Capítulo 5: Independencia.
Nos tomó un año y medio más o menos hacer que mucha, mucha gente se uniera a nosotros en la idea de independizarse de la Corona Española, hemos ganado muchos debates y por ello, nos seleccionaron a Frederik y a mí para viajar a La Haya, Holanda, a una corte para que dos representantes más de España argumenten contra nosotros.
Fue algo muy nuevo para nosotros tener que viajar en barco hasta allá, otro continente, muy lejano... La Corte Suprema de La Haya era un lugar muy importante, el hecho de que nos seleccionaran para viajar a ese lugar era algo nuevo y dejaba muy limpio nuestro apellido.
Torben Ulrich siempre viajaba a países vecinos para algunas juntas o tratados diversos, nunca tan lejos. Era un progreso para la familia.
En el lugar teníamos que argumentar y contrarrestar los argumentos del dúo contrario, hasta que el juez decida quién tiene la razón. Nada de chantajes ni dinero de por medio, que gane el que logre cerrarle la boca al otro.
Preparamos muy bien cada discurso, las posibles contradicciones que nos dirían para saber derrocarlas, estudiamos muy bien cada párrafo que redactamos para evitar cualquier error.
A la hora de yo dar mi discurso, creo que fue la primera vez que me aplaudieron por manifestar mi opinión alzando la voz de manera agresiva, admito que Frederik me dio un par de codazos para calmarme porque me precipitaba mucho, sin embargo, eso no lo podía controlar, era imposible.
Fueron las dos horas con cuarenta minutos de discusión más duros de mi vida, nunca sudé como en aquel momento, que bueno que el traje lograba disimular mi sudoración excesiva o sino, la vergüenza que hubiera pasado habría sido tremenda.
El juez ya tenía su decisión, el veredicto fue...
...
- Lars -llamó Kirk, se le veía angustiado.
- ¿Qué?
- ¿Qué opinas de la guerra?
- ¿Cuál guerra?
- Uhh... la que sea, cualquier pelea fea... ¿Qué piensas de eso?
- Que está mal, obvio -contesté con suma naturalidad.
- Si fueras presidente como tu padre... ¿Iniciarías una guerra o enviarías un ejército para que elimine un objetivo en concreto?
- Pues... -fruncí el ceño, pensando- Claro que no. ¿Qué clase de enfermo haría eso? No hay motivos... ¿O sí?
- Yo creo que no -hundió los hombros.
- Pues te prometo que nunca haría que unos militares causen disturbios sólo porque yo tuve un problema menor.
- ¿Seguro? -asentí y nos sonreímos de manera mutua.
...
Ganamos.
Con mi hermano nos abrazamos de emoción. El proceso sería largo, sin embargo, en unos tres meses más ya estaríamos siendo él el primer presidente de la República Independiente de Chile y yo sería su primer ministro, gobernando un país que era nuestro en su totalidad.
Al retirarnos de la sala, oí al dúo contrario hablando de tomar recursos militares para intervenir en el proceso, le tiré del brazo a mi hermano y le conté del suceso, agregando:
- ¿Tomamos medidas?
- Haz lo que quieras.
- Pero...
- Compartes el mandato conmigo, si quieres comenzar una guerra para evitar problemas para independizarnos, pues hazlo. Eres libre, envíalos si quieres.
- ¿En serio? -me encontraba demasiado impresionado por eso.
Sin miedo a nada, cuando regresamos a Chile y después de dar la noticia, celebrar el suceso... envié un ejército para defender la patria en caso de cualquier cosa.
El amor del corazón y el amor forzado pueden esperar, no saben cuántos años y elecciones tuvieron que pasar para que Frederik y yo ganáramos este juicio, soy capaz de romper mis juramentos con la persona que más amo sólo por el honor. No he luchado en vano, sigo dando pelea y no me planeo rendir. No permitiré que un par de idiotas se salgan con la suya sólo porque perdieron un juicio.
Lo siento, Kirk, te fallaré una vez más por mis sueños, el resto de promesas trataré de no romperlas...
Dios, todavía recuerdo la enorme repercusión que causó mi decisión de querer enviar un ejército a todas las fronteras para que se deshagan de posibles enemigos por culpa del juicio en La Haya, lo volví a meditar numerosas ocasiones, con el nudo en la garganta por el recuerdo de Kirk, todas esas veces que prometí ser pacífico... Lo siento.
La decisión estaba tomada, ¿me quise arrepentir? Claro, en muchas ocasiones, varias de varias y no lo hice, el objetivo de ser independientes costó tantos años conseguirlo, tenía que hacernos respetar de cierta forma. Es decir... ¡No iba a tirar tantos años a la ruina! Si en las elecciones democráticas siempre salía elegido mi hermano para la presidencia y siempre me elegía a mí como su primer ministro, pues aprovechábamos nuestro mandato para proseguir con mi sueño.
Argentina, Bolivia, Perú, y Ecuador que son nuestros vecinos ya eran independientes, ¿por qué ellos y nosotros no?
Me sentí como todo un dictador al haber dejado de lado mi hogar y dedicarme a monitorear todo el asunto militar, hasta que seis meses después, no había rastros ya de gente que se oponía, porque ya habían muerto y huyeron lejos del país. Los exiliamos a todos.
Nunca me sentí más orgulloso de ser alguien sanguinario en mi vida, la culpabilidad me superaba por una parte y el orgullo superaba por otra, era como si yo mismo me me hubiera dividido en dos partes: la racional y la sentimental, la racional por su puesto que se enfocaba en el interés político y la sentimental en el recuerdo del pasado con Kirk, como si se necesitara recalcar el dolor amoroso a cada rato.
¿Será porque necesito recalcarlo porque soy un imbécil? Vaya...
...
- ¡Ah, joder! ¡Duele! -me quejé, dolorido.
- Lars, no digas malas palabras... -susurró algo incómodo- Puedes meterte en problemas...
- Lo siento -hice una mueca.
Kirk apretó de nuevo la herida con la venda y al cabo de un rato, dejé de sangrar. Me había caído de un árbol y me rasmillé toda el área con unas piedras, Kirk de inmediato fue a ayudarme, por ello mi corazón latía muy rápido y no pude evitar ruborizarme un tantito cuando me abrazó después de curarme.
Mi estómago se revolvió y reímos, me levanté del pasto, él también.
- ¿Jugamos?
Asintió, muy emocionado.
- Pero ten cuidado, no me gusta que te metas en asuntos que impliquen peligro...
- Nah, ya no lo haré más, el árbol fue una casualidad no más, yo no tengo porqué meterme en problemas, lo prometo.
- ¿Seguro...? No quiero que hagas algo que vuelva a poner en peligro tu vida.
- No lo haré, Kirk, nunca más -sonreí con orgullo.
...
Otra promesa rota más. Ugh, cada vez la culpabilidad aumenta porque me estoy centrando demasiado en mi sueño político y en trabajar, que no puedo divertirme; ser feliz. Es como si la infancia tanto como la inocencia se hubieran ido por completo cuando nos separamos.
Quiero ser un niño otra vez con tal de jugar con él...
La fiesta por habernos independizado de la Corona Española llegó, yo podía hacer cualquier cosa menos pasarla bien. No sé, cada vez me siento más miserable con mi vida... Estoy persiguiendo mis sueños, ¿por qué al cumplirlos no me siento bien, por qué no soy feliz? Cuando uno alcanza sus sueños y los vuelve reales, uno alcanza la felicidad... ¿Por qué me siento tan miserable, tan imbécil?
No sé qué hacer... ¿sigo o no sigo? ¿Celebro o no celebro? ¿Regreso para ver a Connie con tal de no ser más mal padre y esposo, de lo que ya soy? ¿O viajo a Bolivia para buscarlo aunque sea muy utópico el asunto y posiblemente nunca le encuentre?
Dios, la filosofía me hace cuestionar aspectos tan idiotas que no me dejan avanzar como persona...
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