Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

La Defensa Virginal

La misión no ha cambiado: jugar a la defensiva hasta que Okayden pueda barrer el suelo con esta mopa lampiña. Ya venció a un pendejo mágico, por lo que un segundo pendejo debería ser facilon facilon. Es solo cuestión de tiempo hasta que el Vamlobo se deslice y caiga al suelo como el PIB latinoamericano.

Hasta entonces, tendré que mantener las bolas sucias y sudorosas de Jayden fuera de mi cara y estaré bien. Tengo que seguir las cinco "r" de quemados si quiero sobrevivir: esquivar, saltar, agachar, recoger y esquivar.

Una bola rodeada de energía roja viene ondulando directamente hacia mí. Esquivo hacia mi derecha, agachándome tan pronto como aterrizo, lo que resulta ser mi salvación cuando una bola de energía azul pasa volando por donde estaba mi cabeza hace un segundo. Esquivo una tercera bola saltando una vez más hacia la derecha, esta con energía amarilla, pasando zumbando por mi flanco izquierdo. Me inclino hacia la derecha para recoger una pelota del suelo mientras esquivo una pelota con energía verde dirigida a mi pierna izquierda. Esto es fácil.

Eso pienso hasta que veo a mi derecha y me doy cuenta que me quedé sin espacio para esquivar, saltar, agachar, recoger y esquivar. Lo único a mi derecha es el borde de la plataforma flotante y la promesa de una muerte dolorosa a través de una caída en picada al suelo al estilo del Coyote y el Correcaminos. Parece que en mi arrogancia, no me di cuenta de que cada pelota que Jayden me lanzaba me estaba empujando lentamente hacia el borde. ¡Malditos seas, Patches O'Houlihan y tus malditas Rs!

—Supongo que no tienes un monólogo de villano autocomplaciente que escupir en este momento, ¿verdad? —le pregunto al segundo peor mago emo de la historia, después de aquel rarito de Las Vegas que convenció al mundo que podia caminar sobre el agua, y que hombres cuarentones pueden usar laca y sombra de ojos. ¿Es esa una referencia que los niños entenderán estos días? ¿Has oído hablar de Criss Ángel, o MindFreak? Sabes qué, no respondas. Ya me siento viejo.

—Fufufu, así no funciona, mi casi muerto amigo, un buen villano no monologa antes de vencer a su enemigo —dice Jayden, mientras tres bolas giran a su alrededor como átomos—. Pero no te preocupes ni te desesperes. Haré que tu cadáver escuche todos los monólogos que quieras. Luego, seré rey del bosque mágico, para luego conquistar el mundo... ¡Oye, quedate quieto!

Mierda. Pensé que podía escabullirme mientras hablaba sus tonterias. No era un monólogo, sino un soliloquio. ¡Maldito seas, Shakespeare y tus breves monólogos!

—Valió la pena intentarlo —digo con una sonrisa. Vamos, armadura de protagonista principal. Me has salvado el pellejo hasta ahora. Puedes hacerlo una vez más.

El bastardo larguirucho se ríe suavemente mientras las bolas aumentan de velocidad, brillando con en un negro turbio y enfermizo. —¡Qué graciosa es tu elección de palabras! Porque ahora voy a "intentar" quebrar tu cara como una cáscara. Adiós, mi amigo Humpty Dumpty, que de mi poder serás testigo.

Las tres bolas vuelan hacia mí al mismo tiempo, curvándose y zigzagueando en el aire de formas impredecibles para confundirme y evitar que las esquive. No como si fuera necesario. El wey disparo literalmente una escopeta de magia y muerte envuelta en goma hacia mi. Todo lo que puedo hacer es cerrar los ojos y rezar para que las bolas me partan la madre y me conviertan en una Calamardo Guapo fachero. Ven a mi, dolor abrasador, mi viejo amigo...

Y, sin embargo—como ese amigo al que sigues invitando a pasar el rato y dice "Claro, me apunto" pero cuando llega el día dan alguna excusa de mierda para no salir como "Tengo que lavarme la barba" o "Estoy celebrando el cumple de mi lomito"—el dolor nunca llega. Lo que sí llega es un jadeo colectivo de la audiencia y el sonido agudo de pelotas de goma golpeando algo duro. Y no fueron mis abdominales, que es lo más duro que hay en este estadio.

