OO8
🎵
—Ella va a venir, ella va a venir, ella sí va a venir.
Yena trataba de convencerse de que Yuri iba a llegar en cualquier momento pero se le estaba dificultando tanto porque la menor había tardado más de lo que le confesó que tardaría en llegar.
No cabía duda, Yena quizás estaba por deprimirse al sentirse ilusionada porque su amor platónico hubiera jugado con ella para lastimar sus sentimientos, Yena estaba haciendo lo posible por no pensar así de ella, confiaba en que se había retrasado nada más y después llegaría tocando a su puerta.
Se entretuvo jugando algunos videojuegos mientras comía patatas fritas de bolsa que tenía guardadas, su madre había avisado que llegaría más tarde por hacer las compras mientras que su hermano mayor no tenía idea de donde estaba, incluso estaba cometiendo errores al jugar y perdía seguidamente, cosa que no le pasaba tan seguido, se enfureció y tiró el control al sillón, bufando de mal humor.
Hasta que el timbre de su casa sonó, Yena se cayó de la silla luego de haber soltado un gritito, levantándose incluso largando una de sus pantuflas de patitos y caminando sólo con una para abrir la puerta, no lo pensó mucho ni dudó en abrirla haciéndolo de una buenísima vez, pero su poca felicidad se esfumó cuando no encontró a nadie, un puchero se hizo presente en sus labios y estuvo por cerrar la puerta si no fuera porque repentinamente Yuri saltó y murmuró un "Boo" que asustó a la mayor por no haberlo pensado, tapando su rostro con sus manos como un escudo, segundos después pudo escuchar la risa de la menor por lo cuál ella destapó su rostro otra vez lentamente y viéndola, frunciendo sus labios y cejas.
—¡Yah, Jo Yuri!.—exclamó luego quejándose por lo que había hecho, cruzando sus brazos y dejando sus labios fruncidos.—Me asustaste, no seas tan cruel conmigo.—lloriqueó descruzó sus brazos y los dejó caer, Yuri ríe de nuevo y luego suelta otra carcajada cuando vio su pie.
—Unnie, te falta una pantufla.—sigue riendo y aunque Yena aún estuviera "molesta" por el susto que la niña menor le había dado, pero no podía mentir, estaba tan enamorada de ella que incluso le estaba dando igual si se reía de ella, su risa era tan linda y armoniosa qué estaba muy dispuesta a hacer lo posible para oírla reír mucho más.
—Adelante, y ya busco mi pantufla.—ríe con vergüenza y abre más la puerta para darle el pase al interior, Yuri le sonríe de esa manera tan dulce que Yena contaba con sus mejillas rojizas de nuevo, balbuceando silenciosamente para ella misma dándose motivación, cerrando la puerta cuando Yuri estaba dentro, rascando su mejilla Yena caminó con Yuri detrás siguiéndola, tomando su propia pantufla para colocársela y voltear a verla, soltando un bufido.—Yo... no sé qué hacer ahora, quiero decir, jamás invité a una chica a casa, ¡digo! Yujin y Chaeyeon son chicas pero son mis amigas, t-tú, pues, ya sabes.—ríe rascando su nuca, estaba de veras tan nerviosa que estaba diciendo muchas cosas.
Yuri no podía parar de reír o sonreír, pues Yena tenía algo que la hacía estar risueña siempre.
—Vamos unnie, soy tu cita, no es tan difícil decirlo ¿verdad?.—suelta una risita y se sienta sobre el sillón, estirándose en el mismo, invitándola a sentarse a su lado.—¿y qué vamos a hacer? ¿jugaremos algo? ¿Veremos una película?.—pregunta, emocionándose con tales ideas más Yena hace una pequeña mueca que simulaba ser una risita, desviando su mirada hacia sus propias pantuflas.
—Eh, bueno, de hecho no planee nada porque creí que no vendrías además perdí el papel de ideas absurdas que hice, ¡pero podemos hacer lo que quieras!.—asiente efusivamente y la menor sonríe mientras también asiente, arreglando su cabello mientras lo piensa un poco.
—Podríamos intentar hacer un postre, ¿te parece?.—se emociona por su propia idea volteando para mirarla para obtener su aprobación, Yena claramente asiente pues se había quedado mirándola sonreír.
—Hay un pequeño problema con eso.—rasca su mejilla, la menor ladeó su cabeza y Yena entonces procedió a decirle más.—Pues.. no soy para nada buena en la cocina así que debo de ser un terrible desastre en la repostería.—confiesa rascando su mejilla, más la reacción de Yuri le hizo sonreír nuevamente, pues Yuri simplemente ríe sin más.
