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Los tres equipos que irían a China estaban listos para salir, el avión privado que los llevaría en secreto también los esperaba, puesto que Jin quería encargarse personalmente de Chuy, solo estaba acompañado de tres hombres, un chofer y dos escoltas, al igual que los equipos de sus hermanos, no querían un gran personal porque querían tomarlos por sorpresa, gracias a las habilidades de Howie habían conseguido saber bien cómo estaba distribuido el refugio, una mansión con campos de entrenamiento que permanecían en acción día y noche, la seguridad redoblada con hombres fuertemente armados listos para dispararle a todo lo que se mueva. Pero por lo que habían comprobado, no tenían las habilidades necesarias para vencer. Jin subió a la habitación de su hijo para despedirse, tocó antes por si estaba despierto pero no hubo respuesta, asumió entonces que dormía, entró y lo buscó con la mirada en la gran habitación, sobre su enorme cama y en efecto, el joven dormía, pero era inquietante ver que no lucía bien, estaba pálido y ojeroso, agotado y no había comido los alimentos que le habían llevado, tenía que buscar ayuda para él pero ya todo estaba listo para irse, el único que podía quedar a cargo era Yoongi.
─Te prometo que Chuy va pagar todo lo que nos ha hecho, yo mismo me voy a encargar de eso, su corazón será un perfecto regalo para ti, pero por favor, se fuerte, yo quiero recompensarte todo el tiempo que te dejé, quiero aprender a convivir contigo pero debes estar bien... hijo, no te deje solo, te juro que siempre quise lo mejor para ti, no quería que te llevarán a un orfanato donde jamás te volvería a ver y que vivieras una vida llena de necesidades. Quería verte crecer aunque no estuviera siempre a tu lado. Perdóname por no ser el padre soñado de todo niño, por mentirte y permitir que vivieras en este mundo tan peligroso, por todo lo que tuviste que sufrir mientras estabas en manos de esos malditos, creí que eras inmortal pero el día del accidente me di cuenta que fue un error, que corrías peligro siempre, casi mueres intentando salvar a los tuyos y la desgracia cayó sobre ti desde entonces y yo soy el único responsable... ─decía Jin mientras lo veía definiendo cada detalle de su rostro, no se atrevía a tocarlo por no se sentía con derecho.
─Te dije que lo entendía, yo te pedí involucrarme y tú solo me ayudaste ─Taehyung habló y Jin giró sorprendido ─nunca te he culpado de nada, porque yo estoy aquí por mi propia voluntad, en medio de esta telaraña de peligros en los que las mentiras son más que necesarias, no quiero que me traigas el corazón de Chuy, solo quiero que regreses bien, quiero que acabes con él antes que él acabe con nosotros y que cuando vuelvas, entonces vamos a ser una familia, te prometo que voy a mejorar mientras no estas... volveré a ser yo, no sé en cuanto tiempo pero volveré... ─dijo acomodándose sobre la almohada el joven Kim.
─Estoy seguro de eso, siempre supe que estabas vivo, mi corazón me lo decía pero me convencí cuando apareciste en el patio de la casa en Hong Kong, tu voz era distinta pero sentí esa familiaridad como hablar contigo, tu presencia, tu aroma, eras el mismo joven que iba por algún consejo a visitarme a la prisión, pero tenía que ser cauteloso y esperar a ver tu reacción, algo te pasaba y no sabía que, solo que era algo grave para que actuaras así... ─insistió Jin ahora sentándose en la cama junto a su hijo.
─Ese día de alguna manera me salvaste, porque lo más seguro era que alguien de nuestros hombres acabará conmigo, pero mi mente comenzó a reaccionar, aunque fue demasiado tarde para Lyna, fui tan imprudente que solo hice que la mataran... la amaba... ─dijo Taehyung bajando la mirada con tristeza ─promete que vas a acabar con Chuy, pero que vas a dejar que Kai huya, quiero que me lo dejes a mí, le hice tantas promesas que quiero cumplirlas, quiero matarlo con mis propias manos, que venga a mí para acabar con él... ─por un momento el lado sádico de Taehyung se dejó ver entre aquella debilidad, esa era la señal de que pronto estaría de vuelta.
─Te lo prometo hijo, dejaré que juegues con esa rata, si eso te hace feliz, ahora debo irme, dejaré a Yoongi a cargo para cuidar de nuestra familia y de ti, había pensado enviarlo a Liverpool pero no, prefiero que este pendiente de ti y de los muchachos mientras estoy ausente... ─agregó Jin para luego ponerse en pie, era la primera conversación padre e hijo que tenían, se habían entendido de maravilla porque simplemente eran iguales.
Jin por fin se despidió de todos en la casa, subió a la camioneta y partieron rumbo al aeropuerto sin advertir a nadie. En el refugio de los Cheng, Chuy ahora se preparaban para atacar y defender, buscaba información sobre los Kim, quería saber sí Taehyung seguía con vida, era la hazaña más grande que jamás había logrado, sentía que Sao vivía en él, lo quería de regreso porque era su más grande éxito, el asesino perfecto para ganar la guerra contra los Kim, el experimento que tanto soñó se volvió realidad en sus manos y convirtió al poderoso RockB en su esclavo. Este creyó cada mentira que le dijo mientras estaba drogado, lo controló a su antojo como a una mascota que podía hacer ir y venir cuando quería, no quería perder ese juguete, porque eso era, Taehyung era su juguete, su marioneta de cuyos hilos tiraba solo para matar y controlar, poseer y vencer, le llenaba de orgullo haber revivido a su hijo en él aunque fuera su asesino, no le importaba el método que usará para hacerlo caer, lo quería de vuelta, nada podía sacarle esa idea de la cabeza porque era su obsesión, su motivo de estar en la tierra.
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