Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟬𝟴 | Nada pasó

CAPÍTULO 08

𝐓𝐀𝐄𝐇𝐘𝐔𝐍𝐆 𝐘 𝐍𝐀𝐈𝐀
______________________________

Luego de unas semanas, tres para ser exactos, me encontraba a Taehyung por cualquier parte de la universidad con la misma chica que se había enojado con él en la fiesta. Parece que nada había cambiado. Lo bueno es que esto logró que Taehyung se alejara de mí, por lo que yo agradecía mucho ese detalle.

No obstante, el día de hoy pareció haber cambiado de pretendiente y sorprenderme como nunca antes. Entró al salón de clases junto a su amigo Bogum; sin embargo, en vez de sentarse con él como siempre, Taehyung se había conseguido a una nueva chica, que allá ustedes saber de dónde apareció, para sentarse con ella en las clases y con su grupo de amigos.

En total eran un grupo de seis chicos, siete si contamos a Taehyung. La principal era la chica de cabello con raíces negras y el resto de rubio, piel pálida, ojos pequeños y caídos, de mediana estatura y un cuerpo de infarto si consideramos el cuerpo promedio de una mujer coreana. Esta chica tenía un busto voluminoso que le gustaba mostrar con tops de colores pasteles con escote en forma de cuadrado, su cintura pequeña adornada con un piercing colgando en su abdomen y unas caderas con un buen trasero; era casi como un cuerpo fuera de lo naturalmente biológico en la genética coreana, como antes ya lo había dicho.

Sonaría mal decir que tengo la suposición de que esa chica se ha hecho unos arreglos para quedar como es. Pero al parecer eso es normal al ser Seúl el "Mundo de las cirugías plásticas".

La pareja principal se encontraba sentados en los asientos del primer escritorio junto a otra chica que parecía ser amiga de la de cabello rubio, y con un chico que estaba utilizando lentes de descanso.

Olvidaba decir que el estilo con el que Taehyung había decidido venir aquí a la universidad se trataba de una gorra negra junto a unos lentes negros de sol. También estaba su chaqueta acolchada, una camiseta color negro y unos pantalones que le quedaban justo a su medida. Asimismo, en vez de llevar esos zapatos que parecen ser costosos, trajo unas zapatilla negras con unas plataformas que parecían ser cómodas.

Siguiendo con la distribución de los asientos en el salón, la fila que estaba detrás de Taehyung y de su pareja ya estaba ocupada por todos ellos antes de que llegara el maestro. Casi detrás de Taehyung estaba una chica que, estando en un espacio techado, estaba usando lentes de sol color negros mientras que otro chico se encargaba de tomarle fotos; precisamente este chico que estaba a su izquierda parecía ser de la misma altura que Taehyung. Luego, a la derecha de la chica de lentes estaba otro chico arreglando sus cosas para la clase.

Entonces, luego de estudiar y analizar a cada participante de este interesante grupo, me fui directo a mi asiento en donde me estaba esperando Lisa. Pasé a un costado de todo ese grupo hasta que finalmente llegué a mi asiento; Lisa quitó su mirada del celular para reparar en mí y sonreírme a la misma vez que quitaba su mochila del lugar que me había apartado.

—Hellocito —me dice ni bien me tiene a su lado. Me extiende su celular y me muestra la nota que consiguió de la anterior evaluación que ha habido de este curso que vamos a tener—. ¿Ya revistaste cuánto tienes?

—Sí, tengo 19. —Lisa se sorprende de lo que acababa de decir.

—¡Felicitaciones! Me ganaste por dos puntos.

Lisa no duda en darme un abrazo para luego coordinar conmigo en recoger juntas nuestros exámenes luego de clases.

El maestro entra en el momento preciso, pues Taehyung junto a su compañía estaban a nada de dejar el salón y salir tomados de la mano; sin embargo, el cátedra los detuvo y los regresó a sus asientos para que comenzara la clase. Ahí me di cuenta de que la rubia estaba usando una falda corta blanca junto a su suéter celeste; asimismo, tenía unos mechones de su cabello recogidos con ganchos de color celeste en forma de mariposa. Transmitía ese aura de ternura; algo que nunca creí que a Taehyung le gustara de una chica.

