✧ rendirse
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La manera en que sucedió fue tan sorprendente como el mismo hecho en sí. Para KyungSoo no existían las casualidades, simplemente lo inevitable.
Como el hecho de haberse levantando un poco más temprano de lo normal, haber elegido un atuendo que lo hacía lucir casual pero a la vez fuera del alcance de cualquiera de sus compañeros, como siempre debía ser.
Do KyungSoo era un chico de dieciocho años recién cumplidos que estaba en su último año de preparatoria. Sabía muy bien lo que quería hacer con su vida, siempre llevaba buenas notas y era un poco sociable, o quizá demasiado, como solía decir su madre cada que salía a casa de sus amigos o asistía a alguna fiesta.
KyungSoo tenía buen temperamento y la mayoría de las veces era alabado y reconocido por ello, era un chico ejemplar y además era bastante apuesto. Él lo sabía y también algunas veces podía usarlo a su favor, como cuando necesitaba algún favor y algún chico podía hacer algo por él.
Do no era interesado, no le gustaba demasiado relacionarse sentimentalmente con las personas, pero sí lo suficiente como para jugar un estira y afloja con alguien pese a que jamás sucedería. Porque sus estándares estaban demasiado elevados y nadie en la preparatoria estaba a la altura de sus expectativas, como BaekHyun mismo decía.
Eso fue al menos hasta esa mañana, cuando las puertas de cristal de la cafetería se abrieron y KyungSoo levantó la vista, observando entre la multitud el caminar de un chico que si bien ya había visto antes, fue ese día el decisivo para que sus ojos grandes se terminaran de sentir interesados.
Era alto, llevaba unos pantalones de mezclilla desgastados y una camiseta blanca dentro de aquella chaqueta de cuero que hizo que KyungSoo se removiera en su asiento. Era malditamente caliente y atractivo, su piel era dorada y sus cabellos castaños se ondeaban con el viento, como si fuese una película de Hollywood o algo por el estilo.
El bajito sonrió de solo pensarlo, mientras negaba lentamente y sus ojos seguían inmersos en aquella silueta perfecta que caminaba de manera despreocupada.
ㅡ ¿Quién es ese chico? ㅡ preguntó casual, dirigiéndose a su grupo selecto de amigos que estaban degustando sus alimentos.
BaekHyun fue el primero en sonreír, negando en silencio mientras se hundía de hombros, pero fue su novio ChanYeol, que también era buen amigo suyo, quien se tomó la libertad de responder.
ㅡ Es JongIn, un chico trasferido el semestre pasado.
KyungSoo ladeó el rostro por esa pequeña información y asintió, volviendo a ver la silueta de JongIn arrastrar su bandeja de comida por la barra, para comprar algunos alimentos. El bajito creía que JongIn era sensual de pies a cabeza.
ㅡ Y tiene una reputación demasiado mala, también. ㅡ JongDae prosiguió, sacando a KyungSoo de su ensimismamiento mientras sonreía de lado. ㅡ Yo te recomendaría que no, KyungSoo.
¿Qué no? ¿Por qué no? KyungSoo frunció el ceño levemente y asintió, desviando la mirada nuevamente hacia su plato, pero vigilando los movimientos de JongIn en una de las mesas más retiradas de la cafetería.
¿Debería atreverse? Si tenía uno que otro pretendiente... ¿Quién era Kim JongIn como para no voltearlo a ver? KyungSoo sonrió ante sus propios pensamientos y con esa misma determinación, decidió en secreto y ante una mirada perspicaz de BaekHyun, que quería a JongIn para él.
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Para KyungSoo no era un problema una vez que se había decidido a ir detrás de JongIn, la mala reputación con la que el chico lidiaba. El que fuera señalado por ser un rompecorazones y que follara en los recónditos de la escuela, que saliera a bares los fines de semana y también que seguramente era un mafioso que había amenazado a los profesores o a sus familias, por el hecho de que resultaba ser que el moreno llevaba muy buenas notas en la escuela.
Era curioso, sí... pero lo cierto es que pese a que KyungSoo no tenía realmente un plan más que hablar con él y hechizarlo, engatusarlo y después tenerlo finalmente, se sentía solo un poquito nervioso, quizá por la insistencia de ChanYeol y Chen de que no lo hiciera, o por la mirada de advertencia de MinSeok o BaekHyun, quienes se hundieron de hombros porque eran sus amigos.
Ellos sabían que una vez decidido, KyungSoo como mínimo lo intentaría, y quizá no lograría tenerlo, lo cual era lo más probable, pero era seguro que trataría de hacer que ese tal Kim JongIn cayera en sus redes, si es que tenía.
El punto de todo aquello era que sí, KyungSoo era una persona que confiaba en sus habilidades, sin embargo, estudiándose a fondo se dio cuenta de que realmente no tenía alguna, sus técnicas de seducción eran tan rudimentarias como mirar a las personas a los ojos y sonreír, los chicos siempre querían ir por un poco más después de eso.
BaekHyun siempre le decía que era guapo y que tenía mucho para dar, además de un buen trasero que se querían follar, por supuesto. Y era ahí cuando KyungSoo siempre retiraba su cartas y lo dejaba todo en el aire, porque él no era un chico cualquiera, por supuesto que no.
¿Qué tenía JongIn de especial como para que él hiciera algún movimiento primero? No lo sabía con seguridad.
Tenía ese aire de superioridad, la manera despreocupada en que se vestía y sin embargo, siempre lo hacía de manera correcta, la forma en que no parecía importarle absolutamente nada a su alrededor y luego estaban esos labios benditos, tan gruesos que KyungSoo no podía resistirse a ellos, a la tentación enorme de besarlos alguna vez.
JongIn iba a varias de sus clases, por lo que no le era difícil verlo todos los días de reojo, sonriendo como si en cualquier momento todas sus fantasías se pudieran hacer realidad.
Pero aquella sería en definitiva la tarde en que lo intentaría.
Respiró profundamente y se observó en el ancho espejo del baño mientras se acomodaba su camisa en color azul pastel y sus pantalones negros un poco ajustados, resaltando sus benditas piernas atléticas. Se mojó las manos con el agua de la llave y se peinó los cabellos con parsimonia, paseando sus manos sobre el cabello para refrescarlos.
Se había puesto su mejor perfume y también se repetía interiormente que él era un chico guapo e inteligente que podía conseguir lo que se proponía. Así, afirmando una y otra vez... KyungSoo salió del baño para dirigirse a la sala donde habían propuesto a todos los alumnos destacados para recibir a algún alumno que tuviera malas notas.
Es decir, el espacio de la biblioteca seleccionado para la sala de tutorías.
KyungSoo caminó con determinación y también con un poco de coquetería hasta su mesa y sin más, tragó saliva para no flaquear, pese a que le temblaban las rodillas, recorrió la silla a su lado y se sentó.
ㅡ Hola...
El moreno que estaba recargado sobre el respaldo de la silla, o más bien casi recostado, con las piernas estiradas bajo la mesa y las manos dentro de los bolsillos del pantalón, arqueó una ceja cuando lo observó sentarse a su lado, cuestionándolo silenciosamente al respecto, haciendo que KyungSoo sintiera que sí, aquello iba a ser más malditamente difícil de lo que había pensado.
ㅡ ¿Es aquí donde recibimos tutorías para mejorar, verdad? ㅡ KyungSoo preguntó demasiado nervioso.
JongIn asintió incrédulo, sin prestar demasiada atención en realidad, mientras sacaba sus manos del pantalón y se enderezaba un poco. ㅡ ¿Aquí, en la sala de tutorías? Creo que sí.
La voz sarcástica hizo que KyungSoo dejara de esbozar su sonrisa y pronto se mordió la lengua y apretó los puños, porque sí, había sido una pregunta estúpida, pero no tenía por qué responder así.
Quizá JongIn era así, después de todo... las señales de advertencia estaban puestas sobre la mesa y era cuestión de que él quisiera verlas.
ㅡ Qué gracioso...
ㅡ Aunque... no sé por qué me preguntarías eso, siendo tú uno de los tutores, KyungSoo.
JongIn se giró lo suficiente para observarlo de frente y el bajito sintió que las mejillas le ardieron de manera repentina. Mierda, su plan era demasiado estúpido y comenzaba a tener ganas de que se lo tragara la tierra. Así que suspiró y simplemente se hundió de hombros, porque no creía que pudiera regarla más, francamente.
ㅡ Bueno, simplemente quería saludar... pero iré a donde WooBin para platicar, si te molesta tanto.
JongIn se hundió de hombros nuevamente y KyungSoo tragó saliva, sentía es escozor en los ojos y se puso de pie, contoneando las caderas en aquellos pantalones apretados que había usado exclusivamente para él. Quizá después de todo, JongIn sí era un rompecorazones.
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JongIn volvió a observarlo y sus ojos se desviaron inmediatamente, cuando la mirada de KyungSoo se levantó hacia su dirección, como había ocurrido tantas veces antes. Solo que esa vez no duró tanto como esperaba.
El muchacho sonrió con dejos de molestia en las comisuras de sus gruesos labios, mientras negaba en silencio porque aquello era algo que él mismo había provocado, después de todo... pero con lo que no se sentía satisfecho a final de cuentas.
ㅡ ¿Qué hacías hablando con Do KyungSoo? ㅡ TaeMin le soltó mientras se sentaba con su bandeja de comida, con la mirada interrogativa de siempre ㅡ Creí que no te gustaba ningún chico de aquí.
ㅡ No me gusta... él solo quería, hablar, supongo que por la misma curiosidad de todos.
TaeMin tomó un poco de gelatina y lo observó con el ceño ligeramente fruncido, mientras que JongIn desviaba nuevamente su mirada hacia la mesa del muchacho bajito.
ㅡ JongIn...
ㅡ No va a pasar.
TaeMin rodó los ojos y después se hundió de hombros. ㅡ Sólo digo que KyungSoo es popular entre los chicos y chicas de por aquí.
ㅡ ¿También tiene mala fama? ㅡ JongIn murmuró interesado, pero con los labios fruncidos haciendo un suave puchero que daba la impresión de molestia.
Sus manos se aferraron a su chaqueta de cuero y levantó la mirada, sin poder entender por completo la manera en que el efecto de KyungSoo se esparcía por todo su cuerpo, haciéndolo observar en su dirección, topándose con esa mirada de ojos grandes que de vez en cuando seguía sobre él.
Fue una fracción de segundo, y para cualquiera pasó desapercibida, pero para JongIn y KyungSoo no, la electricidad recorriendo repentinamente sus espinas dorsales y la sonrisa de KyungSoo expandiéndose en esos labios tan comestibles, hizo que JongIn tragara saliva.
ㅡ No como la tuya, pero dicen que es un jugador. Les da a creer que pueden meterse en su vida y después los deja con las ganas. ㅡ TaeMin se hundió de hombros mientras se llevaba a la boca los espaguetis que la señora de la cafetería había preparado ese día. ㅡ Sólo digo lo que he escuchado, WooBin casi lloró porque no asistió a su cita.
JongIn se echó a reír porque imaginarse a WooBin llorando porque alguien lo cortara de la nada le parecía bastante gracioso. En realidad toda la situación le parecía demasiado cómico y quizá él había sido demasiado rudo la tarde anterior.
Pero las intenciones de KyungSoo habían sido claras y él estaba acostumbrado a romper corazones, o a hablar y coquetear con chicos iguales de inteligentes que él, pese a que en su momento el bajito había parecido bastante patético en su intento.
ㅡ Sólo te digo que sus amigos te partirán la cara si le haces algo, JongIn.
JongIn suspiró divertido, ante la actuación de su mejor amigo cuando algunos adolescentes pasaron, entreteniéndose más de la cuenta como para escuchar algo de información.
ㅡ Por supuesto.
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¿Cómo se dejaba de ser estúpido?
KyungSoo no lo sabía, pero lo que sí sabía era que aquel era el segundo intento patético por llamar la atención de JongIn. Quizá debió haberse rendido la vez anterior, cuando BaekHyun le dio palmaditas en la espalda en lugar de crueles «te lo dije» como había hecho MinSeok. Pero no los culpaba.
KyungSoo mismo les habría dicho a ellos que se retiraran a tiempo si estuvieran en su lugar, pero era él de quien hablaban y lo cierto era que sólo había sido un intento, quizá la tercera era la vencida.
El muchacho bajito estaba parado fuera del aula del audiovisual, había ido a recoger algunos videos que el profesor Lee le había encargado hacía más de diez minutos, no tenía muchas ganas de volver porque no quería escuchar a WooBin invitarlo por milésima vez al cine, ni siquiera al profesor InSung que era tan descarado con las miradas en su trasero que a él mismo le daba vergüenza en lugar de al maestro.
ㅡ ¿Estás ahí?
La voz de JongIn lo hizo sobresaltarse y KyungSoo tragó saliva, porque bueno, no tenía absolutamente nada planeado, aparte de querer lanzársele encima para ver si el otro se negaba o reaccionaba positivamente.
¡Pero claro que no! Tenía dignidad y por más que le gustaran los hombros anchos de JongIn no haría algo así. No quería ser uno más en la lista, además. De lo follados en los recónditos de la escuela.
ㅡ Sí, ya iba...
ㅡ ¿Sucede algo? ㅡ JongIn preguntó con curiosidad, mientras le ayudaba con algunos de los videos, pese a que el bajito podía perfectamente con la caja, el moreno se apresuró a ayudarlo, quitándole el peso de encima.
ㅡ No, sucede que no quería verte la cara en un rato.
¿De dónde había salido eso? Ah, KyungSoo quería darse de golpes con la pared, pero se mantuvo firme y de pie al lado de la puerta, esperando a que JongIn saliera para hacer lo propio.
ㅡ Pues francamente no lo parece... todo lo contrario.
ㅡ ¿Tú crees? Eso suena bastante narcisista. ㅡ KyungSoo habló con la confianza suficiente como para sonreír de manera sarcástica.
Todavía sentía que algo en su estómago se quemaba, ardía a fuego lento y se le revolvían las entrañas, pero la sonrisa coqueta de JongIn lo hizo proseguir.
ㅡ Bueno, dicen que soy descorazonado. Quizá quiera coleccionar el tuyo también.
ㅡ No es que vaya a permitirlo, pero puedes intentarlo... ㅡ KyungSoo lo empujó un poco para salir primero, con el corazón acelerado y una sonrisa en el rostro que hizo que a JongIn le temblaran un poco los pies.
O quizá era porque estaba cargando la caja él solo, probablemente era por eso.
ㅡ El otro día no te veías tan seguro... coqueteaste.
ㅡ Bueno, dicen que me gusta jugar ㅡ KyungSoo se hundió de hombros con cierta inocencia y JongIn se echó a reír al verlo.
ㅡ Así que quieres jugar conmigo... ¿eh?
El bajito hizo un puchero con sus labios y JongIn tragó saliva, porque repentinamente o quizá desde hacía mucho, sus ojos observaron la perfección de esos labios rosados en forma de corazón, y tenía muchas ganas de acercarse un poco más para ver si en realidad formaban dicha figura.
ㅡ Bueno, ya sabemos que no sucederá.
JongIn asintió en automático y comenzó a seguirlo por el largo pasillo, mientras no podía evitar observar sus caderas moviéndose con perfección en aquellos pantalones ajustados. Suspiró y se giró hacia otro lado, porque había visto que no era el único que lo hacía.
En todo en instituto era bien sabido que las caderas de KyungSoo serían el premio perfecto de cualquier chico o chica, pero él no quería convertirse en uno de esos, en uno de muchos intentos fallidos, aunque tuviera la fachada molesta de chico malo.
ㅡ Es verdad pero... quizá podría comprarte un helado. ㅡ JongIn carraspeó mientras lo alcanzaba para caminar a su lado y KyungSoo se detuvo por un momento, observándolo de frente porque creía no haber escuchado bien.
Aquello era una propuesta, por donde la viera, y quizá su estúpido plan si estaba funcionando. ¿Cómo había sucedido? Kim JongIn tenía muchos rumores, pero nunca salía con alguien. Esas cosas no sucedían.
ㅡ Así que quieres ver cómo lamo las bolas... interesante. ㅡ KyungSoo sonrió de manera coqueta y a JongIn se le colorearon un poco las mejillas por aquel enfoque de la invitación. ㅡ Te acepto un café, si quieres.
A JongIn no le gustaba el café, maldición. Después de todo, las cosas tendrían que quedar ahí y no aventurarse, porque el café ni KyungSoo mismo iban con él, con su fachada inmensa de chico malo.
ㅡ Por supuesto, te espero después de las asesorías.
ㅡ Hecho.
¿Qué no se suponía que tenía que decir que no?
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¿Debía hacerse el difícil?
Cuando KyungSoo llegó a la salida de la escuela donde JongIn lo esperaba recargado sobre le barda, decidió que no.
Que había tenido suficiente de juegos y que el moreno parecía ceder un poco, le gustaba el hecho de que las cosas hubieran salido diferentes a sus planes iniciales, que se resistiera a seguirlo o a hablar con él.
Pese a que en su momento le hubiese dolido, le gustaba esa faceta de JongIn y estaba seguro de que le gustarían las demás que le permitiera conocer.
KyungSoo podía llegar a ser un poco arrogante, pero JongIn podía con aquello e incluso podía mofarse de eso, cuando le sonreía de aquella manera tan peligrosa y él sentía que sus entrañas se hacían trizas.
No esperaba caminar con JongIn a la cafetería más cercana, pese a que en secreto lo hubiese imaginado todo en la aburrida clase de química, mientras hablaban sobre las cadenas de átomos que debía llevar un hidrocarburo.
Pero ver su fantasía realizarse porque JongIn chocaba su brazo con él una que otra vez mientras caminaban, era algo en otro nivel.
ㅡ ¿Qué vas a pedir? ㅡ Murmuró el bajito una vez que tomaron una de las mesas un poco lejos de la ventana, porque a ninguno de los dos les gustaban los mirones.
ㅡ En realidad no me gusta el café... ㅡ murmuró JongIn mostrando una sonrisa con sus dientes perlados, haciendo que KyungSoo frunciera el ceño con su respuesta.
ㅡ Bueno, podrías pedir un helado...
ㅡ Para que veas como chupo las bolas, ¿verdad?
KyungSoo se echó a reír con el comentario y se hundió de hombros en el proceso, porque todo era bastante espontáneo y gracioso, cosa que en verdad le gustaba.
ㅡ Podría ser.
ㅡ Podría darte una demostración completa ㅡ JongIn se relamió los labios y KyungSoo dejó de sonreír, tragando un poco de saliva por los nervios. De que JongIn lo tratara igual que los demás, pese al riesgo que él había aceptado correr ㅡ pero eso sólo atizaría mi reputación.
ㅡ Nunca he creído en esos rumores... ㅡ KyungSoo aclaró, con las mejillas sonrojadas, bajando la mirada mientras observaba el menú constantemente, como si quisiera fundirse con la cartilla por la pena ㅡ pero me gusta tu fachada de chico malo.
ㅡ ¿Te gusta?
ㅡ Por supuesto, es sexy... aunque bueno, tú eres sexy ㅡ KyungSoo se mordió el labio inferior, queriendo que se lo tragara la tierra después de aquella descomunal declaración.
JongIn arqueó una ceja ante el comentario y bajó la mirada después, un poco apenado por la observación del bajito, porque le había gustado mucho que lo hiciera, en secreto.
ㅡ Suena bastante genial si eres tú quien lo dice ㅡ JongIn respondió, tragando saliva para darse ánimos ㅡ y más si no crees el cuento que todos los demás.
La mesera llegó y los observó con curiosidad, mientras los dos se sumergían por completo en sus propios pensamientos, sin desprender la mirada del otro, electrizando todo a su alrededor.
ㅡ ¿Van a pedir algo?
ㅡ Yo quiero un Moka Frappucino, hace un poco de calor. ㅡ KyungSoo habló primero, haciendo sonreír a JongIn que no dejaba de observarlo.
ㅡ Yo quiero un helado de chocolate, que sean dos bolas, por favor.
KyungSoo intentó contener su sonrisa mientras la camarera los observaba otra vez, intentando descifrar lo que había detrás de todo aquello, porque después de todo, todos conocían a Kim JongIn y su mala fama.
ㅡ ¿Es cansado tener esa cara de malote siempre? ㅡ el bajito preguntó una vez que la chica se hubo retirado a pedir sus órdenes.
ㅡ Casi tanto como tener que soportar que te estén viendo el culo todo el tiempo. ㅡ JongIn respondió hundiéndose de hombros ㅡ rechazar chicas me hace rompecorazones por el hecho de que no me gustan, así que a alguien se le ocurrió la idea de esparcir el rumor y nadie preguntó el por qué. Me he acostado con media escuela por el hecho de que una vez una chica se cayó e intenté ayudarla, pero se espantó tanto que manoteó y alguien nos vio. Y bueno, me va excelente en clase porque tengo buena memoria, pero como soy malo...
ㅡ Tienes a los profesores amenazados. ㅡ KyungSoo terminó, observando a ese JongIn sentado frente a él por primera vez.
Lo examinó con sus ojos grandes y notó el pequeño rubor en sus mejillas de chocolate. JongIn estaba apenado por mostrarse a sí mismo, pero KyungSoo lo sentía tan genuino, que no podía con la felicidad de que se mostrara tal cual era.
ㅡ Bueno, yo sí intenté salir con alguien, pero en realidad me da pánico y al final los dejo plantados.
JongIn asintió mientras se acomodaba en la silla pequeña. ㅡ No huiste hoy.
ㅡ No lo hice...
ㅡ ¿Por qué?
ㅡ Porque te elegí, desde hace tiempo... te elegí.
Jongin lo observó detenidamente, la seguridad de KyungSoo desbordando de cada poro de su piel albina, de sus ojos brillantes y su sonrisa satisfecha. Por supuesto que esa era una parte de KyungSoo y le gustaba, pero también estaba la otra. La que le gustaba más.
ㅡ Entonces... si me levanto ahora y me voy-
ㅡ Probablemente me ponga a llorar ㅡ KyungSoo se echó a reír de sus propias palabras y JongIn se acercó un poco más a la mesa.
El moreno extendió su mano por encima de la superficie de madera y dejó su palma a su disposición, como si le ofreciera una invitación, un trato mudo que con el reflejo de la luz en sus ojos, ambos sabían lo que significaba.
KyungSoo no lo dudó, porque sabía qué era lo que quería, así que tomó su mano con ligereza y dejó que los dedos de JongIn envolvieran los suyos, mientras ambos se sonreían con satisfacción.
ㅡ Me agradas, Do KyungSoo... me gustas.
ㅡ También me gustas, JongIn.
Quizá no era lo usual, que el chico malo cayera a sus redes sin siquiera haberse esforzado demasiado, pero de una manera diferente. KyungSoo no se esforzó por tenerlo, pero le había mostrado quien era y con eso era suficiente.
A JongIn le había costado trabajo aceptar la sensación que tenía de él desde que lo había visto en la cafetería. Y también que un chico así, tan guapo y tan normal, tan carismático, pudiera hacer que su corazón palpitara veloz.
Eran extraños sí, pero parecía que con una mirada se entendían bastante bien, pese a lo que todo el mundo dijera de ellos.
