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𝟮𝟮 | Condiciones

CAPÍTULO 22

𝐓𝐀𝐄𝐇𝐘𝐔𝐍𝐆 𝐘 𝐍𝐀𝐈𝐀
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Al terminar de estudiar, Naia y yo nos despedimos de Lisa y Bogum antes de tomar el autobús hasta la parada más cercana a la casa de la pelimarrón. Antes de eso, Naia y yo tuvimos una pequeñísima e insignificante discusión sobre que mi deber no era irla a dejar hasta la puerta de su hogar cada vez que salíamos juntos, pero yo le repliqué con el argumento de que, además de que aprovecho en pasar más tiempo con ella, mi deber como hombre es asegurarme que mi chica —sí, le dije así— llegue bien a su casa.

Cuando el autobús nos dejó a tres cuadras de su casa, fuimos por el mismo camino de anoche tomados de la mano. Luego, al haber llegado a su casa, Naia me sonríe un poco con su cabeza ladeada hacia la derecha.

—Ya te puedes ir. —Me dice antes de soltarme la mano.

—¿Y si entro contigo unos minutos? —pregunto coqueto mientras me acerco más a ella. Naia de ríe y aparta su cara.

—Ni sueñes que te besaré de nuevo —habla. La hago reír una vez más con el mohín que se me ha formado involuntariamente—. Debes de ir a tu casa. Gracias por traerme.

—Al menos quiero un beso en la mejilla —insisto. Naia vuelca sus ojos antes de hacer lo que le pedí.

Sus labios se quedan unos largos —y a la vez cortos— segundos sobre mi mejilla a la misma vez que Naia exagera el sonido del beso, lo que provoca cierta incomodidad en mi oreja. Ella se separa de mí y se ríe de mi reacción antes de pasar uno de sus dedos por mi mejilla para pellizcarla un poco.

—¿Qué haces?

—Te he dejado una marca de labial y te la estoy limpiando. —Cuando oigo su respuesta, me aparto de ella y no dejó que termine lo suyo—. ¿Qué? ¿Quieres regresar a tu casa con una marca de labial?

—No es cualquier marca —digo—, es tú marca.

Sin que Naia se lo espere, la tomo por la cintura para acercarla a mí y darle un beso en sus labios. Ella sonríe un poco antes de poner ambas manos a los costados de mi cara e inclinarse un poco hacia atrás.

La pelimarrón abre un poco su boca y muerde ligeramente mi labio inferior. Eso me sorprende y rápidamente me aparto para verla y preguntarle con la mirada qué había sido eso.

—¿Sabes algo? —dice, cruzándose de brazos—. No es divertido cuando ya empiezas a besarme sin haber salido aún. Lo de ayer fue un impulso mío, pero lo que acabas de hacer fue intencional.

Al principio pienso que me está reclamando mi comportamiento tan sorpresivo, pero luego descarto esa idea cuando la veo con una sonrisa de lado y una mirada traviesa que no había visto antes en ella.

—¿Acaso piensas que soy una de tus conquistas? —Naia me toma por la garbandina que traigo puesta y me acerca a ella hasta que nuestras narices se rozan—. You're such a bad boy... if you fall for me so easily, it's not fun for me.

—Ya me enamoraste con tu acento americano. Háblame más.

Go home, Tae —Naia se aparta de mí luego de pronunciar esas palabras y se mete a su casa.

De regreso a la avenida, camino con una sonrisa de lado mientras voy pensando en la dualidad que hay con Naia: es tsundere, pero a la vez coqueta; me trata como bebé, pero después me trata como un amigo más. Definitivamente me gusta Naia.

Tomé un taxi de regreso a mi casa que yo mismo pagué antes de bajarme y notar un auto negro Nissan parqueado frente a mi casa. Camino hacia la puerta antes de abrirla y encontrarme a mi madre tomando té con Yoo-jung.

Ambas mujeres reparan en mí con la misma sonrisa. Esto es aterrador. Mejor dicho, me resulta aterrador ver a mamá sonreír de la misma forma en como lo hacía.

—¿Qué pasa acá? —pregunto.

—Quería venir a verte —Yoo-jung es la primera en hablar y en levantarse del sillón largo. Deja su taza en la mesa pequeña antes de caminar hacia mí y entrelazar su brazo con el mío—. La señora Kim y yo estábamos poniéndonos al día... Ya sabes, son asuntitos entre mi suegra y yo.

—Sí, justo estábamos hablando de la familia —mi mamá se ríe por lo bajo; y aunque trate de tapar su sonrisa, igual la veo.

—Tu mamá me dijo que quería cinco nietos —vuelve a hablar Yoo-jung. Esta conversación ya no me está gustando—. Me dice que tiene ilusión de cuidarlos como te cuidó tu abuela.

Bufo antes de hacer una sonrisa de lado.

—Mi madre no tiene el instinto maternal de mi abuela. Ella no podría cuidar a mis hijos sin tratarlos mal. —Digo con una vez relajada—. Además, ¿qué hijos quiere cuidar si yo no quiero ser padre?

Me bastó ver cómo la sonrisa de mi mamá se deformó luego de escucharme. Sonreí satisfecho y me fui a mi cuarto para dejar a ambas mujeres seguir con su plática.

Estando solo al fin, me cambié de ropa y me acosté en mi cama para descansar un poco antes de ponerme a repasar los apuntes que obtuve de la sesión de estudios con Naia y los chicos. Puse un poco de música en mi celular para empezar a relajarme.

Media hora después, saqué mis cuadernos para repasar lo que los chicos me enseñaron. Al principio no tenía muchas ganas de estudiar, porque sentía que ya me bastaba con lo que estudié en la tarde; sin embargo, luego mi motivación fue el hecho de querer aprobar todas mis materias porque se trataba del último esfuerzo que haría antes de las vacaciones. Además, ¿por qué volver a mis hábitos de antes? Si Naia tan solo supiera lo que estoy pensando, sin duda alguna me reclamaría por retroceder en lo que juntos hemos trabajado arduamente.

Quise retomar la concentración de mi estudio, pero los pensamientos de Naia y el suave roce de nuestros labios en la puerta de su casa se filtraron en mi mente, provocando una sonrisa que reflejaba la calidez de ese momento especial. Sin embargo, la tranquilidad se desvaneció abruptamente cuando mi madre irrumpió en mi habitación, rompiendo la burbuja de mis pensamientos.

—Taehyung, ¿tienes idea de las cosas que dijiste frente a Yoo-jung? —mi madre inició la conversación con un tono que anunciaba una enorme pelea.

Traté de mantener la calma, respondiendo con un simple asentimiento, pero la verdad es que me encontraba un poco aterrado.

—¡Tú solo quieres destruir todo lo que te doy! —Exclama ella—. Por primera vez estoy dispuesta a invertir en tu futuro y lo tratas de arruinar.

—Pues yo nunca quise que lo hicieras.

Mamá y yo nos quedamos en silencio. Ella suspira antes de cruzarse de brazos, caminar un poco más hacia mi cama y mirarme con soberbia.

—Tienes que mantenerte callado y aceptarlo todo. Es por el bien de mi familia —sentenció mi madre, con la firmeza de quien cree conocer el único camino correcto.

No pude evitar sentir un nudo en el estómago, una mezcla de frustración y resentimiento, mientras ella insistía en que debía seguir el camino que ella había trazado para mí.

—Agradece que esa chica es tan tonta y con tan poca dignidad como para creer que tú te enamorarás de ella —me dice—. Tómala como tú propio juguete sexual, exclusivamente para ti.

—Eso es repugnante, mamá —contraataco—. ¡Yo no quiero hijos! ¡Aún no quiero casarme, mucho menos con esa chica!

—¡¡Pues si no lo haces te vas olvidando de todas tus comodidades!! —Mi madre finalmente estalla y grita. Su rostro se pone tan rojo como puede.

—No puedo aceptar algo que va en contra de lo que siento. No puedo comprometerme con algo que no es verdad para mí —afirmé con determinación, tratando de hacer entender mi posición.

Mi madre, sin embargo, no parecía dispuesta a ceder. Entonces tuve que mencionar a Naia y todo lo que siento por ella para que se pudiera callar; aunque no fue por mucho a decir verdad.

—¡Taehyung, esto va más allá de tus caprichos sentimentales! ¡Estamos hablando de tú futuro! —exclamó ella, levantando la voz con la firmeza de quien se aferra a las tradiciones.

Intenté mantener la calma, pero la frustración bullía dentro de mí. No quería seguir un camino que no había elegido, que no resonaba con lo que yo mismo he pensado últimamente.

—No entiendes. Mi vida no puede ser dirigida por decisiones que otros toman por mí —respondí, buscando un entendimiento que parecía esquivarme—. ¿Por qué no puedes ser como papá? Él no se mete en mi vida.

—¡Porque a él no le importas! ¡Deberías estar agradecido que me está importando algo de ti! Yoo-jung es una buena elección. ¿No entiendes que esto es por tu propio bien? —gritó mi madre, desafiándome a contradecirla.

Mi paciencia estaba llegando a su límite.