Ambos regresaron a sus asientos para que luego la rubia comenzara a abrazarlo muy fuerte mientras que le daba varios besos en la mejilla. Uno de los amigos de la chica que estaba sentado atrás se aseguró de tomarles varias fotos antes de que lo soltara y el profesor les dijera algo para que se detuvieran. La chica con lentes comenzó a celebrarle sus muestras de cariño antes de quitarse las gafas y devolvérselos a la chica de cabello rubio, de seguro era a ella a quien le pertenecían.

Lo primero que hizo el cátedra ni bien tuvo la atención de todos nosotros fue sacar un sobre amarillo de su maletín y dejarlo sobre la mesa. Todos sabíamos que eran los exámenes de lo que Lisa y yo habíamos estado hablando antes. No obstante, el maestro no se veía para nada contento; su rostro estaba con el ceño fruncido de tal modo que parecía que sus dos cejas se habían unido, su boca estaba curveada hacia abajo mientras abría el sobre y sacaba todas las hojas.

Comenzó a llamar a uno por uno para que fuera a recoger su examen. El salón se había sumido en un silencio tortuoso para algunos puesto que había chicos que se estaban mordiendo las uñas esperando pacientemente a que su nombre fuese dicho por el maestro. Otros solo se encontraban de lo más relajados en sus asientos sin decir mucho y sin dejar de mirar hacia la dirección del hombre que estaba entregando las evaluaciones; estos eran lo que sabía —gracias a Lisa— que eran del tipo de estudiantes que sí salían bien en sus evaluaciones.

—Kim Taehyung.

No hay que ser adivinos para saber que Taehyung no había logrado aprobar el examen, porque:

1. El maestro tenía una cara de pocos amigos, mirándolo como si con eso fuese suficiente para acabar con su existencia.

2. Taehyung se acercó con un semblante despreocupado al escritorio del maestro y tomar la hoja sin siquiera mirar su nota.

—Naia Ponce.

Me levanté de mi asiento yendo con un semblante seguro y soberbio. El maestro me sonrió antes de felicitarme y darme mi examen en las manos; luego llamó a Lisa mientras que yo miraba con una sonrisa de lado mi calificación. Miro por un momento cómo estará Taehyung y él se encontraba con los brazos cruzados mirándome enojado mientras que su chica trataba de reconfortarlo con caricias en el brazo. Aprovechando que Taehyung todavía está sosteniendo su mirada con la mía, giro mi examen y le muestro con picardía el puntaje que obtuve.

Esto enojó mucho más a Taehyung a tal punto que lo pude ver suspirando de forma pesada antes de bajar su cabeza y concentrarse en mirar aquella nota mediocre que ha obtenido.

Me sentí tan satisfecha por mi buena nota y por saber que mi primera interacción con Taehyung luego de muchas semanas haya sido esta, en la que lo he podido molestar así como él me molestaba antes.

Lisa y yo regresamos a nuestros asientos. Ella vuelve a prestarle atención a su teléfono, la veo tecleando un mensaje a alguien antes de apagar el aparato y ponerlo debajo de su cuaderno. Lisa repara en mi mirada y sonríe de lado, como si estuviese ocultando —inútilmente— una mentira piadosa.

—¿Qué? —Inquiere alargando la palabra y con picardía.

—Estoy en mi proceso de conocerte, pero puedo adivinar que te estás mensajeando con alguien —entrecierro un poco mis ojos. Lisa se ríe por lo bajo y agacha su cabeza—. Desde el día de la fiesta estás así.

—Puede que tu amiga esté en proceso de tener un novio —Lisa muerde su labio inferior antes de aferrarse a mi brazo derecho—. Joo-hwan y yo intercambiamos números en la fiesta... Bueno, en realidad, él fue quien le preguntó a alguien por mi número de teléfono.

—¿En serio? —Lisa asiente efusivamente—. ¿Quién se lo dio?

Lisa suelta su mano derecha de mi brazo y saca su dedo índice para señalar a Taehyung con pena. Entonces el tipejo egocéntrico había ayudado a alguien más que no sea él mismo.

Abro ligeramente mis ojos y reparo en Lisa, ella seguía sonriendo. En los ojos de ella de encontraba ese brillo único que identifica a las personas ilusionadas.

—Desde la fiesta hemos estado hablando para conocernos mejor. Por el momento todo han sido mensajes, pero no hay un solo día que no hablemos o él no me salude ni bien despierte.

—Eso es bueno. Me alegra mucho.

Lisa y yo dejamos de hablar luego de aquello, pues ambos preferíamos estar tranquilas en clase sin decir o hacer nada antes que llevarnos una llamada de atención del maestro.

Cuando la hora y media de clases terminó, nos tocó un receso de dos horas. Lisa y yo nos fuimos a la cafetería, Jungkook estaba esperándonos justo ahí. Realmente no entendía cómo Jungkook podía estar siempre disponible para nosotras, ¿acaso no entraba a clases?

Cuando nos encontramos con el chico azabache, estuvimos hablando de nuestras clases. Jungkook estudiaba ingeniería civil, por lo que entre sus cosas cargaba un portaplanos para un trabajo que tenía que hacer con un estudiante arquitecto, o algo así le entendí.

De pronto, Lisa mira hacia la puerta de la cafetería para admirar a su chico de los mensajes. Joo-hwan se acerca a nosotros con una sonrisa relajada y con sus ojos entrecerrados. Lisa no puede evitar levantarse de su asiento e ir a por su chico para saludarlo como amigo.

—Jungkook, ¿verdad? —el nombrado asiente tímido ante Joo-hwan—. Un gusto. Lisa ha hablado muchas cosas sobre ti.

—¿En serio? —Jungkook repara en Lisa de forma amenazante—. Ya me imagino las maravillas que te habrá contado.

Joo-hwan se ríe por el comentario de Jungkook; luego, me señala con su dedo mientras entrecierra sus ojos.

—¿Naia? —asiento—. De ti he escuchado hasta el cansancio, y no solo de Lisa. Por fin te conozco.

Sabía que este chico era amigo de Taehyung. Ambos parecen tener la misma personalidad, pero este chico me agrada más que el otro. La cuestión aquí es, ¿qué mierdas habrá dicho Taehyung sobre mí a sus amigos? Recuerdo muy poco de lo que pasó en la fiesta, sé que jugué a un juego con él sobre conocernos mejor. Me pregunto qué tanto habrá distorsionado la información que le dí.

Por el momento no me preocupo mucho de lo que Taehyung pudo haber dicho. Además, no debería de importarme en lo más mínimo las pestes que él pueda decir de mí, al final el que termina perdiendo es él.

Jungkook y yo seguimos hablando por un lado mientras que Lisa sigue contándole a Joo-hwan sobre las clases y sus exámenes. Con el azabache empiezo a hablar sobre los próximos ensayos que tendríamos con los del equipo, en los anteriores solo hemos estirado y practicado en conjunto algunos bailes de anteriores competencias. Lo que nos contó Kyung-joo y Sooyoung hace unos días fue que en la siguiente junta con el equipo empezaríamos a planificar todo para la competencia que se acerca.

—¿Tú eres prima de Soomin? —pregunta Jungkook mientras va jugando con sus dedos.

—Sipi.

—Pero no se parecen.

—Es porque somos primas así como tú y Lisa. Su mamá es mi madrina, una amiga de mi madre —Jungkook abre su boca como señal de que entendió la relación—. ¿Por qué lo preguntas? ¿Te interesó Soomin?

—Es linda —confiesa Jungkook—. Me gustó hablar con ella el día de la fiesta. Tiene una personalidad muy optimista.

—Nah —niego—, solo era su modo fiestero y amigable.

Jungkook sonríe de lado y niega con la cabeza. Yo acompaño su gesto hasta que ambos vemos a dos chicos más sentarse en nuestra mesa.

Taehyung y un chico de cabello pelirrojo.

—Lisa, él es Yoongi —señala al chico de cabello rojo. Yo lo recordaba con el pelo azul—; y ya conoces a Taehyung.

—Hola —el chico pelirrojo extiende su mano para saludar a Lisa.

—Yoongi, ella es Naia y él es Jungkook. —Termina Joo-hwan por presentarnos.

