Backstage - Parte única
Si la prensa se enterara de la verdad, sería el fin para ellos. El secreto más delicado y mejor guardado de BTS. El problema no es si son gays o si tienen relaciones entre ellos. El problema inició con JiMin y su delirio por los demás. Él lo comenzó todo. El día de su debut, NamJoon estaba tan nervioso que estaba haciendo perder la confianza a los demás. JiMin tenía fe ciega en él, sabía que tenía lo que hacía falta para hacerlo bien, para ser el mejor líder y conducirles a lo más alto. Pero para ello, aquel día, NamJoon necesitaba calmarse. Necesitaba paz. JiMin era bailarín, siempre lo había sido, estaba en su sangre, muy dentro de su alma. Por muy nervioso que estuviera, el escenario era su hogar y por eso sabía muy bien como lidiar con ello. Tomó la muñeca de NamJoon y le condujo al lugar más recóndito, privado y oscuro del backstage. El líder apoyo la espalda contra la pared.
- Respira profundo. - Le dijo. NamJoon obedeció sabiendo que JiMin sólo buscaba calmarle. - Yo confío en ti. Eres nuestro líder por muchas razones. Sé que lo harás bien.
- ¿Pero cómo voy a bailar si me tiemblan las piernas, JiMin? ¿Cómo voy a dirigiros si no puedo ni recordar la letra de la canción ahora mismo? - Confesó abrumado. En aquel entonces, él sólo era un muchacho de 19 años que mucho sabía de música y rap pero poco del espectáculo y la fama.
- Todos tenemos nuestro papel en el grupo, NamJoon. - Expresó. - Si confías en mí... yo... creo que he encontrado el mío.
- ¿De qué hablas?
- ¿Confías en mí? - Le preguntó.
- Claro que sí. Confío en mi equipo. Eres mi familia.
- Cierra los ojos entonces. - El líder lo hizo y sintió las pequeñas manos de JiMin posarse en su pecho para luego descender lentamente hacia su vientre.
- ¿Qué haces, JiMin? - Dijo sin abrir los ojos.
- Tú sólo respira calmado. - Pronunció con voz tranquila mientras bajaba más y más. NamJoon percibió como se ponía de rodillas frente a él y sintió sus manos en la cremallera de su pantalón. Dio un respingo sorprendido y abrió los ojos de golpe. Al verle allí, de rodillas, a la altura perfecta y con las manos aún sobre el cierre de su entrepierna, NamJoon entendió lo que JiMin pretendía.
- ¿¡Qué estás haciendo!? - No podía apartarse porque la pared se lo impedía, pero tampoco podía empujar a JiMin, tal vez de la conmoción.
- No grites. - Le pidió poniéndose un dedo sobre sus labios. - Nos descubrirán.
- Pero JiMin... ¿Qué diablos?
- Sólo cierra los ojos e imagina que es la chica que te gusta. O una actriz que te ponga.
- Ese no es el problema. - Alegó. ¿No lo era? Bueno, NamJoon tenía pensado llevarse ese secreto a la tumba, pero era más de chicos que de chicas. Y JiMin era realmente atractivo. - El caso es que no puedes hacer eso.
- No nos descubrirán si guardas silencio.
- Si nos descubren estaremos perdidos, pero no es lo que más me preocupa. - Aseguró desconcertando a JiMin una vez más. - Me da igual si eres gay, JiMin. - Igualmente él también lo era. - Pero cómo vas a hacer eso sin más.
- ¿Quieres que te bese primero o qué? - JiMin no entendía que quería decirle y sólo pensaba en que el tiempo de salir al escenario se acercaba.
- ¡JiMin! No debes besar o hacerle una felación a cualquiera sólo para liberarle del estrés y los nervios. Ni siquiera por el bien del grupo. - Explicó el líder finalmente. - No eres un prostituto. ¿Qué pasa con tu dignidad?
- ¿A cualquiera? ¿Crees que lo haría con cualquiera? - Expuso. - Lo haría contigo porque quiero. Me gusta el sexo, NamJoon, no voy a negarlo. Pero no creo tener menos dignidad por tener un concepto más liberal.
- Yo no he dicho eso... sólo siento que... está mal. No es un buen motivo. - Hablaba en voz baja, como si no estuviese convencido del todo de sus palabras.
- Lo necesitas y yo quiero hacerlo. ¿Qué hay de malo en eso? ¿Qué más motivos necesitas? - Expuso. Desde ese punto de vista no se sentía tan malo. JiMin empezó a frotar la entrepierna de NamJoon por encima de la tela y este sólo aspiró con fuerza, pero no intentó detenerle. - Cierra los ojos. - Sugirió. Pero NamJoon no lo hizo y le sostuvo la mirada. JiMin sonrió mientras bajaba su pantalón. - Muy bien. Relájate. - Cuando la erección de un joven NamJoon de 19 años salió disparada de debajo de su bóxer, JiMin no pudo evitar lamerse los labios inconscientemente. El líder se dio cuenta entonces de que JiMin iba a disfrutarlo y fue cuando se permitió disfrutar también y empezó a relajarse.
Así empezó todo. Antes de debutar, JiMin estuvo a punto de ser apartado del grupo. Sus comienzos no fueron fáciles y no encontraba su lugar. Sentía que todos tenían una función en el grupo y él, que había sido el último en llegar, no comprendió como encajar hasta aquel momento. JiMin había nacido con una predisposición especial hacia el sexo, tanto como para la música y el baile, y ahora que estaba allí, de rodillas, con el suave miembro de NamJoon llenando su boca, supo que había nacido así para ser parte de BTS, su alivio, su deseo, su perversión y su pasión.
Y no se había equivocado, pues ya habían pasado muchos años de eso.
- ¡Ah...! Joder. - Desde aquel día, se había vuelto casi una tradición y también una necesidad para ambos. Antes de salir al escenario, JiMin se hincaba de rodillas frente al líder. - ¿Cómo puedes hacerlo cada vez mejor? - JiMin rió haciendo vibrar el miembro de NamJoon en lo más profundo su garganta. - ¡Ah! - Se tuvo que morder el labio. - Me voy a correr. - Anunció como si JiMin no lo supiera ya. Succionó con fuerza. Ambos sabían que sucedería a continuación, NamJoon se correría en su boca y JiMin lo tragaría sin dudar. No podían estropear el maquillaje que con tanto esmero habían hecho las profesionales de su staff. A esas alturas, a JiMin ni siquiera le lloraban los ojos por muy dentro de su garganta que tuviera el miembro de NamJoon. Se había convertido en un experto y sabía lo que más le gustaba a su líder. Pero claro, NamJoon no era el único miembro del grupo y JiMin tenía mucho más que ofrecer. Poco a poco, cada uno de ellos acabó cayendo en su encanto. El embrujo de JiMin que no era más que su sagrada labor en el grupo más allá de ser bailarín y cantante, JiMin otorgaba paz y alivio al grupo. Y le encantaba. Lo que al inicio era la forma de soliviantar a las bestias excitadas de unos adolescentes hormonados y estresados, ahora se había convertido en placer puro y divino. Sin duda, el momento antes de salir al escenario pertenecía al líder, pero cada uno tenía su tiempo y su ritual especial.
YoonGi sobretodo le llamaba cuando acaba una canción nueva. En su estudio, con contraseña para entrar, YoonGi se sentaba en el sofá de cuero negro, sin el pantalón y con las piernas abiertas y JiMin saltaba sobre él a un ritmo lento y delirante como le gustaba al rapero. Lo mejor de tener un estudio insonorizado era poder disfrutar de escuchar los gemidos desmesurados de JiMin. Le encantaba que su especial voz aguda de tenor retumbara en sus tímpanos, sobretodo después de llevar horas trabajando con los gruesos y pesados cascos construyendo canciones. JiMin era parte de su inspiración. Anhelaba, algún día, poder grabar esos gemidos para atesorarlos siempre. Pero toda prueba no efímera de lo que ocurría dentro de la intimidad del grupo era terriblemente peligrosa. Debían ser muy cuidadosos.
JungKook, por su parte, tendía a escabullirse por las noches de su habitación para colarse en la de JiMin, bajo sus sábanas. Le gustaba que su Hyung fingiera estar aún dormido cuando él empezaba a tocarle. Adoraba el calor de su cuerpo e introducirse en él con cierta fuerza. JiMin mordía la almohada para acallar sus gritos de placer. A JungKook, a diferencia de YoonGi, le encantaba sentir que aquello era privado y oculto y escuchar la voz de JiMin ahogada contra la suave tela. Además, le encantaba devorar la boca de JiMin, llena de saliva desbordante. Se sentía sediento. Pero lo que más le gustaba tomar de JiMin era su cálido agujero firme y estrecho. Había una razón por la que JiMin no era sólo bueno, sino exquisito, se entrenaba. Su cuerpo era un templo para el placer. En su naturaleza estaba esforzarse para dar lo mejor de sí mismo, como cantante, como bailarín y, si era lo que su grupo necesitaba y lo que él mismo deseaba, también daba lo mejor para ser el mejor amante. Por eso su anillo muscular era fuerte y atrapaba la longitud de JungKook haciendo que este delirara con el más prohibido placer.
- Oh... Aprieta, JiMinnie. Hazme correrme fuerte.
- Córrete dentro. - Añadió jadeando. - Quiero tu cálido semen dentro de mí. - JiMin sabía muy bien como darle más y más placer a los suyos. JungKook adoraba escuchar en su bonita y delicada boca, de la que salía la voz más dulce, palabras sucias y llenas de lujuria. - Lo quiero todo, Kookie. Lléname de tu espesa esencia. Pronto.
Con Jin era distinto, pues era ligeramente similar a él. Prefería ser tomado a penetrar, así que no parecía, inicialmente, que JiMin y él fueran a encajar. Pero tampoco tardaron en encontrar su propia forma de divertirse juntos. Incorporaron unos pocos juguetes. Su favorito era un dildo doble. Se ponían ambos en cuatro y cada uno se introducía un extremo en el ano. Una vez habían aprendido a coger el ritmo los dos disfrutaban de la mejor forma. Sería injusto no añadir que NamJoon y YoonGi solían disfrutar de verles. Jin tenía un claro fetichismo con eso. Se excitaba sobremanera cuando alguien le miraba tener sexo. Y a JiMin le encantaba consentirle, pues poco le importaba ser observado por otros de sus amantes. Otra cosa que Jin hacía más que los demás era devolverle los favores, como si su relación fuera más igualitaria. Jin se divertía volviéndole loco, metiendo el pequeño y lampiño pene de JiMin en su boca. Le cabía fácilmente, incluso abarcando sus testículos y JiMin gemía descontrolado siendo observado y siendo consumido por la lascivia. Sí, a Jin le encantaba ofrecerle placer además de recibirlo.
Pero quizá, quienes más loco le volvían eran HoSeok y TaeHyung. Estos dos habían formado un equipo curioso. No se podía decir que fueran una pareja realmente, pues se habían unido sólo para disfrutar de torturar a su adorado JiMin.
- Sencillamente perfecto. - Dijo HoSeok entrando en la sala de ensayos, seguido de TaeHyung, donde JiMin estaba estirando. Con diferencia, JiMin era el más flexible del grupo pues había aprendido arduamente danza contemporánea antes de entrar en Big Hit. - Confiésalo. - Dijo mientras dejaba su mochila en una esquina de la sala. - Te abres de piernas así para nosotros.
- Si es lo que quieres seguiré forzando mi flexibilidad para tu disfrute. - Alegó con seguridad y una sonrisa perversa.
- ¿Qué llevas hoy, JiMinnie? - Dijo TaeHyung. Como ya hemos dicho, JiMin entrena muy diligentemente para todas las facetas de su vida y el sexo era una faceta importante para el, así que, mientras ensayaba sus coreografías, solía tener algún juguete sexual con el que mantener su ano o su miembro siempre bien acostumbrados y así mejorando sus habilidades cada vez más. Además, le servían como distracción al ensayar baile, por lo que, cuando no los llevaba, en el escenario, era aún mejor bailando.
- Las nuevas bolas chinas que me regalo Jin-Hyung. Son muy buenas para reforzar los músculos de mi recto. Así os puedo apretar mucho cuando me penetráis. - Pronuncio con total soltura.
- Qué aplicado. - Pronunció HoSeok sonriente. - ¿No crees, Tae?
- Además son muy suaves y estimulantes. - Añadió cambiando de postura para estirar. Claramente no había sido una postura accidental. Quería que vieran bien todo lo que marcaban sus finos pantalones elásticos.
- Pues no te veo duro. - Alegó TaeHyung. Sin duda podía ser el más malévolo de todos con JiMin. Quizá porque eran del mismo año y, dejando de lado el sexo, eran mejores amigos. - Creo que necesitas algo más. - Opinó sacando de su bolsillo un vibrador de bala con mando.
- ¿Qué tal si jugamos un rato, JiMin? - Venían a interrumpir el ensayo de JiMin con unas intenciones muy claras. - Tae y yo queremos follarte. - Sin sorprenderse, claro, JiMin se levantó y se dirigió hacia ellos.
- No sé a qué estáis esperando. - Acepto sin pensar. - Ardo en deseos por saber que habéis traído para mí hoy. - JiMin, por supuesto, había reparado en la mochila que HoSeok había dejado en el suelo. Sospechaba que llevaba algo más que un cambio de ropa en ella. TaeHyung y HoSeok siempre tenían un nuevo plan con el que divertirse. JiMin era su mayor entretenimiento y distracción de su dura agenda de idol. Y JiMin, como siempre, no podía decir que no lo disfrutase enormemente.
HoSeok empezó a devorar los labios de JiMin salvajemente mientras TaeHyung rondaba a su alrededor. El peligroso e ingenioso TaeHyung. Sus ideas siempre eran terribles... Terriblemente deliciosas. Bajó hasta la mitad de sus duros muslos el ajustado pantalón de licra de JiMin para deleitarse con las vistas y su descaro.
- Desvergonzado. - Dijo agachándose para morder una de sus nalgas. - Todo este tiempo sin ropa interior.
- Se me marca mucho con estos pantalones y luego me roza. Es incómodo.
- Di más bien que eres un pervertido, JiMin. - Proclamó HoSeok.
- Sólo un poco. - Reconoció pícaro. - Os estaba esperando. - Aseguró. No supo en qué momento, TaeHyung se había puesto tras él. Cuando le susurró en su oído sintió un escalofrío por todo el cuerpo.
- Ya estamos aquí. - Con su pierna, HoSeok separó un poco las de JiMin dejando que se apoyase ligeramente en su muslo. Bajó las manos más allá de su espalda, apretó sus nalgas y las separó para darle una buena vista a TaeHyung. - Vamos a ver donde estás esas bolas chinas que tanto dices que te gustan. - JiMin se sostuvo a los hombros de HoSeok y se dejó hacer. TaeHyung sacó con cuidado las bolas chinas justo para después introducir el frío vibrador bala.
- Mmng... - Gimoteó complacido.
- ¿Se siente bien? - Preguntó HoSeok metiendo un dedo en su agujero para colocarlo más profundamente de lo que lo había hecho TaeHyung.
- Sí. Pero creo que se sentiría aún mejor si lo encendierais. - Planteó.
- ¡Oh! Claro. - Pronunció el menor como si lo hubiera olvidado. Sacó el control remoto del bolsillo. Lo encendió poniéndolo en una velocidad media. JiMin sufrió un estremecimiento, pero pronto se recuperó. No era algo que le impidiese actuar con normalidad. Sin que entendiera por qué, HoSeok le colocó de nuevo el pantalón en su sitio. JiMin le miró extrañado.
- Es hora de seguir ensayando. - Pronunció con una sonrisa inocente. JiMin sabía que eso no era más que otro de sus ideas lascivas, pero les seguiría el juego. TaeHyung volvió a darle al play de la canción que estaba ensayando JiMin antes de su llegada y, si bien HoSeok se puso a ensayar con él la coreografía, TaeHyung se dedicó a dar vueltas a su alrededor, observándolos. Como bien temía, en el punto álgido del baile, TaeHyung subió del golpe la velocidad del vibrador en su interior haciéndole caer de rodillas al suelo. - ¿Estás bien, JiMinnie? - Le preguntó HoSeok con la misma sonrisa, que ya no era nada inocente.
- S...sí. - Dijo encogiendo los dedos de los pies. La velocidad bajó de nuevo y se pudo incorporar. Siguió a HoSeok de nuevo bailando y entonces, poco a poco, empezó a sentir calor. No era sólo que comenzase a estar excitado, que también, sino que sentía calor real en su interior. EL vibrador lo desprendía y era cada vez más estimulante. - Mmng... - Sus pasos empezaron a hacerse torpes y temblorosos.
- Lo haces mal, JiMinnie. Déjame ayudarte. - Se puso tras él y le abrazó, restregando sus fuertes manos por el cuerpo de JiMin. Pegándose mucho a él, le enseñaba los movimientos como si fuera una marioneta. - Mira, es así. - JiMin se dejaba hacer, pero sabía que no era más que una excusa para que restregar su miembro contra él.
- Está caliente... - Murmuró.
- Sí, pequeño. Yo también lo estoy. - Replicó HoSeok burlón.
- Ahh. - Gimió y se retorció en los brazos de su amante cuando TaeHyung volvió a subir la velocidad. Alcanzado algo de la mochila de HoSeok, TaeHyung se acercó a un acalorado JiMin y pasó por delante de sus ojos una tela oscura con la que taparle los ojos. Al tiempo que HoSeok le ataba la cinta detrás de su cabeza y todo se volvía oscuro para él, algo distinto vibró en el bolsillo de TaeHyung.
- Mánager-Hyung. - Respondió a su teléfono. - Sí. Recibido. En 2 minutos estaremos allí.
- ¿Ocurre algo? - Quiso saber HoSeok mientras JiMin, cegado, aún se encogía excitado en sus brazos sintiendo el calor y la vibración dentro de él.
- Nada. Sólo que es hora de irnos a casa. Nos esperan en el parking.
- ¡Vaya! ¡Qué inoportuno! - Se quejó HoSeok. - Habrá que esperar a llegar a casa. - Formuló llevando las manos al nudo de la cinta de los ojos de JiMin para desatarla.
- ¿Por qué íbamos a empezar de cero si podemos continuar por el camino? - HoSeok parecía más sensato inicialmente, pero las palabras de TaeHyung siempre le convencían a la primera.
- ¿Qué...? - Empezó a decir JiMin. Pero entonces HoSeok, entendiendo la idea de TaeHyung al instante cargó a JiMin en su hombro. - ¿Qué hacéis? Esperad. No podéis llevarme así hasta el parking. Media agencia nos verá. Qué vergüenza. - Expuso. JiMin, que era liberal en cuanto al sexo, no tenía pudor cuando se trataba del resto de los miembros de BTS, pero con el resto de las personas era muy distinto.
- Es tarde. El edificio está casi vacío. - Aseguró TaeHyung. - Y siempre podemos decirles que estamos jugándote una broma. Siempre que lleves los pantalones puesto se lo creerán y tu erección no se ve de la forma en la que te carga HoSeok. - Anunció. - Además, no es como si no hubiera miles de rumores ya en la agencia. - No estaba seguro de que fuera del todo cierto, pero sabía que con esas palabras JiMin sólo se sentiría aún más turbado en el camino. De hecho, no se cruzaron con más de dos personas por los pasillos, que rieron de sus inocentes niñerías, sin embargo, TaeHyung saludó en voz alta a más de cinco, sólo para ver como JiMin moría de vergüenza sobre el hombro del mayor que reía disimuladamente.
- ¿Qué diantres estáis haciéndole a JiMin? - Preguntó SeJin, su mánager desde hacía mucho.
- Nada especial. - Respondió TaeHyung con su resplandeciente sonrisa cuadrada.
- Debéis ser más discretos. - Les reprendió NamJoon. - Cualquiera en la agencia puede expandir rumores extraños.
- Claro, señor backstage. - Se burló HoSeok.
- Ten un poco más de respeto. - Formuló YoonGi. - Es tu líder. Como uno de los hermanos mayores, YoonGi no soportaba bien las faltas de respeto.
- Pobre de mi JiMinnie. - Pronunció Jin quejicoso. Sois unos brutos.
- ¿Soy el último? - Dijo JungKook llegando corriendo al parking.
- Sí, parece ser que ya no queda nadie más por verme hacer el... ah... ridículo. - Gimoteó cuando TaeHyung volvió a subir la vibración. Por pura casualidad se habían quedado todos en la agencia hasta tarde en sus diferentes estudios y salas por una u otra razón.
- No seas tan quejicoso. - Alegó HoSeok dándole una palmada en el trasero. - Si te encanta.
- Vamos, subid al coche de una vez. - SeJin rodó los ojos. Era el único, junto con el CEO Bang fuera de los siete del grupo, que conocía la verdad. Era inevitable que se enterara eventualmente pues su trabajo era saber qué estaban haciendo lo chicos en todo momento y así poder cuidarles. No le parecía mal, pero tampoco bien. Pensaba que si así podían desestresarse un poco y eran más felices no debía meterse en sus asuntos, menos ahora que ya todos eran adultos. Tan sólo estaba un poco preocupado por la salud de JiMin, estos seis chicos podían ser muy intensos, por muy fuerte que fuera el bailarín. Claro que sabía que su salud también era primordial para los demás, así que confiaba en ellos.
Durante el trayecto, no liberaron a JiMin de la venda y TaeHyung siguió jugando con el control remoto ante la vista de todo el grupo presente mientras SeJin conducía ignorante a lo que sucedía en la parte de atrás. Tampoco tenía ninguna intención de querer saberlo.
- Aligera un poco, Tae. - Le dijo YoonGi. - Acabará teniendo un orgasmo aquí.
- Lo dices como si eso no fuera maravilloso. - Se burló Jin mientras JiMin se acurrucaba tembloroso contra el hombro de HoSeok y TaeHyung acariciaba sus piernas con la suavidad que no estaba teniendo con el control remoto.
JungKook miraba fijamente la escena sin decir nada relamiéndose los labios de tanto en tanto. Seguramente recordando la última vez que había estado con él, o imaginándose la próxima. Esa noche dejaría que fuera de TaeHyung y HoSeok, ya se lo cobraría más adelante.
- Sólo tened cuidado esta noche. Mañana tenemos concierto.
- Tranquilo, Nam. - Comentó abrazando a JiMin pegándole más a él. - Le trataremos bien. - Susurró.
- Mmmng... - Se revolvió. - ¿Podéis dejar de hablar de mí como si no estuviera aquí? Estoy ciego, pero puedo oíros. - La ternura de sus palabras terminó sacando una sonrisa a todos los presentes que, al fin y al cabo, decir que estaban a merced de sus encantos sería más cierto que decir que JiMin estaba a servicio de ellos.
Al llegar a la enorme casa, muy distinta a la que tenían al comenzar toda aquella aventura juntos en la que compartían los siete una misma habitación, lo que complicaba las cosas, fueron a la habitación de TaeHyung, que era la que tenía la cama más grande. HoSeok prácticamente le lanzó sobre el mullido colchón y se apresuró a ponerse sobre él sin resistir más el apoderarse de sus labios.
- Aah... no aguanto más. - Se quejó.
- Vamos, JiMin. No mientas. - Se burló TaeHyung.
- El que no aguanta más soy yo. - Declaró HoSeok desvistiéndole y desvistiéndose.
- Qué par. - Rió TaeHyung empezando a desabrochar el pantalón de su propio pantalón. Él no iba a ser menos, claro.
Ambos se tomaron un instante para ver a JiMin retorciéndose de placer, encogido y desnudo sobre las blancas sábanas. En un momento de debilidad, sintiéndose solo y desatendido, llevó la mano a su entrepierna.
- No no no. - Se apresuró a detenerle TaeHyung. - ¿No serás tan malo de disfrutar tú solito?
- Aaa... - Se quejó. - Pues venid aquí entonces. - Dijo alargando un brazo intentando alcanzarlos. HoSeok entrelazó sus dedos con los suyos y se acercó a él abrazándole y sentándole en la cama.
- Lleva las manos atrás. - Le pidió. Y acto seguido le ató las manos a la espalda con una cuerda suave.
- Las piernas también, JiMin. - Anunció HoSeok. - Ábrelas. - Aprovechando la increíble flexibilidad del bailarín, ataron sus muslos con enredados nudos de forma que era incapaz de cerrar las piernas. - Precioso. Ahora eres todo nuestro. - No es que existiera ninguna relación de roles entre ellos o que necesitaran atarle para que les dejase hacerle cualquier cosa, solamente era una buena forma de obtener momentáneamente una posición de poder con la que divertirse juntos.
- Aún falta una cosa. - Opinó TaeHyung. - No podemos dejar que se corra antes de tiempo. - Declaró como si de una obviedad se tratase. JiMin sintió el pequeño anillo de acero, frío e implacable recorrer su longitud y abarcar también sus testículos.
- Ahh... Qué cruel... - Sollozó. - Quítame al menos el vibrador. Me siento arder. - Rogó.
- Claro que voy a quitarlo, hermoso. - Formuló HoSeok. Metió dos dedos dentro de él y con toda la suavidad que supo, sacó el vibrador de su interior. Luego acarició sus piernas, su vientre y cintura para acabar sosteniéndole y colocándole mejor sobre el colchón, con el cuello casi enteramente fuera de la cama, lo que le obligaba a tener la cabeza echada hacia atrás. JiMin sabía bien el motivo. - Esta es la postura perfecta para nosotros. - Señaló el mayor de los tres colocándose entre sus piernas obligadamente siempre abiertas por las cuerdas. Gimió complacido cuando sintió ser penetrado por HoSeok con calma y abrió más la boca porque sabía que, aunque no le viera, TaeHyung estaba esperando para obtener una grata felación. Esa postura, con la cabeza inclinada hacia atrás dejaba la garganta completamente recta, lo que le permitía tragar su longitud profundamente con facilidad. HoSeok ya se mecía dentro y fuera de él con habilidad mientras TaeHyung le torturaba no dejándole más que rozar su miembro con la lengua.
- Tae... - Se quejó. - Déjame tenerlo dentro. Quiero ... aah... saborearlo. -
- Como quieras. - Proclamó introduciendose con cierto cuidado en su boca. DEbía deja que fuera JiMin quien marcara el ritmo de su garganta pues él podía hacerle algo de daño y para un cantante como él podía ser una tragedia. Aunque él solía decir que tragar el semen de NamJoon antes de una actuación le aclaraba la voz y que tener un orgasmo siempre le hacía cantar dos tonos por encima, lo que le encantaba poder llegar a todas sus notas con facilidad. El grupo sospechaba que sólo era porque cantaba más feliz y relajado después de tener sexo.
Disfrutó de sentirse lleno por ellos. No le importaba no ver, no le importaba no poder casi moverse mientras les sintiera cerca, a ser posible dentro de él. Su cuerpo sólo estaba más excitado que nunca al poder aprender a valorar sentidos que siempre parecían estar en segundo plano. La vista y el tacto siempre parecen lo más importante en el sexo. Pero ¿qué había de ese olor a sexo que inundaba la habitación? Nunca antes lo había percibido con tanta claridad. Ardiente y embriagador en sus fosas nasales. Podía escuchar mejor que nunca los sucios sonidos que hacía el cuerpo de HoSeok al chocar contra el suyo. Un sonido húmedo y excitante. Y su respiración, pesada pero constante. Era un deleite. Pero quizá lo más desapercibido era el gusto.
- Qué rico sabe. - Dijo cuando TaeHyung se apartó un poco para dejarle respirar.
- ¿Te gusta? - La voz de TaeHyung se volvía, a diferencia de la de JiMin, más grave al sentir placer.
- Es salado... - Pronunció mientras daba largas lamidas en su mimbro. - Y jugoso. - Tragó y chupó con ganas. - Tan... aaah... delicioso.
- Aahh. - HoSeok sufrió un espasmo que JiMin sintió como propio y se lo transmitió a TaeHyung luchando por no cerrar los dientes y hacerle daño. HoSeok le cogió con más fuerza por la cadera para penetrarle más severamente. - Ahhh. Me voy a correr. - Anunció.
- Vamos, JiMin. - Le animó TaeHyung. - Apriétale como tú sabes para que se corra mucho y muy fuerte dentro de ti. - No era cuestión sólo de estar apretado. Los músculos de JiMin sabían como y cuando endurecerse.
- ¡Ah! Un poco más. Ahhh... - Gemía HoSeok descontroladamente. - ¿Cómo es posible...? - Seguía sorprendiéndose con lo bueno que era JiMin a pesar de todo ese tiempo juntos. - ¡Ah! Ah... - Apretó los dientes y JiMin sintió esparcirse su cálida esencia dentro de él llenándole de forma abrumadora. Salió con cuidado.
- No dejes que salga nada, JiMin. - Le pidió TaeHyung con urgencia. - Quiero que tengas nuestros dos espermas dentro. - Se apresuraron a cambiar puestos y JiMin dio un pequeño grito al sentir a TaeHyung introducirse en él de golpe. No era fácil acabar con un uno y empezar con otro de esa forma. Especialmente haciendo lo imposible por que nada saliera de él, tal y como le había dicho TaeHyung. Él también quería sentirse completamente lleno con la esencia de los dos.
- Vamos, JiMin. - HoSeok colocó su rostro junto al suyo y le oyó jadear con dificultad. - Dánoslo todo. - Dijo aspirando su respiración con fuerza justamente antes de besarle con fuerza y degustar así el sabor que TaeHyung había dejado en su boca.
- Ah... ah... Hobi... - Dijo con todo su ser temblando de puro placer. - No puedo más. Voy a estallar.
- Un poco más. - Le animó acariciando su cuerpo. - Eres tan hermoso. - Susurró en su oído mientras no podía hacer otra cosa que gemir desesperado.
- JiMin. - La voz grave de TaeHyung retumbó en la habitación. - Se siente tan bien dentro de ti. - Jadeaba con violencia y se esforzaba por hablar sabiendo que a JiMin le gustaba. - Dame más JiMin. - Una y otra embestida hacía estremecer el cuerpo lascivo y sudoroso del bailarín. - Voy a... voy a venirme. - Dijo cuando su voz ya no salía tan firme.
- Hazlo ya. - Rogó. - No puedo más. Déjame correrme contigo. - Las manos de HoSeok recorrieron su cuerpo en respuesta y llegaron hasta su miembro liberándolo al fin del anillo y le acarició para ayudarle a recomponerse y poder venirse. TaeHyung habría caído, agotado, bruscamente sobre JiMin de no ser porque HoSeok le abrazó y le sostuvo. Enredados los tres, temblaron de pasión. TaeHyung se corrió finalmente dentro de JiMin y este lo hizo en la mano de HoSeok. Muy lentamente, disfrutando del cálido momento, salió de él. JiMin sintió con todo detalle aquello que HoSeok y TaeHyung veían con delicia. El semen de ambos escurría desbordante fuera de JiMin. En la habitación sólo quedaban las respiraciones agitadas y el fuerte olor a sexo. Desatando diestramente las cuerdas que lo aprisionaban y soltando la venda que le impedía ver, los tres se observaron mutuamente, sentados y calmados sobre la cama, recuperando el aliento.
Quizás no era lo más convencional, pero era especial. Se entendían. Había un pacto intrínseco y silencioso entre los siete. JiMin lo había iniciado, pero hacía tiempo que no era sólo cosa suya. BTS era fuerte porque estaban juntos y su unión, lejos de ser un juego de niños, era más sólida que cualquier cosa. Su confianza, su lealtad, su devoción. El sexo era excitante, liberador, íntimo y apasionado, pero el amor que sentían entre ellos era el cemento que construía los cimientos de su grupo, de su peculiar familia. Su vida era la música y la familia. Y mientras su secreto estuviese oculto en el backstage, lejos de miradas curiosas, del odio y los prejuicios de la sociedad que no les entendería, todo seguiría siendo excitante, liberador, íntimo y, sencillamente, perfecto.
¡¡¡¡COMENTA Y VOTA!!!!
Hola!!! Hacía bastante que no escribía un one-shot. Esta vez tocó que fuera especialmente subido de tono. No era lo que se había planeado inicialmente, que iba a ser simplemente un trio, pero al final me gustó esta idea que abarcaba más. Espero que los hayáis disfrutado también.
Este one-shot lo hice de manera extraordinaria por petición de EgoxOnix, que hace poco fue su cumpleaños!!!
Muchas gracias por leer!!!
Un besazo!!!!
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