Notaba su lenta respiración y sus manos calentando mi pecho.

-Un poco más...- Sentí su lengua húmeda pasar sobre la herida – Deseo quedarme un poco más –

Sasuke tenia las pupilas dilatadas, los labios enrojecidos como si se los hubiese mordido, las mejillas encendidas, el pelo empapado y alborotado. Sentí como el aire se me escapaba de los pulmones.

-Tienes una reunión –

-Estúpida reunión – susurro. Su voz ronca me vibro en el fondo del estómago y sentí extraños revoloteos como si tuviera insectos dentro; mis ojos siguieron el movimiento de sus labios instintivamente.

Asentí con la cabeza.

-Prefiero quedarme y pasar el tiempo contigo – Lo oí murmurar; negué con la cabeza.

-Tienes que ir, dijiste que era importante –

-Y lo es – respondió – Pero no para mi –

El alfa se relamió los labios. Fue un gesto simple, inconsciente, pero basto para hacerme estallar en llamas.

Parpadee. Me temblaban las manos, la boca lo tenia casi seca; notaba mi corazón latiendo en mi pecho a toda velocidad y notaba el fuerte pulso de Sasuke en sus dedos, casi al mismo ritmo. Se sujeto a mis hombros con fuerza; estiro el cuello y se acerco una vez más a mis labios...

La puerta se abrió con un estrepito. Di un respingo; Sasuke contuvo sus maldiciones y me separé de el con brusquedad.

Karin estaba en el umbral de la puerta, con aspecto de haber sido golpeada en la cabeza recientemente.

-Es... hora... de la reunión – hizo una pausa – Lo siento... pero te esperan abajo –

-Si, como sea – Sasuke se dio la vuelta con rapidez, con las mejillas de un rojo brillante. Agarro un fajo de ropa y se precipito dentro del baño; no tardo en salir, acalorado, frotándose el pelo con una toalla y todavía abotonándose la camisa. Lo observe inmóvil, con la boca abierta y note mi rostro arder. No me atreví a mirar a Karin; me sentía aturdido, profundamente avergonzado y por encima de todo, noté el aire frio en el lugar donde antes me había acariciado.

El alfa se puso la chaqueta del traje y me miro con una sonrisa traviesa.

-¿Nos puedes dejar unos minutos a solas? – le pregunto a Karin, algo que ella obedeció casi tropezando con sus propios pies y balbuceando otra disculpa.

Sasuke se volvió hacia mí, trague saliva. El ambiente se había vuelto pesado y tenso; me sentía indescriptiblemente pequeño ante los ojos de hambre del alfa.

"Por amor de dios, no es la primera vez que lo hacemos ¿Qué demonios me pasa?"

-Me tengo que ir – le oí decir. Todavía tenia su voz ronca; algo que me estremeció.

-Está bien – mi voz sonó extraña – Yo...te espero aquí –

El asintió con rapidez. Me miro durante un par de segundos antes de dirigirse a la puerta.

-Sasuke... -

Sasuke se detuvo -¿Si? –

-¿Va a estar ella? –

Un leve silencio.

-¿Sakura? –

-Si, Sakura ¿Va a estar? –

-No lo sé, supongo que si –

Asentí. Me acerqué a él con rapidez e hice un gesto vago hacia él.

-Acércate – dije en voz baja. Sasuke parecía no entenderme, pero obedeció con el ceño fruncido – de una forma que parecía un gato adorable y las manos quietas en el aire.

Lo abrace, pasando las manos sobre sus hombros y acerque mis labios hacia su cuello. Lo escuche jadear al darse cuenta lo que estaba a punto de hacer, lo iba a morder.

Sasuke tenía los ojos muy abiertos cuando me separe de él, pero tenía una sonrisa incrédula grabada en el rostro.

-¿Es tu forma de pedirme que me quede? –

-No, ya vete... Karin debe estar esperándote – No me atreví a mirarlo; estaba actuando como un omega en celo y lo que era peor, como uno emparejado, pero ya era tarde y mirándolo bien, Sasuke parecía satisfecho, con una sonrisa picara y me acaricio el hombro con delicadeza antes de marcharse.

Después de varios minutos dando vueltas por la habitación, me di cuenta de que me estaba empezando a parecer a un pollo enjaulado. Me tumbe en la cama. Olía bien y era suave y cómoda; los recuerdos de mi antigua habitación afloraron, como siempre. No podía sacarme de la cabeza la idea de tener que volver a mi antigua casa y que esta vida desapareciera como una burbuja.

No debería estar tan feliz aquí, después de todo soy un beta y a pesar de que soy un amor de infancia para Sasuke, tarde o temprano puede aparecer su omega destinada. Sasuke podía cambiar de parecer, también es un criminal. Y lo había mordido, porque simplemente sentí celos, pero ¿Por qué? ¿Qué me creía? ¿Qué es lo que pretendo? ¿De verdad tenia esperanzas de que nunca me iba a hacer daño?

Sacudí la cabeza y decidí dejar de pensar en eso. Encendí la tele y me puse a buscar una serie que fue muy popular en corea o eso quise al darme cuenta de que eran puras series italianas y que no había en idioma japonés.

Al cabo de un rato, desperté confuso y boca abajo. Gemí levemente al darme cuenta de que me había quedado dormido; la tele seguía encendida y el volumen estaba demasiado alto.

Apague la televisión y me levante, entumecido. Me tambalee por la habitación y salí al balcón sentándome en una de las sillas blancas; disfrute el aire y el sol en la piel y oyendo el lejano rumor de la ciudad.

-¿Estas disfrutando Italia? –

Me sobresalte al escuchar una voz cerca de mi y mire hacia la izquierda.

En el otro lado del balcón, se encontraba un hombre de cabellos rojos y ojos color turquesa, tenia un extraño tatuaje en la frente y no... no tenía cejas.

-Si...-

El hombre sonrió levemente – Eso es bueno, Italia es un paraíso, pero Japón no se queda atrás –

No se si estaba siendo paranoico, pero siento que estaba coqueteando conmigo.