—¿Tú eres Naia? —Yoongi me señala asombrado antes de mirar a Taehyung, como si estuviese burlando, luego mira a Joo-hwan a las espaldas de su amigo—. He escuchado de ti.

—¿Cómo qué? —Mantengo mi sonrisa forzada mientras miro a Taehyung. Si este chico ha dicho una mentira más acerca de mí, lo mataré—. Quisiera saber.

Yoongi vuelve a mirar a Taehyung, este le mueve la cabeza mientras aprieta sus labios contra sus dientes. El pelirroja repara en mí con una sonrisa de lado.

—Como que eres el dolor de pelotas de Taehyung y que su papá te puso como su tutora.

—No soy su tutora —aclaro—. Yo no perdería mi tiempo enseñándole a alguien que no tiene futuro.

Taehyung me mira enojado antes de sacar sus audífonos de su mochila y tomar sus cosas para irse de la mesa. Yoongi, Jungkook y yo lo vemos salir de la cafetería; su amigo es el primero en restarle importancia y dejarlo en paz.

Quién sabe adónde se habrá ido.

De seguro solo se ha ido a ver a una de sus tantas chicas que mueren por él.

Los dos muchachos y yo seguimos conociéndonos hasta matar las horas que Lisa y yo teníamos libre. Yoongi nos cuenta algunas cosas sobre él, como que está estudiando para ser un futuro compositor de música y va en el séptimo ciclo; así como todos nosotros.

****

Espero afuera de las oficinas de los maestros hasta que mi papá se digne a atenderme. Luego, su secretaria sale oficina para darme paso a la habitación. Mi papá estaba leyendo unos documentos de la facultad, traía sus lentes puestos y su corbata estaba media desajustada.

Cuando ve que estoy parado en medio de la puerta, me regala una mirada seria y me ordena que me siente frente a su escritorio. Obedezco a sus órdenes y espero a que hable.

—¿Te has reunido ya con Naia? —Por supuesto, no puede evitar mencionar a su alumna favorita en nuestra conversación.

—No... Ella no quiere enseñarme. Tampoco le estaré rogando.

Papá saca otra hoja de un folder y comienza a leer lo que estaba escrito en él.

—Terminología; Kim Taehyung, cero dos —dice como si me lo estuviese recriminando—. Naia Ponce, diecinueve.

—Felicitaciones por tu alumna favorita. —Intento levantarme de mi asiento e irme de la oficina; pero mi padre me detiene con otra orden severa—. Dime qué es lo quieres. Quiero irme.

—Taehyung, hazte responsable de tus actos. ¿Crees que con estas notas serás alguien en la vida? —papá golpea el papel de calificaciones antes de dejarlo sobre su escritorio—. Hace tres semanas saliste de fiesta con tus amigos, no estudiaste ni un día y mira el resultado. ¿Cómo a las fiestas le das un tiempo y a estudiar no? Recuerda que tú ya no tendrás mi apoyo para aprobar los semestres; repetirás este ciclo las veces que sean necesarias hasta que lo pases, pero si no, te sacaré de esta universidad y conseguirás trabajo para mantenerte. Ya me cansé de gastar dinero en ti, no sabes aprovechar las oportunidades que te doy y todavía te crees en el derecho de salir a hacer vida social como si todo en ti estuviera bien. Aprende de Naia, ella está en el equipo de danza, lo cual le quita tiempo; pero su rendimiento es muy bueno. Organízate y busca ayuda en ella o en cualquier otro compañero, ¡pero haz algo que me demuestre que realmente quieres seguir estudiando y ser un profesional!

Me quedo en silencio, miro a mi padre mientras muerdo mi mejilla desde el interior.

Jamás tuve una pasión por algo; así que no me siento atraído hacia alguna carrera además de traducción e interpretación de idiomas. Es decir, he gastado cuatro años de mi vida en esta carrera de mierda para dejarla ahora, pero tampoco me interesa estudiarla y ejercerla. Dentro de pocos años se suponía que iba a graduarme gracias a la ayuda que me daba mi padre; pero ahora siento que estoy viendo a mi yo del futuro trabajando como barrendero en las calles porque no pudo terminar nunca la carrera.

¿Debería de seguir para darle el gusto a mi padre?

¿Y si me salgo ahora mismo de la carrera? Los estudios acabarían para mí.

