Sasuke no regreso toda la noche hasta la madrugada. El ruido de la ducha me despertó de mi sueño; me senté en la cama y estiré los brazos, cuando de repente el alfa salió del baño con una simple toalla anudada en su cintura.

Los recuerdos de esa noche invadieron mi mente y no pude evitar mirar a otro lado.

-Esta tarde vendrá alguien a recogerte – dijo, abriendo las puertas del enorme armario de madera oscura que había en un rincón.

-¿Así? ¿Qué voy a hacer? –

-Karin te lo explicara –

-¿Karin? –

- Es beta, como tu –

-oh – conocer a otro beta, no estaría mal. Puede que se vuelva mi cómplice en esta selva llena de alfas y también me puede dar información de lo que puedo hacer aquí o lo que no puedo hacer. Ahora que recuerdo, Sasuke dijo que iba a pensar sobre la escuela.

-Oye ¿Has pensado en lo que te dije hace dos días? -

Sasuke no respondió, se vistió con una camisa blanca, una corbata y una chaqueta de un traje negro que tiene pinta de costar más que mi antigua casa.

-¿Sasuke? –

El alfa soltó un suspiro – Ahora mismo tengo un montón de problemas que resolver como para preocuparme en tus estudios –

Parpadee – Lo siento, su majestad. Esta concubina ignorante no hablara más –

Sasuke sonrió ante mi sarcasmo - ¿Qué voy a hacer contigo? – camino hacia mi y me dio un beso corto en los labios – déjame arreglar la cagada de mi socio y después hablaremos tranquilamente sobre la escuela o mejor...- se acercó a mi oído – terminamos lo que habíamos empezado – susurro y mordió el lóbulo de mi oreja.

-Ya vete –

Escuche el timbre de su risa, me dio un beso en la mejilla y se aparto de mí.

-Escucha, si uno de estos estúpidos te toca, no dudes en decirme quien. Tienen que aprender a respetarte - Sasuke tomo los anillos que había dejado en el tocador antes de irse.

La habitación quedo en total silencio, solo se escuchaba el canto de los pájaros. Relaje mi cuerpo y lo deje caer encima de la sabana, mis ojos se empezaron a cerrar, la cama era muy cómoda y fuera hacia algo de frio...

No supe cuanto tiempo dormí, pero me desperté al escuchar unos golpecitos tímidos en la puerta; me levante de la cama, frote mis ojos y antes de que abriera la puerta, este se abrió y apareció una joven pelirroja de aspecto avergonzado.

-Buenos días –

Me senté en la cama al instante, aliviado de no tener que pelear con esos gorilas -Buenos días–

La joven me observo de pies a cabeza, yo hice lo mismo. Es una mujer de tez clara, tiene ojos color carmesí y un cabello rojo, su peinado es inusual; su cabello es corto y descuidado en el lado derecho mientras que en el izquierdo es largo y liso.

-Soy Karin - la joven sonrió ligeramente – soy beta al igual que tú. Puedes tratarme como tu aliada en este campo lleno de alfas –

"Eso es lo que quería escuchar" – Mi nombre es Naruto –

-Si, se quien eres... ¡Eres la sensación del momento! Hacia meses que Sasuke no traía un omega y de la nada ¡pum! ¡Trae a alguien y lo mejor es que es un beta! ¡Un beta, que no puede dar hijos! ¡Un beta hombre! –

No supe que decir.

-¡Cierto! ¡Levántate, tengo que medirte! –

Reaccione ante esas palabras y alce una ceja, confundido -¿Disculpa? ¿medirme? –

-¿Qué no te lo dije el jefe? –

-Me dijo que tu me lo ibas a explicar –

Karin frunció los labios -Tch...bueno – suspiro – Ayer un socio importante de la familia Uchiha cometió una estupidez...-

-Si, lo escuche –

-Bueno, pues gracias a él, el jefe se metió en la mirada de madam Tsunade y organizo una fiesta donde todos los socios de Sasuke están invitados –

-¿Y eso que tiene que ver conmigo? –

-Pues eres su compañero, tienes que ir con el –

-Soy un beta ¿No seré una burla para tu jefe? –

-Por esa misma razón te vestirás como una mujer – soltó con una sonrisa – Si un alfa tiene una beta como pareja, no pasara nada –

Sus ultimas palabras me dejaron aturdido "¡¿Vestirme como mujer?! Esto tiene que ser una broma" ese bastardo tiene que sufrir las consecuencias por haberme escogido.

-Supongo que, dentro de esa cabeza tuya, hay un lio –

-¡No quiero vestirme como mujer! –

Karin tomo mis hombros – Lo siento, tengo que obedecer ordenes y si no lo hago, me mataran –

La mirada que me regalo me hizo recordar a un perro pidiendo de comer. No se cuántas veces había suspirado, pero no podía evitarlo, esto era muy cansado y mis emociones eran un revoltijo.

-Por favor, si quieres me arrodillo – Karin puso una rodilla al suelo y antes de que cayera, la tome del brazo.

-Esta bien... hare lo que me digas –

Sus ojos rojos brillaron como fuego y empezó a brincar de la emoción - ¡Gracias, te hare la mujer más hermosa! – aplaudió dos veces.

La puerta se abrió y aparecieron varias betas con ropa y maquillaje en las manos. Karin me tomo de la mano y me jalo hacia ella, pude percibir el olor de su perfume, ese olor lo había percibido en otra persona...

-¿Lavanda? –

La pelirroja dibuja una sonrisa en sus labios – Así es ¿Te gusta? –

-Huele bien –

-Entonces, este perfume te pondremos –

Algunas betas me midieron, mientras que otros preparaban el maquillaje. Cada uno de ellos, decían palabras que no lograba entender y me que de quieto viendo lo que hacían.

Karin saco una peluca del mismo color de mi cabello, un alfa entro y dejo una bandeja con un plato de Hot Cakes y café.

-Desayuna, luego seguiremos –

Obedecí da sus palabras. No se quien era el cocinero, pero esto estaba delicioso, nunca había probado unos hot cakes tan esponjosos y un café bien hecho, ni amargo ni tan dulce.

-Bueno, ya tenemos listo tus medidas y lo que usaras esta noche, vendré a recogerte en la tarde –

-De acuerdo – alcé la taza y seguí bebiendo.

Sin pensar en los problemas que ocasionaría mi presencia.