𝟬𝟲 | Dancing Queen
CAPÍTULO 06
𝐓𝐀𝐄𝐇𝐘𝐔𝐍𝐆 𝐘 𝐍𝐀𝐈𝐀
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Llegó el viernes. Me levanté con los nervios al máximo, puesto que hoy demostraría si mi talento nato puede aportar algo al equipo de danza de la universidad. Me sentía entre confiada e insegura.
La noche anterior me había quedado hasta tarde tratando de repasar toda mi coreografía planeada para pulir algunos pasos, o simplemente quitar algunos para reemplazarlos por otros y así hacer que la coreografía sea dinámica y para nada aburrida. No obstante, comienzo a pensar si esto de que me duelan las piernas por los movimientos bruscos vayan a jugarme en contra más tarde.
Mi historia como bailarina comenzó desde que tengo memoria. Los videos caseros que hacían mis padres cuando yo era bebé, hasta mis propios recuerdos, me dejan en claro que yo nací con esa pasión por la danza. Al principio, todo lo que hacía era nada más que mover los brazos y piernas a la misma vez que mis caderas; pero quién diría que ahora puedo hasta hacer piruetas que complementan mis pasos de baile.
Mis padres, luego de ver que mi gran interés por la danza crecía cada vez más, lo primero que hicieron fue meterme a una academia de ballet. Ellos querían que primero sepa de la danza clásica antes de que pudiese intentar con otros ritmos; y debo de agradecerles mucho a ellos por inscribirme en las clases de ballet, ya que ahí aprendí a hacer mis primeras piruetas con una técnica perfecta. Asimismo, la elegancia y delicadeza que me caracterizan a la hora de bailar también se las debo al ballet.
Luego, cuando ya me había convertido en la mejor bailarina entre las niñas de mi edad —7 años, casi 8—, mis padres me dieron la oportunidad para ingresar a una academia de danza. Aquí había de todo: ballet, hip-hop, jazz, entre otros géneros. Estar ahí fue toda una locura, hice muchos amigos y cree momentos inolvidables.
La academia Footlose también fue como un segundo hogar para mí y mi lugar seguro desde que las discusiones entre mi papá y mi mamá llegaban a atormentarme constantemente. También me sirvió en los momentos en los que me encontraba con bastante estrés acumulado por la escuela; una canción era todo lo que necesitaba para desfogarme y terminar exhausta, pero con la mente un poco más despejada y tranquila.
Ahí también hice algunos amigos que de seguro ahora ya se habrán olvidado de mí puesto que, luego de que me fui, no me he vuelto a contactar con alguien. Algunos dicen que los amigos van y vienen, y que no hay que preocuparnos por eso.
Sin embargo, la mayor felicidad que pude obtener en la academia fue cuando en un concurso de baile nacional del 2014 gané el título de «Miss Solista Nacional»; y eso lo logré teniendo solo 13 años. Mis padres estuvieron muy orgullosos de mí, no dejaban de decírmelo en toda la semana luego de mi triunfo; mis hermanos también me felicitaron, a su manera, pero lo hicieron. No obstante, el año siguiente me preparé para el concurso anual de baile internacional, en donde estaba dispuesta a mejorar el título que había ganado; pero todo se complicó luego de que mi mamá había fallecido y yo me fui de San Francisco con las intenciones de nunca volver.
Sufrí mucho, no sólo por mi madre, sino también por ese título que nunca llegó a ser mío pero que todavía seguía anhelándolo con todas mis ganas. Tiempo después supe que lo mejor es que yo me olvidara de que gané un título importante en el baile; si no me acordaba, pues nunca existió.
Pero bueno, el pasado es el pasado.
Cuando había salido de la casa, Minjoon se despidió de mí deseándome suerte en la audición y Soomin simplemente me abrazó para que me sintiera más segura.
Llegando a la universidad, las cosas no eran distintas a otros días. Era un día normal para todos menos para mí; pero, ¿a alguien le importa eso? La respuesta es no, por lo que las cosas no deberían de cambiar hoy. Salvo por tener a Taehyung a mi lado desde muy temprano, eso es lo único que quiero cambiar.