Abro los ojos para ver... algo. Algo grande, que bloquea mi vista. ¿Es una pared? Es fría al tacto, viscosa, escamosa y...

—¿Estás bien, Ayden? —dice una voz. Una voz de serpiente. Una voz que he oído antes. Sin embargo, no puedo recordar donde.

—Todo cheveroso. Podría estar mas cheveroso, pero no me quejo —respondo, porque es de mala educación no responder a una pregunta tan honesta. Aún así, estoy un poco preocupado por el silencio absoluto en el estadio. ¿Acaso todos vieron un fantasma o algo así?

Una voz rompe el silencio desde las gradas, una voz que reconozco fácilmente como proveniente del Minotauro.

—¡Santa Vaca Voladora, Chimuelo está vivo!

Chimuelo... Chimuelo... Chimuelo. Suena familiar. Pero no estoy seguro. ¿Quién es este wey Chimuelo que todos parecen estar tan sorprendidos de ver?

De repente, la pared se mueve hacia adelante, y un par de ojos amarillos me miran fijamente, seguidos por varios pares de ojos que miran con preocupación pertenecientes a pequeños humanos que se balancean como cabellos vivos en la cabeza del dueño de los ojos amarillos, que resulta ser un enorme pejelagarto. Digo, una enorme serpiente.

¡Espera, esta es la medusa inversa! ¿Pero cómo? ¡Su cuerpo todavía está en una pila de fuego y metal que arde en llamas a unos pocos metros de distancia!

—Me alegro de que estés bien —dice la medusa invertida sin asomo de ceceo—. Parece que llegué justo a tiempo.

—Tú... cómo... —es todo lo que puedo decir. ¡Estoy viendo un fantasma! Un fantasma vestido con una armadura negra, un escudo con forma de espejo y una enorme espada con un cristal rojo que brilla con magia. También parece mayor y más canoso, con un aura de sabiduría. Y si, los humanos están grises cual canas, o gente pastosa tomando sol en playa publica.

—Ah, debes estar preguntándote cómo estoy vivo —dice la medusa invertida mientras coloca su escudo en defensa una vez más. Tres bolas se estrellan contra el escudo, que regresan rápidamente a Jayden—. Es comprensible, ya que la última vez que me viste estaba hecho picadillo.

—Y tenías un impedimento del habla —agrego.

—Sí... eso también —dice—. Bueno, fui atropellado por el camión, y lo siguiente que supe fue que estaba parado frente a una diosa en un lago sin fin. ¡La diosa, Farfallah, me había convocado para ser su campeón y derrotar a un gran Demonio en otro mundo!

Ah, chucha. Verdad. Se supone que el hechizo del autobús mágico se usa para convocar a personas a otros mundos. Pero espera, ¡eso significa que no soy un asesino! ¡Soy inocente!

—Mira, bro, lamento todo el asunto de golpearte en la cara con un autobús. No fue muy rockstar de mi parte.

—No te preocupes, hijo de Adán—dice la medusa invertida, golpeando con revés otra ronda de bolas—. Pasé años perfeccionando mi mente y mi cuerpo bajo la guía de Lady Farfallah, aprendiendo magia y salvando la tierra de Oovulon del malvado Magmirvilion. Maté al malvado dragón Timpalin, salvé al rey Pirulino III, introduje los derechos laborales a los mineros del este y me establecí en una villa para vivir el resto de mis días como un heroe, trabajando en mi ceceo, perfeccionando mi mente. Habían pasado diez años desde la caída del señor de los demonios, y Lady Farfallah me contactó nuevamente con un último trabajo: salvarte. Después de eso, puedo retirarme en paz en gloria y honor.

Genial, no solo no soy un asesino, sino que el tipo que acabo de intentar asesinar me salvará. Esto es increíblemente anime. El poder de la amistad es increíble. —Bueno, me alegro de que estés vivo, bro.

—Pero no por mucho tiempo —dice Jayden. Las bolas a su alrededor comienzan a girar y convergen en una masa de fuego, creando un halo infernal detrás de él—. Encantado de conocerte, noble guerrero, y adiós.

Las bolas vienen hacia nosotros con estelas de fuego cortando el aire, moviéndose en ángulos extraños y antinaturales, como serpientes tratando de rodear a una presa. Pero no puedes serpentear a una verdadera serpiente, y yo tengo una grandota de mi lado.

La medusa invertida golpea su espada contra su escudo mientras hace un encantamiento rápido: 「Rebota」

El escudo brilla con luz arcoíris, listo para recibir las bolas de frente. Las pelotas de goma rebotan en el escudo, pero en lugar de regresar a Jayden, lo persiguen, como si el hechizo se hubiera vuelto contra él. La presunción comemierda de su sonrisa se convierte en miedo cuando se pone a la defensiva por primera vez.

Jayden canta un hechizo silencioso que convierte sus piernas en tornados que le permiten atravesar el campo y esquivar las bolas, aunque solo sea por un pelo. Pero esquivar hace. Está sin aliento, jadeando y sudando como un cerdo gordo un dia antes de una fiesta patronal.

—Juez, ¿esto está permitido? —exclama Jayden.

El dragoabuelo tira de su barba con una sonrisa en sus labios escamosos. —La magia está permitida, sí. Y esto es claramente una invocación mágica. Esta permitido.

El rostro de Jayden palidece. Aún más pálido de lo normal, al menos. — ¿Supongo que es demasiado tarde para escuchar mis pontificaciones alardantes? —pregunta mientras sostiene sus costados.

—¿Por qué no te comes un McCombo de pollas, Ronald McPerra? Chimuelo, llevatelo a la chingada. O a Brasil. Cual sea mas facil para ti.

Chimuelo no lo manda a Brasil. Chimuelo ni siquiera se mueve. Todo lo que hace es entregarme un sobre que huele a salsa marinara con una "F" estilizada sellándolo con cera. Abro el sobre, revelando una breve pero efectiva carta:

—Termina con esto, ahora. Recupera mi reliquia. Por tus propias manos,

Con amorcito,

Farfallah.

Bueno, mierda. Me estan torciendo el brazo aquí. ¿Sabes que? A la verga. Voy a terminar con esta trama secundaria de una vez por todas.

—Oye, huelepega —le digo al imbécil jadeante.

—¿Qué? —dice, confirmando que él es, de hecho, un huelepega.

—Parece que estamos en un punto muerto. No puedes atacarme, y yo no puedo atacarte. Espera, ¿puedo hacerte daño?

Lanzo la pelota hacia Jayden, quien la golpea en el aire con una mano rodeada de magia. —No puedes, mequetrefe.

—Lo supuse. Y yo preferiría terminar esto como caballeros en vez de golpearnos en la cara con bolas grandes y sudadas.

—Estoy de acuerdo, es un deber —dice el imbecil en mocasines. —Y todavía tenemos una apuesta que resolver, ¿no?

—Ciertamente —digo con mi acento más pedante—. ¿Qué tal un todo o nada? Si gano, tú y tu pelo grasiento se van de aquí, para no volver jamás, y yo me quedo con todo lo que le quitaste a Farfallah.

Jayden piensa por un momento con una expresión neutral, golpeándose la barbilla con el dedo índice. ¿Cree que está haciendo algo lindo? —Creo que es un trato justo. Pero si gano, necesitaré algo de igual valor robusto.

—Eso parece justo. ¿Qué quieres de mi?

Su expresión pensativa se vuelve malvada mientras se lame los labios, y vaya si no tiene una lengua larga. —Además de tus ojos, quiero tu virginidad.

...¿Perdóname? ¿Mi qué?

—Me escuchaste —dice, como si pudiera leer mi mente. ¿Puede leer mi mente? Di "amarillo" y te daré veinte dólares—. Me quieres fuera de tu vida, y lo contrario de eso es recordarme en cualquier movida. Puedes escapar de mí y nunca volver a apreciarme, pero no puedes mi pene des-chuparme. Sobre todo porque eres virgen. Quiero tu ano, o no hay trato.

