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𝟭𝟬 | Trabajo

CAPÍTULO 10

𝐍𝐀𝐈𝐀
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Después de las últimas clases caminé hasta la casa, sola. No sabía de dónde había sacado las fuerzas de poder dar un paseo cuando lo que más quiero ahora es regresar a casa lo más rápido posible y poder darme un baño, tomar un café cargado para repasar mis apuntes de hoy e irme a dormir antes de las doce. Debió ser porque el clima estaba en su punto perfecto para admirar todo lo que podía encontrar en el camino, no hacía tanto frío ni tampoco había mucha humedad para sentir que en cualquier momento podría sofocarme; pasé por una plaza que estaba rodeada de diferentes arbustos que tenían su propia flor, le tomé fotos a las más me gustaron antes de seguir y pasar por una cafetería. Siempre fui una adicta al café, aunque eso me hiciera mal al estómago por mi gastritis y a mí condición médica en general, pero mi punto para refutar las advertencias de mi tía y de Soomin es que de algo tendré que morirme en algún momento, y si es del café, pues con mucho gusto moriré.

Otra vez me convenzo de que no tengo nada que perder si me compro un vaso de café y camino hasta la cafetería. Este tenía una fachada que se asemejaba al estilo industrial, los colores que más predominaban era el gris con negro y con un poco de dorado, además de los acabados con madera de roble oscuro.

En el interior, la decoración era un poco más distinto que afuera. Seguía manteniendo ese estilo industrial pero combinado con lo que es el estilo orgánico. En una de las paredes de ladrillo había un letrero brillante y enorme con el nombre del lugar, el cual decía «Go&Milk»; también habían repisas de madera que sostenían macetas con plantas colgantes, en algunas esquinas del restaurante habían palmeras hawaianas. Todo estaba casi con una decoración con ese estilo de orgánico, las plantas estaban por todos lados.

Deduje que los dueños de este lugar eran americanos, pues tiene también ese estilo —además de la comida— neoyorquino. Habían cuadros con fotografía en blanco y negro que eran de ciudades mojadas o de la oscuridad de la noche. No estaba mal, me parece genial.

Me acerco a la barra para pedir un café helado. Desde hace mucho tenía ganas de tomar uno, no hay que perder la oportunidad. Sin embargo, todo parece ser un chiste para mí cuando veo al chico de ojos pequeños, cejas gruesas y cabello negro que me atenderá.

—¿Naia? —Inquiere con asombro.

—Song Dong-cheol —le digo con alegría. En realidad estaba muy feliz de verlo otra vez.

En la escuela, antes de pasar a mi primera universidad, tuve a mi grupo de amigos que me ayudó a sobrevivir en mis primeros años en Seúl. Entre ellos estuvo Dong-cheol, chico con un dote de inteligencia increíble, el primer puesto de toda nuestra clase, y el chico más simpático que he podido conocer en toda mi vida; aparte estaba otra chica, pero ella tuvo que mudarse a Busan cuando estábamos por cursar los tres juntos nuestro último año de secundaria. Dong-cheol fue como mi primer mejor amigo en este lugar, me hacía sentir bastante bien con su compañía, en realidad me caía mejor que la otra chica; nuestra relación llegó hasta cierto punto en donde tuve algunas dudas sobre lo que sentía por él, pero tuve suerte que nada sucedió entre nosotros.

Lo triste llegó cuando ambos tomamos rumbos distintos en nuestra vida. Con el tiempo perdimos contacto y no supe nada más de él hasta el día de hoy.

—Que bueno volver a verte. Sigues como te recuerdo.

—Digo lo mismo contigo —le respondo. Miro a las dos personas que están juntas atrás de mí y reparo en mi viejo amigo—. ¿Podrías un café helado grande?

Dong-cheol toma mi órden para luego dirigirse a la máquina en donde prepara mi bebida. En menos de quince minutos me entrega mi pedido a la misma vez que habla con uno de sus compañeros para intercambiar turno y que de ese modo él pueda conversar conmigo.

Nos vamos a sentar en una mesa redonda que estaba a la esquina de la barra, él a un costado de mí.

—¿Cómo has estado en todo este tiempo? —Le pregunto. Hasta donde yo sabía, la vida de Dong-cheol no había sido fácil que digamos.

—Pues... Mi padre cerró su puesto en el mercado, ahora padece de cáncer al estómago... Lo tiene avanzando, así que lo único que estamos esperando es que algún día llegue su hora de partir. —Comienza diciendo lo más lamentable que me podía imaginar. Tenía conocimiento de los malos hábitos que su padre tenía y de cómo constantemente se enfermaba, pero no creí que eso llegara a tanto—. Por otro lado, mi madre está en Chebu-do, abrió un restaurante de comida marina. Le va bien. Mi hermana la menor tuvo que dejar la escuela, el dinero ahora es un gran problema para nosotros; está en manos de uno de los hermanos de mi madre. Y bueno, sabes que luego de la escuela no seguí estudiando para poder trabajar, he pasado por cinco o seis empleos en todos estos años; el de aquí es el séptimo.

—Pero dentro de todo eso... ¿Cómo te sientes?

—Estoy bien. No me puedo quejar —responde tranquilo, sin parecer agotado o abrumado. Esto era otra cosa que me gustaba de él, casi nunca lo veía enojado por algo—. ¿Y cómo has estado tú? ¿Cómo te va en tu carrera?

—Pues... En primer lugar, me cambié de universidad, gracias a que la anterior universidad tiene convenios con las universidades más prestigiosas de aquí, logré pasar mis estudios a la Universidad de Seúl. Desde hace un mes es que estoy ahí y me siento mucho más cómoda que antes —contesto mientras que intento no decir algo más de la cuenta. Por otro lado, Dong-cheol se ve confundido, pero no pregunta nada—. En segundo lugar, hasta ahora voy dando la talla. Mis notas son excelentes.

—¿Por qué te cambiaste?

—Digamos que tuve ciertos problemas —luego de responderle, bajo mi mirada hacia el café helado que tengo entre mis manos. Muevo el sorbete para que pueda escuchar el ruido de los hielos a la misma vez que una sonrisa de lado aparece en mi rostro—. No es importante saber por qué lo hice, solo lo hice y ya.

Dong-cheol no siguió preguntando más por ese tema. Sé que sospecha algo, puesto que sabe cómo reacciono yo cuando algo me incomoda, entiende que no debe de decir algo más; o de lo contrario, me cerraré a la idea de seguir conversando y me iré cuanto antes. La primera vez que supo de mi mecanismo de defensa antes temas como estos fue cuando quiso saber qué había pasado en mi familia para que yo viniera a Corea sola y viviera con alguien que ni siquiera es mi familia de sangre.

Hablamos unos pocos minutos más sobre otras cosas que no sean nuestros problemas personales. Me contó que recientemente había estado tomando clases virtuales de medicina y que ha estado encontrando nuevos pasatiempos que lo ayudan a relajarse; asimismo, me preguntó si seguía bailando como lo hacía en la escuela, le conté sobre el equipo de danza de la universidad antes de despedirme de él, no le dije mucho, por eso acabamos de hablar tan rápido.

Prometimos volver a vernos en este mismo lugar al igual que prometimos mantenernos en contacto como antes.

Minutos más tarde llegué a casa para contarle a Soomin sobre mi reencuentro con Dong-cheol; no obstante, mis ánimos se fueron cuando escuché a Miyeon contarle a Soomin sobre la noticia de mi hermana se había comprometido con alguien.

En silencio subí hasta mi cuarto, me senté en medio de mi cama con las rodillas apoyadas en mi pecho. Pensé en el tiempo que pasó desde la última vez que vi a mi hermana; ahora ella tiene veintiséis años, casi veintisiete y ya se casará.

La nostalgia me invade, la extraño mucho al igual que a mi otro hermano, solo por ellos regresaría a San Francisco; pero temo que ellos ya no quieran verme por haberme ido sin ninguna explicación, solo porque no quise ver a mi padre con otra mujer cuando mi mamá no llevaba ni un mes de fallecida. Siento que dejé solos a mis hermanos y de cierto modo los traicioné.

Solo espero que alguna vez puedan perdonarme. Tuve mucho miedo y huí lejos.

Después de haber pensado mucho en mis hermanos, hice lo que tenía planeado hacer ni bien llegara a casa. Antes de que me fuera a dormir Soomin entró a mi cuarto para hablar sobre cómo es que me había ido en la universidad, ahí aproveché en contarle acerca de Dong-cheol; ella se entristeció un poco al escuchar lo que él me había contado.

Un poco después de la medianoche, Soomin abandona mi habitación para irse a la suya y dejarme descansar.

Al día siguiente me levanté un poco más temprano de lo usual. El sueño se me había ido así de la nada, aproveché en ducharme y preparar el material que necesitaría para el día de hoy; también aproveché en separar otro material que utilizaría con Taehyung para enseñarle.

Realmente iba a ser todo un desafío lograr que Taehyung aprendiera conmigo. Aunque todo esto de trate de él satisfaciendo las exigencias de su padre, el día de ayer noté algo en su actitud que me hacía pensar que de verdad se lo iba a tomar en serio. No hubo bromas ni comentarios que tuvieran la intención de iniciar una discusión entre nosotros como las anteriores veces. Tal vez finalmente Taehyung esté dejando esa actitud mimada y soberbia conmigo.

Igualmente no puedo evitar pensar en lo que sucedió ayer cuando quise ensayar a solas. Traté de ignorar ese momento después de que Lisa comenzó a sacar conclusiones apresuradas de nosotros. Había sido extraño si me pongo a analizarlo con detenimiento, ¿por qué Taehyung estaría interesado en lo que hago con el baile? Por favor, ni siquiera somos amigos.

A eso de las ocho y media de la mañana voy saliendo de casa para alcanzar a tomar el bus que me deja a unas pocas cuadras de la universidad. Dentro del vehículo veo a algunos chicos que son casi de mi edad, todos ellos al pendiente de sus celulares o sino leyendo separatas. Barro en lugar con mi mirada hasta que veo a una chica en falda que estaba parada en medio de unos chicos.

Llámenme paranoica, pero mis niveles de alerta incrementan cuando estoy en lugares como este, en donde me siento desprotegida o cuando veo a chicas con ella en lugares donde le puede pasar cualquier cosa. Y lamentablemente han sucedido veces en las que he sido una heroína para algunas chicas que casi sufren de acoso o algo peor.

No dejo de mirar a la chica de cabello platinado y a los que están a su alrededor. De pronto, en una parada antes que la mía, la joven baja del bus con toda tranquilidad mientras que los chicos no hacen ningún gesto que me resulte sospechoso.

Llegando a la universidad, camino hasta mi facultad, pasando primero por la facultad de comunicaciones en donde veo a Taehyung acompañado de uno de sus amigos y una chica de cabello marrón. Es imposible no reconocerla, o al menos yo, pues se trata de Yeo-min, una chica que se dedica a ser influencer por Instagram. Solo sé que es ella porque una vez ayudó a Soomin a promocionar su emprendimiento ya que ellas parecen ser del mismo círculo social.

Paso de desapercibida para ellos. Sigo caminando hasta los edificios, pero de pronto siento una mano tocar mi hombro. Me detengo en seco y volteo a ver quién es.

—Me ves y no saludas a tu alumno. —Ya no hace falta decir quién está hablando. Simplemente tuerzo mis ojos y bufo.

—Por supuesto que no te había visto —protesto—. Y si te hubiese visto, creo que no estoy en la necesidad de saludarte. No somos amigos.

Taehyung se detiene y cambio su actitud juguetona a una ofendida. No puede ser que de verdad haga eso.

—Pensé que ya habíamos pasado esa etapa —arqueo una de mis cejas cuando reparo en él—. Naia, recuerda la fiesta.

—¿Qué crees que pasó para que te considere mi amigo? —vuelvo a protestar—. Por favor, Taehyung, no somos amigos.

—Yo sé cómo cambiar eso —lo dice con cierto tono de coquetería que no estoy dispuesta a soportar—. Vamos, ambos debemos de llevar la fiesta en paz si no queremos matarnos en este tiempo que me enseñarás.

—Una cosa es muy separada de la otra —contesto—. No necesitamos ser amigos para que nos comportamos de manera profesional.

Escucho a Taehyung soltar un bufido a mis espaldas y decir algo más que no llegué a entender del todo. Por mi parte, continúo caminando e ignorando de ese modo la presencia de aquel chico.

Ambos llegamos al salón de clases en silencio. Nos separamos ni bien bajamos los escalones del aula; mientras que Taehyung de acomodaba en las últimas mesas, yo me dirigía a la segunda mesa, cerca de la ventana para que me diera un poco de aire.

Poco después llega Lisa al salón mirando su celular de una manera más obsesiva que ayer, pero sé que menos que mañana. A veces soltaba pequeñas risitas acompañadas luego de un largo suspiro.

Este chico Joo-hwan realmente le debe de gustar mucho.

Evito entrometerme en su felicidad, así que la dejo como está hasta que el maestro llegue. Asimismo, sacó mi celular para leer las notificaciones que me llegaron; nada nuevo.

Comienzo a envidiar a las personas que son más sociables que yo.

A eso de las nueve y diez el maestro aparece y les pide a todos que guardemos nuestros celulares. Me he dado cuenta que este maestro es como el de los que se encuentran en la escuela; por una parte lo veo bien porque ayuda y es paciente con sus alumnos, pero por otra... Solo digo que deja mucho que decir.

—Buenos días, chicos. Antes de iniciar la clase quiero anunciar dos cosas —da un estruendoso aplauso para llamar la atención de todos y mirar a los que estaban en las últimas filas. Me imagino que entre ellos a Taehyung—. A ver si el señor Park y el señor Kim dejan de hablar y prestan atención.

Entonces acerté.

—Lo siento, maestro Kwon. —Se disculpa el amigo de Taehyung. Este último no hace nada.

—Bueno, en primer lugar, vengo a recordarles que para el examen parcial entrará todos los temas vistos antes en clase, junto a este que enseñaré hoy. Luego, en su plataforma académica les he dejado un trabajo en grupo que deben de realizar; lo he publicado recién esta mañana y espero que lo hayan visto.

Rápidamente, la mayoría de alumnos, incluyéndome, sacan sus celulares para verificar lo que el maestro Kwon había dicho. Aquí todos ignoraron una de sus reglas más sagradas en el salón de clases, por lo que no fue ninguna sorpresa que nos lo fue quitando uno por uno y ponerlos en una caja de zapatos.

—Si no lo han visto, díganme y yo lo proyecto en la pantalla; pero no quiero que saquen sus celulares en mi clase —vuelve a repetir, de manera demandante, una de sus reglas favoritas.

Cuando regresa a su escritorio, va preparando todo para proyectar la tarea en la pantalla de multimedia del salón. Busca entre sus archivos hasta que la encuentra y la va explicando punto por punto.

Este trabajo estaba previsto para entregarlo después de parciales, lo cual nos "beneficiaba" con el tiempo; y lo pongo entre comillas porque en realidad no había casi nada de tiempo, era a la semana siguiente de los parciales. Luego explicó que los integrantes de este trabajo en equipo debía ser de dos o tres personas, en donde nos dejaba la libertad de escoger a nuestros compañeros. Finalmente, explica de qué trata la tarea, esta consiste en poder traducir un documento escrito en coreano al idioma que nos indique el mismo documento; obviamente sin cometer ni un solo error con la traducción y la interpretación de palabras.

Después de explicar la tarea, el maestro nos dio algunos minutos para que buscáramos a nuestro equipo. No me tomó tanto tiempo hablarle a Lisa y coordinar algunas cosas para cuando nos juntemos a hacer el trabajo.

—Lisa, Naia —escuchamos una voz atrás de nosotras. Ambas giramos a la vez y vemos que se trataba de Taehyung—. Oigan, ¿puedo hacer el trabajo con ustedes?

—¿Y tu amigo? —me adelanto a contestar. Taehyung lo señala y veo que está hablando con una chica de estatura pequeña y pelo corto—. ¿Y? Hazlo con él.

—No me quiere en su grupo —Lisa se ríe por la respuesta de Taehyung, igualmente yo sonrío de lado; a pesar que quise ocultarlo—. Vamos Naia, no seas mala.

Miro a Lisa para saber lo que opina ella.

—Yo no tengo ningún problema —encoje sus hombros mientras forma un ligero puchero en sus labios.

Mis ganas de golpear a Lisa aparecen inmediatamente. Se supone que tenía que decir que no.

—Naia, ¿y tú qué piensas? —Vuelve a hablarme Taehyung.

Ahora mis ganas de golpear están dirigidas a Taehyung. Esto es un complot en mi contra.

—¿No puedes hacerlo con alguien más? —le pregunto casi como si se lo estuviese suplicando.

—Hay chicas que quieren, pero yo no quiero. Sálvame.

Lo miro una vez más antes de soltar un quejido. Me rindo. Esto debía de ser un chiste, solo espero que aporte algo en el trabajo.

—Está bien, te adoptaremos —Lisa vuelve a reírse, el chico pelinegro también lo hace—. Pero vas a trabajar, no nos dejarás toda la tarea a nosotras.

—Lo que mi querida maestra diga.

—Ya vete —le digo ya cansada de su presencia.

Taehyung me guiña un ojo antes de regresarse a su sitio con su amigo.

Lisa comienza a picarme el abdomen con sus dedos mientras que va soltando una que otra frase que afirma, para ella, que yo le gusto a Taehyung o viceversa.

A penas llevaba un mes en la vida de Taehyung y él en la mía, ninguna atracción romántica sucede tan pronto.

Salvo las películas juvenil, algunas ya se enamoran con el primer “hola” que uno de los protagonistas le dicen al otro.

Hasta está científicamente, o sociológicamente, comprobado por la Universidad de Zurich que el amor a primera vista solo es un mito que la gente ha inventado durante todos estos años para justificar el deseo a primera vista o un complot de la pareja para romantizar de manera melosa más su relación. Incrédulamente, muchos confunden la atracción con el amor, por ello siempre que ven a una persona con un gran atractivo físico, le atribuyen inmediatamente características positivas, lo que muchos conocen como la idealización; y después, todo ese “amor a primera vista” se desvanece cuando se conoce en realidad a la persona y notamos, en ciertos casos, la mayoría tal vez, que la persona que nos atraía, resulta siendo todo lo contrario a lo que nuestra cabeza pensó.

Y todo esto lo podemos descubrir con tan solo googlear un poco e indagar en el tema.

Así que, como conclusión, Taehyung sí tiene un gran atractivo, lo admito, hasta se lo he dicho al mismo chico; pero eso no significa que esté enamorada de él o algo relacionado con aquello.

Prefiero llevarme por la intelectualidad que posee la persona y su forma de actuar antes que en una atracción física.

***

Camino con Taehyung a mi lado para ir al salón de ensayos. Este chico me ha perseguido desde que terminamos nuestra última clase para acompañarme en lo que queda por hacer en mi día. Actúa como un perro siguiéndole los pasos a su amo; y cómo buena ama que soy, le entregué el material que separé para él para que pudiera irlo avanzando durante mi ensayo con el equipo.

Dentro del ascensor ninguno de los dos dice algo. Taehyung se estaba concentrando muy bien en leer lo que le he dado.

—¿Por qué tengo que leer la diferencia entre traductor e intérprete? —Pregunta Taehyung mientras pasando las páginas de la separata—. Y encima son cuatro hojas de aquello.

—A pesar de que la mayoría piense que es lo mismo, en realidad es totalmente diferente y es muy importante que lo sepas —respondo justo antes de que las puertas del elevador se abrieran—. Y también hay una explicación de lo que es un lingüista.

Taehyung bufa a mis espaldas antes de que ingresemos al salón de ensayos. Ahí dentro ya se encontraban Jung Hoseok junto a Park Jimin y las chicas, a excepción de Lisa.

—Quédate aquí sentado mientras que yo me desocupo.

Dirijo a Taehyung a una de las bancas vacías para que siguiera leyendo las separatas.

—Sí, mami. —Taehyung curvea sus labios a un lado mientras que tuerce sus ojos—. No debes de tratarme como bebé.

—Por supuesto que sí. —Rasco la barbilla de Taehyung mientras hablo con mis labios abultados.

Taehyung se aleja de mi tacto y vuelve a mirarme con una mala cara.

Me alejo de él para acercarme a los chicos. Todavía no tomaba confianza con Jimin y Hoseok, pero hasta ahora siento que son buenas personas; a parte de ser muy talentosos. Más Jimin, me gusta la técnica de baile que maneja para la música contemporánea.

Igualmente Hoseok no se queda atrás si le pones una música de hip-hop.

En este grupo cada uno aporta con su propio estilo y eso me parece fantástico, pues siento que me puedo acoplar muy bien.

Kyung-joo y Sooyoung se acercan a nosotros a los pocos minutos de haber estado preguntándoles a los chicos cómo les había ido en su día. Park Jimin estaba en la carrera de veterinaria mientras que Jung Hoseok estudia comunicación de marketing, sonaba muy interesante hablar con ellos.

Poco tiempo después fueron apareciendo los demás chicos del equipo. Asimismo, Jungkook y Lisa llegaron a la par; está última trayendo a un invitado más a nuestros ensayos.

—¿Quién demonios trajo a Taehyung aquí? —dijo con burla el casi novio de Lisa.

—Pues Naia, ¿quién más? —le respondió Lisa a la par que me miraba otra vez con picardía.

—No lo distraigas, necesita estudiar. —Añado.

—Gracias, mamá —Taehyung alza un poco su voz, vuelve a hacer ese gesto con la boca para después devolver su mirada a la separata.

Los chicos soltaron pequeñas risas antes de que le prestáramos nuestra total atención a Kyung-joo. Ella empezó a explicar lo que nosotros hemos estado debatiendo desde que se conformó el equipo de baile: los bailes para la competencia.

Las chicas me han puesto al tanto de cómo son las competencias de bailes entre universidades aquí. Así como lo dije antes, no se alejaban mucho de cómo eran en Estados Unidos. Básicamente, todas las universidad de Seúl inscriben a sus equipos de baile para ganar un puesto en las siguientes competencias de baile a nivel nacional. Esta competencia regional estaba dividida por diferentes categorías en donde el equipo debía de ganar todas para llegar a la final, las cuales eran: solos femenino y masculino, baile en pareja o en grupo con máximo de cuatro personas, baile principal del equipo y otro extra que se presenta si se llega a la final, el cual debía de ser deslumbrante y con una temática única.

La creatividad era algo fundamental en toda esta competencia, pues así se veía la originalidad.

—Bien chicos, la maestra Do no podrá venir por su descanso prenatal, pero nos ha pedido mí y a las chicas que acordemos de una vez por todas los detalles para la competencia —comienza hablando Kyung-joo—. Debemos de definir hoy mismo quiénes representarán los solos y los dúos o el grupo pequeño.

Cuando Kyung-joo termina de hablar, Hoseok alza su mano. La chica de cabello rubio y puntas azules le da la palabra e instantáneamente todos prestamos atención al chico azabache.

—Un pregunta, si uno de nosotros quiere hacer el baile de grupos pequeños y el baile del solo, ¿puede hacerlo?

—Sí, pues la presentación de ambos son en días distintos y no hay problema. Exceptuando que la persona debe de cuidarse muy bien para realizar ambos bailes, es decir, no sufrir ninguna lesión en el proceso.

Lisa mira a todos los chicos del equipo murmurándose cosas entre sí. Se levanta del suelo y va a por su maleta para sacar un papel y un bolígrafo negro.

—Haremos una lista, ¿vale? —Ahora ella empieza a liderar la conversación—. Cada uno pondrá su nombre y al costado pondrá lo que quiere hacer. Si quieren hacer el solo, escríbanlo; si quieren presentar un dúo o un baile en grupo, pongan los nombres de los integrantes; o si no quieren hacer algo en específico, solo pongan "baile principal" y ya.

Kyung-joo inicia con la actividad planeada por Lisa antes de pasarle la hoja y el bolígrafo a Sooyoung. Luego ella se lo pasa a Hoseok, y Hoseok a Jimin.

Mientras tanto, Jungkook y yo charlamos sobre lo que queríamos hacer. Él me propuso hacer un dúo para la categoría de baile en grupos pequeños, pero no sabía si aceptar porque yo realmente quería intentar mostrar mi talento estando en la categoría de Solo Femenino; y me daba mucho miedo arriesgarme a sufrir una lesión durante las prácticas.

Al final tuve que declinar con su propuesta y escribir mi nombre en el papel con la frase de «Solo Femenino».

Al terminar la lista, Kyung-joo y Lisa volvieron a revisarla para ver si no faltaba alguien. No obstante, me percaté de la mirada que me ofreció Kyung-joo cuando Lisa aún estaba distraída. Había leído en esa hoja que Kyung-joo también se había inscrito para el Solo Femenino.

Así que puedo interpretar su mirada con una amenazante. A veces Kyung-joo parecía tener severos problemas conmigo.

—Bien chicos, hay personas que quieren postularse para el Solo Femenino y para los bailes en grupos pequeños. —Vuelve a hablar—. Para decidir esto, podemos darles a los participantes las dos semanas de parciales para que creen una coreografía y nos la presenten en el siguiente ensayo que tenemos después de parciales. Nosotros elegiremos a votación al mejor candidato y esa persona se quedará con la representación a la categoría elegida. ¿Les parece bien?

Todos asintieron sin reprochar, es más, había esa emoción de saber quiénes serán los afortunados en representarnos.

—Por otro lado, Park Jimin fue el único que se inscribió para el solo masculino; así que, Jimin, tú quedas para ese baile.

Jimin comenzó a reírse junto a Hoseok antes de tirarse hacia atrás y dar pataletas en el aire. Absolutamente todos, incluyendo a los invitados, comenzamos a reírnos de él.

Más tarde, después del ocio, todos nos levantamos del suelo para comenzar a practicar el baile principal hasta donde lo hemos dejado en el ensayo pasado. Sin embargo, se me hizo difícil evitar darme cuenta que Kyung-joo todavía seguía con una mirada malévola sobre mí.

¿Acaso me había ganado a mi primera amienemiga? Por Dios, que no sea así.

*****
Sinceramente, me gustó mucho escribir este capítulo.

Si hay algún error, más tarde lo solucionaré. Son las 12:16 de la noche en donde yo vivo y tengo sueñito 🥴✌🏻

Espero les haya gustado, comenten y compartan con el resto de sus hermanas moradas amantes de los fanfics como ustedes ;)

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