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Capítulo 4

BackPack
Capítulo 4
Punto de vista de C1464, ¡Digo de Yami! (-.- ¿Ni eso puedes hacer bien?)
¿A dónde voy? No conozco para nada este planeta, ni sus costumbres ni tampoco se como debería de andar. Pero, no puedo encontrarme con ningún humano, ellos me tendrán miedo, y no quiero volver a trasmitir miedo. No quiero volver a tener... ese Pepinillo. Un momento... ¡Pepinillo rima con pesadilla OwO!
La noche estaba tranquila, no hay ruidos, ni sonidos, ni nada que pudiera perturbar la paz del barrio. Mis pasos no producían sonido en el césped. Mis manos en mis brazos tratando de dejar de sentir trío. ¿O era frío? No sé, las palabras de Yugi no me son transparentes. Suspiro, quisiera que por alguna vez pudiera tener un amigo sin que este me...
Fin punto de vista de Yami.
-Auch... - se quejó del dolor. Se levanto del suelo algo lento. Todavía le costaba mucho caminar, era complicado entender en que momento debía levantar el pie, cuanto levantarlo, cuando apoyarlo de nuevo, como manejar el equilibrio... En fin, muchas cosas. Se veía obligado a irse por la parte trasera de los jardines para evitar un contacto no esperado y ojos ajenos. Pero las limitaciones entre casa y casa le incomodaban un poco por lo grandes que eran. Estas limitaciones o cercas de manera se hacían cada vez más frecuentes, y siempre tenía que transformarse en su forma original, pasar la cerca como si nada y luego en su copia humana para que ojos ajenos no le descubrieran tan fácil. Cuando atravesó la última casa con cercas, quedo a merced de la calle. No habían peatones ni vehículos a la vista. Estaba seguro, o al menos eso creía. Se trasformó a su forma de copia y camino algo tembloroso, tratando de entrar en calor y de encontrar a su nave espacial en aquel parque. Iba a ser difícil, y más después de aquel aterrizaje forzoso que tuvo. En el recorrido paso la calle y se fue por el anden, además, empezó a ver las apocadas casas que estaban a lado de su vista. Al mismo tiempo en el que recordaba parte de lo ocurrido antes de ir a la casa de Yugi.
Había sido una decisión de última hora visitar el planeta tierra o como ellos lo llamaban el NC1464. Al principio solo era una misión de reconocimiento, tenía que hacer algo demasiado simple, aterrizar en el planeta, estar una luna terrestre en ese lugar, conseguir algo de información para la fuente de datos de su especie. Nada más. Pero antes de bajar tenían que observar por semanas un hogar o colonia donde creerían que seria oportuno quedarse.
Se fijó en el tricolor original por una razón muy sencilla, era un candidato perfecto. Los largos tiempos solo, las largas horas de estar viendo el espacio hacia que Yami se le facilitaría el trabajo al estar en el cuarto. Una vez allí podría estudiar todos los objetos que tuviera. Libros, cuadernos, libros, diarios, revistas, en fin, todo. Pero, con el tiempo el alíen empezó a desarrollar algo propiamente humano. La curiosidad. Sólo pasar una semanas mirando la vida del de los ojos amista, vasto para que el interés surgiera. En su especie eso era una total evolución, siempre se habían caracterizado por tener una mente sin sentimientos, pero no por que no lo quisieran, si no por que su genética no estaba diseñada para ello. Pero ahora, uno de los suyos empezaba a tener este tipo de sensaciones. Empezaba a tener sentimientos y emociones. Pero, ¿quien dijo que serían aceptadas al instante? Suspiro, le estaba preocupando lo que podría pasar después, el constante bombardeo de información lo estaba dejando atónito. Por un momento decidió volver a su forma original para que este bombardeo cambiara un poco. Después de unos segundos así, volvió a su forma de copia y siguió combinando, esta vez ocupando su mente en observa aquello que estaba a su alrededor, aunque, olvido cerciorarse de que estaba solo. Grave error.
Ese ruido intento no llegar a serlo, pero fracaso, el tricolor copia logro escucharlo. Se volteó. El rubio fue descubierto. La bolsa de compras estaba en el piso. estaba derramado hasta el mas pequeño vegetal o fruta que antes estaba e en aquella bolsa caída. El tricolor copia descubrió la emoción del asombro y el sentimiento del miedo al mismo tiempo. Primera vez que sus ojos se abrieron como platos. Retrocedió un par de pasos. Su corazón latía a mil. No podía evitarlo. El miedo, la presión. Empezaba a afectarle. Tenía que salir de allí, ahora. ¡Corre! ¡Corre Yami corre! ¡Corre como el viento que cambia de dirección gracias a Toon Link! ¡Corre hasta que te caigas desmaya...! ¡No era literal! ¬3¬ Dios, para ser una especie súper avanzada no resisten ni dos pasos corriendo.
-U.. Un... ¡Un monstruo!-dijo el rubio aterrado. Pues, ¿Cómo no estarlo? Había estado allí e desde hacia ya rato, además de que había visto la forma original de Yami ¡Y peor aún! Su transformación. El tricolor al escuchar tal nombre le asusto un poco, ya sabía su significado. No, esto era lo que justamente el debía de evitar, que lo vieran como un monstruo. Tenía que hacer que este humano se tranquilizara de algún modo.
Pero, el rubio de ojos miel al parecer no quería dejar estar algo asustado por la imponente especie que veía ante sus ojos, miles de preguntas se hicieron presentes ¿El podía cambiar de formas? ¿Cómo? Y si es así, ¿El había estado mezclado entre nosotros? O peor aún ¿Habrían más como este sujetó de allí? ¿Decenas? ¿Cientos? ¿Miles? ¿Más de mil millones? ¿Estaban dominando al mundo? ¿El sistema solar? ¿La galaxia? ¡¿El universo entero?! ¡¿Y ahora que?! ¿Harían...? ¿Saben que? ¡Me canse de tantas preguntas! ¡Es hora de la acción! El de los ojos miel... (¡Oye! ¿Cómo se te ocurre saltarte algo así?) Esta muy aburrido -.- (¡Es parte de lo que se cuestiona un personaje! ¡No te lo puedes saltar así como así!) Pues mira como lo hago *sonríe* El de los ojos miel casi como una reacción automática, agarro su celular y empezó... (¡Que no te la puedes saltar!) ¿Y quien eres tu para impedirlo? (Pues la persona que te da un banano por cada capítulo que narras, ¿No será?) ¡Ni siquiera es eso! ¡Firme por que me pagarán con una sandía! ¡¿Entiendes?! ¡Sandía! (¡Que no es una sandía! ¡Es un banano!) ¡En el capítulo pasado dijiste que era una piña! ¡Decídete de una vez! (¡Yo nunca he dicho eso!) ¡Bien! Tocara a las malas, ¿Acaso quieres quedarte sin narradora? (o_oUu nop) Entonces, ¡págame mi sandia ahora! (No puedo OnO) Así ¿Y cuál es la excusa si se puede saber? (Soy pobre OnO ;n;) -.- Bien, págame después pero ¡Págame! (Vale, vale, te pagare con tu banano al terminar este capítulo -.-) ¡¿Banano?! ¡Sandía! (¡Banano o nada!) -.- Ash... Bien, bien, sigamos.
El rubio de ojos miel, reacciono de una forma un tanto peculiar, en vez de agarrarse a correr como cualquier persona normal, agarro su teléfono y empezó a marcar. Yami se levanto algo aturdido y miro al de los ojos miel. Un fuerte chirrido irrito los oídos de nuestro segundo protagonista Yami, rápidamente se acerco al rubio como pudo. Aunque algo torpe, la mano del rubio paso a estar dentro de la boca del tricolor mayor, esto no hizo más que dejarlo aterrado. Pero como había pasado hasta ese entonces, tan pronto como entro, tan pronto como salió. Aunque, ¿dónde estaba el celular del rubio?