¿Cómo sabe siquiera que soy virgen? No importa, estoy seguro de que su respuesta será alguna rima básica y sofocante. ¡Pero aún así, mi virginidad solo puede ser reclamada por un hombre y solo un hombre! Y estoy absolutamente seguro de que no voy a perderla ante un hombre con tirantes. ¿Busco tanto la venganza que estoy dispuesto a perder mi flor por conseguirla?

Sí, a la mierda. La virginidad es un contrato hecho por viejos verdes religiosos para controlar a las mujeres en la edad oscura. Soy una perra pervertida que es muy abierta sobre su sexualidad. Y, sin embargo, estoy seguro de que no perderé. No puedo perder Soy el maldito protagonista. Nada malo me puede pasar. Esto no es Juego de Tronos.

Además, no es que no pueda perder. Es que es imposible que pierda. Si todo sale bien, claro.

—Está bien, acepto tus términos —le digo.

—¿Estás dispuesto a sellar ese trato? —dice Jayden. Levanta la mano para darme un apretón de manos sobre la línea media, brillando ominosamente en energía negra.

— 「Sello del Apostador」es un hechizo mágico que vincula una apuesta y la ejecuta —dice Chimuelo.

Creo que me está diciendo que es seguro. De acuerdo, si el tipo al que iba a matar con un madrazo en el hocico dice que no hay problemas...

Tomo su mano en la mía y la sacudo con firmeza, como papá me enseñó. Me abstendré de rascarle la palma de la mano con un dedo y reírme como un imbécil. Dos serpientes de sombra salen de su muñeca, envolviendo nuestras manos varias veces. Ambas serpientes nos muerden en el brazo, pero no siento ningún dolor.

—Listo. Ahora, lo único que queda es decidir la naturaleza de nuestro compromiso —dice Jayden. ¿Por qué tiene la mano tan sudorosa? Acabo de agarrarlo. Asco. Ponte desodorante en las palmas.

—Ya que soy el que tengo más que perder —digo, tratando de alejarme de su agarre de águila, —insisto fuertemente en elegir el juego. Después de todo, si pierdo, estaré ciego y posiblemente lisiado, dependiendo de que tan dotado seas

Acariciar su ego parece aturdirlo un poco. No hay forma de que él diga que sí, y sin embargo...

—Fufufu, por supuesto. Sería justicia verdadera. Igual no planeo perder de ninguna manera —dice—. ¿Qué tienes en mente?

Bingo. Caiste, chirulin. —¿Qué tal si lanzamos una moneda?

Por extraño que parezca, sonríe aún más profundo. No me gusta cuando sonrie. —Dejando nuestro futuro al destino, ¿asi es? Tengo que advertirte, la dama Fortuna es una amante cruel, y no quiero que llores si pierdes después. ¿Estás seguro de que quieres jugarte tu virgo fiel?

Poco sabe él... —Por supuesto. No lo querría de otra manera.

—Entonces, acepto tus términos, mi amigo —dice. Las serpientes desaparecen de inmediato, y el poder que sostiene nuestros agarres juntos desaparece también. —¿Tienes una moneda contigo?

—¿Una moneda? Si tengo una. —Saco una moneda de veinticinco pesos de mi bolsillo. ¿Peso colombiano, argentino, chileno, filipinas? Quien sabe. Ni siquiera sé en qué continente se supone que este esta historia—. ¿Quieres tirarla tú?

—No hay necesidad. Pase lo que pase, voy a ganar. 「Beso de Fortuna」

Su piel comienza a brillar con un brillo de arcoíris resplandeciente, contrastando su risa profunda y oscura.

—¡Cuidado, Ayden! —dice Chimuelo, con los ojos bien abiertos. —¡Ese hechizo aumenta su suerte en un 400%! ¡Seguro que perderás!

Ah, en eso te equivocas, mi escamoso amigo. No importa la suerte que tengas, no puedes ganar un juego amañado. —Bueno, ya valiste.

Con un movimiento rápido del pulgar, la moneda vuela medio metro en el aire. Jayden luce presumido y golpeable, como siempre, mientras que Chimuelo luce horrorizado. Bueno, es hora de darle la vuelta a eso.

—Ah, por cierto, si es cara, yo gano, si es cruz, tú pierdes —digo mientras cae la moneda.

—... espera, no-

La moneda cae con un ruido sordo, y mira no mas, es cruz. —Creo que gane —digo.