Aunque la desgracia comenzaría. ¿De qué viviré?

Empiezo a tensarme sobre mi propio lugar, la mirada de mi padre era aterradora en estos momentos. Era como si me estuviese clavando muchas dagas el pecho. No lo resisto más, quiero huir de aquel lugar; sin embargo, conozco a mi padre, él espera una respuesta de mi parte.

—Buscaré ayuda para mejorar —digo sin ganas y con mis labios abultados.

—Dentro de poco iniciaremos con los parciales. Más te vale aprobar todos los cursos, o considera este semestre como repitente.

Asiento cabizbajo antes de levantarme de mi asiento. Hago una reverencia para despedirme de mi papá y pedirle disculpas, él las acepta y me deja ir hacia el salón en donde muy pronto tendría clases.

Extrañamente, soy el primero en llegar al lugar. Después de mí no había absolutamente nadie, el lugar estaba totalmente vacío. Me recosté sobre mi mesa para descansar un poco, aunque, realmente, esta última conversación con mi papá me puso de malas.

Minutos después, Naia y Lisa ingresan al salón entre risas. Ellas se percatan de mi presencia y se quedan en silencio hasta llegar a sus sitios. Por mi parte, sigo con la mirada a Naia; la pelimarrón lo nota y encoge sus hombros como para restarle importancia a mi atención hacia ella.

Lisa empieza a hablar acerca de mi amigo Joo-hwan, pero Naia parece estar más al pendiente de mí que de lo que le dicen. Seguimos viéndonos, no decimos o hacemos nada; o no hasta que yo me levanto de mi sitio y comienzo a subir las escaleras para llegar a ambas chicas.

—Debo de hablar contigo —le digo a Naia. Lisa intercambia su mirada de su amiga hacia mí y viceversa—. A solas.

—Estoy ocupada. —Responde molesta. No había hecho nada aún y está chica ya se estaba molestando conmigo.

—¿En serio? ¿Haciendo qué? —le respondo del mismo modo.

—Está bien, Naia. —Tercia Lisa para calmarla—. Los dejaré hablar, escúchense, no se griten; yo iré a comprar algo en las máquinas expendedoras.

Naia mira suplicante a su amiga, pero esta se va de todos modos y nos deja, al fin, solos.

—¿Ya podemos hablar? —Naia tuerce sus ojos y asiente sin ganas—. Seré directo: en realidad te necesito como mi tutora.

La pelimarrón abre sus ojos por sorpresa a la misma vez que va cruzando sus brazos. Me da un barrido con su mirada; pero no dice nada.

—¿Podrías? —Sigue sin hablar—. ¡Responde algo al menos! ¿Qué más quieres?

—Esto es una oferta de trabajo —responde con tranquilidad—. Estoy esperando a que me digas tu oferta.

—No debes de estar hablando en serio —digo frustrado.

—Hablo en serio.

Paso una de mis manos por mi cara para volver a encontrar mi paciencia perdida. Realmente mi padre tiene grandes esperanzas de que Naia y yo logremos entendernos.

—Cuatro mil setecientos wones la hora.

—Que sean quince mil ochocientos wones —empieza a negociar el precio.

—Debes de estar jodiendo. —Bufo—. Cinco mil.

—Tú sigue subestimando el precio del trabajo que haré contigo y subiré la tarifa —me amenaza. Al ver que no digo nada, vuelve a hablar:—. Veinte mil ochocientos.

—Eres muy odiosa. Te daré quince mil ochocientos —le digo. Naia sonríe y me muestra su mano para estrecharla conmigo—. Este es el favor más caro que le hago a mi padre. Ojalá no me decepciones.

—Eso debería de decir yo —responde con ironía—. Tú eres el alumno; yo la maestra. ¿Y ahora qué te dijo tu papi para que te enojes con él?

Frunzo el ceño de mis cejas y tuerzo los ojos. No debería de exhibirle mis problemas familiares a esta chica; pero al ser mi padre tan insistente con ella, de cierto modo también la hace parte de este problema.

Suelto un suspiro y tomo asiento en la mesa que estaba un escalón debajo de la suya. Naia también se acomoda en su propio lugar para escucharme.

