Lo último que recuerdo antes de despertar es que me atropelló un autobús escolar. No entiendo por qué había un autobús escolar occidental en medio de Tokio, y menos que a la mitad de la noche.

Tampoco entiendo nadita el hecho de que me desperté en una escuela secundaria occidental en un cuerpo que definitivamente no es el mío, y a juzgar por el hecho de que no estoy desnudo, ni invité a salir a la persona que me gusta mientras intentaba jugar a William Tell con una naranja en la cabeza de un Shiba con una pistola NERF, esta no es mi pesadilla habitual de los lunes.

Algo huele mal aquí. Literalmente. Todo el lugar apesta a palitos de pescado viejos y grasa, del tipo que usan los yanquis. ¿Es así como son todas las escuelas en el occidente?

Lo que sea. Es solo un sueño. De todos modos me despertaré pronto. La gente va entrando una por una. Parece que la escuela aún no ha comenzado. Me da tiempo para apreciar mi entorno.

Las paredes son amarillas, el escritorio es amarillo. Todo parece amarillo para ser honesto. No sé si es por la grasa, o porque todo parece tan viejo con las bolas de mi abuelo con cirrosis.

Intento concentrarme en los rostros de las personas que me rodean, pero todos parecen personajes en blanco, como personajes de fondo de una novela ligera. Sólo un chico se destaca por tener cara y, por alguna razón, una que parece increíblemente golpeable.

Mierda, me está mirando. ¡Rápido! Miraredistante por la ventana. Siempre funcionaba cuando estaba en la escuela secundaria.

Y... no funcionó.

—Oye, Tunnomvre, ¿qué pasa? Mi amigo, mi hermano del alma, mi nakama, mi hogar —dice el chico con cara, rodeándome con su brazo.

Inmediatamente le doy un puñetazo entre la cuarta y quinta costilla, las más tiernas, haciéndolo caer hacia atrás.

—¡Puta seas! ¿Por que hiciste eso? —él grita.

—¡Perra, no te conozco! —grito yo. En español. ¿Desde cuándo sé español? Apenas sé japonés—. ¿Crees que es de buena educación manosear a alguien que no conoces?

El chico golpeable se sentó a mi lado y se frotó las tiernas heridas. —¡Perra, sí te conozco! ¡Soy tu amigo, Scooter! ¿Sabes, Billiam? ¿El Billiamo Antillano? ¿Billbo Bolson? ¿Las maravillosas aventuras de Billy y Scooter? ¡Ya sabes quien soy!

Extraño. Siento haber escuchado ese nombre antes. Ahora, ¿de dónde lo escuché?

—Ah, lo entiendo, estás nervioso por el chico nuevo, ¿verdad? —dice, dándome un codazo. ¿Qué pasa con este pendejo metiendose en mi espacio personal?—. ¿Tienes miedo de que ocupe tu lugar como el mejor amigo de Scooter?

Pffff, si chiruli. —Puede quitarme el título de las manos. Ahora déjame en paz para que pueda sufrir mi sueño en paz. Mañana tengo una jornada laboral de dieciocho horas.

El niño, Billiam, se agarra el pecho con fingido dolor y cae dramáticamente de su silla. —Eso duele. Eres una perra fría, Tunnomvre, una perra fría.

—¿Por qué sigues llamándome así? —pregunto, viendo si puedo hacer estallar su mente con la mía. Lamentablemente no puedo—. ¿De qué sirve ser consciente de un sueño si no puedo controlarlo como déspota?

—Porque ese es tu nombre, Tunnomvre, Tunnomvre Apediyin.

No. Eso no es correcto. Mi nombre es Tuno, no Tunnomvre. Quizás estoy soñando el sueño de otra persona. Sucede de vez en cuando. Una vez soñé que era un fantasma en Nueva Orleans durante Zombie Gras. Ni siquiera sé qué es un Zombie Gras.

—No, ese no soy yo —digo—. Me confundiste con alguien más. Ahora déjame en paz, chico Scooter.

El chico pone los ojos en blanco molesto. —Sé que se pronuncia Tu-nom-bré como me corriges con tanta presunción— dice el chico con la nariz respingona—. ¿Estás bien del coco?¿O estás loco por el nuevo estudiante como todos?

Un millón de preguntas dan vueltas en mi cerebro como un inodoro con cadena, pero como excrementos danzantes, se niegan a inclinarse ante los caprichos del agua que fluye. —¿Qué nuevo estudiante? ¿A mí? Soy algo nuevo aquí. No conozco a nadie.

La mujer más genérica que he visto en mi vida baila dentro del aula como una chica maníaca de ensueño. En cualquier caso, creo que es sólo una duendecita maníaca, ya que estamos en un sueño. Algo contradictorio, como un malabarista vagabundo, o un politico corrupto.

—¡Oye, Leila! —le grita Billiam a la chica—. ¿Estás emocionado por el chico nuevo? ¡He oído que esta mas rico que comer pizza sin servilleta!

La chica se detiene en seco para darle al chico el ceño más devastador que he tenido desde entonces en mis veinticinco años de vida. Juro que la vi escupir en su direccion durante un microsegundo.

—La visión del niño molesto me arruina la mañana, como un vello púbico en un bote de helado— dice/susurra la niña, que pasa junto a nosotros con una mueca.

—Esa es Laila para ti, siempre tan placentera —dice Billiam—. Ya te lo digo, todo el mundo se está volviendo loco por este machote. Escuché que fue criado por lobos, y no solo los lobos normales, sino los sexys que los artistas en Twitter dibujan todo el tiempo. Ya sabes, los que tienen el pene grande y cosas así.

—Sé lo que es un furro, Scooty —digo, tratando de invocar un sándwich. Si voy a quedar atrapado en un sueño escuchando una exposición estúpida que nadie pidió, mejor tomar un refrigerio mientras lo hago. No funciono.

—¡Escuché que puede aplaudir con una mano!— Dice uno de los NPC detrás de mí.

—¡Escuché que una vez miró fijamente al sol y el sol parpadeó! d—ijo otro.

Un tercer NPC dice otra cosa, pero lo ignoro por completo.

El chico intentó agarrarme por los hombros nuevamente, pero el simple desmayo de mi intento de golpearlo fue suficiente para disuadirlo de su intento. —No te preocupes, amigo, amiguis, mejor amigo. No va a romper nuestro dúo dinámico. ¡Solo tú y yo contra el mundo!

De repente, suceden dos cosas a la vez. La primera es que suena la campana, indicando el inicio de la jornada escolar. La segunda es que un respiradero se abre como una lata de masa de galleta, y lo que solo puedo describir como una versión de Adonis sacada de Vaselina se despliega como una alfombra gastada. Precioso cabello negro, ni del todo rizado ni del todo liso, abdominales cubiertos de cuero, labios carnosos como un caramelo suave y gomoso: el hombre parece sacado directamente de una comedia romántica.

Espera, parece literalmente sacado directamente de una comedia romántica. Conozco este escenario demasiado bien. ¿Un bomboncito saliendo de un respiradero? ¿Un instituto que huele a pies y a mediocridad? ¿Billiam?

¡Estoy en el mundo de [バッドボーイズ、ソフトボーイズ、その他の失恋した少年たち]! ¡La novela de Wattpad! Recuerdo haber leído esta historia todas las semanas cuando regresaba del trabajo. Me encantaron las travesuras de los cuatro chicos malos haciendo cosas de chicos sabrosos, y ahora, ¡¿estoy en la novela?!

¡Por supuesto! ¡Me atropelló un camión Isekai! Es por eso que estoy aquí. ¿Pero por qué aquí? ¿Porqué ahora? ¿Qué quiere el universo de mí?

En el momento en que me doy cuenta de que fui transmigrado a mi novela favorita, los recuerdos del dueño anterior de este cuerpo vuelven a mí.

Es muy aburrido. Mi mejor amigo es Billiam, mi comida favorita son las galletas saladas y mi color favorito es el verde. ¿A quién carajos le gusta el verde? Es como si tu Pokémon favorito fuera Pikachu. Perra genérica.

Espera un segundo. Soy un personaje insulso con características insulsas, amigo de un personaje terciario, en el mejor de los casos, y que no tiene relación ni importancia con la trama. Eso sólo puede significar...

Soy un NPC.

¡De todas las personas a las que podría haberles hecho Isekai, yo me convertí en un NPC! Podría haber tomado uno de los clones de Laila, o un vampiro, o diablos, darme cualquier personaje con nombre.

Mis pensamientos son interrumpidos por la propia Laila, quien debo admitir que parece mucho más molesta en persona que cualquier cosa expresada con palabras.

—¡Hola, soy Laila! ¿Eres Ayden Gómez, el chico nuevo? —dice Laila al que creo que es Ayden Gomez, por su presencia fulminante y abdominales sabrosotes—. Dios mío, está buenote, deli-delicioso.

¡Como en la historia! Es como mirar una obra de teatro. Una obra de mierda y consciente de sí misma. Si no recuerdo mal, la siguiente frase que Ayden dirá...

—Oye —dice Ayden con una sonrisa que derrite mil soles, —tengo un micropene.

¡Esa es la inyección de dinero! Fue entonces cuando la historia me enganchó. ¿Quién dice siquiera eso? ¡Solo Ayden, ese es quién!

—Hola, soy Leeland —dice un niño detrás de Ayden. Se parece exactamente a Laila, hasta el cabello asimétrico, la personalidad maníaca e incluso esa extraña inclinación de cabeza que hacen todos los protagonistas de las comedias románticas. Dios, quiero darle un puñetazo. —Me gustan los micropenes.

—Ah, disculpa, quise decir que tengo un penesote —dijo Ayden—. Una pollota carnosa. Si le pones bigote, le puedes llamar Señor Polla.

