(Aviso, el siguiente contenido es algo fuerte así como en el siguiente capítulo, favor de mantener discreción.)
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Me dolía la cabeza, mis ojos estaban cerrados, sentía mi cuerpo un poco adolorido. Intenté abrir mis ojos, parpadeo un par de veces hasta poder abrirlos por completo, mi vista es algo borrosa.

La luz no es muy fuerte, ¿es de noche? ¿Dónde estoy? Y de un momento a otro todo lo que pasó, pasa por mi mente. Abro mis ojos de par en par, asustada y mirando a mi alrededor.

Era un lugar algo oscuro alumbrado solo con poca luz que proporcionaba una bombilla, no había ventanas y el lugar era gris. Miré hacia abajo, mis pies estaban atados y yo estaba sentada en una silla, tenía una mordaza en mi boca que me impedía gritar, mis manos estaban atadas por detrás de mí espalda. Mi corazón latía a un ritmo rápido, estaba asustada. Frente a mí había una silla, estaba sola, y a un lado, pegado a la pared había una mesa con algunas cosas que no distinguí bien.

La puerta, la única que había en el lugar, se abrió. Dos personas entraron, una de ellas estaba atada de manos y tenía su cabeza cubierta, la otra persona era mi secuestrador.

-Vaya, ya estas despierta - sonrió divertido.

Agust D me miró por unos segundos y después volvió a su labor. Llevo a esa persona hasta la silla frente a mí, la empujo a la silla, escuché un quejido, pero solo eso. Miré como Agust D amarra a los pies de esa persona y quitaba las ataduras de sus manos, solo para atarlas por la espalda, quitó lo que estaba cubriendo el rostro de esa persona dejándome ver a la persona, era una persona, un hombre de una edad entre los cuarentas, me miraba asustado.

El hombre empezó a removerse asustado y tratando de gritar, pero era imposible, él también estaba amordazado. Agust D se acercó al hombre y le dio un puñetazo en la cara.

Me sobresalte. El golpe había sonado fuerte, incluso temí porque le fracturara algo al pobre hombre.

-Deja de moverte, si lo sigues haciendo será peor -

Agust D trono sus dedos y después su cuello, dejó al hombre ahí y después se giró hacia mí, tenía miedo, mucho miedo. Las manos de mi secuestrador fueron a la mordaza que tenía puesta y la quitó.

-Déjame ir - pedí.

-Sí te quité esto es para que contestes unas cosas, no me desobedezcas y estarás bien, pequeña princesa - sonrió de lado y acaricio mi mejilla, gire mi cabeza, intentando alejar su contacto, pero él apretó mis mejillas con fuerza y me hizo verlo. - Recuerda esto, estás aquí solo para una cosa, pero si me haces perder la poca paciencia que tengo ahora mismo, te mataré, ¿entendiste? - me miró amenazante.

Asentí sollozando, era inevitable no hacerlo. Agust D fue hacia el hombre y le quitó la mordaza diciéndole lo mismo, solo que lo volvió a golpear, 1... 2... 3... Veces, cada golpe sonaba más fuerte.

- ¡Lo vas a matar! - levante un poco la voz.

Los golpes pararon, él me miró por el rabillo de sus ojos, amenazante. Me encogí en mi lugar, dejo al pobre hombre, temí porque me hiciera salgo, pero solo suspiró y caminó a la salida. Nos había dejado solos claro, el hombre sentado frente a mí estaba ya desmayado.

Lloré mientras pedía por ayuda en mi mente, quien sea. Pero tenía claro que esto era una trampa para Jungkook, si él se enteraba que yo había sido secuestrada estaba segura que él vendría hasta Agust D.

Jungkook, él seguía herido, temía por él.

[...]

En otro lado, en un viejo edificio escondido entre algunos callejones, un chico de cabellos castaños y con el ceño fruncido miraba la hora.

-Aún no llega - voltea hacia su compañero.

-Seguro pasó a la pastelería que queda de paso, no es la primera vez que lo hace -

-Namjoon, ella siempre avisa cuando se retrasará -

-Jungkook, no deberías de sobreprotegerla, ella también necesita un poco de espacio - el moreno se recargo en el respaldo de la silla.

Ambos estaban en la oficina de Jungkook, él escritorio estaba lleno de papeles y un par de computadoras portátiles, ellos buscaban más información sobre el asesino que se les había escapado, además de que también buscaban a la persona que les había dado la espalda.

-Yo no hago eso, solo estoy cuidándola -

- ¿Sabías que ella me pidió que hablara contigo? - Jungkook lo miró mal.

- ¿Por qué haría eso? -

-Ella solo me pedía que hablara contigo sobre eso, se sentía algo asfixiada, quería su espacio, además de que estaba preocupada, decía que al tener tus ojos en ella no dejabas que tu herida cerrará bien -

-Esto ya está casi cerrado, no duele - y Jungkook dio un golpe en su muslo, hizo un gesto de dolor.

-Está claro que aún no cierra, necesitas descansar, si sigues así solo lograrás preocuparla -

Namjoon miraba a Jungkook con paciencia, él sabía y entendía que Yuni era alguien importante para él, que por eso tomaba esas decisiones tan drásticas, como estar vigilante en ella, claro, mientras estuviera aquí. Él suspiró.

-Tú no lo sabes, pero ella parece un imán para los problemas, aunque no lo creas temo porque algo le pase, incluso pudo haber caído en una alcantarilla que estaba abierta y por ir distraída no la vio -

Namjoon lo miró, claramente pensando que eso sonaba ridículo. ¿Cómo alguien no vería una alcantarilla abierta?

-Dudo que eso pase - negó el moreno.

-No lo dudes, hace unos días ella tropezó con una pequeña piedra, sus rodillas y manos se rasparon, ¡Una piedra pequeña! -

Sí, tal vez eso sonaba aún más ridículo, Namjoon no dijo nada y solo suspiró mirando también la hora, se suponía que ella había salido hace una hora y media, Hoseok había ido a traer algunas cosas para el local, Namjoon se había encargado de avisarle que ya había llegado el pedido. Los únicos que se quedarían en el local eran Taehyung y Yuni, pero al conocer a Taehyung sabía que mandaría a Yuni un poco más temprano para que no se hiciera más tarde.

-Sí ella no llega en una media hora más, iré a buscarla - habló el moreno.

Tan solo termino de hablar y la puerta de la oficina se abrió, ambos hombres pensando que ya había llegado la chica, pero solo se trataba de Taehyung. Quien respiraba con dificultad y tenía algunas pequeñas gotas de sudor cayendo por su frente.

-Taehyung, ¿qué pasa? - habló Namjoon.

- ¿Dónde está Yuni? - preguntó Jungkook.

Pero Taehyung no sabía a quién responder primero, él tenía muchas cosas en su mente, así como en su corazón. Pero lo que lo carcomía era la culpabilidad.

-Tienen que escucharme, por favor - pidió Taehyung.

-Habla, necesito saber dónde está Yuni, ¿viste que ella salió del local? ¿Te dijo a donde iría? - preguntaba Jungkook, haciendo caso omiso a las palabras de Taehyung.

Namjoon miraba a Taehyung con ojos observadores, escrutinio su rostro y su aspecto, el moreno frunció el entrecejo al ver ese aspecto tan revoltoso.

- ¿Qué fue lo que pasó? - la voz de Namjoon hizo que Jungkook mirara a Taehyung con confusión y desespero.

-Yo... Yuni... Ella... - Taehyung balbuceaba, sus palabras saliendo bajo y entrecortadas. - En verdad lo siento mucho, ella en verdad es buena, no tiene nada que ver en esto, yo le dije que no lo hiciera, que no la involucrara, pero... -

- ¿De qué mierda estás hablando? - Jungkook estaba más perdido que al principio. - ¡Habla! -

Silencio, un sepulcral silencio inundó el lugar, uno donde los ojos de Jungkook y Namjoon estaban puestos en Taehyung, quien parecía querer morirse en ese mismo momento.

-Agust D tiene a Yuni -

Y muchas cosas cobraron sentido para el moreno, quien aún tenía su cabeza fría, con mirada severa miró a Taehyung, pero antes de siquiera decir algo escucho un fuerte ruido y vio pasar una computadora a un lado de su rostro.

Jungkook se había vuelto loco con esa noticia, Namjoon sabía que, desde este momento, todo sería más difícil, Jungkook había perdido la cordura.