La cara de Jayden solo puede describirse con la palabra "zurumbatico''. "Badulaque" y "trapisondista" también son términos aceptables, pero no tienen la misma seriedad de zurumbatico, ¿sabes?

—¿Qué... qué es esta mamada? —dice Jayden, con los ojos hinchados por el descontento, y cualquier otro fluido que hace que los ojos se le salgan de sus orbitas—. ¡Esto es trampa, claramente trampa!

—El webo mio es una trampa —digo—. Tú fuiste el que dijo con ese elegante acento tuyo: 'Acepto tus términos'. Estos fueron mis términos, pero tienes la cabeza tan metida en el culo que bien podría servir como orejeras. La próxima vez, escucha antes de lanzarte de cabeza a los tiburones.

Vale, ahora le sale sangre de los ojos. Esto se está convirtiendo en un video musical de Pxndx ahora. ¿Saben qué es PXNDX verdad? ¿"Cita en el Quirofano," "Los Malavenurados No Lloran"? Debo detenerme con las referencias emo de principios de la década de 2000. —Tú... tú... ¡estúpido idiota! No acepto esto. ¡No es justo!

—No importa si crees que es justo o no —dice Chimuelo, apuntándolo con su espada—. Lo que importa es lo que piensa el 「Sello del Apostador」.

Creo que el hechizo cree que fue justo. Un manojo de serpientes de sombra aparece de su muñeca, cada una más malvada y oscura que la anterior.

—¡No no no! ¡No acepto esto! —grita Jayden, suplicando a las serpientes. Pero a ellas no parece importarles sus gritos.

Lo muerden, uno por uno, haciendo que sus venas se hinchen de un color negro antinatural. Y también lo muerden por todas partes. Su cuello, brazos, piernas, pecho. Un frenesí de alimentación de reptiles mágicos, y solo hay un platillo en el menú: Pendejo mágico larguirucho.

Grita, clama, suplica, sin éxito. Desaparece lentamente, primero desde las mordidas y luego todo al mismo tiempo. Todo el tiempo mirándome con descontento. Sabes, me siento un poco mal por el imbecil. Ni siquiera intentó hacer trampa. Siempre pensó que nuestros juegos eran justos. Sé que soy un poco idiota, pero no creo que se merezca lo que sea que le este pasando.

Por otro lado, me quería romper el orto. Así que...

—Oye, si te sirve de consuelo —le digo cuando está a punto de desaparecer—, me gusto jugar contigo. Por eso, te dare el mayor honor que puedo darte: gg.

—Chupalo — me dice. Y con eso, desaparece.

Me retracto. Es una perra y un zurumbatico. Me alegro de que se haya ido. Y la multitud también, que estalla en risas y vítores mientras desaparece de la escena.

—Mi trabajo aquí ha terminado —dice Chimuelo, mientras él también comienza a desaparecer. Afortunadamente de una manera menos dolorosa—. Me alegro de haber venido aquí una última vez. Y muchas gracias, Ayden, por todo. Me mejoraste la vida y me diste un propósito. Espero nos volvamos a ver, en otro tiempo, en otra vida.

—¡No, Chimuelo, te amo! —grita el minotauro desde las gradas. Esa es una historia que pagaría por leer. Que rayos.

El dragoabuelo se aclara la garganta y activa su hechizo. —¡Jayden Traitoro Judasson ha sido eliminado!

¡Come tierra, manco! ¡Gané!

—Sin embargo... —dice el dragoabuelo—, dado que la magia se usó directamente contra otro ser sin la participación de las pelotas de goma suplementarias, esto constituye una violación de las reglas. Como tal, ¡Ayden Gómez ha sido descalificado!

¡Aun mejor! No tengo que quedarme más tiempo, y este arco argumentativo de mierda finalmente puede terminar.

La torre de luz me envuelve, y siento como si estuviera siendo sumergido en una tina de Coca-cola light. No sé si eso es bueno o malo.

Lo último que veo antes de desaparecer es al Vamlobo siendo golpeado en la cabeza con una de goma, cayendo al suelo en inconciencia. Lo siento, mi alma gemela. Sé lo que es luchar por tu integridad anal. Rezaré por tí.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro