Capítulo 20.
Ahí estaba Jimin, en su cómodo sofá con una manta gruesa sobre su cuerpo mientras comía su cereal con leche. Estaba viendo un programa repetido de farándula.
—Jieun aún no da declaraciones de su ruptura, se cree que hubo infidelidad de parte de él, pero ahora se pone en duda ya que se le ha visto con el joven artista Jeon —dijo la reportera.
—¿Pero él no tiene una relación? —preguntó otro panelista del programa.
—No lo creo, él no ha formalizado nada, ¿no? Además Jeon es bastante guapo, seguro atrapó el corazón de Jieun —decía otra de las reporteras en un tono feliz.
—A mí me gusta como se ven juntos.
—Esperemos que se aclaren los rumores.
Jimin frunció su entrecejo tan rápido que le dolió. Escucharlos hablar así, como si supieran lo que pasaba realmente, le molestó y mucho.
Un sonido hizo que apartara su vista y concentración del televisor para llevarla en dirección al pasillo por donde estaba la habitación. El teléfono de Jungkook sonaba y Jimin se iba a levantar del sofá para ir a despertarlo, pero escuchó cuando este contestó la llamada con su voz somnolienta, se quedó donde mismo y cambió el canal de televisión. No pudo evitar escuchar atentamente cada palabra que decía Jungkook mientras hablaba por teléfono.
—¿Mmm? Oh, Jie... lo siento. Sí, ¿quieres ir para allá? Solo deja que llegue al departamento y te llevo. No te preocupes. ¿Quieres que te lleve algo para comer? ¿Segura? Está bien, tranquila. Bien, nos vemos.
Cuando la llamada finalizó, Jimin se sintió muy irritado sin saber por qué. Logró escuchar como Jungkook se levantaba y comenzaba a vestirse. A los pocos minutos apareció en la sala, sonriendo como era costumbre.
—Buenos días, Minnie —dijo mientras se acercaba para depositar un delicioso beso en los carnosos labios. Un beso con sabor a leche y cereal— ¿Qué haces aquí? Está helado.
—No podía dormir —respondió aún sintiendo esa molestia en su interior— ¿Te vas? —su voz salió seca. Estaba irritado.
—Sí, no quiero molestarte mientras te preparas para tu viaje, no te dejaría tranquilo si me quedo —sonrió dulce, ignorando la seriedad de Jimin— Solo haré que te retrases.
—¡No iré! —se apresuró en decir, pero luego se aclaró la garganta— No iré... así que puedes quedarte —Jungkook se sorprendió y no supo qué decir. Abrió la boca para luego cerrarla sin decir nada. Tardó unos segundos en reaccionar.
—Debo... debo ir a mi departamento —la expresión molesta en el rostro de Jimin se intensificó.
—Ah.
—Pero volveré, solo debo ir a dejar a Jie a casa de Jinnie y me vengo —se acercó más y acunó las mejillas de Jimin entre sus manos. Se inclinó y lo besó— Volveré y traeré algo rico para comer.
—Quiero comer pizza —intentando que las comisuras de sus labios no se elevaran para delatar su retenida sonrisa.
—Pizza será —volvió a besarlo— Te amo —se alejó y fue por el resto de ropa que estaba en la pieza, luego fue al baño y lavo su cara para salir, Jimin seguía envuelto con su manta en el sofá— Te amo, Jimin —le dio un último beso antes de irse.
—Ya lo sé, idiota —sonrió sin mirarlo— No tardes.
—No lo haré —y se fue.
Jimin decidió que no volvería a ver nunca más algunos esos horribles programas de chismes sobre famosos, era ridículo que se creyera todo lo de la televisión. Era ridículo, pero ahí estaba, molesto e irritado.
***
Jungkook no tardó en llegar a su departamento y bajó del auto que había dejado estacionado fuera del edificio. Había comprado unas flores para Ji-Eun y llevaba unos chocolates que ella misma le encargó cuando hablaron por teléfono.
—Hola, luces preciosa —dijo apenas la vio y le sonrió. Jungkook trataba de subir su ánimo, todos los elogios hacia ella, sus regalos y su atención iba sin segundas intenciones y ella lo sabía. Era consciente de que su amistad era bonita, cariñosa y estaba completamente agradecida de haber conocido a Jungkook, era un gran amigo al igual que los Kim— Te traje lo que pediste.
—Awww Kook, eres el mejor —recibió los obsequios— Ya estoy lista, ¿vamos? —tomó su bolso, pero Jungkook se lo quitó de las manos para llevarlo él.
—Vamos. Por cierto, solo te voy a dejar y me voy —dijo mientras subía el bolso al auto y abría la puerta del copiloto para que ella subiera— Me iré a ver a Jimin —agregó antes de que ella preguntara.
—Oh. Eso es magnífico —dijo una vez dentro del auto— Le das saludos de mi parte.
—Pero si necesitas algo...
—Estaré bien, la mamá de Nam ya debe haber llegado a casa, estaré bien con ella y sus deliciosas galletas recién horneadas —Jungkook vio la expresión de felicidad en Jieun— Sus galletas son magníficas —agregó.
—Lo sé, me guardan. Pero aun así me llamas si algo pasa.
—Sí, sí —soltó una risita— Preocuparte de pasarlo bien junto a Jimin —ambos se sonrieron. Jungkook era un buen amigo al igual que lo era ella, pero ante los maliciosos ojos de alguien externo al círculo que los rodeaba, no parecían amigos. Al menos las fotos que tomó el paparazzi con Jieun llevando flores y chocolates, saliendo del lugar donde vivía Jeon, no parecían simplemente amigos.
Una vez en la mansión, Jungkook dejó las cosas de Jieun en la habitación que ella estaba usando y volvió a su lado rápidamente, pudo ver a la señora Kim quien aparecía desde la cocina.
—Jungkook —lo saludó de manera dulce.
—¿Cómo está? Hace tiempo no la veía por acá.
—Solo vine a pasar las fiestas y luego me voy —la madre de Nam estaba disfrutando de su vejez, viajando y conociendo junto a un grupo de amigos, todos millonarios, pero de bajo perfil como ella, humildes y amables con todos— Jieun, querida, ¿cómo te encuentras? - Saludó apenas ella apareció en la sala.
—Muy bien gracias a los mejores amigos del mundo que están a mi lado —sonrió de manera dulce— Jungkook no te retrases más y ve con Jimin, yo estaré bien aquí —se apresuró a decir.
—¿No pasarás las fiestas con nosotros? —preguntó la señora Kim.
—No... estaré con mi novio —respondió algo avergonzado y sus mejillas se tornaron carmesí. Ella lo miró con una gran sonrisa y antes de que pudiera preguntar más, Ji-Eun intervino.
—Yo la pongo al día con todo lo que ha pasado últimamente mientras hace esas ricas galletas —dijo en un tono divertido y la señora Kim estuvo de acuerdo.
Se despidieron y dejó saludos para Nam y Seokjin, no los vio ya que de seguro aún estaban durmiendo. Se fue lo más rápido que pudo para ir a comprar pizza pero todo estaba cerrado, así que se fue a su departamento y se dio una ducha para luego cambiar su ropa y partir donde Jimin.
Jimin estaba hablando con su amigo quien le contaba que ya iba a subir al avión y que apenas llegara lo llamaría, estaba en ello cuando sonó el timbre. Se despidió de Taehyung y Hoseok para abrir la puerta.
—Volví —dijo mientras se inclinaba para besar los labios de Jimin y este subió sus brazos para aferrarse a su cuello y acercarlo más a él, haciendo que el beso fuera aún más profundo. La puerta fue cerrada torpemente por una de las manos de Jungkook mientras seguía devorando los pomposos labios de Jimin, estuvieron así hasta que el aire les hizo falta y tuvieron que separarse.
—No trajiste pizza —reclamó, abultando su labio inferior.
Jungkook sonrió enamorado ante tan encantador gesto.
—Luego voy, estaba todo cerrado.
—Vamos a la cama entonces, tengo frío y necesito tu cuerpo para que se me pase —mordió su labio inferior. Una clara invitación para que Jungkook hiciera lo que quisiera con él.
Jungkook sonrió ladino y se dejó guiar por el menor quien lo tomó de la mano y lo llevó hasta la habitación. Entre besos y caricias, repitieron lo que habían hecho en la madrugada. Jimin se sentía malditamente bien y todo rastro de mal humor se había esfumado en el momento que Jungkook había llegado. Tuvo miedo, el sentirse en las nubes y sentir como su corazón se agitaba feliz ante la presencia de Jungkook lo estaba enterrando y aunque la alarma de su interior se activó, no quiso prestarle atención y decidió ignorarla. Era una que siempre estuvo activa en su relación con Min, avisando que debía detenerse y no avanzar más o saldría lastimado. Pero decidió disfrutar el momento junto a Jungkook, solo por esta vez.
***
La navidad y el año nuevo pasaron de manera rápida, Jungkook estuvo todo el tiempo con Jimin.
Cuando Jungkook volvió a su rutina en cuanto al trabajo, pasaba a visitar a Seokjin ya que apenas y se movía, le llevaba uno que otro obsequio o simplemente pasaban un agradable rato juntos, sin olvidar que aprovechaba de ver a Ji-Eun y asegurarse de que estaba bien. Luego de pasar el rato con sus amigos, volvía al departamento de Jimin ya que este había pedido que así lo hiciera.
Jieun aún estaba viviendo con los Kim. Cuando terminó oficialmente su noviazgo, cedió todos los derechos de la propiedad con tal de que él no se acercara más a ella. Su estado de ánimo era relativamente mejor.
Antes de que acabara el año, en los canales de farándula se especulaba sobre la posible relación no confirmada ante los medios de Lee y Jeon ya que habían sido captados en una joyería mirando anillos. Jimin sin darse cuenta, se había vuelto adicto al programa y ver como hablaban de ellos le carcomía por dentro, saber que se llevaba tan bien con ella y que la acompañaba a todos lados, que ahora todos hablaban de ellos, era algo que ya le empezaba a molestar y aunque trataba, no podía disimular.
Eran alrededor de las cuatro de la tarde y Lee Taemin llamó a Jimin, este se sorprendió pero supo inmediatamente que su madre tendría algo que ver con esto ya que le había mencionado que el hijo de su amiga estaba soltero.
El clima era frío y los finos copos de nieve caían sobre la ciudad, dejando las calles completamente blancas.
—No debí salir, tengo frío —murmuraba mientras frotaba sus manos y aceleraba el ritmo de su caminata hasta la cafetería que Taemin le había mencionado. Entró al lugar y el calor lo abrazó rápidamente junto al exquisito olor a café de grano.
—Hola, precioso —saludó mientras se ponía de pie para ayudar a Jimin a tomar asiento. Sí, era demasiado caballeroso y eso siempre conquistaba a cualquiera. Una vez sentado beso la mejilla fría de Jimin.
—Hola, ¿qué querías hablar? -—preguntó aún sabiendo la respuesta.
-Solo quería verte - sonrió coqueto y Jimin rodó los ojos - Y saber si... ¿Aún estás saliendo con Jeon? - preguntó sin más, él sabía por la señora Park que Jimin estaba viendo a Jungkook, pero ella le dijo que Jimin no iba en serio.
—Que te importa —Lee soltó una risita divertida, conocía el mal carácter de Jimin.
—Vamos, quiero saber, ya sabes —guiñó un ojo y sonrió de manera coqueta.
—Sí, aún estamos saliendo y lo sabes. No entiendo para que te molestas en preguntar lo obvio.
Llego una mesera y tomó la orden de sus cafés, interrumpiendo su charla pero luego Taemin miró fijamente a Jimin, haciendo que este se pusiera un tanto nervioso
—¿Pero? —preguntó.
—¿Pero qué?
—No te ves como si fuera algo serio —rió— ¿Cuanto llevan juntos?
—¿Para qué quieres saber?
—Vamos, solo es curiosidad.
—Menos de un año —dijo, mirando hacia el enorme ventanal que dejaba ver la fría ciudad. Taemin sonrió.
—No es mucho, podrías fácilmente terminar con él y aceptar nuestro matrimonio, sería una buena unión para ambas familias, luego de uno o dos años nos divorciamos y ambos felices —Jimin lo miró, frunciendo el ceño.
—Lamento decirte que no me interesa casarme, ni contigo, ni con nadie —sus cafés llegaron y el olor que salía de ellos era maravilloso, Jimin sin esperar mucho tomó un sorbo y disfruto la sensacion del liquido negro y caliente al momento de bajar por su garganta.
—Vamos... sería un buen esposo. El mejor —Taemin y Jimin se conocían desde adolescentes, iban en la misma escuela privada, pero diferentes cursos ya que Lee era mayor por tres años, nunca fueron amigos pero si intercambiaron palabras muchas veces, Taemin siempre fue y hasta ahora era jodidamente atractivo, pero eso no bastaba para que Jimin aceptara la propuesta— Sabes, soy bastante bueno besando y no solo eso —sonrió pícaro y Jimin bufó.
—¿Humildad es tu segundo nombre? —se relamió los labios. Jimin muchas veces era coqueto y le gustaba serlo, pero consciente o no era algo que le salía natural. Justo como ahora.
—Claro —se acercó más al rubio y este mordió su labio inferior inconscientemente— Claro que la tengo. Maldición Jimin, deberías... —Taemin miro los pomposos labios de Jimin— ...deberías considerarlo —la distancia se estaba acortando cada vez más, hasta que el teléfono de Jimin sonó y lo hizo volver a la realidad.
—¿Kai? —contestó. Era su compañero y uno de los mejores bailarines en la academia, se habían hecho bastante cercanos y ambos andaba siempre juntos mientras Jimin estuvo en Moscú.
—¡Park Jimin! ¿Cómo estás?
—Todo bien, ¿y tú?
—Super, pero dime, ¿estás ocupado ahora mismo? —Jimin miró a Taemin y respondió sin pena.
—No. Estoy desocupado ahora mismo, ¿por qué? —Lee soltó una pequeña risita al escucharlo decir aquello, no le sorprendía la actitud hostil de Jimin, es más, le encantaba.
—Estoy en Seúl, en un hotel y necesito verte ahora mismo.
—Claro, dime donde y voy de inmediato.
—Te la mando por mensaje.
—Bueno, justo ando en el centro así que no creo demorar mucho en llegar.
—¡Genia! Me llamas apenas llegues —se despidieron y cortaron la llamada.
—Así que... ¿Te irás?
—Ajá. Cosas realmente importantes surgieron.
—Eres malvado, pero jodidamente sexy, Park —sonrió con descaro. Era divertido ver a Jimin desinteresado, pero a la vez nervioso.
—Vamos, debo irme y tú me llevarás.
—Está bien, vamos —se pusieron de pie y Lee se acercó a la caja para pagar los cafés, fueron hasta el auto y Taemin se apresuró a abrir la puerta para que Jimin subiera.
—Tan caballero —rodó los ojos.
—Siempre.
Se fueron y Taemin iba sonriente, hablando de cosas triviales en el camino, hasta que llegaron al lugar donde Kai se estaba quedando.
—Gracias por traerme y olvida lo del matrimonio, no me interesa y menos con un anciano como tú.
—Solo son tres años, bebé —sonrió— Además este anciano puede hacerte llegar a las estrellas —agregó mientras aún sonreía.
—Los que más se halagan a sí mismo, son los más decepcionante, ¿sabias eso, cariño? —Taemin se acercó a Jimin y acarició sus cabellos rubios, se lamió los labios y su mirada penetrante prácticamente desnudo a Jimin, haciendo que se estremeciera y se pusiera más nervioso de lo que debía. Taemin tenía el maldito don de la seducción y siempre miro a Jimin, le parecía bastante atractivo y quizás se lo imagino más de una vez bajó de él, enterrando toda su hombría en ese hermoso y sensual cuerpo, pero nunca se molestó en hacer algún movimiento. Y sí, Taemin era un Casanovas experimentado y no se avergonzaba de ello— A-además no puedo estar seguro de lo que di-dices —su voz sonó nerviosa y entrecortada. Taemin sonrió victorioso y acortó toda distancia que había entre ellos.
—Podemos averiguarlo —susurró tan cerca que sus alientos se mezclaron y antes de que Jimin pudiera reaccionar, Taemin unió sus labios contra los de Jimin, fue un beso caliente, lleno de lujuria y obsceno pero que lograba excitar al instante. Los que Jungkook le daba eran dulces, cargados de amor y ternura, el de ahora era un beso sin sentimientos y un tanto violento, sus lenguas se entrelazaron con fuerza y Jimin soltó un pequeño gemido. Taemin sonrió y agarró con ambas manos la nuca de Jimin para no dejarlo ir tan rápido.
Tenía razón, Taemin besaba jodidamente bien, pero algo faltaba y no sabía que era. Se separaron al cabo de unos minutos, el aire siempre era el culpable, Jimin estaba medio duro y Taemin también, ambos se miraron y sonrieron. Jimin estaba con sus mejillas en un tono carmesí y algo avergonzado, Taemin se deleitaba al ver en el estado que había dejado al rubio.
—Eres pésimo besando —fingió una mueca y todo sus labios.
—Tu entre pierna no dice lo mismo, cariño.
—Cállate, solo es algo natural.
—Cuando dejes a tu noviecito me avisas, o si quieres antes, ya tienes mi número y continuamos.
—Estás loco.
—Por ti.
—Claro... ni siquiera tú te la crees —Taemin soltó una carcajada divertida.
—Adiós, bebé.
—Adiós, idiota.
Una vez fuera del auto, marco a Kai y este le dio el número de su habitación.
—¡Park Jimin! —gritó emocionado— Me alegro tanto de verte —ambos se abrazaron— Te tengo una mega super noticia.
—¿Qué es? —preguntó interesado al ver la gran sonrisa en el rostro de Kai, esto solo podía significar una cosa.
Para su sorpresa, Jungkook apareció en sus pensamientos y un dolor en el pecho le hizo acelerar su corazón.
Jodida mierda, no debería pensar en él.
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