—De seguro para ti no es noticia saber que soy pésimo en los cursos...

—Lo sé —me interrumpe. Reparo en ella, molesto, antes de seguir hablando.

—Entonces, con la práctica que entregaron hoy, mi padre se enojó y me dijo que debía de buscarte para prepararme para los parciales —finalmente le cuento. Naia no hace ninguna expresión más que abultar un poco sus labios—. Si vine a ti, dispuesto a pagarte quince mil wones, es porque solo le quiero dar el gusto a mi papá y callarlo de una vez.

Naia finalmente reacciona y frunce su ceño antes de reparar en mí rostro.

—¿Y te sientes molesto? —Asiento sin entender mucho su pregunta—. ¡¿Te molestas por algo en lo que tú papá tiene razón?!

Ya era suficiente con mi papá como para incluir a Naia en esta resondra.

—Bueno, cálmate. —Me levanto de la mesa y ponga una mano enfrente del rostro de Naia—. Te daré tu dinero y me enseñarás. Punto final.

—Yo haré mi parte con enseñarte —vuelve a hablar—, pero está en ti hacerme caso y aprobar los exámenes. Tampoco hago milagros; así que, empieza a practicar un poco la responsabilidad.

—Como la maestra diga —respondo sarcástica.

Naia deja de darme su atención y se dispone a buscar algo en su mochila. Luego, saca sus audífonos inalámbrico y los conecta a su celular para empezar a escuchar musica. Ella hace como si no siguiese parado frente a su asiento, me tomaba por alguien invisible; y era gracioso, o se volvió gracioso luego de escuchar a Nadia silbar.

—¿Y si me haces un descuento? —Naia frunce su ceño y se quita uno de sus audífonos, pide que le repita la pregunta—. Quiero un descuento.

—¿Por qué?

—Porque tengo ciertos privilegios contigo que a comparación de los otros. —Apoyo mis manos sobre su mesa mientras que ella sigue con el mismo ceño fruncido de antes. Llevo dos de mis dedos al centro de sus cejas para quitarle el gesto malhumorado—. Ya sabes, soy el primero en escoger tus servicios. Además, soy el chico lindo y simpático que crees que soy.

—Sí, claro. Como tú digas —bromea.

Descanso mi cabeza sobre mis manos y me pongo de puntillas para acercarme más a la chica pelimarrón.

—¿Ya te olvidaste esa noche de la fiesta? —sonrío de lado. A Naia no le provoca nada mi actitud—. Dijiste que era simpático, pero que mi actitud de mierda mataba cualquier pasión. Dijiste que mis labios son únicos...

—Y lo dije porque estaba ebria —zanja.

—Luego te acercaba más, casi pidiéndome un beso...

—Soy consciente de lo que hice esa noche, y sé que nada pasó porque luego quise vomitar —Naia aprieta fuerte de mi mejilla hasta sacarme un quejido de dolor—. Por cierto, gracias por acompañarme al baño y soportar el olor.

Naia sonríe, pero esta vez lo hace muy diferente a las otras veces; como si no hubiese una pizca de sarcasmo e ironía en ella. Era un gesto sincero, mostraba su gratitud.

Poco después, Lisa y Hyo-rin —la chica con la que estuve en la primera clase— entran al salón a la misma vez. Lisa trae con ella una botella de agua y unas galletas de chocolate que le ofrece a Naia. Por otro lado, Hyo-rin empezó a llamarme desde los asientos que estaban más adelante, su grupo de amigos ya se estaban acomodando y ella solo me quería tener a su lado para seguir mostrándose cariñosa conmigo.

Cuando llego a ella, me abraza muy fuerte por el cuello. Tanto que hasta sentí cómo me tronó por la fuerza ejercida.

Miro hacia los asientos de arriba y Naia estaba riéndose de lo ocurrido junto a Lisa. De la nada se me escapa una sonrisa de lado; Hyo-rin piensa que fue por ella, pero en realidad fue por Naia.

Un poco extraño.

*****
Si Taehyung y Naia pondrían de su parte, serían buenos amigos; pero uno se cree mucho mientras que la otra es impaciente con ese tipo de personas :D

Las horas de estudio elevarán sus pasiones (y no hablo del sin respecto)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro