─ Te prometo que te voy a amar y proteger por el tiempo que mi vida dure, sé que me amas y me has aceptado con todos mis defectos, con lo riesgoso que es mi trabajo y a pesar de que te han hecho daño por mi culpa nunca quisiste huir, eres lo más bello que este maldito trabajo me ha dejado, por eso quiero protegerte con mi vida, por eso eres mi tesoro más grande junto a mi hermana ─dijo Jimin para luego besarla.

─ No digas esas cosas, me harás llorar de felicidad porque te has convertido en mi príncipe azul, no eres un Dragón para mí, eres un hermoso príncipe al que amo desde que el momento en que apareciste para hacer mi mundo pedazos, para hacerme sentir pánico de morir en una lluvia de balazos, le pusiste una emoción a mí de la manera más dura y difícil que pude haber esperado, te amo porque me has protegido con tu vida incluso, ahora solo seré tuya para siempre, mi amor... ─ expreso Jade mientras estaban sentados a la cabeza de la mesa en el gran salón de eventos de la mansión Kim.

Mientras todos estaban disfrutando del banquete de la recepción, incluidos los Amaya, Jin se preparaba para su próximo ataque, no tenía miedo pero tampoco podía estar distraído solo disfrutando del momento, pero también le conmovía la felicidad de los novios y era algo que sentía pena de dañar aquellos que eran felices juntos, su hijo jamás tuvo la oportunidad de ser así de feliz con una chica porque siempre estuvo ocupado atendiendo los negocios de la familia sin tiempo para conocer a nadie que de verdad valiera pena.

─ ¡Propongo un brindis por los novios! ─ gritó Jin en el momento que menos lo esperaban a lo que todos siguieron con sus copas ─ Por favor disfruten de cada momento que tengan libre, ahora disfruten de la fiesta que hemos preparado en su honor, ahora todos a bailar a beber ─ finalizó antes de terminar su copa y tomar a su esposa del brazo para empezar a bailar ante la mirada de los invitados y la familia, eran pocas las veces en que este hombre se dejaba ver en público debido al lugar que ahora ocupaba dentro de la mafia.

Ahora las calles estaban en una situación bastante tensa debido a las amenazas que los Cheng estaban llevando contra los Kim y aunque nadie sabía lo de la policía y la mafia, se sentía que tampoco estaban tan bien entre las mafias y los chinos llevaban años queriendo controlar el mercado coreano y si las cosas seguían como ahora entonces podría desatarse una guerra en la que incluso la infraestructura podría verse dañada y eso sin mencionar a la bajas innumerables que ya había empezado a darse y se mantenían en silencio y bajo el tapete.

Ahora en uno de los bares más exclusivos de la ciudad, el bar de Hoseok que había sido heredado por Yoongi, el Lux era el lugar que Sao Cheng había elegido para esperar a que la noche cayera, estaba en uno de los lugares VIP, aquellos que en vida visitaba el Joven Kim, al parecer querer pisar cada lugar que los Kim consideraban sagrado, quitarles y profanar todo aquello que les recordaba a su fallecido líder antes de viajar, parecía estar disfrutando de la última noche en la ciudad para luego llevar a su hermano con su padre, para su funeral.

En la mansión la fiesta había terminado y ahora los novios estaban en El Palms, ya que sólo tendrían dos noches de luna de miel lo menos que podían hacer para que se sintieran libres de tanto ajetreo de familia en la casa, para darles la privacidad que necesitan los recién casados, justamente ahora estaban juntos en la terraza de la habitación admirando las luces de la ciudad mientras Jade permanecía sentada sobre las piernas de su esposo, había amor en cada rincón de aquel lugar, ellos dos se amaban demasiado, tanto que ni el frío del clima podía sentirse entre ellos.

─ Tengo que bajar al vestíbulo porque una de las maletas está allí, la traerá el botones, debo confirmar pero mientras quiero que te pongas cómodo, porque quiero disfrutar cada minuto de nuestra noche de bodas, sabes que esto es un sueño tan bello para mí ─ dijo Jade luego de que le hubiesen avisado que su ropa estaba en el mencionado lugar.

─ Debería haber llegado junto con la mía, hablaré con Jungkook para que organice bien a su gente para que estas cosas no se den, pero déjame ir a mí, es el trabajo de un hombre, mi vida ─ respondió Jimin luego de darle un delicado beso a su esposa.

─ No, luego te irás y quién sabe si tendrás tiempo para descansar, ahora quiero que estés tranquilo y cuando vuelvas te prometo que voy a cuidarte mucho para que te renueves ─ le sonrió dulcemente para luego prepararse para salir, ya no le dio tiempo a Jimin para responder, ambos entraron a la habitación tomados de la mano.

─ Ten cuidado, amor, te espero ansioso para hacerte gemir... ─ fueron sus últimas palabras antes de verla desaparecer por la puerta.

Jimin se dejó caer sobre la cama con una sonrisa en los labios, estaba tranquilo al fin a pesar de saber que pronto tendría que partir, cerró los ojos por un momento para sentir esa tranquilidad, la boda, la familia, extrañaba a sus padres y a su mejor amigo. De pronto una fuerte y fría brisa lo hizo abrir los ojos para darse cuenta que la puerta de la terraza de nuevo estaba abierta, Jimin se puso en pie para ir pero antes de terminar de llegar un fuerte impacto en el rostro lo hizo caer, al tratar de incorporarse se dio cuenta que Sao estaba frente a él apuntándole con su arma.

─ Dile al Narco, que Sao Cheng le manda sus saludos, oficialmente la tregua terminó y que le espero en China ─ dos disparos impactaron en el cuerpo de Jimin, uno en el hombro y el otro en la pierna y luego para el joven Park, todo se volvió oscuro.

FIN | PRT3