ㅡ Ríndete ahora, chico malo ㅡ KyungSoo bromeó con las mejillas pinceladas de rojo
Y JongIn, simplemente asintió, porque estaba rendido. Lo estaba. ㅡ Juega conmigo, Do KyungSoo.
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KyungSoo no podía creer la libertad que sentía pese a sentirse a la vez demasiado cohibido. El sentir la mano de JongIn en su espalda baja mientras ambos avanzaban por el pasillo hacia la cafetería, cuando ambos les dijeron a sus amigos que les tenían una sorpresa, por supuesto que cada uno por separado.
ChanYeol casi escupió los fideos del día cuando vio a KyungSoo entrando de la mano de JongIn, dirigiéndose hacia su mesa mientras todos los observaban. Eran la novedad y también eran la pareja más extraña.
BaekHyun prácticamente aplaudió y MinSeok infló el pecho con orgullo, mientras que JongDae se echaba a reír porque bueno, se había salido con la suya.
ㅡ Chicos, éste es JongIn, y estamos saliendo.
JongIn los observó con esa típica mirada matona suya y KyungSoo le dio un manotazo para que se relajara, el moreno sentándose a su lado y acercando la silla para quedar más cerca de KyungSoo. Para que todos los presentes, incluyendo los malditos profesores, observaran que el bajito le pertenecía por completo.
ㅡ ¿Es eso verdad? ㅡ BaekHyun lo retó, mientras TaeMin se acercaba con su plato de comida, porque JongIn se lo había contado pero verlo con sus propios ojos era algo diferente.
ㅡ ¿Qué este chico malo es mío? Pues claro...
ㅡ ¿Deberíamos probarlo? ㅡ JongIn le pasó una mano por la cintura y KyungSoo se sonrojó por la cercanía.
Llevaban viéndose por un par de semanas, donde formalizaron sus citas y comenzaron a caminar a casa de la mano, con la bolsa de libros de KyungSoo siendo cargada por JongIn pese a las insistencias el bajito de poder llevarla el mismo.
Y se había esparcido el rumor de que al fin el chico malo estaba saliendo con alguien, que sería su próxima víctima porque aunque nunca se le había visto con alguien en realidad, era lo que todos esperaban. Que lo lastimara.
KyungSoo se hundió de hombros y JongIn chocó su nariz con la suya, sintiendo su respiración y su aliento fresco acariciarle los labios por completo. KyungSoo se sentía ansioso, porque los labios de JongIn eran tan exquisitos como los había imaginado. Eran un trozo de paraíso.
JongIn lo besó con suavidad, inclinándose hacia adelante para quedar a su altura, sosteniendo su barbilla con su mano mientras se dejaba llevar y cerraba los ojos. Movimientos suaves pero necesitados, remarcando el territorio, haciendo que la intensidad de cada movimiento se volviera fuego mismo sobre sus pieles.
Besar a JongIn le gustaba tanto como sus abrazos, como la sensación que le producía la adrenalina cada que sus manos se entrelazaban cuando caminaban juntos. Se sentía tan vivo, que no podía decirlo con palabras.
Se separaron para respirar y todos los presentes se aclararon la garganta, boquiabiertos por el espectáculo que los dos estaban dando.
Y quizá JongIn no fuera un chico malo o todos los rumores fueran ciertos, pero era el chico malo de KyungSoo y había caído por él y para él.
Y por él y para él sería un chico malo, hasta que él lo quisiera.
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Notas:
Tenía mucho tiempo con esta idea en la cabeza, desde que escuché Bad Boy, pero la verdad es que no había tenido tiempo y luego se me olvidó :v
Es cliché, pero espero que les haya gustado un poco ♥ Me fue raro escribir un KyungSoo más confiado y un JongIn un poco fuera de lo que siempre hago, pero me gusta intentar salir de mi zona de confort a veces xD
Muchas gracias por leer y por dejar un comentario y estrellitas, significa mucho para mi ~
Besos posholatosos.
🌠Ary
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