-¡M-Mi celular!-Gritó alterado el rubio, miro su mano por delante y por detrás. Aire. Aire fue lo único que en... ¿Qué? ¿Cómo que no fue solo aire? ¿Qué había una especie de baba allí también? ¬3¬ Podrían habérmelo dicho antes. Ejem. Baba. Baba fue... ¿Cómo que no tenía que repetirlo? -.-# ¡Decídete alguna vez! Miro al de los ojos rojos con una mirada asesina que desapareció para convertirse en una de confusión. Eructó. El primer eructo de Yami resonó por toda la cuadra. Sus manos se posaron suavemente en su estómago. ¿Qué había sido eso? Sintió que un escalofrío pasaba por su cuerpo y su estimado estomago gruñía. Algo no andaba muy bien.
-¿Q-Qué ha sido eso?-dijo Yami con confusión. Se sentó en la fría acera que estaba bajo sus pies. No podía soportar tal dolor, la cabeza le estaba doliendo, sus gruñidos en el estomago no paraban, de sentía que algo se le estaba... ¿Devolviendo? No lo sabe, una sensación nueva para él. Pero una no muy agradable. El mareo y el gruñir de su estomago, están dominando todo su cuerpo. El dolor era algo casi que insoportable, y más para él alíen, puesto que nunca antes había visto venir estas sensaciones, o bien, malestares. Pero eso no le impidió decir estas palabras:- No voy a hacerte daño... Yo vengo en paz- El alíen, totalmente enfermo y debilitado por lo que había digerido, se acerco gateando a las frutas y verduras que estaban espaciadas por el suelo. Una a una las recogió y las metió de nuevo el la bolsa. Se levanto y le dio la bolsa al contrario. Este último la tomo solo por inercia y se quedo en shock.
El tricolor copia, con mucha dificultad y tambaleando, se fue alejando lentamente. ¿Qué a dónde iría? ¿Y por qué diablos debería saberlo yo? ¡Pregúntenselo ustedes pero a mi no me metan en esto! ¡Además eso ya lo dije! ¡Y no quiero repetirlo!
Cuando su desnuda espalda fue notada por el rubio, este sintió algo de... Incomodidad. No lo había notado para nada. Pero no podía dejarlo así. Tenía que hacer algo. Estaba más que enfermo. Al menos para que pasara desapercibido ante la sociedad. Suspiro. ¿Qué más daba? No era la primera vez que su nobleza le hacia hacer cosas que tal vez no debería. Además, debía de recuperar su celular o lo que quedara de el.
-¡O-Oye!-Gritó para llamar la atención del recién ido. Lo tomo del hombro. Para llamar su atención. El aludido se puso tenso, no sabía como reaccionar. Sólo se quedo allí, sin hacer algún movimiento y sonido. -Etto, ¿Estas bien? -El rubio le volteo. Viendo su cara supo en seguida lo evidente. Ambos estaban asustados del otro. Ja, ¿Y apenas se daba cuenta? Que despistado. -Ah... ¿Q-Que eres?- Dijo dudando un poco de sus palabras. El otro no sabía que decir, pero era lo mismo que Yugi le había preguntado. Al menos sabia como responder.
-Yo... Yo soy un Alíen- Dijo recordando la primera conversación con Yugi. Aunque, la reacción del rubio fue muy distinta.
-Oh... Ah... Y ¿C-Como te llamas?-Dijo el de los ojos mieles tratando de sonar natural, como si estuviera con un nuevo amigo. Otro ser humano.
-Pues...-Empezó a decir, pero al recordar como Yugi prefería decirle, decidió decir ese único nombre. -Yami. Me llamo Yami. -dijo todavía rígido. No comprendía. No comprendía el porque le estaba empezando a comer confianza aquel humano tal vez no todos le tendrían miedo, pero no estaba muy seguro de ello.
-Bien... Eh, Yami. No se sí lo sepas pero tu estas...-Hizo una pausa y dudo un poco.-Amm... desnudo-Soltó por fin. No sabía como se lo tomaría. Tal vez bien o tal vez no.
-¿Ah?
-Eh... Sin ropa, para que lo... Entiendas.-dijo tratando de elegir sus palabras de buena manera.
-Ah ropa es aquello que te hace evitar el trío ¿cierto?-Dijo recordando la descripción que Yugi le había dado sobre aquello a lo que ellos denominaban ropa.
-Si... ¡Si! Quiero decir, ¿No querrás decir frío?-Dijo tratando de entender sus palabras puesto que algo no encajaba bien en la frase. Prosiguió- En fin, tu... Me hiciste un favor, supongo que debo de devolverte con la misma intención aquel gestó ¿no?-Trataba de que sus palabras fueran lo más explicativas posibles, así, no lo confundiría. El contrario tanto un poco en comprender todo y en formular una respuesta que creyera que era correcta para la situación. Sus recuerdos de Yugi le ayudaban un poco.
-Muchas gracias, pero no es... -empezó a decir, pero fue interrumpido.
-Mira Yami... Estas... Sin ropa y eso, llama mucho la atención, y si llamas la atención las personas te... -pensó, ¿Que palabra podría ser apropiada? Al rato hablo de nuevo-Atraparán, y no podrás volver a casa. Harían, experimentos contigo.
-¿Eh? -Le miro con cara de confusión. Experimentos. Esa palabra ya la había oído de Yugi. ¡Claro! ¡Los experimentos de los extraterrestre eran una forma en la que los humanos creían que estos venían a la tierra! Ahora tenía más sentido por que en la primera impresión le había algo de miedo. Pero todavía no le quedaba claro, ¿por qué que haría experimentos con un ser humano indefenso? ¡Eso es algo que definitivamente no haría! ¿Acaso pensaban que los extraterrestres no tenían alma?¿O qué? ¡No tenían sentimientos eso es verdad! ¿Pero eso significa que eran malvados? Ahora comprendía, ese... Presentimiento era un gran enemigo, tendría que "combatir" contra el-Experimentos..-Repitió a modo de respuesta, como si le preocupara. Pero muy lejos de la realidad no estaba.
-Si, y yo, para devolverte el favor te... Ayudare a conseguir ropa. -dijo el de los ojos miel, tal vez esperando una respuesta negativa, aunque eso era poco probable, no descartaba la poco leídas del "No".
Yami lo pensó por un momento. Su mente todavía era algo pequeña, y no podía ver el doble sentido de las cosas, así que si el rubio tenía otra intención para llevárselo a alguna otra parte, se dejaría. No tenía consciencia de la maldad. Así que, no se negaría, pero se tendría que cuidar para que el no le tuviera miedo.
-Bien-Fue lo único que dijo. Nada más. Debido a si incredibilidad, el rubio tardo un poco en responder.
-Vale, pero, necesitamos que te escondas en alguna...-Empezó a pensar, no era el más inteligente pero si se las podía ingeniar para solucionar tal problema. Ya. Lo había resuelto, de una manera no muy convencional, pero lo había resuelto. -Cosa. ¡Ya se! ¡Entra a mi maleta!
-¿Que?-respondió totalmente perdido. Claro que sabía que era una maleta. Pero, ¿Meterse en ella? ¿Cómo? ¿Por qué?
-¡Si! Puede esconderte aquí- volteo su maleta para mostrársela al tricolor. Este último ni la había notado. -Entiendes ¿Verdad? -cuestionó el rubio al ver la cara de confusión del tricolor.
-Ah... Si, es sólo que...-hizo una pausa, no sabía como expresarse bien. -No se... Como amm ¿se dice hacerlo?-preguntó esperando que el contrario le comprendiera. El rubio entendió.
-Oh... ¡Pero te puedes trasformar el baba! ¡Eso podría ayudar...! Creo...
-No estoy muy seguro...
-¡Oh! Pero intentemos de todos modos, la maleta es grande, tu puedes caber allí. -mostró el interior de su maleta. En efecto, era grande y casi no tenía nada allí adentro. Podría caber si se convertía en baba y reducía su tamaño. Suspiro. En menos de 10 segundos ya estaba adentro de la maleta. El contrario se sorprendió de sobremanera por la rapidez del alíen. Rápidamente se puso la maleta al hombro y se dispuso a irse a casa como alguien completamente normal. -Apropósito, mi nombre es Joey, Joey Wheeler.
No recibió respuesta alguna.

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