La Mamasión
Por fin es martes. El miércoles de los días de la semana. Se siente como si hubiera estado atrapado en lunes durante meses, para ser honesto. Ayer todo se descontrolo un poquis. Pensé que iba a perder mi relación y todo. También esa mierda rara con Farfallah.
Diría que espero que hoy sea un mejor día que ayer, pero seamos honestos. No lo sera.
Y como todo adolecente común y corriente con dentadura perfecta y abdominales tan definidos como una batea, mi día empieza con un mensaje de texto de mi boo.
"Hola, Ayden. Soy Hayden, tu novio. Necesitamos hablar. Por favor, esperame en la cafetería. Con amor: Hayden."
Es tan rígido y robótico, como un vibrador barato, incluso cuando envía mensajes. Pero eso es parte de su encanto, supongo. Aún así, ese siniestro "Tenemos que hablar" me está preocupando un poco. Supongo que nunca resolvimos realmente todo ese lío de "A quién le importa si no puedes pagar la escuela." No sé cómo voy a reparar eso.
Quizás le chupe la polla. No puedo decir lo siento con la boca llena de bad boy, ¿no? Este plan es perfecto y definitivamente no será contraproducente en absoluto. Realmente no quiero hablar de lo que pasó ayer.
Además, si la conversación es... bueno, la conversación, sería grosero e impropio romper con alguien que te esté chupando el bowe. Todos saben eso. A menos que usen mucho los dientes..
Me deslizo fuera de mi ducto de ventilación habitual, inserte chiste de Among us aquí. Por suerte, todavía es temprano, con solo unos desadaptados y nerds dando vueltas haciendo cosas de personajes de fondo, como sentarse en el césped y abrir y cerrar sus casilleros una y otra vez. Algunos broopies se apiñan a chacharear de su ship favorito, pero como las pirañas, son más fuertes en números grandes, así que no tengo miedo de ser asaltado tan temprano. No tardó mucho caminando hasta llegar a la cafetería, que está cerrada. Genial, tengo que estar parado en medio del pasillo como un morro básico respirando básico de morro básico y mierda. Toco la puerta suavemente, luego más fuerte, porque tengo que enseñarle a la puerta quién manda aquí.
La puerta, seguramente reconociendo mi superioridad de bad boy, se abre para revelar la magnitud completa de Hayden, apoyado contra el marco de la puerta con esa chaqueta que abraza su cuerpo con tanta fuerza que se le marcan los cuadritos como chocolate hershey. Maldita sea, se ve atractivo hoy. Puedo ver su bulto palpitando con anticipación. Espera, no, solo es su teléfono está vibrando en sus pantalones.
Lo saca, lo apaga y me mira fijamente. —Buenos días, mi sol —dice con esa voz grave y dulce, como el chocolate caliente, pero, como, frío. Como un chocolate frío y caliente, saliendo de su boca. Oh no. Me va a dejar, ¿no? Las personas siempre se ven más atractivas cuando dejan a su pareja. Incluso huele genial, como salchichas y pan recién hechos. Quiero morderlo.
Rápido, Ayden, muévete rápido. Chuparle la polla. Vaya, se ve tan grande hoy. Tan ancho. No puedo ver nada detrás de él. Parece un gran sol, y estoy a punto de recibir una bocanada de protector solar en la cara.
Doy un paso adelante, agarrándolo por la cintura y empujándolo hacia atrás. Sorprendentemente, para un hombre de su tamaño, puedo moverlo con bastante facilidad.
—Um, ¿supongo que dormiste bien? —pregunta mientras lo empujo hacia lo que asumo es la mesa más cercana. No sé, en realidad no puedo ver detrás de él. Seguiré empujando hasta que golpee algo duro. Más duro que él, al menos. Dios, dame fuerzas para dislocarme la mandíbula para que quepa esa anaconda.
Siento que golpeamos algo sólido y plano, como la Tierra. Lo agarro el cinturón y lo levanto un poco, empujándolo hacia atrás para que se siente en la mesa. Escucho un traqueteo de metal detrás de él, lo que significa que era una mesa y no un jorobado desafortunadamente agachado con aparatos metálicos.
—¿Que estas haciendo, bro? —dice Hayden, con una voz de porno incestuoso barato mientras lucha por quitarme de encima.
Recuerden, niños: está mal tocar el cuadrado privado de otra persona sin su consentimiento, incluso si es tu pareja. Por eso siempre hay que preguntar primero. —Te voy a chupar la pija, bro. Puedo hacerte un pete, ¿verdad?
Hayden continúa tratando de alejarme, pero no tanto como antes. —¡No! Quiero decir, sí, puedes, siempre. Por favor, hazlo. Pero, realmente necesitamos hablar ahora, y-
Coloco un dedo en sus labios, mientras lo muevo seductoramente como un gusanito. —Shh. No, no necesitamos. Sé que la cagué. Te lastimé. Fui un mal novio. Déjame compensarte con mi bocagina.
—¿Tu qué? —pregunta. Parece estar lo suficientemente sorprendido como para que pueda desabrochar su cinturón sin mucho problema—. Mira, no digo que no me guste, pero-
—Entonces deja que suceda —le digo. Coloco mis manos alrededor de su cintura, levantándome para encontrar sus labios, como dos ciruelas pasas suaves y regordetas. Tiene un sabor dulce, como el jugo de naranja—. No soy bueno con las palabras. Pero mi boca puede hacer maravillas. Creo. Tal vez. Solo tira de mi cabello si sientes dientes.
—Amor, de verdad, tenemos que-
Lo abofeteo, suavemente. Lo agarro por las mejillas y lo acerco más para besarlo, agarrando su otra mano y colocándola sobre mi cabello. —Papi, he sido un niño travieso. Por favor, dale un poco de disciplina a este niño con tu gran, carnoso-
De repente, una luz. No la luz de una diosa, gracias a Jesús, sino una luz artificial. Y una pequeña en eso. Una que se puede usar como un flash de teléfono celular. Y viene desde mi izquierda.
Me doy la vuelta, solo para ver a Brayden en cuclillas a mi lado, apuntándome con su teléfono. "Ignorame, papu. termina la oración. ¿polla? ¿chorizote? ¿machete? ¿la chupeta carnosa del tío luis?"
Qué, carajo.
Inmediatamente me pongo de pie, limpiándome las rodillas mientras Hayden trata de abrocharse los pantalones. De acuerdo, creo que no lei bien la vibra de la habitacion, ya que con cierta distancia puedo ver lo que estaba oculto detrás del enorme cuerpo de Hayden: una mesa llena de comida recién hecha, con Okayden, Jungkook y Harry sentados mientras desayunan. La misma mesa en la que empujé a Hayden. Parece un buffet ejecutivo, con tostadas, tocino, huevos benedictinos, jugo de naranja, jugo de arándano, una tabla de quesos y demas.
¡Vaya!
—Mierda, me senté en los ponquesitos de trigo —dice Hayden, dándose la vuelta para ver un puñado de muffins aplastados en sus nachas de acero. Parece que la cagué una vez más. Gracias, martes.
Me acerco a él, tratando de poner una mano tranquilizadora alrededor de él, pero su hombro está demasiado alto, así que solo agarro su brazo. —Nene, lo siento. No fue mi intención aplastar tus panecillos. Es solo que, cuando dijiste 'tenemos que hablar', pensé que era un 'solo nosotros dos.'
—Nah, no te preocupes, cariño —dice mientras saca pedazos de ponquesitos de su trasero y los arroja a un plato—. A nadie le gusta comer ponquesitos de trigo de todas formas..
—¡A mi me gustan! —grita Jungkook, alcanzando el brazo para recoger la bandeja de panecillos culeados, tirando la mayoría de ellos en su plato ya lleno.
—¿De veras? —pregunta Hayden.
