La mañana llegó y Any había retomado su vida habitual de siempre, ahora estaba rumbo a la universidad en ya reparado coche mientras hablaba con su amiga Ray quién seguía siendo inseparable de ella, como dos hermanas que siempre habían compartido gustos y experiencias desde que era bebés.

─Entonces ¿irás hoy? ─ cuestionó Ray a su amiga mientras se colocaba algo de delineador en sus párpados inferiores.

─Sí, le llame y dijo que me iba a estar esperando en el taller de Hobi, así que lo buscaré ahí ─ informó la chica que siempre soñó con el día volver a ver a Jungkook.

─Eso suena a una aventura de esas que se ven en las películas... es genial ─ Ray tenía una ilusión al decir aquellas palabras porque veía a su amiga feliz y sonriente cuando le hablaba de Jungkook, era una chica enamorada indudablemente de aquel joven rebelde.

Ray cuando tenía 16 se había enamorado de un chico, hijo de un jardinero de la casa, ellos pasaban mucho tiempo juntos pero un día este joven había recibido una golpiza tal que estuvo en sillas de ruedas por varios días, aunque nunca supieron quiénes lo habían hecho.

El chico extrañamente ya no quiso volver a hablar con Ray y Taehyung habló con la familia para ayudar a su jardinero con los estudios del adolescente, lo enviaron a Europa donde ahora radica y está cursando su carrera de economista, jamás volvió a tener comunicación con la chica Kim.

Ray es una joven muy bonita de cabello ondulado que siempre lo traía negro y suelto, usaba una diadema sobre este para que no se le venga a la cara, alta y con una silueta envidiable, aunque no sigue modas siempre viste perfecto y muy fino, no necesitaba aparentar marcas.

Ahora se conducía junto a su mejor amiga que tenía esa ilusión que ella tuvo a los 16 años y le emocionaba porque recordaba que era una emoción muy bella, amaba a su amiga tanto que quería ayudarla a cumplir su sueño lo que durará porque veía sus ilusiones en ella.

Al salir de clase, Taehyung iría por Ray para que Any pudiera ir con Jungkook, pero la señorita Kim le pidió a Any que no dijera para donde iba porque no quería que le impidieran ver a su hombre soñado, al parecer Ray sospechaba de Taehyung por la separación.

Al salir de la universidad, Anyhan salió en su coche rumbo al barrio de Jungkook, sabía dónde él trabajaba durante el día así que lo iba a encontrar ahí en el cafetín donde trabajaba como mesero durante el día, a pesar de que habían estado hablando, era la primera vez que se iban a ver desde que se separaron.

Poco a poco fue reconociendo las calles aunque solo pasó un par de días ahí, había conocido al hombre que sin querer le robaba el sueño y la hizo sentir segura, más que cualquier otra persona en el mundo, amaba eso.

─Creí que no ibas a venir, la verdad estaba ansioso... ─Jungkook había pedido permiso para poder estar con Any cuando ella llegara y ya que es buen trabajador se lo habían dado.

─Te dije que lo iba hacer, debo admitir que también lo estaba, creo que te ganaste mi cariño siendo bueno conmigo... ─respondió Any ahora que ambos estaban en una mesa junto al ventanal de cristal.

─Pero si tu familia te prohíbe verme debes obedecer, ellos te quieren cuidar... ─ insistió Kook para que aquella joven no tuviera problemas en su hogar por él.

─Ellos no lo saben, se los diré cuando sepa cómo por ahora lo que no sepan no les hará daño pero no quiero recordar eso, mira te traje algo... ─dijo sacando una bella caja larga con un chongo sobre ella, era pequeña y delicada, muy fina, digna de ella.

─Esto se ve muy caro, no debiste... ─Tomó aquel obsequio y lo acarició delicadamente ─ se ve precioso ─dijo antes de abrirlo refiriéndose a la caja ─ lo abrió y sonrió con una mezcla de emociones al ver de qué se trataba, nunca antes le habían regalado algo y menos así.

─Quiero agradecer todo lo que hiciste por mí aunque haya sido de una manera poco habitual, de verdad me siento agradecida... ─expresó Anyhan mientras admiraba el rostro de su acompañante mientras examinaba aquel finísimo reloj que había sacado de la pequeña caja.

─No quiero que te sientas comprometida a nada, es más, me gustaría que un día olvides la forma en que nos conocimos y si quieres ser mi amiga solo me veas como a un amigo más ─ respondió Kook después de escuchar las palabras que salieron de la joven.

Bebieron algo y minutos más tarde estaban caminando por la avenida, hablaban de muchas cosas, Any le contaba de cómo era la escuela, su casa su amiga Ray y esas cosas que los amigos de confianza siempre se cuentan, ella sentía que estaba bien en ese momento y que no lo cambiaría por nada.

Por su parte Jungkook también tenía muchas cosas que contar, sobre su trabajo y los días más difíciles, lo que acostumbraba comer, lo que más amaba de su motocicleta, ambos parecían conocerse desde hace mucho, desde siempre, a Jungkook particularmente le fascinaba la sonrisa de ella, era preciosa.

Para Any estar con Jungkook era como un sueño porque nunca se había sentido tan bien con un muchacho como ahora, aparte de que amaba ver su nariz arrugarse cuando reía por alguna locura que se les ocurría o ese bello puchero que hacía cada vez que pensaba en algo que consideraba muy interesante.

Tenía una imagen ruda a simple vista pero al conocerlo se había dado cuenta que era una persona muy dulce, al menos con ella lo era, al final el atardecer tinto de rojos y naranjas el paisaje que era la ciudad, Jungkook escoltó a su amiga al auto para que volviera a casa y sus mundos se volvieron a separar.