Capítulo 4: Instinto salvaje.
¿En serio era posible? ¿En serio, en serio, en serio? Creí que tras la boda el asunto mejoraría y...
Oh, se me olvidaba explicar que me casé con Connie, de manera forzada, tras unos tantos meses de relación de pareja, nos casamos aunque mi corazón no lo quisiera. Creo que llevamos unos dos o casi tres años, ya olvidé la fecha exacta de la boda, digamos que fue hace dos años y medio para que seamos más aproximados con el tema.
Yo de verdad que no la amaba, era guapa, todo, sí, preciosa... Y aún así, mientras más la besaba, más repulsión yo sentía porque mi corazón deseaba otra cosa, a otra persona que ya no está conmigo ni regresará, y si regresaba, seguro no seríamos amigos de nuevo por nuestra fatal despedida.
La cosa es que seré padre y no me siento orgulloso de eso, Connie se veía tan contenta por ello, siendo que a mí menos me podía interesar. No quería criar ni educar a un hijo que procreé sin amor, sin sentimiento. No sentía eso moralmente correcto.
Estudiar filosofía me está haciendo mal, pienso demasiado en temas que sólo a mi me importan y los temas importantes... no me enfoco bien, no puedo analizarlos ni buscar buenos fundamentos para mis objetivos revolucionarios en Chile.
Tenía el poder, el respeto de la gente, pero no tenía amor; sin eso, me sentía vacío y patético, es que han pasado tantos años desde que él se fue de mi vida que se me hace ridículo aún no poder olvidarlo.
No obstante, la vida seguía, por ello, fingí emocionarme por mi esposa, cuando me sentí culpable de ese hecho porque sabía que sería un mal padre, un terrible padre que no causaba admiración. Mi padre quizás no me crió tanto como yo deseé, al menos era una persona admirable para mí por lo que hizo, pero yo no soy alguien admirable, no he hecho nada importante, no he logrado ningún cambio en este lugar.
Eso sí, mi relación con mi hermano Frederik ha mejorado un tanto, no podíamos seguir estando distantes, él accedió a ayudarme en el asunto de la Independencia de la Corona Española, así que... si el presidente del partido así lo creía, su primer ministro ayudaba, seguro varios más se unían. No éramos los únicos, pero los que buscan la Independencia suelen tener miedo de decirlo en público, así que sólo requeríamos más apoyo, la cosa no estaba tan reñida a cuando yo era el único tonto que gritaba la idea y todos ignoraban.
Digamos que somos los líderes de Chile pero seguimos siendo dependientes de España, eso no se valía. Frederik y yo hacíamos lo posible por mejorar, estábamos muy empeñados en cada asunto que enfrentábamos.El trabajo no me dejaba visitar a Connie y creo que eso es bueno, lejos de ella no pienso en el amor y si no pienso en amor, no me distraigo y trabajo como una fuerte máquina sin sentimientos.
Hoy tenía el tiempo libre y no tuve ganas de ver a mi esposa, si admito que me lleno de trabajo que no me corresponde para no topármela y pensar en Kirk, que él es mejor... Fui a una cantina para pedir un trago fuerte y beber un poco en soledad.
Entre la gran cantidad de gente presente, me dio curiosidad oír una conversación en particular. Una pelea, discusión mejor dicho. Discusión acerca de la política existente en Chile. Bebí un sorbo e hice como si nada, parando oído para escuchar mejor:
Uno le decía a otro que la ideología independentista era una mierda y que no tenían porqué ser gobernados por unos estúpidos alemanes, el otro trataba de argumentarle que seguro nosotros traeríamos un cambio. Le negó, afirmó que las votaciones para la presidencia fueron trucadas para que el honor de Torben Ulrich -mi padre- prosiguiera reinando en una tiranía eterna.
Apreté el puño y lancé en dirección a la mesa mi vaso vacío, el cual se quebró en miles de pedazos, la gente me contempló atónita por mi acto. Caminé de mala gana hacia ese sujeto y lo encaré:
- ¿Tienes algún jodido problema con el legado de Torben Ulrich, maldito idiota?
Varios voltearon al escuchar aquello, sorprendidos.
- ¿Acaso eres un idiota que apoya esas estúpidas ideas independentistas?
- ¡Mi padre las comenzó y yo las seguí al pie de la letra! -bufé- ¿Acaso ves moral que traten mejor al boliviano independizado que es hijo de una criada que al hijo del expresidente que es mitad alemán, mitad indio?
Se quedaron en silencio.
- ¡El boliviano es mitad indio también, no tiene nada que ver! ¡Chile necesita ese maldito cambio! ¿Cómo ellos pueden y nosotros no? ¡Nosotros no tenemos porqué depender de otro país, nosotros si nacemos somos chilenos y no "mitad indio, mitad español"! ¡Aprendan de nuestros jodidos países vecinos como Argentina que también es independiente!
Iba a seguir mi discurso cuando el sujeto en cuestión se levantó a darme un puñetazo en la cara, en la mejilla casi rozando la nariz. No dudé en defender mi honor, me retiré los guantes y el guantazo en la cara no se lo quitó nadie, me eché para atrás. El sujeto era pobre, claro, el olor a alcohol y pobreza junto a la falta de higiene se siente a kilómetros. Por ende, guantes para defender el honor no tenía y quedó en ridículo.
El dueño de la cantina acabó echándome de manera amable para evitar más disturbios. No tuve problema y fui a visitar a Frederik para contarle el suceso. Él se quitó el guante y me abofeteó con éste.
- ¿En qué carajo pensabas? ¡Lars! Debes dejar de ensuciar nuestro apellido.
- ¿Quieres que saque la pistola, Frederik?
Se quedó en silencio y se colocó de nuevo el guante.
- Procura, por favor, mantenerte tranquilo, ¿sí? -rodé los ojos- Debes tomar un descanso del trabajo, eso te está consumiendo mucho...
- Eh, sí, claro... -reproché disgustado.
...
- Lars, ¿me haces una promesa? -me dijo una vez Kirk mientras lloraba.
- Claro, claro... -le limpié sus lágrimas, preocupado.
- ¡Nunca seas agresivo como tu papá! -se sorbió la mucosidad nasal.
- ¿Por qué, qué pasó?
- ¡Me golpeó por estar usando tu manta el otro día! ¡Le dije que tú me la prestaste y no me creyó, dijo que te la robé!
- Ya, ya... -le abracé- Nunca golpearía a nadie, Kirk, eso no es bueno... ¿Dónde te pegó?
- Aquí -señaló su abdomen y levantó su camisa, donde había un enorme moretón.
Di un beso ahí y nos mantuvimos abrazados.
- La próxima vez, ocúltate bajo la cama si mi papá entra a tu casa o esconde mis cosas -sugerí-. No quiero que mi papi nos separe, eres lo único que tengo...
...
Dios, con once años yo era muy meloso, era más meloso con él que con Connie... Yo era una persona humilde sin embargo, el deseo de ser como mi padre y el hecho de compartir la misma personalidad fuerte no ayudaba mucho. No puedo evitar ser violento, evitar gritarle a la gente cuando no piensan como yo o siento que me ofenden.
De todas formas, siempre fui cariñoso con él porque sabía que era alguien sensible y más vulnerable que yo, que necesitaba cariño y yo requería darle ese cariño que me nacía del alma, con Connie el cariño sale por obligación, nada comparado a ese chico...
Me siento mal por no cumplir la promesa.
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Nota: En la época, para "defender el honor" en discusiones simples, entre gente de altos recursos, se sacaban los guantes y se daban bofetadas uno al otro hasta que uno acabe lo suficientemente machacado, el que acababa más intacto, pues ganaba. En discusiones fuertes, los guantes se reemplazan con una pistola cargada con una bala al azar, como en la ruleta rusa, el que acabe sin la herida de la bala, es el que gana.
Espero que les esté gustando la novela n.n
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