extra
╔══════════╗
w e d d i n g
part two
╚══════════╝
⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Cristine tapaba disimuladamente su boca con una mano para evitar reír a carcajadas. Tony había decidido que ese día irían a probar los platillos y bocadillos para la boda. Pero el hombre llevaba más de dos horas degustando diferentes tipos de hamburguesas y al final no le había gustado ninguna, por lo que se colocó junto al chef y comenzó a preparar una que fuera de su agrado. El chef, aunque no muy contento, miraba con atención la preparación de Tony y tomaba nota de todo.
Tony era el más emocionado por ese evento, realmente se esforzaba porque todo quedara excepcionalmente perfecto. Volverse a casar con su linda esposa era algo que realmente le emocionaba muchísimo y todo el mundo lo podía notar.
Sobre todo porque esta vez no tenía ningún límite o restricción. Incluso había dejado de ser tan insoportable, hasta parecía decente. No había discutido tres horas con Rogers e incluso había dejado de provocar a los demás miembros del equipo.
Y el equipo, estaba eternamente agradecido con Cristine por ello.
Cristine lo tuvo que arrastrar hasta la salida cuando comenzó a decirle a la planificadora de bodas que quería un unas grandes letras con sus iniciales y que soltara chispas y pequeños fuegos artificiales.
—Tony... en serio no es necesario todo eso.
El hombre levantó su dedo índice y su otra mano la puso en el hombro de la chica.
—Cris... dijiste que podía hacer todo lo que quisiera, ya no te puedes arrepentir, cariño.
La chica colocó sus manos en la cintura del hombre.
—Lo sé, pero... —suspiró y se quedó en silencio un largo momento— sólo evita cualquier cosa que tenga fuego. Incluyendo fuegos artificiales dentro del salón.
Tony lo pensó por un momento.
—Bien —besó su frente.
Al final y luego de cierta insistencia por parte de la chica, decidieron no hacer la boda en Hawaii y se quedaron con Nueva York. Había un lindo lugar, con mucho espacio, perfecto para la ocasión. Además, la lista se redujo a quinientos invitados únicamente.
Sería una fiesta de etiqueta, muy elegante y bastante sofisticada. Muchos morían por asistir -casi literalmente- y varios medios ya habían solicitado permiso de estar en recepción para tener la nota.
▪︎▪︎▪︎
Cristine, Natasha y Wanda estaban juntas para recoger el vestido de la primera.
Romanoff le había recomendado a un excelente diseñador y luego de que Cristine le diera sus ideas, el hombre había hecho su magia. Luego de dos semanas y media de espera, era momento de ir a recogerlo. Wanda estaba emocionada y había preguntado si podía ir con ellas. Claro que una opinión extra no vendría nada mal.
La chica no quería algo completamente blanco pero sí que luciera elegante y sofisticado, digno para la ocasión. El resultado final fue un vestido largo, la falda en color blanco y la parte de arriba en color rojo con algunos detalles dorados.
Era simplemente perfecto y a las tres les encantó.
—Es precioso, Cristine —aseguró Natasha.
—Creo que te queda fenomenal —esta vez habló Wanda.
Cristine se miraba en el espejo con los ojos cristalizados. Se sentía más hermosa que nunca y sabía que a Tony también le gustaría.
—¿Realmente me volveré a casar con esto? —no logró aguantar las lágrimas ni un momento más. Estaba tan emocionada que ni si quiera ella se lo creía.
Fue Natasha la primera en acercarse para darle un cálido abrazo.
Luego de la prueba de vestido, las tres se retiraron para pasar una tarde de chicas. Cristine la pasaba muy bien con ellas pese a que no eran exactamente las mejores amigas.
▪︎▪︎▪︎
El gran día había llegado. Cristine y Tony no se habían visto desde hacía tres días. El hombre había mandado a su esposa a un spa junto a las otras dos chicas para que se relajara. Sabía lo nerviosa que se iba a poner y no quería causarle más estrés.
La rubia se miraba en el espejo mientras terminaban de peinarla y aplicarle maquillaje. Quería ahogar sus lágrimas pero resultaba complicado. Aunque fuera la segunda vez que se casaba con el mismo hombre, no dejaba de ser un momento sumamente especial.
Se sentía como la primera vez, incluso un poco mejor. Natasha y Wanda estaba junto a ella tratando de darle ánimos y evitando a toda costa que comenzara a llorar.
—Listo —indicó la estilista— luces maravillosa, querida.
—Gracias —liberó un profundo suspiro antes de ponerse de pie para comenzar a vestirse y dar lo últimos toques a su vestido.
Llamaron a la puerta, Wanda abrió sólo un poco para mirar quién era y al descubrir que era Pepper, la dejó pasar. La mujer estaba pálida y con una expresión de preocupación.
—¿Qué pasa? —fue Natasha la que se animó a hablar.
Pepper permaneció en silencio un largo momento mirando a todas las chicas. Debía ser cuidadosa con sus palabras para no alterar a nadie.
—No sabemos dónde está Tony —dijo al fin— hemos estado tratando de contactarlo pero no hay señal de él.
La habitación quedó en completo silencio.
Ctistine fue incapaz de decir nada. Debía recordarse que no debía ponerse nerviosa, Tony lo había planeado todo con mucho cuidado y no sería capaz de arruinarlo. Seguramente había tenido alguna clase de emergencia y pronto estaría de regreso.
—¿Cristine? —esta vez Potts se dirigió a la chica y la miró preocupada— ¿qué hacemos?
—Esperemos. Tal vez puedan entretener a los invitados algunos minutos más, seguramente le tendremos que pagar al juez por el tiempo extra.
—Yo me hago cargo —indicó Pepper antes de salir corriendo.
—Yo iré con Steve para buscar a Tony —Natasha se acomodó el vestido y tomó su celular con fuerza— ten el celular cerca por si a caso.
—Yo me quedaré contigo —Wanda colocó su mano en el hombro de la chica.
—Gracias. Intentaré llamar a Tony, tal vez me conteste.
Los minutos comenzaban a transcurrir, no había noticias de Tony y todos comenzaban a ponerse nerviosos pues ni siquiera atendía las llamadas.
Algo parecido a una explosión resonó por todo el edificio. Wanda y Cristine se pusieron de pie mientras se miraban alarmada. El celular de la rubia comenzó a sonar y rápidamente atendió al notar que era Natasha.
—Llegó. Parece que tuvo algunos inconvenientes pero ya va a comenzar, sólo irá a vestirse.
—¿Puedes pasarme a Tony, Natasha?
—Hey, cariño —escuchó la voz del hombre y se sintió aliviada, como si un peso desapareciera de sus hombros— lo siento, creí que llegaría a tiempo. Pero ya estoy aquí y nos casaremos en unos minutos.
—Tony, ¿seguro que estás bien? Podemos... podemos retrasar esto algunos días más si es necesario.
—Nada de eso. Sólo dame unos minutos para ponerme el bonito traje que escogí para ti.
—Te amo, Tony. Sólo tú puedes llegar una hora y media tarde a nuestra boda y no hacerme enfadar.
El hombre dejó salir una risa.
—También te amo, cariño.
La estilista volvió a retocar el maquillaje de la chica y acomodó algunos mechones que habían escapado.
Pepper regresó a la habitación, esta vez con una gran sonrisa y muy emocionada.
—Es la hora —indicó— recuerda que primero será la anulación de su primer matrimonio y luego firmarán el nuevo.
Cristine liberó un poco de aire.
—Entiendo —bajó un poco la mirada, nerviosa— uh, antes no te lo he preguntado pero... ¿sabes si vino mi familia?
La mirada de la mujer fue suficiente para Criste y comprender que no habían asistido.
—Lo siento.
—No importa. ¿Podrían darme un momento a solas?
—Por supuesto. Te esperamos afuera.
Todos los presentes salieron de la habitación dejando a solas a la chica. Se volvió a mirar en el espejo apreciando su aspecto. Ya lo había hecho una vez, podría hacerlo de nuevo.
—Estoy lista —murmuró para sí misma.
Salió de la habitación, donde se encontró con Wanda y Pepper. Esta ultima le extendió el ramillete
—Uh, Cristine —le habló Pepper— Tony tiene un poco de sangre en la ceja. Lo quisimos maquillar un poco pero se negó, tal vez lo puedas convencer para que se ponga un poco y no salga con sangre en las fotos.
La chica rió un poco.
—Haré lo que pueda.
No era una boda religiosa, ya que ninguno de los dos lo quería así pero disfrutaban del pequeño espectáculo.
Cerró los ojos un momento antes de entrar a la gran sala y finalmente se miraron a los ojos.
Tony dio un paso atrás para no caer mientras una tonta sonrisa se asomaba en su rostro. Era simplemente maravilloso ver a la mujer que tanto amaba vestida de esa manera para volver a unir sus vidas.
Cristine dejó ver una gran sonrisa mientras caminaba. Estaba contenta. Cuando estuvo más cerca logró ver los rastros de sangre en el rostro de Tony.
Se tomaron de las manos cuando estuvieron lo suficientemente cerca.
—Hola, ¿vienes sola? —habló coquetamente Tony, alzando y bajando las cejas.
—Lo siento, hoy me caso.
—Que sujeto tan afortunado.
—Tal vez yo soy la afortunada.
Comenzaron firmando el acta de divorcio y luego firmando la nueva de matrimonio. El salón se llenó de aplausos y gritos.
Tony tomó con suavidad las mejillas de la chica y finalmente se unieron en un profundo beso.
—Tengo un regalo para ti —murmuró la chica a escasos centímetros del hombre.
Él frunció el ceño.
—Lo siento, no sabía que debíamos intercambiar regalos ahora.
Ella dejó salir una risa y miró a Wanda, la chica estaba muy emocionada y fue corriendo a Cristine para entregarle la pequeña caja de regalo.
Wanda se preparó para grabar el momento mientras los demás invitados miraban expectantes.
—Espero que te guste. Lamento decirte que no hay devolución.
Tony tomó la caja de regalo con cuidado y comenzó a abrirla. Su sonrisa comenzó a desaparecer mientras miraba con impacto.
—Cristine, cariño... esto es.
Los ojos de la chica se nublaron y mordió su labio con fuerza.
—Sí.
Dejó la caja de regalo sobre la mesa junto a ellos -donde habían firmado los papeles- y abrazó a su esposa con fuerza. Tony comenzó a llorar de la emoción sin poder soltarla.
—Seremos padres, de verdad lo seremos.
—Sí, Tony. Seremos padres.
—¡Seré padre! —gritó a los invitados mientras alzaba la prueba de embarazo.
Más gritos y aplausos inundaron el lugar. Tony Stark no podía estar más contento que en ese momento. Y Cristine se sentía como la persona más afortunada de todo el universo.
Ahora sólo quedaba disfrutar de una gran fiesta.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro