c i n c o
Corrí lo más rápido que mis cortas piernas me permitían. Varias llamadas llegaban a mí teléfono, pero no conteste ninguna, sabía a la perfección quién podría ser.
Llegué al callejón donde había encontrado a Jungkook tirado y malherido. Pasé por los varios callejones solitarios hasta llegar a ese edificio viejo. A lo lejos ya podía escuchar varios gritos y ver cómo algunas cosas salían volando por algunas ventanas.
Subí las escaleras, los hombres que estaban ahí no detuvieron mi paso así que sólo corrí. Me dirigí hacia la habitación donde había estado hace unas horas atrás.
- ¡La quiero aquí, ahora! - pude escuchar un grito de Jungkook.
- Ya te dije, ella ya viene en camino-
La voz de Jimin era más baja y tranquila, como si todo estuviese bien. Claramente había una gran diferencia entre las dos voces.
Con cuidado toque la puerta que nos dividía. Jimin abrió la puerta dejándome pasar.
-Todo tuyo - dijo antes de salir de ahí a paso rápido.
- ¿Qué...? -
Mire confundida a mi alrededor, hasta que mis ojos se detuvieron en alguien parado, apoyándose en el escritorio viejo de esa habitación. Respiraba agitadamente.
-Tardaste demasiado - habló claramente enfadado.
Apreté mis labios algo temerosa, di un par de pasos hacia adelante. Se veía algo pálido y estaba sudando, sus mejillas estaban algo sonrojada, parecía como si tuviese fiebre.
- ¿Cuál es la urgencia? - pregunté en un susurro.
-No te di permiso a que te marcharas -
-Lo siento, pero no eres nadie para decirme qué o no hacer -
Jungkook se acercó hasta mí y me empujó sin mucho cuidado hacia la puerta, mi espalda chocó con la madera.
-Desde el momento en que me recogiste allá afuera, eres mía, de mi propiedad, tú... -
Y sus palabras se vieron interrumpidas por un leve mareo que lo hizo sujetarme fuertemente.
-Oye... - toque un poco su frente. - ¡Estas ardiendo! -
Y como lo había pensado, él tenía fiebre. Como pude lo llevé hacía el sofá donde lo tumbé y le quité los zapatos. Toqué mi frente en forma de desesperación. No tenía nada para ayudarlo ahora mismo. Caminé hacía la puerta y la abrí, llamé a Jimin y él llegó en pocos minutos, le pedí que fuera a la farmacia y trajera lo que yo le anoté en una hoja.
Jimin nos había dejado solos, yo me acerqué a Jungkook quien empezaba a quejarse entre sueños.
-Aguanta un poco, ya fueron por algunos medicamentos - pedí.
-No... te vayas - susurró apenas y lo escuché.
- ¿Qué? -
-Yuni... No te vayas, no me dejes solo -
Me sorprendió mucho qué, a pesar de su fiebre, recordará mi nombre. Mi corazón latió rápidamente, algo incomoda con la situación.
-Apenas y nos conocemos, no sabes lo que dices, estas delirando -
-Fuiste la única que... no intentó matarme a pesar de estar casi moribundo - hablaba con los ojos cerrados.
Parecía que la fiebre lo hacía más vulnerable. Tomé su mano apretándola un poco, sentí algo de pena cuando escuché eso.
-Nadie te mataría estando así - hablé bajo.
-Eso es una mentira que solo alguien inocente diría, aquí... todos me quieren muerto, incluso Jimin podría matarme -
-Él no te quiere muerto, eres su amigo, deberías de aceptar su amistad. Solo quiere ayudarte y cuidarte, ¿Es por eso que te volviste loco? - alce una ceja.
-Él quería que durmiera, pero tal vez aprovecharía para clavarme un cuchillo o algo -
No pude evitar soltar una risilla. Las cosas que decían sonaban algo ridículas, pero viéndolo bien, él podría tener razón. Después de todo vivía en un lugar demasiado malo.
Jungkook abrió un poco sus ojos, parecían idos, estaban demasiado brillantes, como si quisiera llorar.
-No te vayas, quédate conmigo, aprenderás de mí con el tiempo, y yo... Prometo protegerte -
-Suena a una declaración, aunque en estos momentos suena irreal - sonreí de lado.
-Puedes tomarlo como quieras, quédate y se mía, todo lo mío te pertenecerá -
-No necesito nada -
-Necesitas de alguien que te cuide, nadie en su sano juicio anda sola a altas horas de la noche -
Guardé silencio por unos segundos, evaluando la situación, era gracioso. Gracioso porque Jungkook estaba delirando por culpa de la fiebre, y estaba siendo algo... Amable. No era la misma persona de hace usas horas atrás en el callejón. Quien se comportaba como un gato salvaje y miedoso.
- ¿Me estas regañando? - pregunté divertida.
No obtuve respuesta, tal vez era porque se escuchaba un leve ronquido en la habitación, dándome a entender que se habas quedado dormido.
Con mi mano libre quite algunos mechones de cabello de su frente, acaricie su mejilla con suavidad. Sus labios rosados y algo entre abiertos, parecía como si me llamaran.
Me incline un poco, sintiendo el cálido aliento chocar en mi piel, sus ojos cerrados, algo de sudor en su frente, labios entre abiertos, estaba a merced mía.
-Traje todo -
La puerta se abrió de golpe, haciéndome acomodarme de golpe en mi lugar. Jimin entraba con una bolsa en mano.
-Gracias - me levante soltando la mano de Jungkook y sujete la bolsa en mis manos.
Rebusque hasta encontrar el termómetro y poder ponerlo así bajo la axila de Jungkook, era digital así que no tardaría mucho. Acomodé lo demás en el escritorio.
-No lo entiendo, contigo se comporta como un cachorro, conmigo o los demás se porta como un perro salvaje y con rabia -
Lo miré, me encogí de hombros.
-No lo sé, no hago nada en especial -
-Creo que es por tu voz, suena muy tranquilizadora -
- ¿Mi voz? - pregunté algo confundida.
-Sí, aunque puede ser otra cosa... - Jimin suspiró. - Creo que deberías irte ahora que está dormido, si despierta y te ve será demasiado tarde, jamás te dejará ir-
-Puede que tengas razón, pero por alguna razón no lo puedo dejar solo - me acerqué hasta el brazo de Jungkook y saqué el termómetro. - 39°, ya decía yo que era demasiado alta, por eso habló tanto -
Miré a Jungkook, sentí una punzada en mi pecho. Él estaba malherido, y ahora con fiebre. No confiaba en nadie y tampoco se daba el lujo de descansar. La tenía difícil.
-Me quedaré un rato más, trataré de bajar la temperatura y después haré que coma algo rico en hierro, necesita recuperar fuerzas después de perder sangre de esa manera -
-Dime que necesitas y lo conseguiré -
Asentí.
-Necesito agua purificada, también algunas toallas limpias, algunas frutas y verduras, un caldo de pollo sería bueno, y... -
Seguí pidiéndole algunas cosas, quería que Jungkook se recuperará lo más pronto posible, no me agradaba verlo de esta manera por alguna razón.
Era algo triste ver como unhermoso chico se sentía tan solo en este mundo, tanto que desconfiaba de todos.
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