─ Te sientes muy seguro aquí, ¿no es así? ─ dijo Jimin con una sonrisa socarrona ─ ¿crees que no puedo matarte aquí y ahora?, porque es el hotel y es un lugar lleno de mucha gente, pero te tengo una noticia, yo aquí puedo hacer lo que me venga en gana, puedo poner cualquier excusa para hacerlo y nadie va a poner en duda mi palabra... estas en la boca del lobo, maldito cretino... ─ expresó Jimin sin perder los estribos ni la paciencia.

─ Se perfectamente lo que puedes hacer, pero ambos sabemos que no me vas a matar aquí y ahora, primero porque están mis hombres alerta en caso de cualquier ataque y segundo, amas demasiado a las personas como para ponerlas en riesgo, por eso me siento seguro... eso sin mencionar que tengo algo que tú quieres o ¿ya lo olvidaste? ─ cuestionó Mao haciendo énfasis en lo último.

─ No es un objeto, no te refieras a él como a una cosa, tienes a un gran hombre que es capaz de acabar contigo solo con un movimiento rápido pero claro, eres tan cobarde que tuviste que llevártelo en coma para que no te hiciera daño, ¿para qué lo quieres Mao?, ¿te enamoraste de él?, te entiendo porque suele causar ese efecto en las chicas pero no fue la manera correcta así que dime que es lo que quieres para regresarlo ─ Jimin en ningún momento perdió la calma, estaba haciendo enojar a Mao pero sin hacerse enfadar él solo, prácticamente tenía controlada la situación.

─ ¡Eres un maldito insolente! ¡Pero claro! ¿Qué se puede esperar de un niño rico consentido? No debiste meterte en este mundo, esto no es un juego y tú amigo sabe eso, o al menos le está quedando claro cada vez que recibe choques eléctricos, cada vez que lo interrogan y se niega a responder, es más, nada te garantiza que siga con vida... ─ fue la respuesta de Mao llena de odio y enojo por la burla recibida.

─ Por supuesto que sigue con vida, ahora no me queda más duda de ello y ¿sabes por qué?, porque se tomaron demasiadas molestias para sacarlo de Liverpool, incluso lo estuvieron medicando para que su descanso durante el viaje fuera tranquilo, por más que lo odies sabes que lo necesitas y sé que no me lo vas a decir ahora pero lo voy a averiguar... ─ enfrentó Jimin con un semblante siniestro y una sonrisa de lado, sabía que lo tenía donde lo quería y lo estaba disfrutando.

─ Eso, si no te mato antes... espero que te haya gustado el regalito que te deje en el apartamento de la chica, debiste haber muerto entonces... ─ reprochó Mao aún con enfado.

─ Es porque ni para eso eres bueno, no tienes un plan, una estrategia, solo quieres hacerlo todo directo y eso es una ventaja para mí, te tengo en mis manos, idiota... Ahora largo de mi oficina... ─ ordenó Jimin.

Mao supo que su plan había salido al contrario, Jimin había logrado sacarlo de quicio y ahora conocía su límite, era menester acabar con él lo antes posible, pero de momento no podría porque estaría alerta así que pensó dejar pasar unos días, le gustaba la idea de tener un verdadero enemigo en aquel momento, un verdadero rival pero no le gustaba que supiera más que él, eso le parecía molesto, le recordaba mucho al arrogante de RockB a quien odiaba con todas sus fuerzas pero su padre se negaba a matar porque tenía planes para él un final grande.

Jimin lo observó irse pero en cuanto cerró la puerta recordó esas palabras, choques eléctricos, estaban torturando a su mejor amigo, a su hermano de infancia y no podía hacer nada para evitarlo, esto le provocó una nueva rabieta de impotencia pero no le iba a demostrar a Mao que le había afectado, la señorita Taehee escuchó el estruendo de las cosas que tiró y corrió a ver si su jefe estaba bien, pero afortunadamente así era, solo vio el desorden que había en el piso y preguntó si podía llamar a alguien de limpieza para ordenar, a lo que Jimin se negó.

Quería estar solo un rato, revisó los documentos que tenía pendientes para ocupar su mente y despejarse, luego firmo los demás y después de eso se sirvió una copa, su mente entonces analizó y culpó a Mao por todo lo malo que estaba pasando, lo estaba atacando y gracias a eso dañó la vida de Jade y ahora tenía a Taehyung en su poder para jugar con él como un gato con un ratón antes de devorarlo, nada podía hacer más que acabar con este pero había gente detrás de ellos, no era Mao por sí solo.

Después de beber un poco se puso en pie, de despidió de la asistente y bajó a la camioneta, quería ver a Jade y ahora que sabía que podía volver a su hogar quería llevarla para cuidarla ahí, pero lo haría después de las carreras, la noche de ese día le esperaba con los brazos abiertos y podría sacar toda esa rabia que ahora cargaba porque eran lo mismo, los mismos que le estaban haciendo daño a su mejor amigo, los mismos que se querían colar en las carreras, la misma plaga que estaba buscando dañar y destruir a los Kim.

Al llegar a la casa de los Amaya subió a la habitación de Jade, la encontró hablando con una joven latina que trabajaba ahí, estaba sonriente, aún se veía pálida pero con mejor semblante y eso le hizo sentir bien, al verla sintió que la discusión con Mao no era nada, como si estar cerca de ella le renovará fuerzas y su espíritu, era algo que nunca le había pasado con nadie. Ahora más que nunca quería protegerla porque se estaba convirtiendo en su talón de Aquiles y eso solo le complicaría las cosas, quería mantenerla segura junto a él.