Pensé que luego de que lo humillara con mis palabras y lo hiciera sentir mal, él me dejaría en paz y me evitaría —como cualquiera lo haría—; pero el muy cabrón parece que no se rinde así de fácil.
—Naita, ¿te gustan las fiestas? —Me pregunta en medio de la clase de traducción directa 2.
—¿Qué? —bufo sarcástica—. ¿Ahora me vas a invitar a salir?
—No... —responde no naturalidad a la misma vez que regresa a ver la hoja blanca de su cuaderno—. No saldría nunca contigo. Pero como ahora eres cercana a mí, quiero invitarte a una fiesta que va a dar un amigo mañana en la noche.
Taehyung, sin preguntarme primero, me quita mi cuaderno para empezar a escribir en una de las esquinas de la hoja la dirección de la casa en donde se daría la fiesta. Al final de toda la dirección, coloca una carita feliz junto a una nota que decía «Más te vale que vayas». Luego, me devuelve el cuaderno como si no hubiese hecho absolutamente nada.
En su misma cara rompo esa parte de la hoja en donde escribió para hacerle notar que no me interesaba en lo absoluto esa fiesta. Taehyung forma un ligero puchero en sus labios antes de soltar una sonrisa y negar con la cabeza.
—Espero que te haya quedado claro mi respuesta —le digo en voz baja.
El salón estaba a oscuras debido a que el maestro estaba utilizando el proyector para su clase, Taehyung tenía su brazo izquierdo apoyado sobre mi silla desde que comenzó la clase; pero por estar a oscuras y mirar la pantalla, no me di cuenta cuándo es que los dedos de Taehyung comenzaron a acariciar mi brazo. Sentía cómo una corriente eléctrica me daba cosquillas y una sensación de hormigueo en esa parte. No podía evitar no temblar con eso.
Salto sobre mi propio asiento al notar que Taehyung se ha acercado de más a mí y su rostro está descansando en mi hombro derecho. Cualquiera que nos pudiese ver podría pensar que entre Taehyung y yo pasa algo y que estamos coqueteándonos en medio de la oscuridad, o que al menos él era el que me estaba coqueteando.
—Mi amor —él y sus nuevos apodos, pensé—, igual veré el modo de que pueda verte ahí.
Giro mi cabeza para mirarlo directamente, Taehyung hace lo mismo y me muestra una sonrisa de lado. Me dan ganas de partirle la boca de un solo puñetazo.
—¿Acaso eres capaz de secuestrarme?
—¿De verdad quieres saberlo? —dice juguetón. Esto ya se estaba poniendo raro—. ¿O prefieres que sea sorpresa?
—Prefiero hacer como que esta conversación nunca existió —sonrío falsamente antes de regresar mi atención a la clase.
Taehyung hoy no se había venido con esos trajes que usualmente ha estado usando en la semana, más bien parece que se ha venido un poco más cómodo y relajado. Tenía una polera con capucha de color gris holgada, pantalones negros que tenían la tela rota a la altura de sus rodilla y luego unas zapatilla blancas con rayas negras donde estaban los cordones. Como había dicho antes, este era un nuevo estilo que le veía; y no sé si era porque no le dio tiempo para vestirse o simplemente no tuvo ganas de lucir tan elegante este día. ¿Y cuál es lo relevante de todo esto? Que otra nueva teoría del por qué había venido así a la universidad surgió de mí cabeza cuando lo vi bajarse más la capucha hasta hacer que esta le cubra sus ojos.
El resto de la clase Taehyung se la pasó durmiendo, dando unos que otros suaves ronquidos. Mis ganas de querer hacer bolas de papel para metérselas a su boca me estaba tentando; pero gracias a que el profesor recibió una llamada urgente y tuvo que acabar su clase así de repente, pude liberarme totalmente de Taehyung.
Camino por los pasillos sin rumbo algo. Era muy temprano para ir al siguiente salón en donde me tocaba clases con Lisa, literalmente faltaba una hora. Así pues, decido que lo mejor es que de un paseo por el campus de la universidad sin irme tan lejos de mi facultad para que luego no esté corriendo desesperadamente por andar llegando tarde a la clase.
