26
Aquella mañana Taehyung pudo ver cómo las mujeres que amaba eran felices, se juró a sí mismo hacer cuanto estuviera en sus manos por regresar, porque no quería que ellas de nuevo tuvieran que vivir momentos difíciles en lo que seguía de vida, ninguna de ellas pidió formar parte de aquel negocio que tanta desgracia traía a las vidas de los que entraban, vio a Any y a Ray comprando joyas en uno de los kioscos que siempre tienen productos lindos en los pasillos del centro comercial.
No pudo evitar recordarlas cuando eran pequeñas, usaban las joyas de los set de plástico que sus padres les compraban y los zapatos de sus madres para jugar en la sala de cualquiera de las casas en las que se reunían, recordó los nervios de niña que Any sentía cuando él se acercaba, cuando las acompañaba a alguna fiesta, sabía que la niña de diez años sentía un enamoramiento infantil por él, pero nunca dijo nada porque no era dañino para nadie, solo le divertía verla en ese plan y ahora está locamente enamorada de Jungkook.
Sintió algo de culpa al recordar la manera en que los trató cuando creyó que había escapado de casa, pero de haber sido diferente no habría conocido la calidad de ser humano que este era, podía confiarle la vida a él, por otro lado vio a Ray, llevaba una bolsa con aquel hermoso vestido que compró para verse con Hoseok, el mismo chico al que mandó golpear por creer que era un aprovechado vividor que solo quería engatusar a su hermanita pero era amor, amor de verdad que sobrevivió a él y sus prejuicios, seguían tan enamorados como cuando eran niños.
Luego estaba Harper, ella veía algunas vitrinas de tiendas con ropa diseñada en cuero, algunos vestidos sumamente elegantes que la harían ver espectacular, porque si algo tenía que destacar de la famosa señora Harper es que su buen gusto al vestir era indiscutible, era la típica rubia despampanante que llega a la vida de todo hombre para destruirlo y enseñarle que no puede tener todo en la vida pero para él era alguien importante, la hermana de su progenitora, una guerrera que podría matar y destruir por protegerlo sin pensarlo dos veces, dispuesta a lo que sea por él.
Sus madres, esas señoras elegantes que jamás habían usado un arma en la vida pero que para él habían sido puro amor, Hyuna desde pequeño lo vio como a su hijo mayor, jamás hizo diferencia entre él y Ray, Vanessa desde que la había conocido lo había tratado con dulzura, parecía quererlo desde siempre, era porque amaba a su padre y lo aceptaba con su pasado y aquel secreto que por seguridad tenía que guardar, era el ejemplo de amor incondicional que hace alusión a los hombres que llevan una vida difícil y dura, como él e Ivanna.
Al volver a casa encontró a los hombres jugando un partido de tenis en la cancha de la mansión, por lo que decidió unirse al grupo ya que había consentido a las mujeres de la casa, aquello estaba siendo muy emotivo para él pero el silencio era lo mejor que podía mantener.
─ ¿A qué hora te irás? ─preguntó Junho llegando junto a Taehyung en el descanso del juego y sin que nadie los escuchara.
─Es mejor que no sepas, no quiero que nadie se atreva a seguirme, que nadie intervenga... que más nadie se arriesgue por mí... ─respondió el menor.
─Yo voy a respetar tu decisión, pero no estoy de acuerdo, hijo... he tenido que verte sufrir tanto por culpa de los Cheng que me atormenta pensar en que de nuevo caerás en sus manos ─habló aquel que siempre había sido un padre para Taehyung, tampoco era fácil para él.
─Si no lo hago esto no va a terminar, ustedes van a estar a salvo solo si sí uno de los dos muere, porque su guerra siempre fue en mi contra... aunque no lo haya provocado yo... ─fue la respuesta del joven Kim a su padre.
La hora de la cena llegó, la familia de nuevo se reunió a la mesa pero esta vez el joven Kim estuvo más silencioso que por la mañana y en el almuerzo, muestra de que la hora de partir estaba llegando, los mayores lo sabían pero no se atrevían a decir nada, luego de comer Hobi pasó por Ray y Taehyung fue a abrir la puerta rápidamente.
─De nuevo tú, ¿ahora también haces de portero o de seguridad de la casa? ─reprochó Hobi mientras lo veía con aires de arrogancia, muestra de que ya no le tenía miedo.
─Escúchame... ─lo tomó por el brazo y lo sacó de la casa ─quiero que haga muy feliz a mi hermana, porque no importa donde yo esté, si ella llora por tu culpa voy a atormentarte tanto que ni muerto vas a descansar... quiero que la ames como lo has hecho hasta hoy, amala tanto que no sienta la ausencia de nadie... ─dijo y lo dejó sin más para volver a la casa. Hobi lo escuchó y por un momento sintió temor de ver sufrir a su bella Ray.
Ray se fue con Hobi tan feliz como siempre, Taehyung los vio irse desde la ventana, volvió el rostro hasta la gran sala y vio a todos divertirse y disfrutar de la noche. Entonces vio la hora y camino rumbo al estacionamiento sin despedirse de nadie, sin ser visto pero ahogando un nudo en la garganta que dolía porque se le venía un futuro incierto, quizá era la última vez que vería a su familia pero llevaría su recuerdo en el pensamiento y en su corazón siendo felices, mientras caminaba su teléfono sonó, aquella voz de nuevo volvió a sonar preguntando si estaba listo dando una respuesta afirmativa, pero al colgar giró porque sintió que alguien lo perseguía, al voltear no vio a nadie por lo que continuó su camino, abrió la puerta del coche pero recordó que tenía que guardar armas y lo hizo, hasta que por fin salió de la casa, rumba a la guerra, la batalla que realmente no sabía con qué lo esperaba.
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