La tensión que había entre Taehyung y yo era imposible de ignorar.

Cada vez que nos mirábamos o simplemente con el hecho de que nos quedaramos a solas sentíamos cómo el deseo y las ganas que nos teníamos crecía cada vez más.

Yoongi se había ido fuera de la ciudad quien sabe cuánto tiempo, cuántos días. Tampoco sabía cuánto podría soportar estar a solas con Taehyung sin hacerlo mío.

Observaba a Taehyung regar las flores del jardín desde la ventana de la cocina.

Me era imposible creer lo hermoso que era, su cabello castaño claro que caía sobre su frente y aquellos pómulos que resaltaban y se volvían rojos cada que lo tenía cerca.

Debía parar de admirarlo o estaría a un segundo de ir hacía él y envolver sus rosas labios con los míos.

Escuché el estruendo de un trueno y pude ver mejor las nubes grises que anunciaban una poderosa tormenta.

Taehyung también se percató de esto, pero en vez de entrar y ponerse a salvo, se dispuso a llevar a sus gallinas a un lugar seguro.

Que tonto.

Maldiciendo salí al exterior con el fin de ayudarlo. Taehyung me miró por un segundo antes de desviar la mirada y continuar con lo suyo.

Desde el día en que me dió una toalla después de bañarme, no me ha dirigido la palabra y no tenía idea del porque.

Pronto sentí el agua caer sobre de mí de forma agresiva, la lluvia me empapaba por completo.

_Vamos, hay que ir adentro _Tomé la mano de Taehyung.

Taehyung asintió, pero no sé movía. Sus labios se encontraban entreabiertos observando mi torso, la manera en que la camiseta se pegaba y marcaba mis abdominales.

También desvíe la mirada, lo cual fue un error porque Taehyung se veía realmente sexy mojado por completo.

Taehyung pareció leer mi mente porque lo próximo que hizo fue venir hacia mí, sostener mi cuello y unir mis labios con los suyos.