Mao ahora estaba justamente en la zona de Sunset Beach donde el equipo de Jimin lo había sospechado, ahora mientras bebía un vino caro veía desde su terraza la vida que se desarrollaba en la playa, las personas que vivían sin preocuparse por nada y sin imaginar lo que en la mente de quién los veían pasaba.

─ No había conexión entre la chica y Park, creo que fue una casualidad así como lo habíamos pensado pero de alguna manera la están protegiendo, creo que Park tiene un punto débil... ─ informaba Kun, quién era la mano derecha de Mao.

A diferencia de Jimin, ellos no se guiaban por la tecnología, más bien lo hacían mediante vigilancia y este era el caso, estaban vigilando el Palms porque sabían que ahí se encontraba su blanco pero nadie supo la calle que siguió para llegar, nadie lo vio, esto solo dejaba en evidencia que Jimin no iba a ser un blanco sencillo y que no iba ser fácil dar con él o acabar con él, Jimin era un estratega que aunque no hubiese tenido entrenamiento militar sabía mover bien sus cartas, protegía a su gente y tenía sus propósitos claros.

Siendo vigilados se dieron cuenta que Park se dirigía al edificio de la chica, la misma que los había visto e identificado en el tiroteo y que lo más seguro era que le dijera a la policía de ellos, no querían una testigo que les pudiera perjudicar ya que no estaban en China para pagar un chantaje siendo que quienes ahora dominaban eran los Kim, América no era un mercado fácil para ellos y debía tener precaución.

─ Esa joven, aunque no tenga nada que ver se ha convertido en una especie de trofeo que Park ha ganado, ella es la señal de su triunfo, de haber salido vivo de nuestra primera batalla, quiero que maten a esa chica para borrarle esa expresión de altanería del rostro a ese maldito, porque después será su cabeza la que yo lleve a mi señor... ─ respondió Mao finalmente después de tanto pensar.

Aquellos hombres de inmediato se pusieron manos a la obra para cumplir con el mandato de su jefe y líder, ahora su blanco tenía una pequeña variante pero esto distraería la atención de Jimin y también podría caer una vez que lo hicieran enojar por robarle el trofeo, aquello que Mao pensaba era señal de victoria.

Jimin por el momento no advertía que el blanco de Mao hubiese cambiado, salieron con rumbo al apartamento de la chica porque debía quedarse con él hasta que supieran que ya no había peligro, por lo mismo ahora estaba viajando con ella siendo seguido por sus hombres y entre las sombras por los hombres de Mao, estos controlaban cada paso que Jimin daba algo con lo que ya contaban los Amaya pero que mientras no hicieran mayor acción iban a dejar pasar para no atraer a las autoridades directo con ellos.

Jade bajó del auto y fue seguida por Jimin, sus escoltas tomaron una posición de siempre mientras ellos entraban, pasaron hasta el ascensor y subieron, ninguno de los dos tenía ánimo de hablar porque la situación no daba mucho espacio para que lo hicieran, Jimin sentía una sensación de estrés terrible mientras subía, como si alguien le estuviera respirando en el hombro. Jade por su parte estaba tan sumisa que llegó a sentir que nada de lo que pensara le podía ayudar, porque no conocía motivos ni acciones para que aquellos hombres actúen así, no sabía que peleaban o qué clase de delincuentes eran.

─ ¿Por qué estabas en aquel parque? ─ preguntó finalmente luego de dudarlo tanto.

─ Me tuteas, eso es bueno ─ dijo con una sonrisa ─ estaba esperando a un informante, siempre buscamos lugares así para mezclarnos entre la multitud pero no pensé que fueran capaces de atacar ahí... 一 respondió Jimin para calmar su curiosidad.

─ Habían niños, ¿qué clase de persona desata un tiroteo donde hay niños? ─ prosiguió la joven con suma indignación.

─ Son lo peor, Mao es un hombre despiadado que no se tienta el corazón con tal de arrasar a su enemigo ─ continuó Jimin al mismo tiempo que el ascensor se abrió.

─ ¿Qué les hiciste para que te busquen y ataquen de esa manera?, ¿les robaste algo? ─ insistió Jade mientras caminaban hasta la puerta de su apartamento.

─ Maté al líder anterior que tenían, él intentó acabar con nuestro líder y aunque les hicimos creer que lo habían hecho siempre lo buscaron, ahora está en sus manos y quieren acabar con nosotros antes que con él, no sabemos en qué condiciones esté... ─ al final Jimin demostró preocupación y tristeza al hablar, eso lo decía todo y sin vacilación.

A Jade de alguna manera le sorprendió que su protector confesara un delito así, como si de robar manzanas se tratase, pero al ver como su rostro había cambiado prefirió guardar silencio, entraron a la pieza habitacional y ella de inmediato sintió de nuevo tristeza viendo su casa hecha un caos, pero no podía solo detenerse a pensar, esto la hizo caer en cuenta que debía ser rápida para buscar sus documentos, quizá aquellos hombres aún estaban ahí queriendo acabar con ella o con Jimin quién la estaba cuidando como si fuera alguien importante para él, un desconocido que la protegía.

Mientras Jimin esperaba que la joven recogiera sus cosas para volver a salir, una alerta proveniente de Tachi le hizo saber que estaban por ser atacados, este fue avisado de hombres de negro subiendo por las escaleras. Fue así que Jimin de nuevo corrió para sacar a Jade de la habitación y estaban por salir cuando por una de las ventanas una granada entró, justo frente a ellos, Tachi no pudo hacer nada porque estaba evitando que entraran afuera de la habitación, segundos después, el estruendo de la explosión lo hizo voltear y buscar en el destruido apartamento de la joven, esperaba que su líder estuviera bien.