—Oh, sí. Los come dia y noche —dice Harry—. La fibra adicional lo convierte en un cañón de mierda. Le toma como cinco minutos desde que se come uno para tener ganas de hacer una cagazon. Es increíblemente regular
Oh, bueno. Pasamos de las mamadas a la mierda.
"deberían considerar abrirse un onlyfans de pareja," dice Brayden mientras se sienta entre Jungkook y Harry, masticando un trozo de tocino. "son muy goles. me lo pararon a medias."
Y volvemos a las mamadas.
—Yo no estaria tan feliz si fuera tú. Sabes que eso es tocino lo que estas masticando, ¿verdad? —digo.
"Sipo."
—Pensé que estabas en contra de la crueldad animal y esas cosas —le digo.
"sipo ¿y?"
—Bueno, ¿el tocino es cerdo?
"se lo merecen," dice Brayden, comiendo otro trozo de tocino. "están hechos de comida. nadie les manda a ser delicioso."
—También lo son los conejitos —le digo—. Y tortugas. Y ballenas. Todas estan hechas de comida
"tontito. ¡no puedes comer conejo!" dice Brayden. "son amigos, no comida."
—Hayden también es amigo,
Y Ayden se lo va a comer,
Es un punto discutible —dice Okayden mientras bebe un Bloody Mary virgen. O tal vez solo Clamato con un trozo de apio.
—¡No es el momento ni el lugar para decir eso! —digo. Puedo sentir que me pongo rojo de vergüenza. Hayden, por otro lado, parece estar tomándolo bien. Coje un plato y lo llena con huevos, tocino, tostadas, y café recién hecho. Tal vez debería poner ese café en una taza y no en el plato. Creo que esta teniendo un ataque de pánico interno. Me pregunto cuánto tiempo le llevó cocinar todo esto—. Siéntate, cariño.
Tomo asiento junto a Okayden. Hayden coloca el plato frente a mí, sentándose a mi lado, no sin antes inclinarse hacia mí y susurrar, casi sin sonido.
—Puedes tragarte el groso salchichon de papi más tarde, niño travieso —susurra, seguido de él apretando mi pierna debajo de la mesa.
Juro que este hombre será mi fin. Se me pone la piel de gallina.
—¡Vamos, coman todos! —dice, tomando un plato para él.
—No tienes que decírmelo dos veces —dice Jungkook mientras traga huevos, pan y muffins por igual en una afrenta a los dioses culinarios. Y parece que están disgustados con tal blasfemia, ya que un sonido retumbante de mil truenos comienza a emanar de su cuerpo—. ¡Uh, el trigo está haciendo efecto!
¿Por qué este libro está tan obsesionado con la mierda? Bueno, al menos no soy yo. Jungkook se levanta y camina hacia la puerta. Lentamente para no sacudir el bote de mierda, por supuesto.
Hayden se inclina, con un trozo de huevo en un tenedor flotando cerca de su cara. —Ahora, quizás se pregunten por qué los convoqué a todos esta hermosa mañana.
El sonido de la perilla dela puerta traqueteando roba mi atención por un segundo. Allí, en la entrada de la cafetería, un Jungkook muy nervioso intenta abrir la puerta, sin éxito. —Uh, ¿Jefesito Sr. Hayden? La puerta no se abre.
—Y no se abrira —dice Hayden, inclinándose hacia adelante mientras mastica el huevo—. ¿Ustedes saben lo que es un cónclave?
—En serio, tengo que ir a hacer del 2 —dice Jungkook.
Agarro el brazo de Hayden una vez más, pero es demasiado tarde. Lo perdí. Sus ojos son huecos y fríos, como cuando está en el campo de juego. Él está en modo atleta completo. —¿Nene? ¿Estás bien?
—Un cónclave es una reunión privada —dice, ignorándonos tanto a mí como a Jungkook—, donde un grupo se recluye para llegar a una decisión sobre un asunto. Y tenemos un asunto que decidir, y nadie se irá hasta que decidamos... el nombre del nuevo club!
Malditasea el diablo. Odio los martes. Que mamada de dia.
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