Empezamos, como toda buena historia, con pelotas frente a mi cara.

Grandes, sudadas y marrones pelotas volando por todas partes, siendo manoseadas bruscamente por tipos musculosos con ira reprimida desahogándose con otros tipos musculosos chocando entre sí y gritando, sudando y golpeando los puños a cada paso. Uno contra uno, dos contra uno, equipos de etiqueta, je-ne-se-trois, todo al mismo tiempo en todas partes. Honestamente, no sé lo que la gente ve en el fútbol americano.

Una de las cosas que tienen en común Valle Montañoso Nortesur y Valle Montañoso Surnorte es que ambos vierten una estúpida cantidad de plata en su programa de fútbol. Después de todo, ¿por qué invertir en un menú de cafetería económico y nutritivo cuando teniente coronel Joden necesita un suspensorio nuevo para sostener la erección que tiene por mi novio? Pero claro, podemos pasar otros meses jugando a los juegos del hambre por los pocos cartones de leche vencidos que aún no se han convertido en requesón. Maldita sea, eso podría ser incluso más saludable que cual sea esa mierda alternativa al queso que usen el martes de tacos. ¡Se supone que el queso se debe derretir! Eso parece mechas de quinceanera con halitosis.

Hablando de queso, es posible que se pregunten por qué estoy presenciando un juego cuando claramente odio todo sobre ello y lo que representa, y a eso digo: no estoy viendo un juego. Al menos no se supone que deba hacerlo. Como ya no tenemos un club, tuvimos que ser creativos al elegir los lugares de reunión para nuestro cuarteto de empollones. Intentamos reunirnos en la casa de Brayden, pero después del incidente de la carretilla—sobre el cual me niego a dar más detalles por temor a provocar vómitos masivos y malestar general, no importa cuánto diga Jungkook que lo siente—no vamos más allá, para no revivir el otrora doloroso. recuerdos.

Además, sin la excusa de un club, Hayden no puede quitarse los desagradables mitones de Joden y se ve obligado a jugar de nuevo y justificar su beca. Por lo tanto, las gradas del campo de fútbol se han convertido en nuestro nuevo salón del club. Y no somos los únicos con la misma idea.

Gracias a un idiota absoluto que incendió la otra escuela, el coeficiente intelectual colectivo de todos en Valle Montañoso Nortesur se desplomó, ya que ahora hay el doble de idiotas mezclándose, formando tribus, con una mentalidad de nosotros contra ellos. Este lugar parece una zona de guerra.

Mira lo que pasó el otro día. El club de bordado VMNT fue invadido por el club de lectura VMSN. Una fuerza imparable se encuentra con un objeto inamovible. El poder de la aguja espinosa contra el poderoso corte de papel. Perdimos a Henry ese día. Buen chico, lo era. No se metía con nadie. Estaba a dos días de terminar una bufanda a crochet para su amada Martha. La guerra es el infierno.

Sin mencionar la guerra fría entre el club de baile moderno MVMW y el club de baile callejero VMSN. Están atrincherados en la biblioteca, enviando cada día a su mejor bailarín a la tierra de nadie para hacer bailes de TikTok sin música hasta que alguien se rinda. Tuvimos un breve momento de respiro cuando un miembro de la Sociedad de Payasos MVMW se enamoró de un miembro de la Compañía de mimos VMSN. Brevemente. ¿Recuerdas la Boda Roja de Juego de Tronos? Imagínate eso, pero con pasteles de crema y mazos invisibles.

Pero todo eso son escaramuzas en comparación con el evento principal que se desarrolla todos los días en el campo de fútbol. Dado que ambos equipos necesitan practicar y necesitan toda la práctica que puedan obtener, decidieron comprometer y practicar al mismo tiempo en diferentes lados del campo. La palabra operativa aquí es "Práctica," porque este arreglo solo funciona en teoría.

En práctica, este terreno sagrado homoreótico se ha convertido en el principal campo de batalla por la supremacía escolar. Todo esta tranquilo, ambos equipos en lados opuestos, hasta que alguien hace un comentario, o lanza una bola, o insulta a la mama de otro jugadora, y se desata el infierno entre ellos. Y, lamentablemente, se ha convertido en el único momento que puedo pasar con mi papichulo después de la escuela, ya que Joden está empeñado en romperle la espalda a su equipo para demostrar que tienen las pollas más grandes en lugar de dejar que la polla de Hayden me rompa la espalda.

Sí, no hemos consumado la relación. Demándame. No tenemos el tiempo ni la energía para atar el cerdo. Come la salchicha. Rellenar el faisán. Sabes. Sexo.

No es que lo necesite, fíjate. Pero... ya sabes, está ahí. Es mio. Por todo lo que vale, no puedo dejar de pensar en ese gran, carnoso, delicioso-

"penesin," dice Brayden, sentado una fila por encima de mí en las gradas, escasamente pobladas por algunos transeúntes que esperan ver la batalla de hoy.

Un hombre cetrino con anteojos de nerd y calvo—que muchos podrían identificar fácilmente como el Director Tranquilonne, también conocido como DIrector Chupapijas, del Politecnico Valle Montañoso Surnorte, vestido con un traje de sirvienta francesa nada lindo—corre hacia Brayden en cuatro patas. Su trasero se ve increíble en tacones altos, debo admitirlo. Le resta valor a las orejas de gato grapadas a su cabeza.

—Sí, Sr. Messin... quiero decir, Sr. Papi, señor —dice el director Chupamedias.

"tráeme un vaso de agua. pero no cualquier agua, sino aquafina. en una taza con la cara de akwafina. dios, odio a esa perra," dice Brayden, ahuyentándolo con un movimiento desdeñoso de la mano sin mirarlo. ""¿y qué te dije que dijeras después de cada oración, penesin?"

—Señor. Quiero decir, Sr. Papi, uwu —dice el director Tragapijas—. ¿No crees que tu perro ha pagado lo suficiente por sus transgresiones, uwu? Tal vez si el Sr. Papi encuentra en su corazón borrar toda esa tonta evidencia de mí cultivando y vendiendo todas esas tontas sustancias ilegales? ¿Porfis? uwu.

Para enfatizar lo patético que es, agarra la pierna de Brayden para suplicar. También lo monta suavemente como cachorro en celo, lo cual, ya saben, ew.

Brayden aparta los ojos del campo de práctica dividido para mirar al hombre. Y mirar hace. Y sigue haciendo. Y un poco más. La mayoría de la gente encontraría esto incómodo, pero sé en el fondo de mi corazón que las dos neuronas en la cabeza de Brayden estaban disparando a toda máquina para formular una respuesta. Brayden es como un chihuahua, no está destinado a pensar, sino a responder por instinto. Y el instinto de Brayden, al igual que el de un chihuahua, suele ser elegir la violencia.

Brayden levanta la mano y... le da unas palmaditas en la parte calva de la cabeza con cariño mientras le da una sonrisa amable. "claro, penesin! has sido un buen perrito, ¿no es así? ¡chi cheñol!" dice Brayden, puntuando cada palabra con una bofetada en la calvicie.

—Esta entrenado para ir al baño solo y todo, bro —dice Jungkook, sosteniendo una pequeña sombrilla sobre Brayden.

—Ni siquiera tiene pelo que mudar —agrega Harry, sosteniendo una sombrilla un poco más grande sobre Okayden, sentado junto a Brayden mientras lee un libro. Algo sobre tijeras.

"te mereces un premio," dice Brayden. Saca su teléfono y va a una carpeta llamada "penesin, drogas" y la borra con unos pocos toques. "ahí, ¿está feliz mi pequeño penesin?"

El rostro del director Succionanepes pasó de ser derrotado a esperanzado y completamente radiante, con un toque de desafío. Uno podría imaginar que sería el rostro del Conde de Montecristo mientras nadaba libre de esa isla prisión, listo para matar a Guy Pierce, como suele ser cualquiera que esté a punto de matar a ese bastardo engreído. Y, sin embargo, el desafío en sus ojos se desvanece con horror cuando las siguientes palabras salen del esfínter de Brayden.

"pero dime, penesin, ¿te suena familiar el número 112.124.84.154?" dice Brayden.

—¿Qué? —dice el director Melachupa—. ¿Qué es eso?... espera.

"112.124.84.154," repitió Brayden. "¿te suena algo?"

—¿Es esa... es esa mi dirección IP? —pregunta el director Dimples.

"eres libre de irte, penesin. pero, solo digo, sería una pena que alguien revelara que cierto director se dedica a su día mientras busca cierto video con un delfin y-"

—¡Aquafina en Awkwafina, lo tengo, uwu! —grita el director con nuevo miedo en sus ojos. Miedo fresco.

Una sola lágrima de terror corre por sus mejillas, una que Brayden capitaliza lamiéndola directamente hacia arriba. Brayden golpea su calvicie un par de veces más, haciendo que su mano se imprima en él. "buen muchacho. fido, ¿quieres algo?"

—Agua en las rocas —susurra Okayden,

—Pero por favor, aguanta el agua,

Solo las rocas, gracias.

—Entonces... ¿solo hielo? —dice el director Absorbecojones.

—Bueno para los dientes —añade Okayden.

"¿ayden? amigo, pana, mi hombre, mi hermano, mi parce, ¿quieres algo?"

—Estoy bien, gracias —digo levantando un termo lleno de chocolate que Hayden me dio antes de la práctica. Debo decir que tener un novio chef es satisfactorio en más de un sentido. Me estoy poniendo más gordito, pero todo se me va al culo. Le dije a Hayden que le bajara dos, pero todo lo que hace es darme una palmada en el trasero y decir: Maldita sea, chico, ¿eso es gelatina? Porque la mermelada no se mueve así.

Me encanta ese tonto. Honestamente, no estaría aquí en este calor sofocante para apoyarlo si no fuera por eso. Por otra parte, creo que me cocinaría vivo si entro en modo Amongus y duermo en el respiradero a esta hora. Creo que eso son todos los cambios en el status quo. La escuela es una zona de guerra, Lee y la administración han dicho una mierda sobre cómo van a solucionar los problemas de los clubes escolares, y todavía no he conseguido esa dulce polla. ¿Me he perdido algo?

Siento una mano agarrar mi pie por debajo de las gradas, seguida de más manos tratando de tirarme hacia abajo. Grito, sintiendo las uñas clavarse en mis flexibles piernas color canela pasión mientras uso mi otra pierna libre para pisotear las manos. Escucho una voz que dice "¡Sí, papi, písame!" después de unos segundos.

—¡¿Qué carajos varios?! —frito. Dos de las manos hacen un trabajo rápido de las agujetas de mi bota de cuero, deslizándola fuera de mis pies. Juro que algo me lamió mientras me liberaba de esta tortura.

—¡Tengo su pata! —dice una voz distintiva, con un acento costero, del cual literalmente pude saborear el hecho de que venía de unx CCCP, seguido de una cacofonía de risitas.

Un grupo de CCCP viene de debajo de las gradas, prácticamente saltando, mientras esta pequeña niña asiática con un corte de tazón sostiene mi zapato, lo mete en una bolsa marrón y huele esa mierda como si fuera pegamento. Que mierda.

—Li-yang ataca de nuevo —susurra Okayden, decidido a tener más diálogo que yo, la perra remilgada,

—Estos Broopies están loquillos,

Como dicen los niños ahora.

"¿cuántos años tienes, abuelo? nadie dice eso ya," dice Brayden.

Ah, sí, los Broopies. Mira, una escuela secundaria es un ecosistema delicado cuidadosamente creado por algún imbécil con demasiado tiempo en sus manos para asegurarse de que cada clase, cada sección, cada año, tenga una cantidad perfecta de deportistas, nerds, emo, bad boys, CCCPs, y así. Como el serengeti, con los ñus y los canguros y tigres y mierda, todo funciona en un círculo. El deportista se come al bad boy, el bad boy se come al CCCP, el CCCP se come al emo, el emo se come al nerd, y el nerd come mierda lmao. Pero es un círculo delicado perfectamente diseñado para no destruirse unos a otros.

Esto ha cambiado mucho. Con esta fusión de escuelas, todos los grupos principales crecieron exponencialmente, excepto los bad boys. Antes de la fusión, había al menos 3 CCCP por bad boy. Ahora, nos tienen 6 a 1. La presa se ha convertido en el cazador, y estamos siendo cazados. Los CCCP, al ver que nos superan en número, han abandonado su enfoque solitario habitual y se han convertido en formaciones de manada, haciendo escaramuzas, derribándonos uno por uno. Hay un desequilibrio en la fuerza.

El líder del broopie más grande, como en las groupies de bad boys, es Li-Yang, un miembro del club de debate VMSN convertido en CCCP que me ha estado acosando durante semanas. Mucho material de villano, si me preguntas. Este es el tercer zapato que pierdo este mes. Siempre los derechos, por alguna razón. Estoy todo a la izquierda ahora. Que viva elproletariado.

—¡Esa perra me quitó las botas! —grito—. ¡De nuevo!

¡Y ni siquiera lo lamentan! El broopie está a unos metros de distancia, burlándose de mí, pasando la bolsa mientras huelen el sudor de mis pies apestosos a "Invictus," sabiendo muy bien que no puedo hacer una mierda al respecto.

De repente, una pelota viene volando hacia ellos como un huracán, estrellándose contra la cerca de tela metálica detrás de ellos. Es lo suficientemente rápido y fuerte como para hacer que las hienas corran y griten por sus vidas, dejando caer la bolsa marrón detrás de ellas. Un jugador completamente ataviado con equipo de protección, que por alguna razón tiene pinchos y navajas por todas partes, trota hacia la bolsa, la agarra y sube por las gradas. Se quita su casco para revelar un par de dulces ojos verde miel que brillan bajo el sol. Mi amor. Mi único. Hayden.

—Creo que esto es tuyo —dice Hayden con una sonrisa torcida. No lo guardo en su contra, es solo la forma en que sonríe un bad boy, eso es todo.

Tomo la bolsa de su mano, dándole un pequeño asentimiento. —Mi caballero de armadura brillante y extrañamente cortopunzante.

"creo que me gomito," dice Brayden, empujando media mano por su garganta. Saben, tiene poco reflejo nauseoso para un hombre heterosexual. Solo digo. "busquense un cuarto ya. ¿cuándo van a abrir esa cocacola achocolatada?"

—¡Brayden! —Hayden y yo decimos al unísono, seguido de una mirada incómoda y sonrojada entre nosotros.

—No voy a hacer que el objetivo de esta temporada sea darle mi flor a mi hombre, ¿de acuerdo? —digo.

—Sí, hermano —dice Hayden—. Sucederá cuando suceda, ¿de acuerdo? Quiero decir, si quieres, nene. No pretendo presionarte en absoluto. Quiero decir, pero si quieres.

No se que decir. Realmente no quiero descarrilar esta historia. De hecho, cuanto antes acabe, mejor. Después de todo, este capítulo ya es demasiado largo.

Un sonido como un trueno sale de la nada, y directamente en mi cara. Lo siguiente que sé es que hay una mano frente a mi cara que sostiene una pelota de fútbol que sigue girando y humeando como efecto barato de anime. Hayden lo atrapó en el último segundo, salvando mi rostro de un mundo de dolor. Y hoy no llevo mis gafas de sol antibolas.

Todas las cabezas en el campo, incluidos nosotros, giran lentamente hacia la fuente de la bala. Llegó directamente desde el otro lado del campo, el que estaba siendo utilizado por el equipo de Valle Montañoso Surnorte. Específicamente de un jugador bruto con hombros cuadrados, dientes separados y una ceja de cromañón que se reía profundamente mientras una animadora envolvía sus manos alrededor de su cuello.

—Vaya, fallaste a la perra, Hai-boo —dice la animadora, una tal Leighlay McKenzie.

—Pero Haiden golpear otra perra —dice Haiden, el Hayden del mundo bizarro de Valle Montañoso Surnorte.

Las gradas de cada lado rompen el silencio cantando lentamente "Pelea, pelea, pelea," primero en voz baja, luego, en un crescendo atronador.

Hayden me mira, sus ojos brillando como diamantes. —¿Un beso para la buena suerte?

Lo agarro por el cuello, dándole un rápido beso en los labios. —Parteles la madre, beibi.

Se pone de pie y el campo se queda en silencio. Se podía oír caer un alfiler en la distancia, lo que significa que el club de bordado probablemente esté bajo ataque. Hayden se pone el casco y avanza lentamente hacia el campo. Ambos equipos se alinean, uno encabezado por Hayden, otro por Haiden. Y en el medio, solo espera la muerte. O conmociones cerebrales, lo más probable. Es solo cuestión de tiempo. Las respiraciones se contienen, el calor está arriba. Y con una sola palabra, una simple palabra, se desataría el infierno.

—¡Furros! —grita Hayden, colocándose la visera—, ¡ataquen!

Sí, las cosas han cambiado, pero al menos estamos juntos. Estamos sanos y estamos vivos. Mientras se mantengan las cosas asi, podremos... ¿Por qué no se matan a golpes entre ellos?

Un niño entra corriendo al campo, justo a tiempo para evitar que ambos equipos choquen. Les susurra algo a Hayden y Haiden, y la tensión parece disiparse. No puedo escuchar nada desde aquí, y los susurros locos entre los asistentes tampoco ayudan.

Ambos equipos en línea recta abandonan el campo y se dirigen hacia la escuela, dejándonos colgados a los mortales. El niño va hacia las gradas, su voz dulce y desmenuzable, como tarta de fresas hecha por un perro tuerto.

—Por favor, si pueden ir todos al gimnasio, la directora Caradura tiene un anuncio que hacer sobre la situación de los clubes escolares.

Bueno, mierda. Tuve que abrir la boca, ¿no?