—No puedo aceptar que mi "propio bien" se base en hacer algo que va en contra de mi felicidad y mis convicciones —afirmé, mi voz firme a pesar del torbellino emocional que se agitaba dentro de mí—. Estoy saliendo con Naia. Tenemos algo que aún no es un noviazgo... Si te preocupa que por el anterior estilo de vida no consiga una novia con la cual cansarme, pues déjame decirte que ya dejé esos hábitos y ahora estoy solo con Naia. Nos gustamos, nos queremos. A ella quiero mucho, tanto como para tenerla como única opción de futura esposa.

La respuesta de mi madre fue una risa sarcástica, un menosprecio hacia mis elecciones y mis sentimientos.

—Naia, ¿en serio? Esa chica es admirable y no merece a alguien como tú. Solo le traerías problemas. —Sus palabras eran una bofetada que golpeaba mi autoestima—. Tú mereces a una chica de tu mismo nivel, tampoco te creas la gran cosa como para tener fe en que tendrás oportunidad con Naia.

—No la subestimes ni a mi capacidad de ser feliz con ella. No necesito seguir tus expectativas —respondí con más determinación que nunca.

La habitación se llenó de un silencio tenso, solo interrumpido por el zumbido de mis pensamientos y la mirada desafiante de mi madre. La discusión había dejado cicatrices en mi confianza. Quisiera hacer de oídos sordos y aparentar que esto jamás sucedió, pero, ¿qué pasará si mi mamá al fin de cuentas tiene razón con respecto a la oportunidad que tengo con Naia?

—Si no haces que Naia se haga tu novia en este verano, te olvidarás de ella y aceptarás sin queja alguna tu compromiso con Yoo-jung —me condiciona mi mamá antes de caminar hasta la puerta—. Pero, no creas que te lo dejaré fácil. En estas vacaciones he planeado algunas citas para ti y Yoo-jung, saldrán y así se conocerán mejor. Ahora estudia.

Mi mamá no dejó que le respondiera, solamente salió del lugar para dejarme solo y con una presión que no sabía qué hacer con ella.

Me da una nueva carga personal en el momento menos indicado para mí.

****

Al día siguiente, Taehyung llegó a mi casa de manera inesperada con sus apuntes y separatas para estudiar juntos. Sinceramente, me sorprendió tenerlo aquí sin ningún aviso anticipado, pero de igual forma no me negué a tenerlo como compañero de estudio.

Al principio todo fue bueno, Taehyung estaba al cien porciento concentrado en los temas que íbamos estudiando y en el repaso que habíamos hecho de lo que estudiamos con los chicos. Sin embargo, luego él empezó a portarse de manera extraña. Su concentración ya no estaba en los datos adicionales que yo le ofrecía, su mirada a veces se perdía y se perdía en medio de mis explicaciones.

—Y es así como Barney es un dinosaurio que vive en nuestras mentes —digo con la intención de saber si Taehyung se da cuenta de lo que acabo de decir. Él solo asiente como si mi oración era parte de mi explicación—. ¿Vas a decirme qué te tiene tan distraído?

Taehyung repara en mí con su mirada confundida. Alza un poco sus cejas y ladea su cabeza.

—¿Qué? No, no estoy distraído.

—Te acabo de hablar de Barney y tú ni siquiera lo notaste —contraataco con mis brazos cruzados—. Al principio estabas atento, pero ahora te pierdes y parece que no me escuchas.

Taehyung baja la cabeza y aleja su cuaderno lejos de él, posa sus codos sobre la mesa de comedor y esconde su cara con sus manos.

—Lo siento.

Curvo mis labios a un lado en forma de una pequeña sonrisa y le demuestro mi apoyo colocando una de mis manos en su hombro antes de también poner mi mentón sobre él para estar más cerca.

—Sinceramente no sé qué somos ahora —digo—, pero sea cual sea nuestra situación puedes confiar en mí y contarme tus preocupaciones.

—Ayer mi mamá estuvo con esa chica que es hija de su jefe —empieza—, las ví tomando té en la sala y cuando ellas me vieron, hablaron sobre la familia y de... —Taehyung hace una pausa para pasar saliva. Creo que lo que viene es difícil de decir—. Mi mamá quiere que yo haga mi familia con esa chica.

Como dije antes, no sé qué soy de Taehyung o en qué punto está nuestra relación, pero no puedo evitar sentir una punzada en mi corazón que duele. No es fácil escuchar del chico que te gusta que su madre le está planeando un matrimonio arreglado con otra chica.

—Le dije a mi madre que si un día yo llegaba a casarme, sería con alguien a quien amo —finalmente Taehyung se destapa la cara para mirarme y agarrar una de mis manos—. Le dije que tú me gustas y que eres mi única opción como futura esposa.

Taehyung habló de una manera tan suave pero con una mirada tan penetrante que me hizo sonrojar al instante. Sonreí nerviosa por esa confesión, ya que es... Inesperado.

Todo el asunto de su madre con él y un matrimonio es inesperado, apenas tenemos entre veinte y veintiún años como para ya hablar de cosas tan serias como lo es nuestro futuro familiar. Pero a mí me resulta más inesperado que Taehyung siga diciéndome que para él soy la única chica con la que se quiere casar y hacer todos esos planes que su madre tiene para él con la otra chica.

—¿Cómo estás tan seguro de que yo soy la esposa que quieres? —me atrevo a preguntar.

—Porque simplemente lo siento así. No he estado con ninguna otra chica desde que empecé a estar contigo, desde que estudiamos juntos por primera vez —confiesa—. Tampoco tengo ganas de conocer a más mujeres... Como una amistad, sí, obvio; pero de manera romántica o sexual, ya no. Solo te quiero a ti.

—Es extraño oírte decir todo eso —frunzo un poco mi ceño y tomo distancia—. Es como si ya no fueras el Taehyung que conocí antes y eres otra persona. Me es difícil creerte, porque recuerdo que tuviste un pequeño encuentro sexual con esa chica que tu mamá quiere para ti...

—Eso fue un error —replica él—. Me dejé llevar, lo admito; pero si lo disfruté o me gustó hacer algo con ella, para nada.

—Pero igual pasó —es mi turno de replicar—. En serio quiero creerte, pero...

—Dame la oportunidad de tener una cita contigo. —Me interrumpe—. Te demostraré que quiero llevar en serio esta relación y que de verdad quiero que funcione.

Taehyung aprieta mi mano un poco más en lo que su mirada busca la mía cuando yo intento mirar hacia otro lado.

Si tengo que ser sincera, su propuesta me tiene un poco confundida. No sé si Taehyung está hablando en serio sobre darnos una oportunidad para estar juntos, si eso es lo que más desea, o si solo lo está diciendo por querer llevarle la contraria a su madre y demostrarle que él tiene razón; porque, para mí, es raro que ahora una propuesta de cita aparezca cuando antes no lo hemos mencionado o siquiera hemos hecho indirectas al tema.

También me da miedo seguir avanzando esto que tengo con él. Sí, me gusta; pero, ¿y si ninguno de nosotros está listo para estar con el otro? Habríamos arruinado nuestra relación.

Además, esa chica que ahora está detrás de él es un problema. Supongo que su mamá querrá que él tenga varias citas con ella para que la conozca mejor. ¿Taehyung será capaz de tener citas con ella a la misma vez que tiene citas conmigo? Es más, ¿yo podré soportar la idea de él teniendo otra cita con esa chica?

Creo que necesito más tiempo para pensarlo. Ahora solo tengo que rechazarlo con sutileza.

—Yo... —miro un momento a la mesa en lo que pienso en una excusa creíble—. Yo aceptaría esa cita si... Si en los finales llegas a tener mejores calificaciones que yo.

—¿Estás acondicionando una cita? —asiento mis labios aplanados—. Trato hecho. ¿Alguna otra condición?

—Solo esa. —Ambos nos miramos con una sonrisa. Él se va acercando mientras que cierra sus ojos en un intento de besarme, pero logro esquivarlo a tiempo—. Otra condición es que hasta que salgan las notas de los exámenes y veamos quién ganó, no podrás besarme.

—Ya estoy perdido, ¿es una apuesta o son condiciones?

—En las apuestas se da algo a cambio, aquí yo solo estoy dando condiciones de lo que no podemos hacer hasta nuestra cita.

—Eres increíble —bufa él—. Bueno, tengo una motivación ahora para sacar mejores calificaciones que tú.

Después de esa pequeña conversación, Taehyung volvió a estar muy concentrado en el estudio e incluso me alardeaba cada vez que podía cuando veía que sabía más de un tema que yo. Ahora los dos estamos en duelo con el otro, somos nuestros propios enemigos y realmente Tae tiene muchas ganas de ser quien gane en esta oportunidad.

Si sigue así igual de motivado hasta el final de la semana, tal vez yo haga un poco de trampa y me deje ganar para que él tenga su premio. Quién sabe.

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Hace semanas que no subía nuevo capítulo, je
La razón es porque estuve de viaje con mi familia y cuando regresé me era difícil conseguir inspiración :)

Pero aquí estoy otra vez, enjoy it
No se olviden de votar, comentar, compartir y seguirme para más historias ;)


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