—Eso no importa, yo tampoco soy tan buena en eso pero supongo que con un tutorial podremos hacer algo.—se levanta del sillón y deja su pequeña mochila en el mismo, extendiendo su mano hacia la mayor aún sentada en el sillón.—Vamos, las dos podremos.—asiente, riéndose en cuanto Yena toma su mano sin dudarlo, le divierte que sea tan ansiosa y bonita cuando están las dos.
Yena las guía a la cocina pero casi choca con la pared por andar pensando tanto en que sus manos están unidas y que las manos de Yuri son tan suavecitas, por suerte pudo ser un poco discreta hasta que llegaron a la cocina, Yuri soltó su mano con vergüenza pues juraba haber visto un puchero en los labios de Yena al intentar hacerlo.
—¿Qué te gustaría intentar hacer?.—preguntó, lavando sus manos para secarlas luego, Yena hace lo mismo y piensa por unos segundos hasta que lo tiene.
—¡Cupcakes! ¿Te parece buena idea?.—Yena sonríe cuando Yuri asiente así de manera efusiva, se le notaba que eso la emocionaba bastante.
—¡Que suerte! Sé hacerlos, Chaewon unnie siempre está haciéndolos así que aprendí de ella, si no tenemos algún ingredientes podemos salir a comprarlos, tengo dinero.—asiente, Yena sonríe ampliamente ante la idea de salir con Yuri para comprar los ingredientes, por lo que rasca su cabeza.
—¿qué ingredientes lleva?.—preguntó, Yuri saca su teléfono y luego de un rato buscando encuentra una lista con los ingredientes en sus notas, mostrándosela.
Y mientras Yena lee los ingredientes su sonrisa va desvaneciéndose porque lo tenía todo, sin embargo, una idea cruzó por su cabeza y devolviéndole el teléfono a Yuri decidió ser valiente y salirse con la suya.
—Lo siento, hace unos días mamá hizo un pastel para mi abuela que estaba de cumpleaños, por lo que apenas tenemos unos huevos y azúcar, faltan algunas cosas aún.—quería darse unas palmadas en su hombro para felicitarse por ser una genio y mentir sólo para pasar tiempo con Yuri.
—Oh, en ese caso entonces debemos salir a comprar lo restante, ¡pero no puedes ir en esa pijama, unnie!.—niega con su cabeza, pues aparte de ser una pijama muy extraña Yena llevaba dos patito en sus pies, y no podría salir así a menos que quisiera que le sacaran fotos en la calle.
—¿Porqué no? Me veo muy bien así, ¿qué tiene de malo llevar pijama y pantuflas?.—frunció sus labios y a Yuri no le quedó más que reír, negando con su cabeza y volteándose para caminar de regreso a la sala, fue inevitable para Yena no observar que su conjunto de ropa le quedaba bastante bien, las faldas al parecer eran lo suyo.
—Te esperaré en la sala y espero que vuelvas con algo más decente para salir.—gritó entre risitas, Yena soltó una risita también y procedió a caminar a su habitación para cambiarse, en menos de diez minutos había regresado a la sala y estaba cambiada de ropa, se había peinado e incluso echado perfume por si algo más se daba, quizás.
En cuanto salieron, justamente la madre de Yena venía con sus compras y observa a su hija salir con otra chica, parándose al frente de ellas y abriendo sus ojos en par.
—¿Estás saliendo con alguien?.—preguntó sin siquiera presentarse, Yena frunció sus labios sintiéndose avergonzada.
—¡Mamá! No, bueno sí, pero no estamos saliendo como tú crees y...
—¡mucho gusto! soy Yuri, ¿Yena unnie no le contó que tendríamos una cita hoy?.—Yuri extendió su mano hacia la de su madre y la señora básicamente soltó todas las cosas dejándolas caer en la entrada para tomar su mano con ambas de las suyas, completamente feliz.
—¡No puede ser! Eres Yuri, la chica de la que tanto mi bebé siempre habla, ¡está muy tontica por ti!.
—¡Mamá ya basta!.—toma la muñeca de Yuri para alejar las manos de su madre de Yuri, juntando sus cejas y diciéndole con la mirada que estaba avergonzándola, aunque Yuri parecía estarle divirtiendo todo pues no paraba de reír.
—Oh, entiendo, yo, mejor entro.—ríe la señora y se agacha para recoger sus cosas, Yuri y Yena también se agachan para ayudarla pero sus manos fueron a tomar la misma lata, ambas se miraron y rieron sonrojadas por eso con la señora a punto de gritar y preguntarles cuando era la boda.
Luego de un corto rato en el que ayudaron a su madre a recoger todo y llevarlo a la cocina, Yuri y Yena pudieron finalmente salir, Yena sostuvo la mano de Yuri durante todo el trayecto al supermercado, cuando llegan ahí Yuri suelta su mano para ir por un carrito.
—Yena unnie, ¿te parece si los hacemos de dos diferentes sabores?.—pregunta mientras pasea el carrito por los pasillos con Yena siguiéndola y tomando los ingredientes que la menor le indicaba, asiente a lo que ella dice y le sonríe encantada de estar a solas con ella o así era hasta que observa un poco lejos a Chaeyeon y Sakura, rasca su mejilla e intenta correr para que no las pudieran ver pero Yuri parecía tan concentrada buscando los ingredientes que no notó la desesperación de la mayor por irse.
—Yuri, creo que lo tenemos todo, deberíamos irnos ahora o comenzará a anochecerse y Chaewon me pidió que no te llevara a casa tan tarde.—rasca su nuca ahora y la menor le da una mirada antes de asentir y sonreírle.
—Está bien unnie, sólo déjame alcanzar ese cereal y nos iremos.—asiente una vez más y se estira para poder tomarlo pero no pudo alcanzarlo, Yena muerde su mejilla internamente mirando a Chaeyeon y Sakura cada vez estar más cerca pero seguían sin notarlas, para cuando observa a Yuri lo único que ve es a la menor saltar y tumbar la caja de cereal, pero al caer de nuevo al piso pierde el equilibrio y casi se cae, Yena la sostuvo de sus brazos para que no cayera y las dos chicas se perdieron de nuevo en la mirada de la otra, como la vez en la que estaban en la habitación de Yuri, era de la misma manera.
Sin embargo ocurrieron cosas que ese día no, como por ejemplo que ambas se acercaran más de lo debido, que Yena subiera su mano hacia una mejilla de Yuri y que la menor fuera quien acortara la distancia entre ellas y lo último pero más importante, a diferencia de ese día, ellas sí se estaban besando.
Tras unos segundos lograron separarse, las dos estaban sonrojadas y con sus corazones muy acelerados, pero Yena estaba tan sorprendida que no podía cerrar su boca.
—T-Tú me b-besaste..—Yuri muerde su labio inferior intentando contener su impulso pero no pudo lograrlo, entonces estaba uniendo de nuevo sus labios y para Yena eso era mejor que nada en el mundo, mandó todo al demonio y acercó el cuerpo de Yuri al suyo para abrazarla mientras ambas seguían besando a la otra.
Y no sólo Sakura y Chaeyeon las habían observado al hacerlo, sino un par de personas más que casualidad iban pasando, una señora tapó los ojos de su hijo que miraba con curiosidad tal escena.
Mientras ambas chicas parecían estar en su propia burbuja, Chaeyeon estaba riéndose sólo como ella podía hacerlo mientras miraba la expresión de muy notable impresión que Sakura tenía, pues lo que veía le había sorprendido tanto.
—¡Chaeyeon! ¡Se están besando, realmente se están besando!.—la japonesa toda alegre y ansiosa comenzó a golpear el hombro de la menor mientras que la susodicha seguía riéndose.
—Así es, parecen realmente estarlo disfrutando, oh mira, ya terminaron.—dijo, apuntando a ambas chicas y tomando la mano de la mayor.—Vamos a saludarlas y felicitarlas por... ¡se están besando otra vez!.—separó sus labios con impresión al ser la tercera vez que miran al par de chicas unir sus labios.
—No puede ser, que lindo.
—No puede ser, ya váyanse a un hotel.
Sakura frunce una ceja y voltea a mirar a Chaeyeon, la misma alza sus cejas y ladea su cabeza.
—¿Qué? ¿No crees que podrían sobrepasarse? Están en público.
Sakura niega con su cabeza y ríe, tomando con un poco más de fuerza la mano de la menor y tirando un poco de ella para dirigirse por un pasillo diferente.
—Déjalas, están en su propio mundo en donde sólo existen ellas dos, lo sabrías si... si intentaras decirle sí al amor, Chaeyeon.—murmura lo último con inseguridad, creyendo que igual podría oírla.
—¿Cómo? ¿Dijiste algo?.—preguntó, Sakura soltó un leve suspiro pero niega con su cabeza, no era un buen momento para tocar ese tema y ella aún no estaba preparada para el rechazo.
—Nada, ¿Quieres ver una película conmigo?.
Por ahora era mejor seguir ocultando sus sentimientos, al menos por un tiempo más.
Perdónenme la vida por durar tanto en actualizar, también porque di lo que más pude pero no me alcanzó para poner más tiempo del Chaekura, será para la próxima unu
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro