Capítulo 16.
Despertar temprano un sábado es algo que pone de mal humor a cualquiera y Jungkook no era la excepción. Se levantó perezosamente y se dirigió al baño mientras estiraba sus brazos en el camino, se dio una extensa ducha de casi media hora para lograr despertar por completo y relajar su cuerpo. Se vistió sin prisa y acomodó sus húmedos cabellos castaños para luego ir hasta la cocina en donde se preparó algo para comer. Cuando llevó la taza de chocolate caliente a sus labios, decidió ver tomar su celular para vagar por internet y se percató de una notificación.
Era un mensaje de Jimin.
Sin pensarlo mucho, dejó el chocolate a medio tomar en el fregadero y tomó una chaqueta, se puso sus zapatillas, tomó sus llaves y salió en dirección del departamento de Jimin.
Jiminnie 💕.
Hoy no tengo nada que hacer,
puedes venir si quieres.
No demoró más de quince minutos en llegar, bajó tan rápido como la emoción se lo permitió y se dirigió hasta el departamento de la única persona que se alojaba en su enamorado corazón, el único hombre que lo hacía feliz.
—Hola Minnie, te extrañe —una hermosa sonrisa había en su rostro en el momento que Jimin abrió la puerta, no esperó una respuesta cuando lo abrazó y sin soltarlo, entró así al departamento. Jimin aún andaba con pijama ya que eran las diez de la mañana.
—Te dije que vinieras hoy, ¿pero era necesario tan temprano?
—Te extrañaba demasiado, lo siento —acarició con ambas manos las mejillas de Jimin y lo besó suavemente. Era un beso lleno de amor que expresaba cuánto lo había extrañado.
—Siempre te estas discúlpando, idiota —corto el beso y se alejó de los brazos de Jungkook para caminar hacia la cocina— ¿Tienes hambre? Voy a preparar algo para comer.
—No, ya tomé desayuno —le sonrió.
Jimin sacó un pocillo blanco y se sirvió leche con cereal, se sentó en su sofá mientras veía un programa de farándula y chismes de famosos que había dejado, aun cuando no le prestaba verdadera atención. Jungkook estaba sentado a su lado con su cabeza apoyada en el hombro contrario.
—¿Quieres que salgamos a algún lugar? Mañana tengo libre y...
—Quiero ir al centro comercial a comprar unas cosas —se apresuró a decir.
—Vamos allá entonces.
—Y por cierto, la otra semana acompañare a Tae a ver el salón donde van a hacer su boda y otras cosas más.
—Oh. Eso es genial, Minnie. Pero el miércoles debes estar libre —se sentó bien para poder mirarlo, sin dejar de lado su bonita sonrisa.
—¿Qué hay el miércoles? —preguntó sin interés mientras se ponía de pie para ir a dejar a la cocina el pocillo ya vacío.
—Cumpliremos seis meses, cariño.
—Ah... oh. Y... ¿quieres hacer algo?
—¿Tú no quieres? —observó a Jimin de una forma tan inocente, que casi lo hace caer de cara.
Maldita sea, ¿cómo es que ese hombre podía ser tan sexy, tan caliente y tan inocente al mismo tiempo?
—Claro —habló mientras volvía de la cocina— Aunque prefiero quedarme aquí y tener mucho sexo —se acercó y se sentó a horcajadas de Jungkook— El sexo es mejor que cualquier otra cosa, kookie —mordió su labio inferior.
—Pero eso puedes tenerlo cuando quieras...
—Lo quiero ahora —sus mejillas se encendieron lentamente.
—Tus deseos son órdenes, cariño —llevó su mano izquierda a la mejilla de Jimin y plasmó sus labios contra los suyos. Jimin no dudó en responder, estaba ansioso y a la vez necesitado. Jungkook profundizó el beso, metiendo su lengua dentro de la cavidad bucal del contrario, haciéndolo soltar pequeños gemidos. Jungkook sonrió mientras aún devoraba los pomposos labios.
Ya habían entrado en calor, Jimin podía sentir la erección de Jungkook que chocaba con su trasero.
—Humm —tarareó cuando sintió las manos de Jungkook directo en su piel —Ju-Jungkook —gimió al sentir como sus duros y suaves pezones comenzaban a ser acariciados. Jungkook comenzó a dibujar un camino de besos que iba desde sus labios hasta el cuello, dejando pequeños chupetones en el camino y cuando llegó a la clavícula dio un lametón y mordisqueó levemente.
