26
La misión de Jimin se había cumplido, este había vuelto a casa para besar a Jade, ahora sabiendo que Sao era quién iba a tomar las riendas de la guerra, ya sabían que el próximo paso sería viajar a China para enfrentar a Chuy, para poner punto final a esa guerra, Park estaba en la tina mientras pensaba en eso cuando la joven que robaba sus pensamientos llegó para darle esa paz que siempre necesitaba y más ahora que tenía la duda con respecto a Sao como testigo de su hazaña, era algo que en ocasiones le asustaba porque era su hermano.
─ Me dijeron que habías vuelto y que me querías ver, ¿estás bien? ─ cuestionó la estadounidense agachándose para quedar a su nivel mientras le hablaba, beso sus labios y luego espero la respuesta del joven Park.
─ Ahora estoy mejor, pero quiero que tomes un baño conmigo ─ respondió al mismo tiempo en que la atrajo sobre el para meterla a la tina con ropa, aquel delicado vestido lila de seda y forrado en chiffon se pegó inmediatamente al cuerpo de la mujer, mientras que Jimin se ocupaba nada más de sentir sus besos sobre sus labios.
─ Estás loco, pero así te amo ─ prosiguió Jade con una sonrisa dulce ─ me tenías muy asustada, no quería que te pasara algo ─ insistía mientras sentía como su empapada ropa era retirada de su cuerpo ─ tus manos son ágiles, amor... ─ finalizó para darse cuenta que ya estaba igual de desnuda que su pareja.
Cómo lo había dicho, las ágiles manos de Jimin se colaron entre las piernas de ella para empezar a jugar con sus pliegues vaginales, esto le sacaba suspiros profundos a Jade, quién sólo disfrutaba mientras que Park devoraba uno de sus pechos.
Pero el masculino pronto sintió la necesidad de estar dentro de ella, así que se acomodaron de modo que Jade quedará sobre Jimin a horcajadas sintiendo como iba siendo penetrada lentamente y satisfactoriamente, sus gemidos está vez no fueron silenciados porque esta vez el Dragón azul quería disfrutar plenamente de aquella intimidad que tanto placer le daba mezclado con esa paz que Jade siempre le inspiraba, pero mientras la tenía así, a su merced siendo suya y sacando de su cabeza cada mal pensamiento que pudo generar el día que había tenido, pensó que tenía que asegurarse que ella estuviera bien.
─ Amor mío... iré a China en los próximos días... ─ dijo entre jadeos mientras apretaba sus glúteos para afianzarla.
─ No vayas, quédate conmigo... renuncia a ser el Dragón azul... ahora ya has acabado con Mao... ─ respondió la joven en la misma condición que su pareja.
─ Cásate conmigo... te amo en tan poco tiempo, eres lo más bueno que me pasó desde que estoy en este trabajo, ya he perdido tanto que quiero estar seguro de ti, vamos a casarnos para que por fin tengas un hogar... ─ insistió Jimin sin liberarla y después de tantas estocadas.
─ Ahh ¿cómo me lo pides en estas condiciones? ─ Jade empezó a sentir como el orgasmo estaba por llegar a la hora de responder ─ ¿Cómo podría negarme?, también me enamore sin pensarlo y sin darme cuenta... ─ trató de reprimir un gemido con un beso luego de aquellas palabras.
Finalmente ambos llegaron al clímax y entonces pudieron hablar bien sobre el tema, ambos terminaron su baño y volvieron a la cama, dónde estuvieron abrazados, ella sobre él y mientras era protegida por aquellos brazos capaces de asesinar por ella, aquel valiente dragón había caído en la red de amor.
─ Vamos a decirles mañana mismo, porque ahora ya duermen, será una ceremonia civil nada más, porque cuando vuelva quiero que sea la boda religiosa para poder verte con tu hermoso vestido blanco como una princesa... ─ dijo Jimin al momento en que tomaba el mentón de la joven para besar.
─ Se escucha tan lindo, de verdad que te has convertido en un sueño vuelto realidad, pero me gustaría que tu trabajo no fuera tan peligroso, que tu vida no estuviera en un riesgo constante... ─ insistió Jade, a pesar de que lo aceptaba no lo quería perder.
Así la noche transcurría en la mansión Kim, que ahora era la fortaleza mejor resguardada de toda Corea, pero en la morgue de la ciudad, otra situación se estaba dando, puesto que la guerra entre narcos que se había dado temprano había culminado con varios muertos, Namjoon estaba dando declaraciones a la prensa mientras procesaban el cuerpo de Mao, el cual era esperado para reconocer por su hermano menor en la gran sala de espera que este lugar tenía, la pantalla que estaba frente a él tenía el canal de noticias sintonizado y este podía ver la conferencia de prensa que afuera se estaba dando.
─ No hemos logrado dar con el otro que estuvo en la balacera, pero estamos trabajando el caso, por ahora solo queda decir que nuestro equipo policial pudo acabar con varios de estos delincuentes que acabaron con la vida del empresario chino, vamos a dar nuestras condolencias a su familia y nuestro apoyo de que se hará justicia... ─ con aquellas palabras, Namjoon estaba dando por terminada la conferencia que había sido vista y escuchada por Sao, quién permanecía inmóvil sobre una banca del lugar, su máscara daba la impresión de que aquel hombre estaba inexpresivo e inspiraba algo de miedo.
─ Joven Cheng, tenemos que tomar su declaración y debe llenar unos documentos para poder llevarse el cuerpo una vez que la autopsia haya terminado... ─ fueron las palabras de Namjoon llegando con Cheng, lo tenía de frente y cerca, había algo inquietante en ese joven que el jefe de policía podía sentir y no lograba descifrar.
─ Lo que necesite, señor... ¿Cuánto tiempo estará mi hermano aquí? ─ preguntó Cheng mientras seguía al mayor.
Namjoon pensó por un momento en su respuesta, intentaba indagar más sobre lo que había detrás de esa máscara, todo en aquel muchacho era inquietante.
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