El Tao De Kirby
Mi primera reacción es preguntar: ¿Qué haría Sun Tzu? Pero el Arte de la Guerra ya me ha quemado demasiadas veces en el pasado. Necesito lo que sea lo opuesto a un general chino para sobrevivir. Piensa, Gómez, ¿quién sería la antítesis de Sun Tzu? Algo suave, tierno, seguro... ¿Winnie the Pooh?
No, eso no funcionará. Ambos son taoístas y chinos, y no veo ningún tarro de miel por aquí. ¿Quizás Kierkegaard? Es un twink cobarde que cayó de culo en su camino hacia la relevancia. No, no soy un incel danés, así que no funcionará. Necesito algo tonto y esponjoso. Cabeza vacía, solo supervivencia...
¡Lo sé! Tonto como una roca, necesidad de supervivencia como instinto, siempre gana con el poder de la amistad al final. Solo hay un ser que encaja a la perfección: la querida mascota de Nintendo, Kirby.
Piénsalo. Uno es un guerrero curtido que usa estratagemas desconocidas para burlar a sus oponentes en batallas de ingenio con innumerables vidas en juego. El otro es Sun Tsu. Kirby solo come, duerme, y eso es todo, y sin embargo, por el poder de la amistad y escudo de protagonista, se abre paso hasta matar dioses por mero accidente. ¿Y crees que tiene una estrategia en mente cuando hace eso? Un coño es lo que tiene. Simplemente avanza y lo hace. El universo proporcionará el resto.
Y yo, siendo un protagonista como Kirby, seguiré ciegamente su camino hacia la victoria. Así que hoy debo preguntar: ¿Qué haría Kirby?
Curiosamente, lo primero que hace siempre en sus juegos es mirar hacia arriba. Muchas cosas malas que suceden en Dreamland vienen del cielo. Por supuesto, el Maestro Kirby siempre estaría atento a amenazas como esa. Sus instintos no conocen límites.
Miro hacia arriba para ver lo que es básicamente una pantalla de estadio mágico que se cierne sobre el laberinto con cada una de nuestras imágenes en la parte inferior, con unas 10 ranuras con fotos adjuntas encima. ¿Un sistema de puntuación, tal vez? Junto a él hay un reloj de cuenta regresiva con quince minutos restantes y contando hacia atrás. Tal vez solo los 10 mejores peleadores pasen a la siguiente ronda. O, a juzgar por lo retrógrada que es este arco argumentativo, solo muestra los 10 últimos que serán eliminados cada quince minutos. Maldita sea, estoy volando ciego aqui. Estupido deseo de ir en contra de exposiciones.
No, no. No te preocupes. Recuerda: cabeza vacía, sin pensamientos, solo poyo. El Maestro Kirby tampoco sabe nunca lo que está pasando. Solo tengo que sobrevivir, no ganar.
Justo cuando digo esto, la cara de roedor de Vampyr Von Woof se dispara a la parte superior de los diez primeros, con un número 3 a su lado. El mitad toro, mitad caimán va al segundo lugar con un número 1 al lado de su foto.
Bien, este es un top ten. De ninguna manera esos dos están perdiendo. Si es así, mejor para mí. Bien podría ser una lista de personas a las que no quiero enfrentar.
De todos modos, ahora que ya miré hacia arriba, ¿qué haría Kirby? Y eso es algo fácil de hacer: ¡avanzar! De vez en cuando salta mientras inhala aire para intentar volar. Gracias, Maestro Kirby. Después de todo, la mejor manera de salir de un laberinto es moverse. Y eso, lo hago.
El laberinto es lo suficientemente ancho como para que quepan incluso las bestias más grandes, pero apenas. Un equipo de baile mediocre K-popero podría bailar aquí semi-cómodamente. Camino, y camino, y salto un poco mientras agito los brazos, y camino un poco más. Solo una pizca mas. Llego a una encrucijada y, por supuesto, elijo ir a la derecha. ¡Maestro Kirby va a la derecha, porque Maestro Kirby no es ningún cochino socialista izquierdista!
Saben, para ser cientoytantos en este laberinto, se siente bien vacío. Han pasado—echemos un vistazo al reloj aquí—¡cinco minutos! Cinco minutos sin ver un alma. Yo llamo a eso una victoria. El Maestro Kirby estaría orgulloso, si pudiera hablar para decirme que tan cool soy. Me pregunto si hay una estrella voladora por aquí que pueda llevarme a la siguiente etapa.
Las clasificaciones cambian una vez más. Vamlobo está en el número uno con una puntuación respetable de 10. El Miti-miti lo sigue por 6. El siguiente es un monstruo con forma de serpiente con humanos por cabello, al que llamaré medusa inversa, con 4. Okayden hace su aparición a continuación con 1 punto, seguido de algunos más con uno redondeando la parte inferior. Va lento, pero creo que eso es bueno, ¿no? Todos aquí son parte del bosque. Derrotar a un vecino no es algo fácil de hacer. A menos que sea esa perra de Brenda que sigue denunciando tus plantitas a la junta del condominio porque "es alérgica al polen," aunque sean plantas verdes y no flores con polen, y estas segura que lo hace porque eres hispano y estás segurx que la escuchaste susurrar "Cochino pietro" una vez que pasaste al lado de ella en el pasillo. Le cortaria la yugular a la Brenda, facilon.
Vale, nuevo plan. Seguiré adelante y a la derecha y esperaré a que se acabe el tiempo. Seguramente seré descalificado y, con suerte, Hayden lo entenderá. Hablando de Hayden, su nombre, junto con el de ese repugnante remolacho, acaba de aparecer en el tablero con dos cada uno. Deben haberse unido o algo así. Bien por ellos, supongo. Me hará menos culpable de escapar
Pasan dos minutos más, dos minutos más de mí agitando los brazos mientras contengo la respiración. Esta fue la elección más sabia. ¡¿Por qué estaba pensando que Sun Tzu era el pináculo de la estrategia?! Me habría hecho emboscar a algún minotauro o alguna estupidez como esta. De ninguna manera. ¡Kirby es el papa de los helados! Todo rosado y gordito, sin preocupación, nada. ¿Otra intersección? ¡Gire a la derecha, por favor! Me encanta esto.
Pero la dicha no es para siempre. Tan pronto como giro a la derecha, estoy cara a cara-a-cara-a-cara-a-cara con la medusa inversa, junto con otros cinco seres serpentinos. Ellos están usando color púrpura venenoso.
Oh, poyó.
La medusa invertida se desliza hacia adelante, agitando una alabarda de aspecto malvado. Los hombres en su cabeza comienzan a moverse como uno de esos hombres locos inflables que se ven en todos los concesionarios de automóviles de mala muerte donde te cobran hasta el combustible para salir manejando. —¡Finalmente, un poco de carne fres-s-s-s-s-s-ca! —dice en una voz ceceante.
¿Está arrastrando las S porque es una serpiente o porque tiene un defecto de habla? No sé, no me importa. Lo que me importa es que estoy en peligro.
Echo un vistazo a la pantalla magica y santa macarena, ¡esta cosa tiene 12 puntos en el tercer lugar! Ni siquiera tengo tiempo para chequear el resto del ranking cuando mis instintos debad boy me dicen que esquive. Por supuesto, esquivo hacia la derecha, como lo haría Kirby, justo antes de que la punta de una alabarda vuele a través de donde estaba mi cara hace unos segundos.
¡Gracias a San Bosco por mi armadura de trama!
La medusa invertida se desliza hacia un lado para cortar el camino que iba a usar para huir como una perra, pero no se mueve más. Simplemente se queda allí, mirándome, como una serpiente, con los hombres en su cabeza como pelo moviendose locamente. ¿Me está estudiando? ¿O solo está esperando a que yo haga el primer movimiento, como una divertida, aunque incómoda cita de Tinder en la parte trasera del Subaru de tu padre?
Bien, es hora de otro "¿Qué haría Kirby?" Y este también es fácil: chúpalos y absorbe su poder para usarlo contra ellos, por supuesto.
Lamentablemente, mi poder de succión es deficiente—con lo que espero que Hayden me ayude en un futuro cercano. Pero puedo intentar desarmarlo y tomar esa alabarda para mí. Sí, eso es lo que haré. Tengo armadura de trama, después de todo. Soy inmortal, hasta que la trama lo considere así. ¡Soy el protagonista, putitos!
Primero, lo provocaré con una finta a la izquierda, cuando en realidad voy a la derecha. Luego, cuando me ataque con la alabarda, la esquivaré en el último segundo y se la quitaré de las manos. Plan impecable, Ayden. Tal como lo haría Kirby.
Miro a la medusa invertida directamente a los ojos, convoco cada gramo de mi fuerza a mis piernas, y... inmediatamente caigo de rodillas. Whoops. Eso no se supone que suceda. Claramente le dije a mis piernas que fueran a la izquierda, no hacia abajo. Las piernas ni siquiera pueden bajar. ¿Q'hubo?
Trato de ponerme de pie, pero se siente como si mis piernas estuvieran hechas de gelatina. Y mis brazos también están hechos de gelatina. Todo en mi existencia se siente como si estuviera hecho de gelatina, y de sabor a limón. El peor tipo de gelatina. Eso es solo ácido cítrico y jugo de hueso. Que, por cierto, es como se sienten mis huesos: jugosos. No quieres que tus huesos se sientan jugosos, te lo aseguro.
La medusa invertida chisporrotea, y sus otras serpientes compañeras hacen lo mismo. Creo que así es como se ríen.
—Tú, es-s-s-s-s-stúpido humano —dice la medusa invertida, girando su lanza como un bastón—. S-s-s-s-s-simplemente caís-s-s-s-s-s-ste en mi trampa ingenios-s-s-s-s-s-sa. Veras-s-s-s-ss-, a diferencia de un medus-s-s-s-s-s-s-s-a, que te hace duro, una medus-s-s-
—Okay, sé que eres una serpiente y que todos ustedes arrastran las S para ser amenazante y mierda, pero ¿puedes, tipo, no hacerlo? Todo esto de estirar las palabras me está dando ansiedad. Es como cuando alguien está conteniendo la respiración y me hace contener la respiración porque mi cerebro está controlado por dos cucarachas jugando ping-pong y, bueno, ya sabes.
Una de las serpientes acompañantes da un paso adelante—o una arrastrada adelante—y me señala con la cola de manera acusadora. —Hey, tipo, vete a la verga. Mi pana Chimuelo aquí no hace eso porque sea en parte serpiente. Solo tiene un ceceo. Lo que estás haciendo es bullying a alguien con un impedimento comunicacional. No es muy rockstar de tu parte.
Oh, mierda. —Estoy muy muy apenado. No fue mi intención-
—No tepreocupes-s-s-s-s-s —dice Chimuelo, la medusa invertida—. Lo entiendo. Es-s-s-s-s parte del es-s-s-s-s-s-tereotipo. Es-s-s-s que, ya sabes-s-s-s-s-s-s, hay mucho-s-s-s-s-s-s-s prejuicio-s-s-s-s-s-s-
—No, no, lo entiendo —le digo, todavía tan flácido como un adolescente en un baño público japonés—. Lo que dije fue intolerante e insensible. Por favor perdoname. ¿Estabas diciendo?
—No, no, es-s-s-s-s-s-s-stá bien. El momento ha pas-s-s-s-s-s-sado.
—Por favor, insisto. Tengo mucha curiosidad por saber por qué estoy todo suave y flacido.
—Bueno, s-s-s-s-si ins-s-s-s-s-sis-s-s-s-stes-s-s-s-. Como yo estaba diciendo, a diferencia de un medus-s-s-s-sa, que te pone duro como roca, un A-s-s-s-s-udem, o una medus-s-s-sa invertida, te hace s-s-s-s-suave y flacido.
Todo eso por algo que es súper obvio. Pero bueno, no quiero ser grosero ni que me cancelen en Twitter. —Ya veo. ¿Ahora que? Estoy a tu merced.
Ahora que es una excelente pregunta. Ser suave no es algo con lo que el Maestro Kirby tenga problemas. Es notoriamente suave y blando. Yo, por otro lado, no soy un soft boy. Soy un chico muy duro por naturaleza, gracias a mis abdominales de batea y menton afilado. Pero también soy un protagonista, como el Maestro Kirby, y los protagonistas no mueren. Estoy obligado por el universo a encontrar una salida de mis tribulaciones. Miro hacia arriba para ver que quedan cinco minutos. ¡Eso es! Puedo agotar el tiempo si lo mantengo hablando. ¿Cómo podría ignorar el poder más grande que el Maestto Kirby tiene en su arsenal? ¡El poder de la amistad!
Sí, con el poder de la amistad puedo salir de esta. El Maestro Kirby se hace amigo de sus aliados todo el tiempo. Si puedo hacerme amigo de esta medusa inversa, puedo salir de este atasco gelatinoso.
—Ahora —dice la medusa invertida—, es-s-s-s-s hora de morir.
Ah, sí. Hora demorir. Los enemigos antes de ser amigos siempre dicen eso, ¿no? Tipico. Después de todo, solo hay una delgada línea entre el odio y el amor. De hecho, me atrevería a decir que lo opuesto al amor no es el odio, sino la indiferencia, y... ¿ese es mi culo?
¿Por qué estoy mirando mi propio culo? Berga, nunca lo había visto desde este ángulo bajo. Tengo un suculento poto. Sendo pony es lo que soy. Puedes hacer rebotar una moneda en mi capo. Otra cosa que tengo es dolor abdominal. Tipo, un dolor enorme. Del uno al diez, seria un quince. Además, no puedo sentir mis piernas por alguna razón.
Qué raro, me estoy enfriando. Y mojando. Y mi visión es borrosa. Mis piernas caen como a un metro de distancia de mi cabeza, pero al revés. Piernas tontas, se supone que deben ir debajo de mí, no sobre mí.
¿Verdad?
Tengo ganas de quedarme dormido ahora. Alguien debería envolverme en una manta. Estoy muy frío.
Espera un minuto. Mis piernas ya no están unidas a mí. Me estoy enfriando. Me siento como dos pies más baajito, pero en sentido figurado y literal.
Mientras la medusa invertida se come mis piernas como una anaconda, me doy cuenta.
La perra acaba de cortarme por la mitad.
¡Pensé que íbamos a ser amigos!
Pero, no puedo morir. ¡Tengo armadura de trama! Nu-uh. Esto no puede terminar aquí. Soy el puto prota.
Y para mi sorpresa, esto no termina aquí.
Me siento completo de nuevo, pero más mojado que nunca. Húmedo, incluso. Oh, Chuito, por favor dime que no me hice pipí encima.
No, espera, no es charco de pis, sino un charco de agua. El húmedo cielo nocturno se ha cambiado por un claro cielo matutino. Frente a mí hay un trono y—¡Puta sea!
—Bienvenido, hijo de-
—Sí, sí, ahórrame el teatrico —le digo a la diosa aburrida en un trono de cristal frente a mi—. ¿No puede un hombre morir en paz?
Farfallah se ve extra engreída en esa forma inexpresiva de ella, girando un mechón de cabello en su dedo índice. —Espero recuerdes que tu vida ya no es tuya para descartarla, al menos hasta que concluya nuestro contrato. Lo cual me recuerda...
El suelo acuoso debajo de nosotros cambia como una pantalla al momento en que encontré al BL antes de pasar por el agujero blanco. —Ganaste la apuesta y, sin embargo, te negaste a recuperar lo que es mío. Explicate.
—Necesitaba algo de él, e hicimos un trato para resolver esto en un dos de tres —digo. Maldita sea, me pican las costillas—. Obtengo lo que quiero, él tiene otra oportunidad de ganar y hacemos que todo este asunto sea un poco más dramático. No te preocupes. Recuperaras tu cosiato.
Los ojos de Farfallah se estrechan con sospecha mientras la mirada de suficiencia en su rostro desaparece. —Muy bien, hijo de Adán. Aceptaré tu logica... por ahora. Si me enetro que me estás tomando el pelo, lo lamentarás.
—Bueno, ya estoy muerto. No hay mucho que lamentar ahora —digo.
—Oh, cuando termine contigo, me rogarás que te mate —dice Farfallah—. Por ahora, sigues siendo un peón útil, así que yo, la gran Farfallah, te reviviré una vez más. Lucha por tu vida, consigue mi reliquia, no metas la pata.
—Ah, otra ronda en el infierno personal al que llamo existencia. Estoy realmente agradecido.
Farfallah entrecierra los ojos ante mi aparente sarcasmo y agita las manos. La oscuridad familiar me envuelve mientras soy arrastrado al mundo de los vivos una vez mas. Pero ahora que lo pienso bien... ¿cómo se supone que voy a ganar?
—¡Oye, Farfallah! —le grito al último espectro de luz de la oscuridad—, ¿cómo puedo ganarle a un oponente que me ablanda cuando lo miro?
La oscuridad envuelve incluso las sombras mismas, pero no antes de que una voz lo penetre todo. Una voz engreída. —No sé, ¿cierra los ojos?
Hasta aquí llega la sabiduría de los dioses.
Me encuentro acorralado una vez más en un abrir y cerrar de ojos. Miro a la pantalla y el reloj marca siete minutos antes delfinal. Genial, dos minutos antes de que muriera por última vez. Lo primero que hago es cerrar los ojos. El maestro Kirby cierra los ojos cuando está en peligro, después de todo.
—Eh, ¿qué está-s-s-s-s-s haciendo? —dice la medusa invertida.
—Nada, solo descansar mis ojos, es todo —le digo.
Excelente. Ya no me siento flácido. Eso es un alivio. Pero ahora no puedo ver una mierda. Maldita sea, odio no tener mis anteojos. Sería un escudo perfecto contra esto. Aún así, el Maestro Kirby no usa anteojos. Él es demasiado genial para eso. Pero el plan sigue siendo el mismo: fintear, esquivar y agarrar. Facilon, facilon, corazon de limon.
Pero sin ser capaz de ver, es dificil, dificil, me patean en las bolichis. Trato de hacer finta, pero lo hago fuera de tiempo. El dolor punzante mientras me atraviesan como carnita al pastor no es algo que pueda olvidar fácilmente.
Mi trasero todavía se suculento.
—Bienvenido, hijo de-
—Cierra los ojos, dijiste. Saldrá todo bien, dijiste.
—Nunca dije que saldría todo bien —dice Farfallah, ahora con una sonrisa de comemierda que no se traduce en sus ojos.
—¿Alguna otra gran idea sobre cómo evitar la flacidez? —pregunto.
Farfallah agita su mano, materializando una pequeña píldora azul frente a mí.
Viagra.
—Ja, ja, que chistosita me salio la diosa pastosa —digo, bofeteándo la pastilla lejos de mi—. ¿Eres la diosa de los payasos o algo así?
—¿Qué quieres de mí, insensato hijo de Adán? —dice, ahora exasperada, masajeándose la sien derecha.
—Necesito algo para proteger mis ojitos. Y antes de que me hagas otro chistesito, algo que me permita ver también.
La diosa chasquea la lengua y vuelve a agitar la mano. Unos llamativos lentes de sol pitatas Gucci gigantes—lo siento, anteojos de sol "Cuggi"—con piedreria incrustada en el marco se materializan frente a mi. Siento que podría romperse mirandolos con mucha fuerza. Incluso puedo ver las marcas del molde de plástico usado en los bordes. Burdo.
—Gracias, supongo.
La diosa vuelve a agitar las manos y la oscuridad me re-devuelve a dos minutos antes de morir.
Lo primero que hago es ponerme las gafas, para disgusto de la medusa invertida.
—¡¿Qué s-s-s-son esos-s-s-s-s-s?! —pregunta
Empujo las gafas contra mis ojos con mi dedo medio y le doy mi característica sonrisa de bad boy. —Son Cuggis.
Inmediatamente hago mi finta a la izquierda, mientras esquivo a la derecha en el último minuto, ¡y bingo! La alabarda cae donde yo estaba y se atasca en el suelo. Salto sobre éllla y trato de separarlo tanto del suelo como de la medusa inversa.
La palabra operativa aquí es "Trato."
Resulta que las medusas inversas están enyucadas. La medusa reversa levanta la alabarda—y ami, que todavía la sostengo—en el aire y me golpea contra las enredaderas. Contra una espina que sobresale de una enredadera, para ser exactos. Me pregunto, ¿de cuántas maneras diferentes puedo ser penetrado hoy?
—Bienvenido-
—Bueno, resulta que no soy tan fuerte como una serpiente con esteroides, así que necesitaré un arma.
La diosa parece desconcertada e incómoda, retorciéndose en su trono. —¿Un arma?
—Sí, como una espada, o una lanza, o algo así. Incluso tomaré un cortador de pizza.
—Bueno, sobre eso... —dice la diosa, girando sus pulgares sin mirarme a los ojos—. En términos de armas, no tengo armas.
—...¿disculpa?
—Veras, el uso de armas ha sido proscrito en mi realidad. A diferencia de ustedes seres poco civilizados, nosotros resolvemos los problemas jugando y apostando. Así es como el intruso logra robar mi reliquia.
Mis antenitas de vinil me dicen que se la ganó en una apuesta, no que se lo robó. —Pero espera. La polla andante interdimensional tiene un cuchillo mágico. ¿Cómo?
—Lo tomó de una ruina antigua en tu realidad. ¿Creo que se llama 'Centro comercial'?
Malditas tiendas otakus, hombre. —Bien. Entonces, ¿no puedes darme una mano? ¿Un hechizo o algo así?
De nuevo, la diosa se retuerce en su asiento. —Lamentablemente, no puedo interactuar con tu mundo directamente, ¿recuerdas, hijo de Adán? Por eso tu eres mi campeón. El único hechizo que tengo es el hechizo que usé la primera vez para convocarte aquí.
—Pero no me convocaste aquí. Me atropelló un autobús.
—Correcto —dice ella con indiferencia.
Disculpe, pero ¿qué diablos? —¿Me estás diciendo que tienes un hechizo que invoca un camión que puede matar personas?
—Invócalos a otro mundo —corrige ella—. Una gran diferencia. Es el único hechizo que los dioses podemos usar en otros mundos. Es un hechizo bastante popular también.
—Invocarlos... matándolos.
—Detalle, detalles —dice ella.
Bueno, eso hace que sea más fácil. —¡Entonces, dame el hechizo!
—...¿qué?
—Da. Me. Lo. ¡Ahora!
La tercera es la vencida, supongo.
Siete minutos en el reloj. Gafas Cuggi puestas, un pase de autobús mágico en mi mano. Listo para luchar.
—¡¿Qué s-s-s-s-son esos-s-s-s-s-s?! —pregunta la medusa inversa una vez más.
Pero esta vez, estoy listo. Levanto mi pase de autobús, me pongo las gafas y pronuncio las inmortales palabras que el Maestro Kirby diría si pudiera hablar.
—Manos te van a faltar para pelarmela, pejelagarto.
Un portal de oscuridad se abre y sale volando de ella un autobús escolar amarillo... ¡de la muerte! Choca contra la medusa inversa y contra una pared de vid lejana en un resplandor de gloria, mientras el fuego quema vivo a la serpentota. Huele delicioso.
Me giro hacia el resto de las serpientes mientras que el fuego se refleja en mis gafas y les sonrío. —Llego el chichero.
No parecen querer tomar un paseo de bus, sino que se alejan de mí lo más serpenteantemente posible.
Por ahora, estoy a salvo. Me permito caer al suelo y suspiro de alivio mientras la adrenalina abandona mi cuerpo. Es extraño cómo no me cagué encima cuando morí. Supongo que me he quedado sin mierda.
Echo un vistazo al marcador de arriba, solo para ver mi cara tonta mirándome.
Ahí, en el octavo lugar, estoy yo con 13 puntos. Supongo que derrotar a la cosa me dio sus puntos. Mierda. Quería salir, no entrar. Bueno, todavía hay tiempo. Estoy seguro de que alguien me reemplazará en algún momento. También podría hacer lo que haría el Maestro Kirby y descansar mientras pueda.
Escaneo al resto de las personas en el tablero mientras estoy en eso, viendo algunas caras familiares. En décimo lugar está el BL con 6 puntos. Por encima de él, en noveno lugar, está la chica duende, con 10. El siguiente soy yo, con 13.
Después de eso está uno de los furros azules, a los 17. ¿Cómo diablos pasó eso? El sexto y quinto lugar son Trevor el Hombre-hombre y Hayden, ambos con 25. Gran salto allí. El cuarto es la mitad bestia con 34. El tercero es Okayden, por extraño que parezca, con 37. El segundo es Vamlobo, con un sólido 40. Me encantan los números redondos.
Y en primer lugar, con 74 puntos, está... Brayden.
¿Qué en el nombre de Juan Paco Pedro De La Mar esta pasando aqui?
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