Jungkook en algún momento se deshizo de la parte de arriba del pijama de Jimin ya que se encontraba besando, lamiendo y mordisqueando todo el pecho desnudo que había frente a sus ojos. Deleitándose con el delicioso aroma y sabor a vainilla que provenía de la cremosa y suave piel blanca. Sus manos se deslizaron hasta llegar al borde del pantalón y las metió sin pensarlo mucho, amasó por un momento las redondas y firmes nalgas mientras que besaba los labios de Jimin. Una de sus manos fue hasta la dura erección de Jimin y esto hizo que rompiera el beso para gemir agudo. Estaba tan duro que creía no aguantar más, se sentía ansioso y necesitado.
—Minnie, me vas a volver loco —dijo antes de lamer un pezón— Eres hermoso, Jimin —Jimin lo alejó y se salió de las piernas de Jungkook para poder sacar completamente su pantalón. Esto hizo que Jungkook se levantara también y comenzará a quitarse la ropa, quedando ambos completamente desnudos. Jimin se lamió los labios al ver ese gran cuerpo de Jungkook, esos músculos y esa gruesa erección. Dios, era demasiado caliente.
—Siéntate, Kookie —le pidió mientras mordía su labio y el castaño obedeció —te montaré.
—Sí...
—¿Quieres que te monte, Kookie? —preguntó en un tono sensual.
—Sí —tragó grueso— Sí quiero —Jimin sonrió. Se volvió a subir a horcajadas y Jungkook tomó ambas erecciones para masajearlas lentamente
—Aaah... es-espera... —Jimin estaba realmente en un punto donde no podía aguantar más— No sigas o me voy a co-correr... —Jungkook lo besó en los labios de manera dulce y siguió con los hábiles movimientos, aumentando la intensidad hasta que sintió como Jimin enterraba sus dedos en sus hombros cuando el orgasmo llegó, derramando toda su esencia en sus manos.
—Esto servirá —dijo mientras se dirigía a la entrada fruncida y comenzó a acariciarla por fuera hasta que comenzó a meter sus dedos cubiertos de semen. Uno por uno fue introduciendo, haciendo que Jimin lo rodeara con sus brazos por el cuello, quedando con sus pechos juntos. La cara de Jimin estaba escondida en su cuello, a la altura de la oreja de Jungkook, donde podía escuchar claramente los gemidos que daba cada vez que introducía más profundo los dedos.
—Agh... - gimió alto cuando Jungkook tocó y masajeó su próstata— N-no más... por favor, Kookie —su voz salía entrecortada, su cabeza daba vueltas, el placer lo estaba volviendo loco y necesitaba sentir a Jungkook dentro de él— Te quiero dentro —pidió con su voz notoriamente excitada.
Jungkook no lo pensó más, tomó su miembro y lo alineó contra la entrada ya dilatada de Jimin. Jimin salió de su escondite para besar los labios de Jungkook, fue un beso cargado de lujuria. Jungkook tomó con ambas manos la cintura de Jimin y este bajó lentamente sus caderas, pudo sentir como el miembro grueso expandía sus paredes, gimió nuevamente. Dolía, pero no importaba, estaba tan excitado que no espero acostumbrarse a Jungkook y sin más, Jimin comenzó a moverse.
—Mierda, Jimin —gruñó con una sensual voz ronca que hizo estremecer a Jimin— Estás tan estrecho...
—Agh... —gemía mientras sus movimientos aumentaban y Jungkook le ayudaba moviendo sus caderas de arriba para abajo— Dios... justo ahí —enterró sus dedos en los hombros de Jungkook al sentir como el miembro golpeaba su próstata haciendo que se sintiera aún más increíble. Estaba llegando nuevamente al orgasmo sin haber tocado su propia erección y eso le encantaba. Jungkook sin duda era el mejor a la hora de tener sexo.
—Ji-Jimin... —estaba cerca de correrse al igual que Jimin, los movimientos ya eran algo descoordinados pero no les importo.
—Aaagh... —gimoteó y se corrió cuando Jungkook golpeó su próstata de manera violenta, derramando todo su líquido tibio y espeso en el firme pecho de Jungkook.
—Mi-mierda... —gruñó cuando sintió que el orgasmo lo abrazó y su esencia se derramó en el interior de Jimin. Enterró sus dedos con más fuerza en la diminuta cintura a la cual se estaba aferrando y Jimin se dejó caer sobre su pecho perlado a causa del sudor, oculto su cara en el hueco del cuello y aspiró el exquisito olor natural mezclado con perfume, tan característico de Jungkook— Jimin... —habló. Su respiración aún estaba bastante agitada.
—¿Mmh? —no pudo decir más, estaba cansado.
—Te amo.
—¿Qué? —se apartó del cuello y lo miró algo ruborizado, si bien él tenía claro que Jungkook lo amaba, no pensó que se lo diría, no ahora.
¿Por qué se lo dijo?
Jungkook lo miró atento y la cara de sorpresa de Jimin lo hizo dudar, no supo si alegrarse o preocuparse. Quizás no era el momento, pero él lo amaba y deseaba avanzar en su relación.
—Te amo... —volvió a decir ya no tan confiado.
—Jungkook, yo... —no supo realmente qué decir, su corazón se aceleró y sintió cómo se formaba un nudo en su estómago.
—No digas nada, no espero que lo hagas —tocó una de sus mejillas— Solo quería que lo supieras —depositó un pequeño beso en sus labios.
—Yo... —su corazón estaba vuelto loco, por alguna razón Jimin tuvo el deseo de querer decirle algo para reconfortarlo, pero tenía miedo
¿Miedo a qué?
Por un momento pensó en lo que sus amigos le dijeron la noche anterior. Jungkook no merecía su indiferencia y el poco y nada de cariño que le daba.
Mierda.
Tenía que dejar de ser tan imbécil y valorar a quien estaba a su lado, tenía que dejar de sentir envidia porque otro logro llegar lejos mientras que él no pudo avanzar, tenía que dejar mirar en menos a quien le demostraba cada que podía que lo amaba. Se mordió el labio y se veía nervioso.
—No pasa nada, Minnie... —sonrió un tanto triste, pero trato de disimular lo mejor que pudo y volvió a besarlo, aun estaba dentro de Jimin así que lo abrazó y sacó todo su miembro de manera lenta, haciendo que Jimin se soltara un pequeño quejido.
Jimin se levantó y tomó el pantalón de pijama, pero sintió como la esencia del mayor comenzaba a bajarle por los muslos e hizo una mueca al recordar que habían olvidado el maldito condón.
—¿Vamos a bañarnos? —le preguntó algo avergonzado, mientras le extendía la mano para que Jungkook se la tomara.
—Claro —se dieron la mano y Jimin lo llevó al baño.
Una vez en la ducha, el agua los golpeaba y les daba algo de tranquilidad, los dos estaban de frente sin decir nada. Jimin alzó la mirada y Jungkook le sonrió de manera dulce, como ya era costumbre. Se besaron y Jungkook pudo darse cuenta de que algo había diferente.
—Jungkook... —cortó el beso y lo miró, estaba nervioso y Jungkook lo notaba pero no sabía el por qué.
—Minnie, lo siento, no debí decir...
—No es eso —y no lo era, solo tenía miedo de asumir y decir lo que sentía ya que eran sensaciones nuevas para él.
—Minnie... —se vio interrumpido.
—Te quiero.
***
—Aaagh... d-detente, idiota —quizás decirle aquello no fue una gran idea ya que tuvieron sexo en la ducha, fuera de la ducha y ahora en el dormitorio— N-no puedo, ugh.
Jimin estaba de rodillas en la cama con su cara enterrada en el colchón, su trasero en alto siendo sujetado firmemente por un par de manos grandes y sus pequeñas manitas regordetas estaban empuñadas contra las sábanas, no podía hablar a causa del placer y las estocadas que estaba recibiendo.
¿Cuántas veces se había corrido ya?
Estaba perdiendo la cordura de tanto placer. Jungkook se había transformado en un maldito animal salvaje.
—Aaah... —gruñó ronco mientras besaba la nuca de Jimin— Minnie, te amo... —Jimin daba gracias al cielo de que Jungkook por fin había llegado al maldito orgasmo.
Jimin se dejó caer completamente derrotado en la cama, haciendo que Jungkook saliera de él.
—Tú, estúpido animal en celo —se quejó— No me vuelvas a tocar en toda tu vida —Jungkook rió mientras se quitaba el condon y lo anudaba para lanzarlo al bote de basura. Se acercó y depositó pequeños besos en la espalda perlada de Jimin— No te rías, casi me matas.
—Es el efecto que tienes en mí cuando eres tan lindo —se acostó a su lado y lo abrazó, haciendo que Jimin quedara junto a su pecho desnudo.
—Bueno, entonces olvida lo que dije.
—Eso no pasará —se quedaron en la cama abrazados, aún desnudos, todos sudados y sin ganas de salir de casa.
Cuando Jimin abrió los ojos ya eran las nueve de la noche, Jungkook no estaba en la habitación pero se sentía que estaba en la sala, intentó ponerse de pie pero sus caderas dolían como el infierno y soltó un gemido por el dolor. Aún desnudo, se levantó como pudo, cubriéndose con la sábana y salió de la pieza. Caminó lento hasta la sala y vio a Jungkook en la cocina, al escucharlo volteo rápidamente y le sonrió.
—Cielo, ¿descansaste bien? —caminó hacia Jimin.
—Nada de cielo, idiota —hizo una mueca de malestar— me duele el trasero y mis jodidas caderas estan con moretones —se quejó.
—Lo siento, no me controlé —tomó sus mejillas con ambas manos y lo besó— la próxima vez seré más cuidadoso, lo prometo.
—Tengo hambre...
—Usé tu cocina y preparé japchae —esto era básicamente fideos salteados con verduras y carne de ternera. Nada complicado de hacer para Jungkook.
—Quiero comer —Jungkook lo cargó entre sus firmes brazos y lo llevó hasta el sofá donde lo dejó caer con cuidado, Jimin en ningún momento reclamó. Fue a la cocina y sirvió el japchae en un plato para llevárselo— Sale rico olor.
Luego de comer se volvieron a bañar para ir nuevamente a la sala y ver alguna película. Al finalizar, se fueron a dormir ambos abrazados, esa noche estaba fría y faltaban unos días para que noviembre llegará a su fin y cada vez se acercaba más el invierno. Jimin hacía bastante fríolento y sentir el cuerpo caliente de Jungkook era algo que le estaba comenzando a gustar.
Pasaron juntos todo el día domingo y fueron al centro comercial ya que Jimin quería comprar un regalo para Taehyung que había visto hace unas semanas atrás. Taehyung se casaría en unos pocos días y su luna de miel comenzaba unos días antes de navidad, por lo que pretendía darle el obsequio antes de que se fuera. Estaban en eso cuando Jungkook se encontró con la hermosa Jieun.
—Jungkookie —le saludó muy emocionada, no se habían visto hace unas semanas y solo se estaban mandando mensajes.
—Hola, ¿en qué andas? —Jimin se había alejado hace unos minutos ya que andaba en busca del regalo para su amigo mientras Jungkook esperaba.
—Estoy viendo un regalo —respondió con una hermosa sonrisa— No sé qué comprarle a Jinnie.
—¿Regalo de qué?
—Jungkookie —soltó una risita— Será el cumpleaños de Jinnie —le recordó.
—Mierda, lo había olvidado —ambos rieron— Voy a tener que ver algo por ahí.
—Síp, recuerda que Jinnie ahora con sus hormonas del embarazo, seguro va a llorar si no recibe nada —estaban hablando muy cómodamente, ambos se sonreían, increíblemente eran amigos y con el paso del tiempo se tenían bastante cariño pero sin segundas intenciones. Aunque a Jimin no le gustaba lo que veía.
—¡Listo! —dijo Jimin una vez cerca de Jungkook.
—Oh, Minnie —le tomó la mano con delicadeza— No sé si ya se conocen, pero ella es Jieun, la conocí en la fiesta de la empresa de Nam, ¿recuerdas?
—Sí, recuerdo haberla visto —sonrió, pero fue una sonrisa falsa. Recordar que en aquella fiesta estuvieron bastante tiempo juntos, charlando y riendo, saber que nunca perdieron el contacto y que ahora son amigos, le molesto.
—Un gusto Jimin, me han hablado mucho de ti y al fin tengo el placer de verte —le sonrió de manera sincera e hizo una reverencia la cual Jimin respondió de la misma forma— Bueno, los dejo para que sigan en lo que estaban. Me alegro de haberte visto Jungkookie, cuídate —se despidieron y ella se alejó por los pasillos del centro comercial.
—Demasiado bonita —solo dijo eso y Jungkook volteo a mirarlo, le sonrió.
—¿Estás celoso, Minnie?
—Claro que no —bufó irritado.
—No debes estarlo —lo abrazó y depositó un casto beso en sus gruesos labios— Mi corazón, mi mente y mi cuerpo solo te pertenecen a ti —Jimin sonrió satisfecho al escuchar aquello, ya lo sabía pero debía admitir que el hecho de que Jungkook se lo diga en voz alta, era algo que le erizaba la piel.
—Que romántico, señor Jeon —ambos sonrieron y caminaron tomados de las manos.
Luego de eso, fueron a casa de Jimin y estuvieron juntos hasta que dieron las nueve de la noche, Jungkook decidió que era hora de irse ya que al otro día trabajaba y Jimin tenía cosas que hacer en la semana.
Estando solo, Jimin se dio cuenta de que cada vez que Jungkook se acercaba su cuerpo reaccionaba, se ponía nervioso e inmediatamente su cerebro se volvía idiota, estar consciente de que sentía algo y por mas minimo que era, le estaba haciendo experimentar sensaciones que con Yoongi jamas sintio.
—Me estoy volviendo loco —murmuró para sí mismo mientras intentaba dormir solo en su cama, tenía frío y quería que Jungkook estuviera ahí para abrazarlo.
Jodida mierda, él no necesitaba a nadie. Cerró sus ojos y se dispuso a dormir, necesitaba descansar.
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