Solo por precaución, giro para mirar hacia atrás y asegurarme que ningún chico de cabello azabache ondulado me esté siguiendo como el psicópata que es. Agradezco al cielo que Taehyung no me esté siguiendo y finalmente puedo darme el gusto de pasear por ahí sola y tranquila.
Esto me da tiempo para pensar en las audiciones y seguir motivándome en que todo saldrá bien con la coreografía que he escogido. Le había dicho a las chicas y a Jungkook que bailaría la canción Tomboy; sin embargo, no terminó convenciéndome del todo y por eso escogí una nueva coreografía y una nueva canción dos días antes de las audiciones. Quería algo impresionante. Necesitaba, y deseaba, que ellos vieran que no sólo puedo manejar un género como hip-hop, sino que con mi cuerpo puedo transmitir cualquier mensaje; y fue ahí cuando me acordé de una coreografía que en la academia Footlose me enseñaron para una presentación de apertura por el aniversario de la academia, The show must go on era eso que yo quería demostrar, lo tenía todo esa coreografía y la canción era poderosa.
Con esa coreografía y esa canción tendré toda la probabilidad de ingresar al equipo. Tenía una victoria asegurada.
****
Salgo del baño de las chicas luego de haber estado con una que había conocido ayer en la facultad de Leyes. La chica todavía seguía adentro tratando de acomodarse la blusa que traía puesta al igual que la falta tablilla con la que ha venido hoy; por mi parte, solo me quito la sangre de mi labio inferior que esa chica me sacó y me dirigí en dirección al salón de Terminología para seguir con mi misión de volver loca a Naia.
Durante el camino me encontré con Bogum. Él se encontraba despidiéndose de una chica luego de haberle dado unas hojas sueltas.
—¿A quién te besaste, o con quién peleaste, que estás sangrando? —Dice de manera burlona.
—Estuve con Lee So-won, la chica de Leyes. —Bogum abre los ojos cuando escucha el nombre de la chica.
—¿Ella no tenía novio? —Encojo mis hombros importándome poco lo que tenga que ver con ella—. ¿Eres su amante?
—Solo nos besamos —Bogum se torna serio antes de arquear una ceja—. Bueno, tal vez... Nos tocamos un poco; pero nos detuvimos cuando dos chicas más entraron al baño de chicas. Antes de salir me invitó a que fuera a verla bailar en las audiciones para el equipo de baile.
—¿Y vas a ir? —Negué rápidamente antes soltar una risa—. Pobre chica. Vamos al salón.
Bogum colocó su mano sobre mi nuca mientras íbamos caminando hasta el segundo piso del edificio. Lo bueno de Terminología es que solo era una hora de clases y luego podría juntarme con mis amigos en la cafetería de la universidad, adoraba los viernes por el simple hecho de terminar muy temprano mi horario.
Llegando al salón, vemos que Naia junto a Lisa están sentadas en la segunda fila. Justo a donde Bogum le encanta sentarse. Veo a ambas chicas hablar con emoción; pero Naia parece ya tener un radar que le indica que estoy a unos pocos metros de ella, deja de hablar con Lisa y me mira despectiva, como si estuviese esperando a que yo abriera la boca para comenzar a molestarla.
Y lo hago, pero no me dirijo exactamente a ella, sino a Lisa:
—Lili... ¿Puedo llamarte así, verdad? —Lisa asiente sin tomarle importancia—. Mañana habrá una fiesta en casa de Joo, ¿sí vas a ir?
Los rumores vuelan como si se tratasen de palomas que llegan hasta mí para contarme lo último que está sucediendo en mi entorno social. Por eso, para mí y ni para Joo-hwan es novedad que a Lisa le gusta mi amigo. La pobre no sabe disimular su mirada cada vez que me cruzo con ella y estoy acompañado de él.
Y bueno, yo más que nadie sé que Lisa sí tiene grandes probabilidades de ser correspondida por Joo-hwan, simplemente se necesita que ella se presente ante él e inicie con su conquista; porque mi amigo no es de acercarse a chicas salvo para tenerlas de compañía para una ocasión y luego dejarlas como amigas. No por nada tiene a muchas.
Las mejillas de Lisa toman un color carmesí cuando me escucha decir el nombre de Joo-hwan. Luego, le da una rápida mirada a Naia antes de reparar en mí y ladear su cabeza. ¿Por qué simplemente no dice que sí?
—No sabía que estaba invitada.
—Las fiestas de Joo-hwan están abiertas para todos los que quieran ir —contesto con seguridad—. Por eso Naia también va a ir. Conmigo.
—¡¿En serio?! —Suelta Lisa muy sorprendida.
—Qué —dice Bogum.
—¿Cómo? —Pregunta la mencionada. Ella gira para mirarme de frente y fruncir su ceño—. Taehyung, ya te dije que no voy a ir.
—Te iré a ver a eso de las diez. Te daré tiempo para que te pongas linda —guiño un ojo antes de irme a sentar con Bogum a unas cuantas sillas de distancia de ese par.
Desde mi asiento no dejo de ver el modo en el que Lisa comienza a hacerle un interrogatorio a Naia sobre lo que acababa de decir. De seguro sus preguntas iban desde cuando es que ella es cerca a mí como para llevarla conmigo a la fiesta de Joo-hwan, o tal vez si realmente iba a ir para que ella también se animase en asistir.
Como hayan sido las cosas, me gustó bastante ver a Naia acariciarse las sienes para relajarse. De vez en cuando me lanzaba miradas amenazantes que yo simplemente las respondía con una sonrisa burlona.
Podría molestar a Naia por el resto de mi vida y estoy seguro de que nunca me aburriría.
***
Cuando las clases se acabaron y yo estaba a punto de regresar a mi casa luego de soltar relajo con mis amigos en la cafetería roja de la universidad, me crucé con la chica con la que hoy había tenido un encuentro en los baños de mi facultad. Fue mala idea darle atención, pues ahora me encontraba con ella cruzando todo el campus de la universidad hasta llegar al edificio en donde estaban los talleres de teatro, debate y danza. Este último se encontraba en el sótano y se debía de bajar por un ascensor; So-won aprovechó en volver a besarme como lo había hecho antes mientras iba toqueteándome debajo de la polera que llevaba puesta.
Todo pensamiento coherente se fue de mí cuando So-won bajó sus besos por mi cuello y comenzó a dar pequeñas mordidas. Por mi parte, no iba a dejar que ella hiciera todo el trabajo, con mis dos manos me encargo de juntarla más a mi cuerpo como si realmente estuviese desesperado por querer penetrarla de una sola vez. Ella suelta una sonrisa perversa antes volver a juntar sus labios con los míos mientras que sus manos van acariciando mi no tan marcado abdomen y una parte de mi pelvis.
Mis manos viajan de ir acariciando su espalda hasta irlas bajando lentamente y llegar a posarlas en su trasero. So-won suelta un leve gemido que es ahogado en mis labios, separa un poco sus piernas para que me acomode mejor entre ellas mientras que una de sus manos traviesas se encarga de escabullirse en mí bóxer. No obstante, para la mala suerte de So-won, las puertas del ascensor se abren e inmediatamente la separo de mí para que se recomponga y nos vayamos tomados de la mano al salón de baile.
Había dicho que no estaba interesado en So-won luego de que la dejé en el baño de mi facultad; pero me resultó tan excitante lo que ha sucedido ahora mismo en el ascensor que estoy dispuesto a irme con ella a su casa —o a la mía— para seguir con lo que hemos iniciado después de que dé las audiciones. Si ella realmente sabe bailar, y lo hace bien, puede que eso le agregue un poco de emoción a nuestro asunto.
Cuando entramos, me da un último beso para luego pedirme que me sentara en la parte trasera del salón mientras que ella se iba a cambiar. Solo esperaba que esto de las audiciones no tomara mucho tiempo, porque si era así, la calentura se me iba a pasar y dejaría a la chica con las ganas —al igual que yo—; así que, por el bien de todos, lo mejor era que So-won fuese la primera en salir a bailar.
Minutos después, So-won regresó al salón con la mochila de gimnasio de antes pero con otro atuendo que es, creo yo, adecuado para la situación. Tenía un top deportivo de la marca Calvin Klein de color blanco, un buzo de la marca Adidas color negro con rayas blancas al costado y unas zapatillas Nike blancas con la parte inferior de color negro. Todo el atuendo de ella gritaba «¡Mírenme, tengo dinero y por eso uso ropa deportiva de marca!»; y bueno, para nadie es un secreto que los padres de So-won son grandes abogados y que por eso tienen dinero. No por nada ella también está estudiando Leyes.
—Estoy pensando que luego tú y yo podríamos ir a mi casa —comenta con una voz coqueta—. Mis padres trabajan hasta tarde y no me gusta estar sola en mi casa. ¿Me harías compañía, Taehyung?
—Me leíste la mente —sonrío de manera lasciva antes de acariciar su mejilla y ver que ella se pegaba más a mi mano cual animal doméstico. Eso se me hizo bastante raro—. Será mejor que vayas allá.
So-won asiente y se coloca al frente de todas esas personas que ya se encuentran con su ropa deportiva puesta y estaban estirando, esperando a comenzar.
Las últimas personas que entraron fueron Lisa con Naia. La presencia de esta última me sorprendió, pues nunca me la imaginé practicando algo como lo es el baile. Ni lisa ni Naia se dieron cuenta de que yo estaba a unos cuantos metros de ellas mirándolas; o mejor dicho, mirando cómo Naia se recogía todo su cabello antes de ponerse con todo el resto de chicos.
—Muy bien, todos hagan seis filas. Rápido —ordena una chica de cabello platinado con mechones azules.
Todos hicieron caso en pocos segundos a la orden. So-won se colocó en el centro de la primera fila mientras que Naia se puso detrás de ella. Como al frente de ellos había un espejo del tamaño de la pared, Naia se dio cuenta que yo estaba detrás de todos sentado en el suelo. Nuestras miradas se cruzaron y sonreí de lado antes de saludarla con la mano.
So-won pensó que el saludo era para ella, por eso fue que sonrió y me lo devolvió; pero en realidad ahora yo solo tenía ojos para Naia. Quería ver qué tan buena era bailando como para audicionar con toda confianza para el equipo de baile.
—Muy bien chicos, gracias por venir —comienza hablando Lisa enfrente de todos ellos—. Les doy la bienvenida a cada uno de ustedes al equipo de baile de la universidad. Estas audiciones son para formar al nuevo equipo que va a representar a la universidad en el campeonato regional de baile aquí en Seúl. La maestra Do nos dio el poder a nosotras de elegir a los integrantes del equipo... Solo habrá cupo para ocho personas.
—Los escogeremos por dos fases —añade una chica que estaba al lado de la chica de cabello platinado. Ella camina hasta quedar al lado de Lisa y mirar a todos desafiantes—: la primera fase será darles una coreografía creada por nosotras para que la bailen. Si no nos gusta su destreza, o los vemos muy rígidos, los eliminaremos; y si nos gusta, pasarán a la segunda ronda.
—La cual consiste en presentarnos sus propias coreografías, hechas por ustedes —tercia la del cabello platinado y resalta con una voz más fuerte la última parte. Esto parecía un monólogo muy bien organizado por ellas tres—. Aclarado todo esto, les deseamos buena suerte. —Termina el discurso con una sonrisa falsa. Ella parecía ser alguien gélida.
También explican que la evaluación de su coreografía se haría por filas. La primera se quedó de pie mientras las otras cinco dieron unos pasos atrás para darle más espacio a los que estaban adelante.
La chica de cabello platinado fue la encargada de colocar la música mientras que Lisa se fue preparando en medio del salón, delante de los de la primera fila, para comenzar a bailar. La canción era Break my heart myself de Bebe Rexha, el ritmo al principio era lento, por lo que los movimientos que hacía Lisa eran acorde a este; sin embargo, luego llegó el coro en donde la canción dio un ritmo más movido y los movimientos de Lisa se volvían precisos y rudos, sabiendo muy bien donde hacer que los pasos sean tranquilos para volver a golpear con fuerza cuando la canción lo mandaba. Lisa terminó la coreografía con el último paso que era mover su cabeza hacia la izquierda mientras que su mano derecha se movía alrededor de su cuello y su cadera se movía hacía la izquierda coordinando bien con el movimiento de su mano.
Todos los presentes le aplaudieron cuando terminó. Lo siguiente que hizo fue volver a repasar toda la coreografía con los de la primera fila antes de que les toque a ellos bailar. Una vez puesta de nuevo la canción, Lisa tornó su mirada seria y fulminante, sus otras dos compañeras también comenzaron a analizar a los participantes.
So-won había imitado bien la coreografía. Sorprendentemente, no se olvidó de algún paso como sucedió con algunos. Ella derramaba sensualidad y seguridad si sentía que era el momento indicado dependiendo del ritmo de la canción, y eso le generó una gran ventaja entre todos los demás participantes.
Cuando todos terminaron de bailar, otra vez los aplausos llegaron antes de que la chica de cabello platinado se pusiera en medio de ellos.
—Ahora, a los que toque son los que pasarán a la siguiente ronda. A los demás, gracias por participar —la chica se acercó a un chico de cabello negro para jalarlo hacia el frente, luego a una chica de cabello corto con flequillo y finalmente tomó de la mano a So-won—. Eso es todo, muchas gracias a los demás. Pueden retirarse. La segunda fila, de pie.
La chica de pelo platinado fue la que les enseñó la coreografía a todos mientras que So-won se acercaba muy alegre hacia mí para abrazarme. Yo no le correspondí el abrazado debido a que estaba más al pendiente cómo Naia miraba a la chica que estaba enfrente de ella bailando pero no la seguía en su explicación como los demás.
De seguro luego se equivocará.
O tal vez no.
La música golpeó los oídos de todos y Naia se había adueñado de toda la atención de los presentes. La forma en cómo ejecutaba cada paso se parecía a la manera en cómo Lisa lo había hecho al principio, demostraba la coquetería e inocencia al igual que So-won, dejó ver esa buena manipulación de pasos y la fuerza que requería al igual que Lisa; y le colocaba su propia esencia al baile, lo cual lo hacía ver más perfecto.
Me dejó impresionado. Ella definitivamente va a ser parte del equipo.
La chica de cabello marrón fue la que está vez solo había escogido a Naia de todo el grupo de participantes. Los demás la veían con recelo y envidia, pero por favor, ella lo había hecho mejor que todos ellos.
Y así se pasaron unos veinte minutos, en lo que enseñaban la coreografía y la bailaban. Al final de toda la elección solamente quedaron 23 participantes, entre ellos estaba Naia y So-won. Sinceramente, estaba más seguro de que Naia conseguiría su cupo en el equipo que So-won.
La siguiente elección la hicieron mediante un sorteo para saber cómo iba a ser el orden. Cada uno de las 23 personas escogieron un papel con el número de turno que le tocaba. Para la suerte de Naia, a ella le tocó ir primera.
—¿Nombre completo? —Le inquirió la chica de cabello platinado. Como si no la conociera.
—Naia Ponce —Respondió ella, casi tartamudeando.
—¿Qué canción bailarás? —Preguntó Lisa, utilizando un tono de voz más cálido que la otra chica.
—The show must go on de Queen.
Lisa asiente y busca la canción en el YouTube de su celular para colocárselo a Naia. Ella por mientras se puso en posición y se sacó esa casaca que tenía para quedar solo en su top blusa negro con mangas cortas.
Cuando la música sonó, Naia tomó aire profundamente antes de soltarlo y dar seis pasos como si estuviese corriendo. En el sexto fue que extendió su brazo derecho como si estuviera tratando de sostener algo pero simplemente no podía porque tenía miedo de caer al vacío. Luego, se dejó caer en el suelo, como si le hubiesen dado un disparo en el pecho, dio media vuelta y se sentó en el suelo para recoger sus rodillas hasta la altura de su pecho. Sin embargo, el primer tambor de la canción sonó y Naia extendió todo su cuerpo hacia arriba, su brazo derecho fue el soporte para todo su cuerpo mientras que su brazo izquierdo se alzaba hacia arriba; esa fue la señal que nos dio Naia a todos para hacernos notar que su coreografía no iba a ser ni tan floja ni tan ruda. Iba a interpretar la elegancia y la fuerza en sus movimientos, con su cuerpo va a lograr encantar a todos.
Esperen, eso último sonó mal en mi cabeza. Olvídenlo.
Estaba embobado, debía de admitirlo. Mientras más sonaba la canción, Naia mostraba su expresividad en su rostro y en los movimientos de su cuerpo; ella estaba contando una historia con la ayuda de la canción. Por Dios, demonios, se veía increíble. Era increíble. Necesitaba que alguien me sostuviera la mandíbula para que deje de abrir mi boca cada vez que Naia caía al suelo, pensaba que se estaba lastimando las rodillas o sus tobillos por cada movimiento que hacía de esos. De cierto modo me hizo recordar a Alex Owens en la última escena de su baile con la canción What I feeling frente a los jueces, ambas podían tirarse al suelo sin aparentar que les doliera; y sé que eso es cuestión de práctica, entonces Naia lleva mucho tiempo bailando esa especie de ballet contemporáneo o el género que fuese ese.
Cuando el coro de la canción llegó, fue en ese momento donde a Naia solo le faltaba estar a oscuras y con un reflector que le alumbrara solo a ella para que esto se volviera un gran espectáculo. Ella se estaba apoderando de la pista y desbordada ese talento oculto que yo no sabía hasta por los poros.
Naia es la reina del baile.
En los últimos segundos de su baile, ella cubrió sus labios para luego mostrarlos con una sonrisa segura y a la vez seductora frente al espejo cuando la canción decía «But my smile, still, stays on». Naia deslizó sus pies hacia atrás para luego dejar su pierna derecha hacia adelante y un poco flexionada, su brazo izquierdo subió lentamente hasta la altura de su frente como si estuviese señalando a algo tan bello y poderoso al cual se le debe de rendir culto. Finalmente, la pierna que Naia tenía delante se extiende hacia la derecha y ella cae de nuevo al suelo a la misma vez que se escucha el último golpe de tambor de la canción. Fue un gran final.
Mi cuerpo sintió una ligera corriente eléctrica cuando el salón de danza entró en un profundo silencio que luego se rompió cuando un chico de cabello negro, quien fue el primero en haber sido escogido en la primera ronda, comenzó a ovacionar la presentación de Naia.
Las chicas estaban igual de impresionadas, la que más lo hacía ver era Lisa; la de cabello platinado no tanto, pero sí vi que tenía sus cejas alzadas.
Naia poco a poco se fue levantando del piso para hacer una reverencia frente a todos y luego irse a sentar al lado del chico de cabello negro de antes. Ambos se chocaron las manos como si se conocieran y fueran amigos.
No me importaba ver las demás presentaciones, no habían llamado tanto mi atención como lo hizo Naia. Lo mejor era mirarla a ella todo el tiempo y no parar hasta que ella se de cuenta; cuando eso pasó, apoyé mi mentón sobre mi mano derecha y lo acaricié con mi dedo índice mientras alzaba un pocos mis cejas.
Tal vez ella no estaba entendiendo con qué intenciones yo la estaba mirando de una forma tan penetrante, y yo tampoco entendía por qué lo hacía; pero debía de tener un significado. Quizá sea mi forma de decirle que lo ha hecho bien y que me ha gustado verla bailar.
Algunos dicen que las mujeres, a la hora de bailar, pueden seducir —de buena manera o mala— a una persona. Creo que eso es cierto.
*****
Les dije que ya vendrían capítulos más largos, pues aquí tienen :)
Mhm... Naia ahora tiene a un gran admirador 👀💫
¿Taehyung se habrá enculado?
PD. Quiero que hagan sus propias teorías, porque The show must go on tiene una historia con Naia. No por nada cambiaría su coreografía de la noche a la mañana ✌🏻
ahora sí ya me iré a hacer mis cosas de la universidad, por eso no actualizo rápido :c
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