El Capitulo Donde Ayden Asesina A Un Wey
Mi descanso es cortado repentinamente—literalmente—cuando un minotauro vestido con una armadura negra azabache aparece de la nada y se abalanza sobre mí con un machete. Apenas puedo apartarme del camino a tiempo para que la espada se incruste en el suelo donde estaba sentado hace un segundo.
El minotauro tira la espada hacia atrás, dándome un bramido rugiente mientras retrocede unos pasos, evaluando la situación. Mi espalda está contra una pared de vid, flanqueada por otra pared a mi izquierda, y el camino por el que vine a mi derecha, ahora lleno de tripas de medusa inversa y fuego en la distancia. Solo hay una cosa que hacer, y una cosa que el Maestro Kirby seguramente estaría orgulloso de mí: esquivar en el último segundo y hacer que el toro golpee la pared, lastimándose, y tal vez clavando sus cuernos en la pared a lo Looney Toons.
Sin derramamiento de sangre, sin violencia, solo pura payasada de dibujos animados. Un gran plan por todos lados.
Me enfrento al minotauro, y él parece hacer lo mismo, resoplando a través de su hocico mientras rasca el suelo con su casco trasero. Tenemos un enfrentamiento en nuestras manos.
No parece querer dar el primer paso, y no puedo culparlo. No veo ninguna cara de minotauro en el marcador, y estoy en un octavo lugar muy respetable. Él tiene un cuchillote, ¿pero yo? Sólo un trozo de papel y unas gafas de sol piratas. ¿Por qué arriesgarse a dar el primer paso y ser sorprendido por un oponente cuyas capacidades no conoce? Esperar es el mejor curso de acción para él en este momento.
Pero no por mucho.
Quedan cuatro minutos y contando. Tiene que hacer un movimiento si quiere mis puntos. Cuanto más tiempo pase, más desesperado estará. Cuanto más rápido se atasque en la pared como una buena caricatura de Bugs Bunny, mejor. Entonces, solo hay una cosa que puedo hacer para acelerar esto.
Muy suavemente me quito la chaqueta de cuero, sin romper el contacto visual con un minotauro algo confundido, y la agarro con ambas manos. Doblo las rodillas ligeramente, agito la chaqueta como la capa de un torero frente a mí para burlarme de él mientras chasqueo la lengua y silbo, y le doy una sonrisa burlona.
Le toma unos segundos darse cuenta de lo que está pasando, pero sus ojos pasan de la confusión al enojo en un instante. El minotauro grita una vez más, arrojando la machete a su lado, optando por cargar directamente hacia mis para darme una cornada.
Un sonido gutural, como el silenciador de un auto de quien compensa un micropene y ningún amor maternal, sale de su garganta, y apenas puedo escuchar una palabra en medio de la incomprensible cacofonía:
—¡Rindete! —grita el minotauro.
Agito mi capa una última vez antes de rodar hacia la derecha en el último segundo. El minotauro golpea las enredaderas con un ruido sordo y un crujido, tan fuerte que incluso siento temblar el suelo.
—Ole, putito —grito mientras me doy la vuelta para verlo no incrustado en las enredaderas, sino mirándome con furia.
Él, en el último segundo, movio la cabeza, golpeando la pared con los hombros en lugar de los cuernos. ¡Los dibujos animados y los videojuegos me han vuelto a fallar!
No hay nada que pueda hacer ahora. Estoy flanqueado a ambos lados por enredaderas, así que esquivar está fuera de discusión. No puedo retirarme porque la bola de fuego y la serpiente chamuscada están detrás de mí, bloqueando mi camino. Y la única forma de avanzar establoqueado por el minotauro enojado. Esto no puede empeorar.
Puedo ver las llamas detrás de mí reflejándose en los ojos redondos del minotauro. De repente, da un paso hacia adelante para abalanzarse sobre mí, y la respuesta de mi estúpido cuerpo es dar un paso atrás. Desafortunadamente para mi sensual cuerpo hecho por papá Dios mismo, mi pie queda atrapado en unos escombros, haciéndome caer hacia atrás de culo. Mi esfínter se relaja inmediatamente al aterrizar y... bueno, mira eso. Al parecer si me quedaba al menos una zurrada dentro. Una muy húmeda.
El minotauro toma dos grandes olfateos antes de arrugar la cara con disgusto. ¡Como si fuera el señor de la limpieza! Tiene la barba trenzada y todo. Nadie con barba trenzada ha visto una ducha en décadas.
—Uh —dice en un gruñido bajo, seguramente haciendo temblarle el cirulo a un furro cercano—, ríndete, y terminaré esto rápido y sin dolor.
No tengo que preguntar qué haría el Maestro Kirby en esta situación, porque gracias a su último juego, sé lo que haría. Spoilers de "Kirby and the Forgotten Land," supongo.
En su último juego, frente a la insuperable amenaza de una deidad destructora de galaxias, respira hondo, se arma de valor y se lanza en un camión de 18 ruedas. Y mira que coincidencia, el minotauro está perfectamente dentro de la distancia de camión lanzable.
Tomo el pase de autobús mágico entre mis dedos, lo hago girar para activarlo y lo apunto al minotauro. —Lo único rápido aquí es qué tan rápido te irás a la chingada. ¡Y compras desodorante mientras estés ahí, Clarabella!
Está bien, me acabo de cagar hace unos segundos, dejame quieto. Bromear no es mi prioridad en este momento. Y tampoco es la prioridad del minotauro analizar mis tristes intentos de chalequeo. Tiene un maldito autobús que tomar justo en su fea taza.
El portal se abre justo encima de mí y otro autobús, uno notablemente más viejo y oxidado que el anterior, sale volando hacia el minotauro como un misil teledirigido. El autobús golpea al minotauro de frente, arrastrándolo hasta el... espera. El autobús no se mueve, y tampoco el minotauro. Parece que ambos están congelados en el tiempo, pero las llamas que parpadean detrás de mí son una señal de que las cosas siguen moviéndose.
Espera... ¿el minotauro realmente tomó el autobús en el aire? ¡"Tomar un autobús" es solo un dicho! No tienes que tomarlo literalmente.
El minotauro se dobla bajo el peso del autobús, pero solo un poco, colocándolo suavemente sobre una rodilla como quien pondría a un niño pequeño en una cuna sin despertarlo. El autobús desaparece en destellos tan pronto como toca el suelo.
Maestro Kirby, le he fallado. Eso no fue muy poyo de mi parte.
—Qué... —dice el minotauro entre respiraciones rasgadas y mocos que gotean de su nariz de cerdo—, ¿qué diablos fue eso? ¡Me podrías haber matado!
—¡Obvio, microbio! ¡Ese es el punto! —le grito. Froto el pase de autobús para activarlo una vez mas, apuntándolo directamente a su cabeza para causar el máximo daño—. ¡Ahora, es hora de hacer un poco de carne molida!
Pero no viene ningún autobús. En cambio, se abre un diminuto portal y un trozo de papel sale volando con cautela, aterrizando a mis pies. Lo levanto. Se lee:
"Hola Dios/Diosa/Abominación Interdimensional con Tentáculos,
Lamentablemente, debido a los recientes usos indebidos de este hechizo como proyectil, algo que claramente va en contra de la sección 4, párrafo 1, subsección IV del Acuerdo de usuario, hemos revocado el acceso a nuestra red interdimensional,
Además, le enviaremos una factura por el costo de los daños inducidos durante el mal uso de nuestro sistema de transporte interdimensional. Llegará a su correo en tres (3) a seis (6) semanas galácticas estándar,
La falta de pago incurrirá en la violación de la sección 12, párrafo 2, subsección III del Acuerdo de usuario y, por lo tanto, nos veremos obligados a quitarle el hígado para alimentar al Tiburon Ciclope Pangalactico como ofrenda para que bendiga la venidera cosecha de soles.
No dude en comunicarse con nuestra línea directa que se encuentra en el reverso de su Pase de autobús si tiene alguna pregunta.
Servicios interdimensionales Isekai: su unica parada para sus necesidades de última parada."
Mierda. Ya me jodi, seguro. Esa perra de la pasta ni siquiera puede pagar por un cuchillo, y mucho menos por un autobús. Pero supongo que estar endeudado no es cosa de bad boys.
—¿Alguien te ha dicho que eres un pendejo? —dice el minotauro.
Ah, sí, él minotauro. Me había olvidado de el. Que mierda que prefiero enfrentarme a un minotauro que a una deuda paralizante. Gracias, socialismo latinoamericano.
—¿Yo, un pendejo? ¡Tú eres el que está tratando de matarme! Cachicamo llamando a morrocoy conchuo.
—¡No estaba tratando de matarte! —grita el minotauro.
—Nu-uh. Me lanzaste un machetazo hacia mi cabezita. Definitivamente trataste de matarme.
—¡No lo hice! —brama el minotauro—. ¡Solo quería asustarte un poco!
—Anda a comer mierda, Betsy. El último tipo que peleo conmigo intentó matarme. ¿Cómo no se que que me quieres jalar el pelo?
—¡¿Alguien trató de matarte?! —medio pregunta, medio grita.
—Lo hizo. Y tuvo éxito, como... tres veces.
—¡Absurdo! ¡Nadie ha muerto en este concurso en cien años!
—¿Cómo que absurdo? —pregunto—. Es una batalla a muerte. La muerte es parte del nombre.
—Solo de nombre —dice el minotauro—. Después de todo, todos vivimos en el mismo bosque. Caminamos juntos, comemos juntos y nos acostamos juntos. Estos bosques son un crisol de razas, creencias, religiones, etc., todos juntos en armonía. Imagina apuñalar al panadero del pueblo, o decapitar a tu jardinero. Parece un poco autodestructivo, ¿no?
Bueno, eso tiene sentido. —Pero, si no se matan unos a otros en esta batalla a muerte, ¿cómo diablos obtienes puntos?
—Bueno —dice el minotauro mientras se toca la apestosa trenza de la barba—, si bien puedes matar a otro concursante, está muy mal visto, por razones obvias. Es principalmente una pleitesía para mantener las reglas igual que en la antigüedad. Es importante seguir las tradiciones de nuestros antepasados.
—Y, sin embargo, casi me afeitas el cuello.
—Como dije, eso fue solo para hacerte rendir, que es la forma más popular de obtener puntos. Para ser un protector, debes demostrar fuerza y liderazgo. Asustando a los demás con una demostración de fuerza, maltratándolos un poco, negociando con ellos, o incluso incapacitándolos de cualquier forma, puedes hacer que se rindan. Así es como obtienes puntos aquí. Está en las reglas. Todo el mundo lo sabe.
—Bueno, yo no conocía las reglas, ¿de acuerdo? Y aun no te creo, hamburgueso —le digo—. Alguien trató de matarme, como dije antes. Me inmovilizó y todo para saborear mi carne carnosa.
El minotauro resopla con una sonrisa engreída, aunque irónica. —Hmm, sí, seguro. Lo que digas, chiquitin. Sí trató de matarte, ¿cómo es que todavía estás vivo?
—Porque —digo, dándome la vuelta para señalar la orgía de fuego y metal detrás de mí—, yo lo maté primero.
El minotauro me mira, luego al fuego, luego a mí otra vez, luego a un lindo insecto a mi derecha, luego al fuego otra vez, mientras su sonrisa de suficiencia se convierte en puro horror. Tal vez las tripas y el brazo destrozado entre el insecto bonito y yo lo sorprendieron.
Espera, creo que nunca vio el insecto, sino el brazo y las tripas. Lastima, es un bonito insecto. Es como un escarabajo verde esmeralda. Muy brillante.
El minotauro no dice nada mientras camina hacia mí, y luego me pasa, todo el tiempo balanceándose como un borracho. Cae de rodillas frente a brazo, temblando, con su armadura resonando como el percusionista de una banda de ska tocando el mejor solo de su vida.
—¿A quién... a quién mataste? —pregunta el minotauro, acariciando el brazo que tiene en frente.
—Uh... tipo, ¿sabes el meduso, pero con cabello hecho de personas?
—¿Chimuelo? ¿Mataste a Chimuelo? ¡Ese es mi cuñado, maldito jueputa!
—...Era. Era tu cuñado. Lo siento —le digo.
Suave, Ayden. Realmente suave
—¿Qué se supone que debo decirle a mi hermana? —pregunta el minotauro—. ¿Qué se supone que debo decirles a sus hijos? ¿Quién los va a meter en la cama esta noche?
—Mira, brother, solo actué en defensa propia. Tenía una alabarda enorme y me estaba haciendo suavecito, y-
—Todos ustedes son iguales— susurra el minotauro. Toma el brazo, ligeramente chamuscado y crujiente, y lo levanta hacia su pecho.
Para ser honesto, no me gusta mucho ese "ustedes." Lo he escuchado antes en las partes menos agradables del país por parte de personas tan endogámicas que deberían tener un castillo de los Habsburgo esperándolos en Europa.
—¿Qué quieren decir con "ustedes"? —pregunto. Démosle el beneficio de la duda aquí.
El minotauro se da vuelta, revelando lágrimas rodando por sus peludas mejillas. —Humanos. Nos ven, piensan que somos peligrosos, y nos matan en el acto. Es por eso que todos vivimos aquí, juntos, en armonía, con un protector. Para escapar de ustedes.
Oh, diablos no. No me va a convertir en el malo de este cuento. —Mire, señor vaca, lo diré de nuevo: ¡Intentó matarme!
—¡Y estoy diciendo que pura mierda! Él nunca haría tal cosa. Bueno, a menos que te burlaras de su ceceo. Era muy consciente de eso.
—Lo cual hice —comento.
—Entonces, no solo eres un asesino racista, sino también un imbécil.
—¿Cómo que racista? No lo maté porque era una medusa invertida, sino en defensa propia. ¡Y le pedí perdón por mi faux pax con su ceceo!
—Pediste perdón... antes de matarlo. ¡Y él era un naga, no una medusa invertida!
—¿Qué carajos es un naga?
—¡Una medusa invertida!
—¡Ajá! ¿Ves? Tú eres el racista ahora.
El minotauro me mira con todo el desprecio de un padre conservador que ve a su hijo, a quien crió durante dieciocho años, ir a una universidad de humanidades en un Volkswagen Beetle destartalado. —Eres un pendejo. Me rindo.
Una torre de luz envuelve al minotauro mientras él y el brazo de la medusa invertida son sacados de la arena.
Echo un vistazo al marcador y mi cuenta de puntos aumenta en uno. ¡Nadie me dijo que podría haberme rendido en cualquier momento! ¡Prefiero ser etiquetado de cobarde que de racista asesino cualquier día! Me pregunto si todavía puedo escaparme mientras pueda.
Por desgracia, es demasiado tarde y el reloj marca el último segundo, sellando mi destino. Este es el peligro de no leer las instrucciones antes de tomar una prueba, solo que en vez de reprobar, cree una viuda nueva. Gracias otra vez, socialismo suramericano.
Las paredes de vid tiemblan como un chihuahua mojado en una ventosa noche de invierno mientras regresan lentamente al suelo del que salieron.
Y ahora quedan diez. Los últimos diez combatientes, todos esparcidos por el tronco vacio. Se siente inquietantemente vacío, con solo el sonido del viento amargo golpeando sobre nosotros. Sería casi hermoso, si no fuera por la pila literalmente ardiente de basura y entrañas que arden como una mancha en la superficie del cesped, que de otro modo sería impecable.
Camino hacia el centro del tocón hacia el podio, como hacen todos los demás. Puedo ver disminuido el alijo de armas en la base. Tal vez la alabarda y la machete también vinieron de aquí. Solo queda una honda, un arco plateado, una ocarina, algunos cuchillos arrojadizos y un bate de aluminio. Sí, el webo mio no mata a nadie. Quiero ver a alguien apaciguar a alguien con un batazo a la cabeza.
—¡Felicitaciones, guerreros, valientes y generosos! —grita el dragobuelo desde el podio—. Se ha hecho otra selección, y se ha encontrado que son los mejores de los mejores. Han demostrado su fuerza, astucia y habilidades de negociación al someter a tus enemigos de forma pacifi-
Otro dragonoide aparece detrás del escenario y le susurra algo al dragobuelo. Sus ojos se disparan mientras mira fijamente a una perra. Yo. Yo soy la perra
—Lo siento— dice el dragobuelo, sacando un pañuelo de su bata, usandolo para limpiar su frente—. Me acaban de informar que hay una víctima, por primera vez en cien años. Lamentablemente, perdimos al Dr. Chimuelo Hombresporpelo a manos de nuestro concursante del octavo lugar.
Las cabezas de todos pasan de mirar hacia arriba, hacia la pantalla de estadio, a mirarme con horror en los ojos, incluido Hayden.
—Whoa, whoa, whoa, metele freno ahi, papa —le digo, levantando las manos en defensa—. Intentó matarme y comerme la polla, las bolas y el culo de una sola vez. ¡Fue en defensa propia!
Además, ¿era médico? Al menos nadie se puso tieso en su quirofano.
Sí, soy un pendejo. Lo siento.
—Bueno, eso no suena como algo que el haría —dice el dragobuelo—. A menos que te burlaras de su ceceo.
—¡Le dije que lamentaba haberme burlado de él por accidente!
—Antes de matarlo —dice el dragobuelo majestuosamente con la barba ondeando al viento—. ¿Eres, quizás, una especie de pendejo?
—...sí soy, su señoría.
El dragobuelo respira hondo, seguido de una llama azul profundo que sale de su nariz. —Tendré que contarle a Linda y los niños yo mismo. Ella va a ser un desastre. Su primer esposo muriode alcoholismo, y ahora esto... Bueno, no es ilegal derrotar a la competencia de esa manera, así que no puedo descalificarte... pendejo.
Eso último fue un susurro. Pero, de nuevo, protagonista aquí, y puedo escuchar todo.
—En cualquier caso, les doy la bienvenida, diez candidatos, a la última etapa del torneo. En primer lugar, la amenaza humana, el campeón de campeones, ¡Brayden Messina-Park!
Brayden, parado en una esquina, comienza a hacer un baile extraño de TikTok. No creo que todavía sepa lo donde esta parado. Pero los números no mienten. Él es el papá de los helados. Pero ahora es como si tuviera un objetivo en la espalda.
—En segundo lugar, el mismísimo conde de sangre, Vampyr Vom Woof, seguido de nuestro tercer lugar, el heredero del anterior protector, Okayden Hombrehumano. En cuarto tenemos al mismísimo maestro de bestias, Bullsion. Empatados en quinto y sexto está la sorprendente pareja dispareja, Hayden Wilson y Trevor el Hombre-hombre. En séptimo lugar tenemos al acosador superador, Captain Pelusitas, con su espléndido pelaje azul.
Sigue siendo solo un tipo con un traje de furro.
—En octavo lugar tenemos al mismísimo asesino centenario, Ayden Gómez.
—¡Eso me ofende! —rito.
—¡Ofendido debio estar el Dr. Chimuelo cuando le arrojaste un autobús! —grita el dragobuelo—. En noveno lugar, tenemos a la reina de los duendes en carne y hueso, Pistonia Ursula Testarrosa.
La pequeña duendecilla parece hervir de ira, pero no hacia mi, como todos los demás, sino hacia Brayden, que sigue bailando. Extraño.
—Y, por supuesto, no podemos olvidarnos del décimo lugar. Por último, pero no menos importante, el caballo oscuro, rechinando con el mínimo indispensable, tenemos el único, el misterioso-
—¡Viejo lesbiano! —gruñe el Vamlobo, haciendo que el pobre dragonoide casi salte de su túnica—. ¡Estamos perdiendo la luz de la luna! ¡Comienza ahora mientras la luna está llena y descubierta!
De hecho, la luna se ve tan cerca que podría lamerla, con apenas una nube en el cielo.
—Si así deseas —dice el dragobuelo. —¡Sin más preámbulos, comenzará la última etapa de este torneo!
El dragobuelo levanta su bastón hacia el cielo, y la joya en la parte superior comienza a sangrar de color verde. Una luz brillante rodea el borde exterior del tronco del árbol, seguida de gritos de rencor. Me toma un tiempo verlo desde aqui, pero puedo ver que hay gradas alrededor del tronco del árbol. La luz literalmente transportó todo tipo de bestias codificadas por colores, todas animándonos y burlándose de nosotros.
Ah, claro que tiene dimensiones de estadio. Es literalmente un estadio.
El dragobuelo golpea el bastón contra el suelo, gritando 「Corte de la Reina」 mientras un destello de magia verde hace temblar la tierra.
Un rectángulo perfecto de hierba debajo de nosotros y alrededor del podio se separa del resto del suelo y nos eleva lentamente hacia el cielo. Proyectores mágicos brillan sobre nosotros, y el la pantalla cambia a una cámara mágica que nos enfoca nuestras hermosas caritas. Bien, esto está tomando un giro extraño. Ni siquiera es un rectángulo grande. Tal vez la longitud de la cancha de baloncesto de una escuela.
Alcanzamos suficiente altura para romperme el cuello si me caigo de este rectángulo. Bien. No tengo miedo a las alturas, ni siquiera a caerme de ellas, pero si a no a morirme si me caigo. Simplemente no me gusta el dolor.
—¡Y ahora, damas y caballeros y todo lo demás y más allá! —grita el dragobuelo, su voz amplificada por la magia—, es hora de probar la habilidad más importante de todas para tener como protector de nuestra comunidad: ¡liderazgo y gestión de equipos! Por lo tanto, enfrentaran los concursantes en un antiguo campo de batalla, uno que tiene puso a prueba a nuestro antepasado durante generaciones. Lo sabes, nos encanta. ¡Un último crisol para decidir quién es el mejor de los mejores!.
Un último estallido rojo de magia de su bastón materializa cinco bolas rojas, perfectamente alineadas en el medio del rectángulo... espera, he visto esto antes. ¿No es esto-
—¡Es hora de que nuestros concursantes se enfrenten en el sangriento campo de batalla que es el juego de Quemados!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro