𝟮𝟯 | Ansiedad, miedo e inteligencia
CAPÍTULO 23
𝐓𝐀𝐄𝐇𝐘𝐔𝐍𝐆 𝐘 𝐍𝐀𝐈𝐀
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Los exámenes comenzaron, Taehyung y yo, más que nunca, hemos estado quedándonos en la universidad para estudiar a solas o en compañía de Bogum junto a Lisa. Esta vez Taehyung quiso que solo fuéramos él y yo estudiando en una de las salas de la universidad. Pero antes de agarrar nuestros cuadernos, sacar nuestras lecturas y encender nuestras computadoras, el pelinegro me invitó de un café mientras que él se compraba un vaso de chocolate caliente de las máquinas expendedoras; luego, nos volvimos esclavos del estudio.
Todo estaba muy tranquilo entre nosotros. Vimos un vídeo que explicaba un tema que Taehyung no lograba comprender mientras que el espacio era realmente escaso entre nosotros; luego, expliqué a más profundo del tema hasta que él pudo captar la idea principal. La verdad es que sí era un curso difícil el que teníamos que estudiar ahora. Leímos nuestros apuntes y lecturas para complementar la información; no obstante, mi concentración se desvío hasta ver a Taehyung mover mucho su pierna, como si su cuerpo estuviera totalmente tenso y su tembladera era nerviosa.
Intento no fijarme mucho, pero su pierna movía mucho la mía, tanto que no me dejaba concentrarme en mis estudios.
—¿Quieres ir al baño? —pregunto. Taehyung deja de moverse y niega con la cabeza—. ¿Seguro?
Pasan los minutos y ese movimiento de pierna vuelve a aparecer. Miro de soslayo a Taehyung, lo noto muy nervioso mientras que lee algo en su computadora. De ahí confirmo que su movimiento de pierna es una manifestación involuntaria de lo que está sintiendo.
De cierto modo lo comprendo. Taehyung se ha esforzado mucho para subir sus notas sin la ayuda de su padre. Realmente se ha tomado muy en serio los estudios y es satisfactorio cómo él mismo puede sentirse orgulloso de los resultados de su propio esfuerzo. Lo ha estado haciendo muy bien hasta el momento y estoy segura de que si sigue de ese modo, logrará aprobar todas las materias. Sin embargo, yo sé que tiene toda la presión de sus padres sobre él, lo cual lo puede estar desconcentrando un poco.
Desde que visité su casa y conocí a su madre, puedo entender algunos comportamientos de Taehyung. Es como si antes de empezar a cambiar su actitud y forma de pensar, todo lo que hacía era para llamar la atención de sus padres.
—Tae —lo llamo. Él aparta su mirada de la computadora y se saca sus lentes de descanso—, ¿podemos hablar un momento?
—¿Qué pasa? —el pelimarrón se reclina sobre su silla y pasa su brazo derecho por mi brazo.
—No te tomas a mal lo que te diré —me tomo un momento para pensar y ordenar bien mis palabras—. ¿Por qué escogiste traducción de idiomas?
Taehyung se tensa más al instante. Frunce su ceño para luego carraspear repetidas veces. Tartamudea sin decir una sola palabra concisa, solo mueve su boca a la misma vez que su otra mano pasa por el lado izquierdo de su cabello.
—Yo... No lo sé. —Responde al fin—. Creo que la escogí porque mi papá era el decano y porque creía que iba a ser sencillo estudiarla.
—¿Y te gusta la carrera? —Tae aplana sus labios antes de negar con la cabeza—. ¿Y no has pensado en cambiarte a otra?
—El problema es que no siento interés por ninguna carrera.
—¿De niño nunca quisiste ser algo? —Agarro la otra mano de Tae para entrelazarla con la mía y que de ese modo dejase de mover sus dedos por lo ansioso que se encontraba—. Por ejemplo, yo siempre decía que iba a ser la mejor bailarina de ballet de todo el mundo y que abriría mi propia academia de baile. ¿Alguna ilusión inocente? ¿Algo?
—Pues sí tuve. Yo decía que quería ser actor —el pelimarrón baja su mirada hacia nuestras manos entrelazadas y ahí noto que por sus labios se asuma una pequeña sonrisa—. Ya ves que en las escuelas siempre se hacen otras de teatro, una vez participé y me gustó.
Esboso una tierna sonrisa al imaginarme a un Taehyung pequeño actuando en un escenario. Era una imagen tan linda y que no pudo evitar chillar un poco de la ternura; el otro solo me mira por unos milisegundos y ladea su cabeza sin dejar de sonreír. Luego de mi gran momento débil, me pregunté: ¿por qué no tuvo la actuación como una opción? Quiero decir, Taehyung es un chico extremadamente apuesto, por lo decir que es el hombre más hermoso que he visto en Seúl o en toda mi vida, su belleza es etérea, digna de estar en la pantalla grande, que cumple con uno de los requisitos más importantes para triunfar en la actuación. Claro, el otro requisito más importante es saber actuar; pero no hay nada que unas clases de actuación no puedan resolver. Aun así, como no sé mucho de ese campo, mis opiniones son escasas.
—¿Y nunca te interesó más luego de ese momento? —pregunto otra vez—. Si me lo preguntas, tú serías un muy buen actor. El mejor de todo el país.
Taehyung se encoge de hombros, su sonrisa se desvanece ligeramente.
—Nunca tuve la oportunidad de explorar más esa opción —dice en voz baja—. Mis padres siempre esperaron que siguiera un camino más "seguro", algo que consideraran una carrera respetable.
—Pero, ¿y si eso no te hace feliz? —le pregunto suavemente, buscando sus ojos—. A veces tenemos que seguir nuestro propio camino, aunque no sea el que los demás esperen de nosotros.
Taehyung suspira, su expresión se torna pensativa.
—Lo sé, pero es complicado. Mis padres siempre han tenido altas expectativas. Además, no estoy seguro de que actuar sea algo que realmente pueda hacer bien.
—Nunca lo sabrás si no lo intentas —le digo, apretando su mano con cariño—. La vida es demasiado corta para no perseguir lo que realmente nos apasiona. Y si descubres que actuar no es lo tuyo, al menos sabrás que lo intentaste.
Taehyung se queda observándome en silencio por un par de segundos. No aparto mi mirada con la esperanza de que él haya podido tomar para bien mi consejo. Luego, de manera desprevenida, el pelimarrón se acerca a mí para darme un beso entre mi oreja y cuello.
—Gracias por preocuparte por mí, preciosa —dice luego de volver a su postura de antes—; pero creo que ya es un poco tarde para mí. Mejor hay que estudiar, ¿sí?
Abulto mis labios al no lograr siquiera cambiar un poco la perspectiva del castaño y termino por apoyar mi cabeza en su hombro antes de dejarle un pequeño pico cerca de su oreja.
—Como quieras, pero sabes que me tienes por si te gustaría hablar sobre ello.
El chico me sonríe de lado, con su mirada puesta en las hojas esparcidas por la mesa y aparentando que se ha concentrado rápidamente en el estudio otra vez.
***
El tercer examen final llegó y con Taehyung estuve estudiando toda la noche anterior como modo de repaso. Pero, a decir verdad y siendo muy honesta, no empezamos a repasar hasta que se hicieron la una de la mañana. Como él fue a mi casa, Mijoon le invitó de cenar antes de someterlo a ayudarla a lavar los platos mientras que hablaban muchas cosas de la familia de él, sobre todo de su padre. Finalmente, Taehyung y yo nos distraímos por nuestra propia cuenta por un par de horas hasta que nos acordamos de estudiar.
Por la mañana, mi prima fue la que nos pasó la voz para levantarnos del sillón; porque sí, nos quedamos dormidos en medio del estudio y al parecer estuvimos muy cómodos acurrucados en dicho mueble como para no amanecer con ningún malestar físico. Soomin lo invitó a quedarse a desayunar para que aprovechara en probar uno de sus más recientes inventos de postres.
Después de desayunar unos panqueques de avena con arándanos y frosting de limón, Taehyung y yo nos fuimos a la universidad para terminar de repasar lo que en la madrugada no pudimos. Nos encerramos en la biblioteca hasta que fuera nuestro examen, practicamos mucho y repasamos la teoría hasta sentirnos listos.
Ahora me encuentro recogiendo mis cosas del pupitre luego de haber resuelto todo el cuestionario. A decir verdad, estuvo muy sencillo, pues la mayoría de preguntas fueron para marcar verdadero y falso y otros fueron de respuesta múltiples; así que no había ninguna queja por ese lado. Entregué la hoja del examen y me retiré satisfecha por gram esfuerzo.
Ojalá que a Tae le hubiera ido así de bien como a mí. Actualmente me estoy preocupando mucho por él; porque en serio, en serio, en serio me gustaría que salga bien en este examen. Él se ha esforzado mucho desde que hemos empezado a estudiar juntos.
Me detengo a unos pasos de la puerta, buscándolo entre los estudiantes que van saliendo, hasta que finalmente lo veo.
Taehyung camina hacia mí con una expresión neutral, pero apenas cruzamos miradas, su rostro se suaviza en una sonrisa que me tranquiliza al instante.
—¿Qué tal? —le pregunto ansiosa, intentando leer su expresión.
—No estuvo mal —me responde, encogiéndose de hombros con una sonrisa ladeada—. Aunque me tomó por sorpresa la cantidad de preguntas de falso y verdadero.
—¿Verdad? Yo también quedé un poco en shock, pero creo que estaba bastante claro todo.
Asiente, y ambos comenzamos a caminar hacia la salida de la universidad, dejándonos envolver por la conversación ligera. No puedo evitar sentir una sensación cálida al verlo relajado, sin el peso de la preocupación que ambos cargábamos antes del examen.
—Gracias por todo —me dice de repente, su tono serio y suave, como si hablara de algo mucho más profundo que un simple examen—. No sé si habría llegado a este punto sin tu ayuda.
Le sonrío, sintiendo un leve rubor en mis mejillas.
—Fue un trabajo en equipo, Tae. Además, lo pasamos bien, ¿no?
Él suelta una leve risa, y de repente toma mi mano con naturalidad mientras caminamos. Me sorprende el gesto, pero no suelto su mano; al contrario, me siento cómoda y cálida a su lado.
—Definitivamente, estudiar contigo fue la mejor parte de todo esto —dice, y noto una sinceridad en su voz que hace que mi corazón dé un pequeño brinco.
En ese momento, decido no pensar demasiado en el significado de sus palabras. Solo disfruto del momento, del alivio que sentimos los dos después de tanto esfuerzo, y de la cercanía que ha fortalecido entre nosotros.
Después de un rato caminando, Taehyung se detiene frente a una cafetería que solemos visitar y me mira con una sonrisa.
—¿Qué te parece si celebramos? —propone, apretando suavemente mi mano—. Un café y algo dulce, por mi cuenta. Creo que lo merecemos.
—Me parece perfecto —le respondo con una sonrisa amplia—. ¿Te parece si lo pedimos para llevar? Quedé con Sooyoung ir al salón de baile luego de acabar mi examen.
Coincidentemente, la mencionada acababa de enviarme un mensaje como respuesta de uno que le había enviado antes de ingresar a mi evaluación. Se lo mostré a Taehyung y este asintió.
El castaño se acercó a la caja para pedir nuestra comida mientras que yo me sentaba en una mesa. Me tomé ese tiempo en contestar el mensaje de Sooyoung para decirle que iba a demorar unos minutos y que iba en compañía de Tae. Ella respondió al instante, diciéndome que no había problema.
La razón por la cual nos vamos a reunir es porque ella está un poco estresada en estos momento con sus evaluaciones y la organización de los ensayos para la competencia. Ahora que entraríamos a un mes de vacaciones, la universidad está siendo un poco exigente al requerir los horarios en los que nosotros vayamos a utilizar el salón de baile.
Otro motivo por el cual hay que ver eso con tiempo es por el hecho de que Lisa y Jungkook van muy en serio con el viaje a la playa. Ambos se han encargado de poner a todos al tanto con la organización de ese viaje y nos han preguntado a todos si estábamos de acuerdo con los días establecidos, la cuota por cada uno y lo que cada uno debía de llevar. Lo menos que quiere Sooyoung es que los ensayos se dejen de lado por la organización del viaje.
Luego de unos minutos, Taehyung regresó con dos vasos de frappé y una pequeña bolsa con lo que supuse eran croissants. Su sonrisa era tranquila, como si todo estuviera perfectamente en orden.
—Aquí tienes —dijo, entregándome mi café—. ¿Lista para irnos?
—Lista —le respondí, tomando un sorbo de mi frappé. El dulce sabor me reconfortó, al igual que la presencia de Taehyung. Siempre parecía tener un efecto calmante en mí, como si con él todo fuera más sencillo.
Salimos de la cafetería y caminamos juntos hasta el salón de baile. Al entrar, vimos a Sooyoung sentada en el piso y recostada en la pared de espejos, moviendo ansiosa los pies mientras revisaba su teléfono. No se percató de nuestra presencia hasta que escuchó la puerta cerrarse detrás de Taehyung.
—¡Por fin! Pensé que te habías olvidado de mí —bromeó, cruzándose de brazos.
—Imposible —respondí, levantando la bolsa con los croissants—. Además, trajimos provisiones.
—Muchas gracias, chicos. Justo había salido de mi casa sin desayunar y muero de hambre...
Entre los tres, nos pasamos quince minutos conversando sobre nuestros exámenes de la mañana. Sooyoung tuvo mucho más que decir al estudiar una carrera como derecho. Ella se robó el protagónico de la charla quejándose de su examen oral. Tae y yo coincidimos en regresar a vernos con las diminutas sonrisas antes de seguir prestándole atención.
Después de ese breve descanso, Sooyoung sacó su laptop y un cuaderno lleno de notas, lista para organizar los horarios de los ensayos. Taehyung, por su parte, se quedó sentado en uno de los bancos al otro lado del salón, revisando su teléfono mientras nosotras nos inclinábamos sobre la pantalla.
—¿Qué te parece si ensayamos toda una semana en los turnos de la mañana y noche? —propuso Sooyoung, marcando los días en su cuaderno—. Así tenemos la otra semana libre para el viaje.
—Me parece bien, pero deberíamos extender el ensayo del viernes, por si alguien no puede venir —sugerí, tomando un sorbo de mi frappé mientras revisaba las notas que ella había preparado.
Sooyoung asintió, murmurando algo sobre lo difícil que sería coordinar con Lisa y Jungkook, quienes ya estaban más enfocados en el viaje que en los ensayos. Yo asentí distraídamente, aunque mi atención estaba en Taehyung. Lo veía moviendo su pie con impaciencia, como si algo lo inquietara.
De repente, se levantó y caminó hacia nosotras, interrumpiendo nuestra conversación.
—Naia... —dijo con un tono extraño, casi solemne—. Acaban de colgar las notas de TDL.
Mi corazón dio un vuelco. La forma en que me miró, con una expresión casi triste, hizo que todo mi cuerpo se tensara. Me levanté de inmediato, mi mente inundada con posibilidades. ¿Había desaprobado?
Tomé mi teléfono y abrí la página de la universidad con manos temblorosas. Taehyung se quedó a mi lado, mirando la pantalla conmigo. No dijo nada, pero su respiración parecía agitada. Finalmente, ambos encontramos la última actualización de notas.
Taehyung soltó un pequeño jadeo y, de repente, comenzó a llorar en silencio. Sus hombros temblaban mientras se cubría el rostro con las manos. Mi corazón se encogió. Estaba segura de que había desaprobado, y la culpa me invadió por no haberlo apoyado más durante nuestras largas noches de estudio.
—Tae... —susurré, colocando una mano en su hombro—. No te preocupes, todo estará bien.
Él negó con la cabeza, todavía cubriéndose el rostro. Justo cuando estaba a punto de abrazarlo, levantó la vista y me miró con lágrimas brillando en sus ojos.
—¡Saqué 17! —exclamó, su voz entrecortada por la emoción.
Me quedé en shock por un segundo, procesando sus palabras. Miré la pantalla de su celular y confirmé que él decía la verdad. Mi mirada se enfocó otra vez en la pantalla de mi celular y, para mi sorpresa, yo también tenía un 17.
—¡Tae! —grité, lanzándome hacia él para abrazarlo con fuerza—. ¡Lo logramos! ¡Aprobamos!
Él rió entre lágrimas mientras yo lo rodeaba con los brazos, llenándolo de pequeños golpes en los hombros y la espalda en un gesto cariñoso.
—¡Estoy tan orgullosa de ti! —le dije, apretándolo con más fuerza—. ¡Sabía que podías hacerlo!
Nos quedamos abrazados unos segundos más mientras Sooyoung, que había estado observando la escena con una mezcla de confusión y diversión, finalmente intervino.
—¿Entonces eso significa que ambos me van a invitar algo para celebrar? —bromeó, rompiendo la tensión.
Taehyung y yo nos reímos, aliviados, mientras yo le revolvía el cabello con cariño.
—Primero vamos a celebrar nosotros dos —le respondí, dándole un beso en la mejilla al castaño—. Estoy feliz por mi bebé oso.
Él asintió, todavía emocionado, y me tomó de la mano por un momento, como si quisiera asegurarse de que todo esto era real. En ese instante, no importaba nada más. Habíamos trabajado duro, y ahora podíamos disfrutar de la recompensa juntos.
****
Por la noche subieron la nota del primer final que Naia y yo dimos. Ambos hicimos videollamada para mirar juntos nuestras calificaciones. La pelimarrón fue la primera en celebrar al ver que su calificación había sido un 19.
—Yo tuve un 15 —esbocé una pequeña sonrisa. Sin embargo, no estaba seguro de si la nota había sido suficiente para aprobar.
—¿Significa que aprobaste? —me preguntó Naia.
Junto con ella empecé a sacar el promedio total de todo el curso y ver si ese 15 había sido suficiente como para hacerme pasar.
—Sacaste 10.46 de promedio. O sea, 11. Aprobaste —me dice ella luego de hacer cálculos. Luego, yo corroboré el resultado.
Si bien es cierto que aprobé, y con una calificación decente en el examen, no puedo evitar sentirme desmotivado por tener un 11 como promedio final. Ahora es donde tomo más conciencia de mis decisiones y acciones pasadas. Y no solo me refiero a las que tomé desde inicios de este ciclo, sino desde que ingresé a la universidad.
Ahora me doy cuenta de a lo que se refería mi padre. Antes no me importaba si aprobaba con la mínima nota, el punto era aprobar. Pero, actualmente, me preocupo mucho por las calificaciones que saco y cómo estas afectarán a mi promedio final.
Me comparó con Naia. Ella ingresó este ciclo con un poco de desventaja a diferencia mía, pero se supo adaptar bien al nuevo ambiente y ahora sus promedios finales no bajan de 16 y 18 como notas.
Naia me observaba a través de la pantalla, con esa expresión mezcla de preocupación y orgullo que siempre logra transmitirme. Ella sabía que yo no estaba del todo satisfecho, aunque no había dicho nada aún. Sus ojos brillaban con calidez, y en su sonrisa había una invitación a no ser tan duro conmigo mismo.
—Tae, aprobaste —me dijo con suavidad—. Eso es lo que importa ahora. No te castigues por no haber sacado más.
Asentí lentamente, pero las palabras no terminaban de calar en mi interior. Había aprobado, sí, pero no podía evitar sentir que había fallado en algo más grande. Miré la pantalla, viendo mi rostro reflejado junto al suyo, y me forcé a esbozar una sonrisa.
—Supongo que tienes razón... —murmuré—. Pero no puedo evitar pensar que podría haber hecho más.
Naia se inclinó un poco hacia la cámara, como si estuviera más cerca de mí, y suspiró.
—Mira, entiendo que no estés completamente feliz con el resultado. Pero no puedes vivir en el pasado, Tae. Lo que importa es que te esforzaste y lograste pasar. Y eso tiene valor.
Su voz tenía esa mezcla de firmeza y ternura que siempre lograba calmarme. A pesar de mi desánimo, no podía evitar sentirme agradecido por tenerla a mi lado, incluso a través de una pantalla.
—Gracias, Naia. De verdad. No sé qué haría sin ti —le dije, dejando salir un suspiro que llevaba acumulado.
Ella sonrió ampliamente, y su tono cambió a uno más ligero, como intentando animarme.
—Bueno, ya que no sabes qué harías sin mí, creo que me debes algo por ayudarte con esos cálculos —bromeó—. ¿Qué tal un helado cuando nos veamos mañana?
Reí por primera vez en lo que parecía horas. Naia siempre sabía cómo aliviar la tensión.
—Hecho. Te debo un helado —respondí, sintiéndome un poco más ligero—. Y tú me debes un beso —agregué.
—Eso todavía no. Sabes bien lo que hay que hacer primero.
La conversación continuó por un rato más, hablando de cosas triviales para distraernos. Pero, incluso mientras reíamos, no podía evitar pensar en lo mucho que admiraba a Naia. Ella no solo era brillante en lo académico, sino que también tenía una manera de enfrentar los desafíos con una determinación que yo deseaba tener.
Antes de despedirnos, ella me miró con seriedad por un momento.
—Tae, estás creciendo. No importa si no tienes todo resuelto ahora mismo. Lo importante es que sigas intentándolo. ¿De acuerdo?
Asentí, sintiendo una punzada de emoción en mi pecho. Había algo en sus palabras que me daba esperanza.
—De acuerdo.
Cuando colgamos, me quedé mirando mi reflejo en la pantalla apagada de la laptop. No era perfecto, pero tal vez, solo tal vez, estaba empezando a ser alguien mejor.
A la mañana siguiente, mientras caminábamos juntos hacia la biblioteca para estudiar, Naia decidió recordarme la "cita condicionada".
—¿Sabes? —dijo de repente, con un tono juguetón mientras revisaba sus apuntes—. Estoy pensando en qué podríamos hacer para nuestra cita... si es que logras cumplir con tu parte del trato, claro.
Me detuve en seco, sorprendido, y ella se giró para mirarme con una sonrisa traviesa.
—¿Ya tienes algo en mente? —pregunté, intentando sonar casual, aunque mi corazón estaba latiendo con fuerza.
—Tal vez —respondió, inclinando la cabeza con aire pensativo—. Podría ser algo sencillo, como ir a una exposición de arte... o algo más interesante, como un picnic nocturno bajo las estrellas.
—Eso suena increíble —admití, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo—. Pero no quiero decepcionarte.
Naia dejó de caminar y se giró completamente hacia mí, con una mirada seria, pero cálida.
—Tae, no es cuestión de decepcionarme. Sé que puedes hacerlo. Además, ¿no te parece emocionante la idea de competir conmigo? Si realmente me ganas en las notas, prometo que nuestra cita será inolvidable.
Esa última frase me hizo sonreír. Naia siempre sabía cómo motivarme, y esta vez no fue la excepción.
—Está bien, lo haré —respondí con determinación—. Pero prepárate, Naia. No solo voy a aprobar, voy a superarte.
Ella rió suavemente, con esa risa que siempre me hacía sentir más ligero.
—Eso quiero ver, señor Kim. Pero no olvides que yo también estoy trabajando duro. No será tan fácil ganarme.
Seguimos caminando hacia la biblioteca, pero esta vez sentí una nueva energía en mí. Esa "cita condicionada" no solo era una apuesta; era una promesa de que, si ponía todo de mi parte, podría compartir algo especial con la persona que más me importaba.
Cuando llegamos al lugar, Naia y yo tomamos asiento en una mesa para empezar a estudiar. La pelimarrón se tomó un tiempo para amarrarse el cabello y así despejar su rostro de cualquier mechón. Aproveché su distracción para darle un beso cerca de la comisura de su labio. Ella sólo pudo sonreír y negar ligeramente con su cabeza.
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Volvííí
Estoy muy feliz de poder actualizar en esta historia. La tenía muy olvidada 😭 les prometo que ya me pondré al día con los capítulos <3
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