¿De qué color se ponen las diosas rosadas cuando la sangre se drena de sus rostros? ¿Las diosas tienen sangre en primer lugar? ¡Vamos a averiguarlo, amiguitis!
—¿Qué tienes ahí, broder? —pregunta Aiden, para disgusto de Fortuna. Su rostro se ve inmutable, pero hay un ligero tinte rosa dorado en sus mejillas. No es el color que pensé que se pondria, pero está bien.
La pregunta más importante es, ¿no conocen estos pelagatos el Servicios Interdimensionales Isekai? Si se supone está pasando todo como pasó el último bucle temporal, el autobus magico hubiera aparecido en el laberinto cuando... huh. Espera un segundo.
La única razón por la que participé en el laberinto asesino-no-asesino, aparte de ayudar a Hayden a ayudar a Okayden, fue para recuperar la esencia "robada" de Jayden. Ahora que lo pienso, si no fuera por Jayden jugueteando con el estrecho agujero blanco de Brayden, no habríamos llegado al bosque en primer lugar. Me pregunto si los Aiden antes que yo alguna vez tomaron esta ruta en particular.
No, estoy seguro de que esto fue un punto ciego para ellos. No vi ningún bad boy en el bosque, y ningún Aiden tampoco. Y ninguno de ellos tuvo que lidiar con Jayden antes, ya que no existió hasta justo antes que yo existiera.
¿Por qué ninguno de los otros Aiden lidio con Jayden en primer lugar? Fortuna tiene, tipo, un carajazo de bad boys a su disposición que podría haber usado para lidiar con Jayden. Pero no, ella hizo todo lo posible para ponerse en contacto conmigo y con Hayden para recuperar la botella en primer lugar.
Te diré por qué: no es que no quisiera mandar a alguno de sus Aidens a recuperar la botella, es que no podía. Jayden había evolucionado de bad boy a chica magica sacaojos, y no podía permitirse el lujo de enviar otro Aiden contra él y arriesgar a que se escape. ¿Pero yo? ¿Un don nadie fuera del Comité de Dens? Yo fui el cebo perfecto, con mis hermosos ojos morados y un Hayden saludable. Pero para convocarme sin revelar su disfraz de Lee, tuvo que convocarse a su dimensión mágica.
Y la única forma de hacerlo sin levantar sospechas es con este pase de autobus. Y ese autobús mágico asesino. Si lo hubiera usado frente a Aidens, especialmente Aiden Prime, habría renunciado a su artimaña de ser una diosa indefensa en busca de campeones y que no puede afectar al mundo humano.
Porque se habrían dado cuenta de que la fuente de todo su dolor provenía de un solo hechizo lanzado por Fortuna. Un solo autobús convocado que se salió de control y destruyó una vida.
No estoy cien por ciento seguro de que este sea el caso, pero mis sentidos de bad boy están hormigueando, diciéndome que este es el caso. Estoy seguro lxs queridxs lectorxs presentes se han cuenta de adónde voy con esto.
—Oh, ¿esta cosa vieja? —digo, inspeccionando el boleto con indiferencia—. Esto es solo un viejo boleto de autobús que me prestó Fortuna. Te permite viajar en un autobús muy antiguo. Más antiguo que el tiempo, diría yo.
Levanto el boleto frente a mí, frotándolo ligeramente. —De hecho, este autobús es tan viejo que solo tiene una parada. Pero es un lugar fantastico lleno de maravillas y magia.
—¡Oye, la magia es mi rastro de personalidad unico y detergente! —grita Aiden-Mago—. ¡Búscate una nueva personalidad, imbécil!
—No te preocupes, Abraca-perra —le digo a mi otro yo—, esto no es mera prestidigitación. Este es un viejo autobús mágico. Tan viejo, de hecho, que creo que incluso Aiden Prime lo ha visto al menos una vez en su vida. Puedo garantizarlo.
Aiden frunce el ceño mientras sonríe tímidamente, como un Fifas en una fiesta de revelación de género cuando el bosque en llamas comienza a arrojar llamas rosas. —¿Qué quieres decir? Nunca he viajado en autobús en mi...
De repente, la diosa aparece entre nosotros, con las manos extendidas para quitarme el boleto de la mano.
Caiste en mi trampa, chiquitina.
Activo el boleto en el último segundo posible, por supuesto, para agregar suspenso. Un portal se abre justo al lado de la diosa y un autobús sale volando como un motorizado sin casco bajo la lluvia, golpeando contra su lado izquierdo. Tanto el autobús como el cuerpo caen al agua, haciendo explotar un montón de líquido plateado brillante, que creo que es la sangre de la diosa, antes de detenerse a unos metros de distancia.
Fortuna rebota sobre el agua como una piedra sobre un arroyo antes de que se abra otro portal y se la trague.
El autobús sale lentamente de la realidad en una bocanada de humo, que refleja la sonrisa de Aiden, que también se desvanece ante mí, solo para ser reemplazada por un ceño pensativo. El ceño fruncido de un bad boy monologando sobre lo que acaba de suceder.
Un ceño de amarga comprensión.
Un nuevo portal se abre en el cielo, y el cuerpo de Fortuna, ahora sin rasguños y desorientado como un pájaro domesticado que es liberado en la naturaleza solo para ser atrapado por un halcón, cae hacia el lago sin pompa ni circunstancia.
Fortuna tarda unos segundos en levantarse del charco poco profundo de esencia de bad boy, empapada y sonrosada como una remolacha pintada con escarcha. —Tú... pedazo de mierda mortal de-
Lo siento, no puedo oírte sobre el sonido de otro autobús que te atropella. La diosa ni siquiera sirve como un reductor de velocidad para este autobús, explotando en un nuevo chorro de purpurina y palabrotas. El autobús desaparece una vez más en una bocanada de humo.
Aiden, sin embargo, sigue pensando. Está bien, sigue pensando, príncipe. Puedo hacer esto todo el día.
La próxima vez que el portal se abre en el cielo, ni siquiera tiene tiempo de caer. Golpeo su cuerpo de muñeco de trapo en el aire con un lanzamiento de autobús bien colocado. Si soy barbaro, debería aplicar a Dude Perfect. Le di en el primer intento.
Me dirijo a Aiden Prime, cuyos ojos están fijos en el autobús volador, dando vueltas mortales con la gracia de una vaca atrapada en un tornado, antes de aterrizar en el cuerpo cubierto de brillantina de Fortuna. —¿Quieres que siga?
Cada par de ojos, que definitivamente ascienden a un promedio de menos de dos gracias a las enucleaciones sorpresa de Jayden, descansan en Aiden Prime, que tiene una mirada de mil metros.
—¿Puedo ver ese boleto de autobús? —dice, en una voz lenta y monótona.
No estoy muy interesado en renunciar a mi carta de triunfo, pero siento que esto es algo bueno. Le entrego el boleto de autobús. Lo toma con delicadeza, inspeccionando, dándole la vuelta, absorbiendo realmente cada pliegue y esquina como si tuviera las respuestas a todas sus dudas.
Solo puedo imaginar lo que está pasando en su cabeza. A estas alturas, debe haberse dado cuenta de la verdad de todo. Que fue Fortuna quien envió el autobús que mató a su Hayden. Que ella lo manipuló a él y a todos los demás Aiden después de él con un solo hechizo cliché. Que todas las cosas malas que Aiden Prime ha hecho, los intemporales tiempos que ha consumido, todo en busca de un universo donde Hayden pudiera ser feliz, se construyeron sobre una mentira.
La pregunta se vuelve muy simple: ¿Por qué? ¿Por lo hizo? ¿Por qué hizo todo lo posible para construir una mentira elaborada y sistemáticamente destruyó y sacrificó tanto para mantenerlo allí? Una pregunta que no puedo responder, y él tampoco.
Es por eso que no estoy completamente sorprendido por lo que hizo a continuación.
Tan pronto como Fortuna vuelve a caer del cielo, Aiden llama a un nuevo autobús y la golpea en la cabeza. Sin embargo, él no se detiene allí. Convoca un nuevo autobús que se estrella justo encima del otro. El sonido de metal retorcido contra metal moliéndose entre sí enciende una llama en cualquier combustible mágico que usen estas cosas, explotando en una torre de llamas y metralla. No ayuda que un tercer autobús caiga del cielo, aplastando a una Fortuna que apenas sale del portal, estrellándola contra los escombros flameantes.
Dos autobuses más vienen de los lados para hacer un sándwich de metal con carne de diosa, que es el tercer sándwich menos deseable, justo detrás de un sándwich mantequilla de maní mayonesa y un sándwich de atún derretido de Subway.
—Gracias —dice Aiden, devolviendo el boleto—. Se sintió bien.
La diosa cae del cielo una vez más, esperando que un nuevo autobús la golpee, pero no pasa nada. Se pone a cuatro patas, respira hondo y vomita todo un arcoíris líquido en el lago de bad boys. Sería lindo si no fuera profundamente perturbador. Muy aesthetic, como dices los vatos ahora.
—Tú... desagradecido... idiota! —grita Fortuna entre arcadas. Una gota de magenta rueda por su mejilla mientras se balancea de un lado a otro—. Después de todo lo que he hecho por ti, ¿así es como me pagas?
—Se acabó lo que se daba, chilindrina —digo, levantando el boleto como el jugador promedio de Yu-Gi-Oh a punto de invocar la carta más rota que existe—. Ahora sabe la verdad. ¡Fuiste tú quien mató a su Hayden invocando a un autobús!
Todos los demás Aiden a nuestro alrededor gritan horrorizados cuando se dan cuenta. Hombre, soy tonto en todas las formas posibles, incluso en todos los universos.
—¿Ostias, a menudo es cierto? —dice Aiden-Españolete, su capa de matador volando en el aire.
—Viste ese autobús —dice el asiático-estadounidense Aiden—, ¡es el mismo tipo de autobús de los recuerdos de Aiden Prime!.
—Como pueden ver, ella puede afectar mucho al mundo humano. ¡¿Qué otras mentiras te ha dicho?! —digo, ya que parece que tengo que explicármelo—. ¿Sus Hayden realmente murieron? ¿Era inevitable el futuro que les mostró? ¿Su cabello es naturalmente rosado?
La multitud de Aidens murmura entre ellos, mientras Aiden Prime se acerca a ella. —¿Por qué? ¿Por qué hiciste esto, broderina? ¡¿Por qué torturarnos así?!
Los Aiden se reúnen en un círculo alrededor de la diosa, quien no tiene forma de correr o escapar. ¡Es hora de bailar!
Y, sin embargo, se ríe. ¡Risas! Lentamente al principio, luego con fuerza, su rostro se contorsiona en una mueca sádica. Sus pupilas se dilatan en pura locura mientras se araña la cara, dejando rayas de brillantina que se cierran casi de inmediato. Su trastorno de locura me hace dar un paso atrás. Cualquiera que sea la apariencia de bondad y pureza que estaba tratando de presentar se fue por el desagüe más rápido que mi mierda a través de mi cuerpo después de un par de tacos de ojos. ¡Y ese es el último chiste de mierda del libro, amigis!
—¡¿No es obvio?! —grita la diosa loco—. ¡Quiero ser aplastada por sus abdominales duros como rocas!
Eh... ¿perdón? ¿Qué?
—¡Quiero usar tus tetas de hombre como almohada! —exclama, corriendo hacia Aiden-Karateka y agarra sus pectorales—. Quiero usar tus abdominales de tabla de lavar para comerme un plato de sushi —exclama la diosa, frotando su rostro contra Aiden-Pirceado, un Aiden cuya única característica es que solo usa crop tops y tiene un piercing de ombligo—. ¡Quiero usar tu espalda como un dispositivo de flotación! —dice, arañando la espalda del medallista olímpico en 200 m de natación de relevos libres-Aiden.
—Señora, ¿de qué diablos está hablando--
En un instante, me agarra la cara, acercándose cada vez más a mí. Su propio rostro está prácticamente humeando en una nube de feromonas, saliva brillante y tensión sexual mientras su rostro se convierte en un aheago. Si no sabes lo que es, no lo busques en Google. —¡¿No lo entiendes?! ¡Amo a los bad boys! ¡Me encantan los cuerpos de bad boy! Me encantan los bad boys frotándose contra mí, oliéndolos, teniéndolos, sintiéndolos. ¡Los amo tanto!
Aparto sus manos de un golpe, pero eso solo parece prenderla más. Ew.
—Pero no amo a cualquier bad boy, oh no —dice, poniendo ambas manos sobre su pecho como una princesa de Disney trastornada—. Me encantan los bad boys que son altos, pero no demasiado altos. Bronceado, pero no demasiado bronceado. Duro como una roca, pero con la cantidad justa de suavidad. Me encanta un bad boy que es inteligente, pero frío. Me gusta un bad boy que pueda montarme como si fuera una motocicleta.
—Lo entiendo —le digo a la diosa—. Pero eso es demasiada información.
—¡Quiero un bad boy que tenga frío el corazon, pero con una verga caliente!
—¡Dije que es demasiada información!
Maldita sea, creo que la perdimos. Hay mocos y gotas cayendo por su boca.
—¡Pero eso es tan difícil de encontrar! —ella dice—. Todos los demás bad boys son demasiado grandes, o demasiado pequeños, o tienen penes gigantes, o son directores ejecutivos, o son hombres lobo, o les gustan demasiado los deportes.
Gracias por llamarme diminuto. Perra. Mi pene es perfectamente promedio.
—¡Pero entonces, tú! —dice ella, ahuecando la cara de Aiden Prime—. ¡Tú viniste! ¡Tú, con tus pantorrillas cremosas y tu cabello resbaladizo, y esos ojos que convierten mis pantis en lagunas! ¡Fuiste el bad boy perfecto para mí! Se que lo sentiste. Se que todos lo sintieron al verme, incluso tu, Ayden, hijo de Adán. Yo soy su Triple A. Yo y solo yo soy su Amor de Arco Argumentativo.
Su rostro pasa del éxtasis a la crisis existencial en un segundo, mientras sus uñas se clavan en el rostro de Aiden. —¡Pero tu trasero bisexual tuvo que enamorarse de ese maldito hombre, Hayden! Reclamo tu suculento poto, dejándome en la oscuridad.
Oh, rayos, ¿está diciendo lo que creo que está diciendo?
—Así que lo saqué de tu vida —dice, volviendo a una expresión plácida—. Y colgué su seguridad frente a ti para que pudieras quedarte conmigo, aquí, por toda la eternidad. Por supuesto, un hombre perfecto no era suficiente, así que tenía que tener más. Y más. ¡Y más, y más y más y más! ¡Me dio fiebre Pokémon, porque tenía que atraparlos a todos! Y mira, un harén perfecto de bad boys perfectos. ¡Mi coochie miau miau no puede dejar de estar mojada 24/7 con todos estos papis alrededor!.
—¡Está bien, eso es suficiente! —digo. Trato de sacar sus manos de la cara de Aiden Prime, pero ella no se da por vencida. ¡Esta horrible diosa es una jodida fangirl fujoshi!
Su agarre parece hacerse más fuerte, mientras pus de sangre sale del rostro de Aiden donde se clavan las uñas. —Pero él nunca me ama. Ninguno me ama. Todo lo que quieren es Hayden esto y Hayden aquello.
Fortuna levanta a Aiden en el aire por la cara y lo lanza contra mí como una bola de demolición, enviándonos volando hacia la multitud. Puedo escuchar algo romperse dentro de mí. Con suerte, es solo uno de los huesos que no necesito, como una falange.
—¡Entonces, vienes aquí y te cagas en todo mi harén! ¡Uno que he trabajado duro para mantener! —grita la diosa. Se agacha en el agua, mirándonos maliciosamente—. ¡Mira lo que me haces hacer, hijo de Adán! ¡Ahora tengo que empezar todo de nuevo!
Lo siento. ¿Vas a qué ahora?
Ella saca algo de debajo del agua. ¿Una especie de cuerda, conectada a un corcho?
Tras una inspección más cercana, parece un tapón de baño.
Un remolino de agua comienza a formarse bajo sus pies a medida que el estanque poco profundo comienza a drenarse lentamente. Y con él, los Aiden a mi alrededor.
Los Aidens gritan por docenas mientras comienzan a convertirse en esencia con los pies por delante, uniéndose a sus otros yoes en el estanque del que vinieron. ¡Está tratando de acabar con los bad boys como si fuera agua sucia de bañera!
—Lastima —susurra entre lamentos y gemidos de Aidens que desaparecen por la cañería—. Pero, oh, bueno. Siempre puedo intentarlo de nuevo, ¿no? ¡Hay un número infinito de Aidens y un número infinito de abdominales contra los que puedo frotarme!
Mierda, esto es malo. ¡Tengo que hacer algo, ahora! Froto el boleto una vez más, llamando a un autobús para que la golpee. Pero esta vez, lo atrapa en el aire con una mano mientras mantiene el contacto visual conmigo. Presumida. De paso, ¡santa mierda!
El autobús desaparece tan pronto como lo agarra, dándole una sonrisa maniática. —Eso ya no funcionará en mi contra, fuckboy. ¡Di adiós a tus otros yoes!
Aiden me mira, suplicante, mientras se convierte en un líquido brillante en contra de su voluntad. Puedo verlo balbucear algo entre labios mientras sus pies son tragados por el desagüe. Una última súplica para mí. Para todos nosotros.
—Lo siento.
Y con eso, todo lo que queda es tierra firme debajo de mí. No más agua, no más Aidens. Solo yo y la diosa ahora.
Hablando del diablo, ella camina lentamente hacia mí, todavía en el suelo y gimiendo de dolor, con una mirada sádica en su rostro. Trato de moverme, pero mi brazo derecho no se mueve. Creo que me rompí la clavícula. Definitivamente necesito ese hueso.
La diosa chasquea su dedo, invocando el brillante libro del destino en su mano. —No quería decir esto frente a todos, pero creo que, de todos los Aiden, definitivamente eres el más sexy.
Con eso, ella pisa mi clavícula, enviando una nueva sacudida de dolor por mi columna. —¡Inhala mi polla y mis bolas, perra insípida!
Eso solo funciona para hacerla reír. —Yo también te voy a extrañar, boo. Pero es hora de que tú y toda tu línea de tiempo se vayan a la chingada.
El suelo debajo de mí tiembla violenta y repentinamente, sacudiéndome hasta la médula. El libro en su mano arde con una llama azul brillante, consumiéndose lenta y dolorosamente.
La realidad se está desmoronando. Mi realidad. Mi Hayden. Mis amigos. Todo lo que aprecio está siendo aniquilado frente a mí.
—No te preocupes, no soy tan cruel —dice la diosa—. Puedes perecer junto a tu amado Hayden y toda tu línea de tiempo maldita—.
Un portal se abre debajo de mí, con el viento soplando hacia arriba.
Esto es todo, ¿eh? Así es como todo termina. Con un último adiós y una clavícula rota. Final de mierda para una historia de mierda.
Bueno, podría perder, pero una cosa que los bad boys podemos hacer mejor que nada es derribar a todos con nosotros. Los bad boys pueden luchar contra el destino. Y tú, perra, te metiste con el bad boy equivocado.
Con la última onza de mi fuerza, agarro el tobillo de la diosa, justo a tiempo para caer a través del portal.
—¿Qué caraj...— dice ella, antes de ser jalada hacia abajo a través del portal.
—Si voy a desaparecer —le digo con mi sonrisa más sincera—, ¡entonces vas a desaparecer conmigo!
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