Seúl, Corea del Sur.

─ ¡¿Cómo es que no había nadie vigilando la casa?! ─ vociferaba Nam mientras daba una bofetada al encargado de la seguridad de los Park, estaban frente a la mansión que había sido explotada con los cuerpos de los señores dentro de esta.

─ Señor, alguien nos alertó que había enemigos en la parte trasera, fue por eso que nos apartamos de nuestros lugares, la señora está mañana no salió y él señor recibió un reporte para enviar datos desde la casa, nos tendieron una trampa, señor... ─ se justificó aquel hombre, que realmente había fallado.

─ ¡BASTA! Ahora ya es tarde para buscar un culpable, Jimin iba a venir pero le ordené que se quede allá, Mao lo quiere tener a su merced para acabar con él, quiere que salga a la luz para que este desprotegido... ─ habló Jin sabiendo perfectamente que todo era un plan para acabar con ellos.

─ Any está con Jungkook, ella necesita a su hermano, en estos momentos ellos deben estar juntos... ─ respondió Nam poniendo su sentido humano en práctica.

─ Jimin dijo que los Cheng también mataron a Taehyung, me envió la foto que le mandaron a él... ¿Sabes cómo me siento ahora? No quiero perder un hijo más porque los dragones son eso para mí ─ Jin había cambiado su semblante, la verdad era que no quería que nada le pasara ni a Jungkook ni a Jimin, sabía que los estarían buscando ahora más que nunca.

Ambos supieron que habían perdido demasiado, guardaron silencio por un momento porque no había palabras que hicieran sentir bien al otro, Taehyung había sido un hijo para Nam, lo había adiestrado para que sobreviviera en las peores circunstancias y si aquello era cierto tuvo que pasar por mucho antes.

─ Junho, él aún no sabe lo de Taehyung, aunque vi la foto he preferido enviarla a analizar con los peritos para descartar un montaje porque lo amaba tanto como yo, era nuestro pequeño al que educamos entre los tres... le enseñe tanto para que pudiera salir de cualquier situación que lo convirtiera en rehén, el suicidio nunca estuvo entre ellas y ─ Nam estaba conteniendo el nudo en su garganta hasta que esta se cerró y tuvo que esperar a que se liberara ─ sí es verdad, sí él lo hizo es porque no encontró otra salida, significa eso que fallé en mi entrenamiento... ─ por fin el llanto asomo por los lagrimales del jefe de policía, sus mejillas ahora estaban humedecidas por lo mismo y aunado a eso, enfrentaban la muerte de uno de sus mejores amigos.

─ Juhang siempre fue un buen amigo, quizá como padre siempre tuvo problemas porque no era muy comunicativo pero estas pérdidas humanas solo están empeorando la guerra, sé que Jimin siente lo mismo que nosotros ahora y va a buscar acabar con ellos de la peor manera, lo que nosotros estamos sufriendo ellos también lo van a sufrir 一 insistió Jin.

Los Ángeles.

Jimin estaba en su casa, había podido volver a su hogar luego de confirmar que no había peligro para nadie de los suyos, su corazón estaba roto, había bebido tanto que no podía ni mantenerse en pie, también había llevado chicas de las más caras que había a sus disposición, ahora estaba desnudo, en medio de ellas, dos mujeres que se encargaban de darle placer a sus pasiones más bajas, era como si quisiera dejar de pensar o de sentir.

Y claro que tenía razones para estar así, Howie le había confirmado que la fotografía que le habían enviado era genuina, le aseguraban que Taehyung estaba muerto pero le consolaba de alguna manera que lo pudo haber hecho bajo su propia mano, un suicidio para liberarse del sufrimiento al que había sido sometido, también estaba la muerte de sus padres, quería estar con su hermana pero su trabajo no se lo permitía, tenía la promesa de Jin de ayudarlo a ir y que todo fuera seguro, pero mientras eso no pasaba, debía permanecer en su hogar, en la seguridad que este le brindaba.

Tampoco podía sacar de su cabeza aquellos disparos, la noticia de que su casa había sido incendiada con los cuerpos de sus padres dentro de esta, su corazón dolía tanto que solo seguía bebiendo y dejándose hacer por aquellas mujeres, pero las cosas poco a poco fueron cambiando y es que recordó la maldita risa de Mao, lo imaginó disfrutando la escena y su mirada poco a poco se fue oscureciendo, al igual que su corazón, se quitó de encima a las dos damas de compañía que le habían llevado y las largó irritado, ya estaba cansado.

─ ¡Largo! ¡déjenme solo!, ¡quiero estar solo!...一 dijo mientras las empujaba sin hacerles daño, Tachi que permanecía a su lado sintiendo pena por él, se encargó de pagar a las chicas y de sacarlas antes que la rabia que Jimin sentía acabara con ellas.

─ Tienes que sacarlo Mochis, recuerda que eres nuestro jefe y confiamos en tu cordura para dirigirnos, si es verdad que el Bisonte ya no existe, entonces tu solo quedarás para dirigir América y tienes que hacerle honor al Bisonte de la roca, siempre un hombre de ley que no merece terminar así...-- Tachi se acercó y le habló en su acento mexicano al herido joven para darle valor.

Aunque Jimin lo escuchó y le puso atención, no pudo formular palabra alguna porque el nudo en su garganta no se lo permitió, entonces el Amaya solo pudo darle un abrazo para confortarlo, luego de eso lo ayudó a salir de la cama para meterse a la ducha, solo ahí El Dragón Azul pudo sacar todo lo que se había acumulado en su pecho y garganta, también su mente empezó a tener lucidez para pensar en una estrategia más, quería vivo a Mao, ahora sí, no le importaba más que tenerlo para cortarle la cabeza lentamente.