¡Tontos! ¡Solo yo sé que tiene un pene perfectamente normal!

Y luego, silencio. Ayden se queda ahí parado, sin moverse ni un centímetro. Fuerte como una montaña y dotado como una kielbasa. ¿Esta monologeando? Siempre quise saber qué hacía mientras monologaba. Resulta que no estaba haciendo nada en absoluto. Ni siquiera respira por lo que parece. Una hermosa estatua perdida en el tiempo.

La directora de la escuela, la señora Caradura una mujer de aspecto jovial con rizos negros y lápiz labial rojo, entra en la habitación con una sonrisa de oreja a oreja. Parece sacar a Ayden de su trance, cuando finalmente respira profundamente.

—Buenos días, alumnos —dice, aplaudiendo para llamar la atención de todos—. En primer lugar, bienvenidos a su último año en la secundaria Valle Montañoso Nortesur. Veo caras nuevas entre ustedes, como la del señor Gómez. Señor Gómez, ¿le importaría presentarse?

—Buenos dias, tengo un micropene —dice Ayden sin perder el ritmo.

Scooter se desliza justo a mi lado y me susurra algo al oído. De alguna manera, su aliento no produce humedad. Fue como si le golpearan el oído con un secador de aire. —Chinga pinche mentiroso. Puedes verselo al cerdo a través de los pantalones. Esta tan gorda que puede tapar el hueco en la tapa de ozono.

—Amigo, deja de mirar el bulto del chico nuevo —le digo. Sé que Ayden ha sido sexualizado y cosificado toda su vida, y no voy a permitir que eso suceda delante de mí—. No deberías sexualizar a la gente lo quieras o no. ¿Cómo te sentirías si empezara a hablar de tu trasero con otras personas?

—En primer lugar, mi culo es de dominio público, amigo. Y segundo, no estoy sexualizando una mierda. Sólo estoy recopilando información.

La vida es dura para un soplón profesional. Me olvidé un poco de lo babosa que era Billiam en la historia, siempre chismeando y molestando en los peores momentos.

Como si no hubiera soltado una de las líneas más crudas que he escuchado en mi vida, saca un cuaderno y escribe algo en él. —La información es dinero y el dinero es poder. Ergo, cuanta más información tengo, más dinero tengo y más poder tengo. De hecho, ya tengo un cliente que quiere saber todo lo posible sobre Ayden Gómez

—Espera, ¿vendes información? —pregunto. Eso no estaba en la historia original. Pensé que era un chisme por el simple hecho de hacerlo. Eso y porque quiere ser periodista—. Eso no es muy chiquilukis de tu parte.

—Eso es muy chikilukis en realidad—dice Billiam—. No puedo revelar quién es mi cliente, pero puedo decir que ocupa un lugar bastante alto en el tótem de la escuela.

—¿Sabías que cuanto más abajo esté el tótem, más importante es, ya que soporta el peso de la estructura? — digo con toda naturalidad.

Billiam me mira fijamente, tal como Laila lo había mirado a él. ¿Fue demasiado molesto?

—Lo lamento. Es sólo una de mis cosas que me molestan.

La única persona lo suficientemente baja en el tótem para tener un poder significativo y quiere saber más sobre Ayden, solo puede ser una persona: Lee Vázquez, también conocido como "Fortuna," también conocido como "El villano de la historia." No es de extrañar que ella siempre estuviera un paso por delante del grupo. Si tenia al rey del chisme de su lado...

Espera, tal vez por eso estoy aquí. Sé todo lo que va a pasar. Sé quién es Lee Vázquez. ¡Quizás pueda detenerla antes de que todo se vaya a la mierda! Las personas que consiguen un Isekai a una historia o novela siempre pueden usar su poder para afectar el destino mismo.

¡Soy un agente del destino y salvaré a mis cuatro chicos malos de un destino terrible! ¿Pero cómo? No soy más que un humilde NPC, sin poder, sin influencia, sin dinero, nada.

—Bueno —dice la señora Caradura—, en lugar de tener Historia como su primera asignatura hoy, tendrán Química, así que si pueden mudarse al laboratorio de Química de forma ordenada...

¡Aqui fue! Uno de los momentos más importantes de la historia. Ayden agarrará su carpeta y correrá hacia la puerta, donde se topará con Hayden y su romance florecerá.

Pero, si chocan entre sí, al final del día se encontrarán en curso de colisión con Lee. Decisiones, decisiones... ¿qué hago? ¿Evito que choquen? ¿O dejo que las cosas sigan su curso?

¡TÚ DECIDES! ¡VOTA SOBRE LO QUE DEBE HACER TUNNOMVRE E INFLUYE EN EL FLUJO DE LA HISTORIA COMENTANDO EN LAS OPCIONES ABAJO! ¡LA ELECCIÓN CON MÁS VOTOS SERÁ EL CAMINO A TOMAR EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO!

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