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Veintinueve

"Nuestra alma"

Creo que lo supe desde que sucedió, esto no era como el resto de cosas, esto no solo me dolió a mi, la Jia dentro de mi se estaba ahogando en las lagrimas que yo aún mantenía en mi interior.

Lo supe mientras me quitaba los zapatos, mientras luchaba con el pantalón y lo dejaba por cualquier lado de la habitación, lo supe mientras rebuscaba entre los cajones hasta encontrar pantalones cortos y aquella camisa rosa que tanto me aterraba.

Ni siquiera había notado que las hojas en las que estaba escrita la carta de suicidio pertenecían al diario rojo hasta que las arranque y empecé a escribir todo lo que ya había leído pero también aquello que nunca pude leer:

"...También me gustaría que elimines esto luego de leerlo o al menos lo mantengas tan lejos de la familia que nunca nadie lo leerá, tal vez sea egoísta pedirte que cargues con esto pero no quiero que nadie más lo sepa.

Y aquí va lo típico de todas las notas, la razón por la que termine quitándome la vida, la razón por la que estaba decaída y sentía que mi vida era una mierda, aunque tu ya deberías saberlo, todos deberían, después de todo mate una persona ¿No es así? O al menos es eso lo que quiero que ustedes crean.

Sé que mi padre guarda mi declaración judicial en algún lado, sinceramente ni siquiera me importa preguntarme por que, pero no le servirá de nada, si de verdad quería atormentarme entonces tendría que haber sabido la verdad.

Voy a empezar por escribir mi verdadera declaración con la esperanza de que mantengas tu promesa y no le digas a nadie, después de todo esto no solo arruinaría mi vida.

No sé si me sentiré libre después de esto, pero sé que no puedo morir sin decirlo, no puedo morir sin esperar que al menos alguien haga algo al respecto.

La primera parte de mi declaración es cierta, al menos hasta la parte en la que Jungkook llega a mi, Jungkook si lo golpeó, si me cubrió y obviamente si fue apuñalado, pero no se quedó en el suelo luego de eso, yo si. El se levantó y lo golpeó, una y otra vez, con ira, con dolor, con miedo, pero el otro hombre seguía siendo mayor que nosotros, más grande y no dudo en devolverle los golpes a Jungkook, no dudo en empezar a asfixiarlo con sus manos...

Por supuesto no iba a dejar que terminara de esa manera, creo que ver la idea pasar por su enfermiza mente me hizo reaccionar, la adrenalina recorrió mi pequeño cuerpo y embistió contra el suyo quitándolo de encima de Jungkook, ni siquiera me importaba que ahora estuviera sobre mi, con su rostro muy cerca del mío, listo para hablar.

-Vas a arrepentirte de esto.

Tal vez pudo haber quedado ahí, Jungkook reaccionaría y lo quitaría de encima mío hasta asegurarse de alejarlo lo suficiente, seguramente hubiera sido de esa manera si yo me hubiera quedado callada, pero no lo hice, deje las palabras salir de mi boca y me sentí como si dictara una sentencia al decirlas, negué con la cabeza y susurre lentamente:

-No si eso significa que por fin tendrás tu merecido.

Probablemente yo lo habría dejado pasar en su lugar, ni siquiera le pondría atención a las palabras de una persona que acaba de pasar por algo traumático, tal vez fue mi tono con rabia o la manera en la que lo miraba mientras lo decía lo que le dio a Jungkook una pista: No era un desconocido para mi.

La navaja no permaneció en el suelo ni un segundo más, Jungkook se levantó y el movimiento que describí en la declaración en realidad fue suyo. Yo pensaría que una persona con ira lo apuñalaría sin parar hasta detenerse tras estar cegado por la rabia, pero Jungkook lo apuñalo una vez con certeza, la sangre que supuestamente había caído sobre su rostro en mi declaración en realidad cayó sobre el mío, el peso de su cuerpo fui yo quien lo sentí y fui yo quien sintió volver a respirar cuando Jungkook lo apartó de mi y ni siquiera volvió a mirar para asegurarse de que estuviera muerto. El solo se arrastró hacia mi con sus ojos llenos de lagrimas, derramándolas lentamente, pidiendo perdón.

Empecé a creer que su arrepentimiento se debía a que acababa de matar a alguien y que probablemente el perdón iba dirigido a un dios o al universo, pero me tomó la mano y me veía únicamente a mi, y yo seguía sin comprender porque quería pedirme perdón a mi.

-Debí haberlo sabido.

Lo repitió sin cansancio, el debía haberlo sabido, ¿Por qué me dolía tanto que se culpara? ¿Era porque acababa de matar a alguien por mi sin pensárselo dos veces? ¿Era por qué era la primera persona en enterarse? ¿O era tal vez por qué lo amaba tan profundamente que sentía que nuestro sufrimiento estaba conectado? Probablemente eran todas las opciones anteriores.

Por ello yo no lo pensé ni un segundo antes de quitar la sangre de mi rostro y mirarlo a los ojos.

-Vas a tener que confiar en mi.

Fue todo lo que le dije y el simplemente siguió mis indicaciones al pie de la letra, me escuchó atentamente cuando le dije lo que le diríamos a la policía, memorizó cada cosa que le dije y la repitió hasta que pareció exactamente que fue eso lo que había pasado.

-Si te confundes solo di que todo paso demasiado rápido, aún hay otra cosa que tenemos que hacer.

Tome la navaja, no me enorgullece decir que no era mi primera experiencia con elemento afilados, pero era la primera vez que los utilizaba frente a alguien. Cuando Jungkook vio que acercaba la navaja a mi pierna tomó mi mano y la detuvo mirándome atentamente.

-No sé que intentas hacer pero no lo hagas.

Acaricie su mano y suspiré pero no me detuve mientras le decía que tenía que cubrir su rostro de sangre para que todo tuviera sentido y que no iba a dejar que la sangre de un ser tan repugnante cumpliera ese propósito.

No se negó a pesar de lo ridículo que se escucha para mi en este momento, dejo que cortara brevemente mi piel para cubrir la suya, después de todo si tenía que explicarla luego diría que sucedió cuando cortó mi falda y seguramente nadie cuestionaría al respecto.

Un chico de diecisiete y una chica de dieciséis le mintieron a todo el mundo incluso cuando sus familias querían mantenerlos separados, incluso cuando decían que solo éramos malos el uno para el otro, en realidad nos protegimos el uno al otro. Yo sabía que iba a ser diferente si contábamos la verdad, probablemente Jungkook iba a la cárcel, probablemente no lo hubiera soportado.

Yo estaba lista para todo, para los comentarios diciendo que era mi culpa, para que me llamaran asesina, para que todo el mundo me culpara, pero no estaba lista para dejar que el lo viviera. Nuestros padres pensaban que lo mejor era separarnos el uno del otro, en realidad creo que eso fue lo que convirtió mis grietas en rupturas.

Era el único que sabía una parte, contarle el resto no podía ser tan difícil, seguro el ya se lo imaginaba, el podía ser mi apoyo, quería que fuera mi apoyo pero no lo permitieron.

¿Por qué termino con mi vida? Porque no puedo soportarlo, los recuerdos me arañan desde adentro, las pesadillas, el miedo, la posibilidad de que pase de nuevo... Kwon Gwijo, el mismo hombre que mate, el mismo que me daba clases de ballet todo el tiempo... el hombre que daño mi vida y no creo que con su muerte haya sido suficiente.

Todos piensan que fue solo el "Por poco sucede" en realidad no fue así, no era la primera vez, no cometió un error por estar borracho, me vio y considero que sería buena idea seguirme para conseguir lo que quería, no importaba que no fuera sobre el piso de madera de la academia de danza o en su oficina donde recibía los pagos por las clases, no importaba si no era en los vestidores, ya no le importaba nada y eso demostraba que nunca iba a importarle ¿Qué hubiera hecho luego? ¿Habría venido hasta mi habitación? ¿Alguien se habría dado cuenta? nunca dije nada porque estaba asustada, porque sé que no podré soportar que la gente dude, minimicé mi historia o intente decir que es falsa, porque si alguna vez lo hubiera dicho alguien habría dicho que era mi culpa, que el solo estaba borracho.

Nadie me escuchó cuando pedí que me sacaran de las clases de ballet, a mi padre no le importaba lo que hiciera y mi madre disfrutaba de no hacerse cargo de mi, de ninguna de nosotras, a nadie le importó aún cuando lo pedía a gritos.

Jungkook me escuchó aún cuando yo susurraba y ahí está el problema: Ya ni siquiera me quedan ganas de seguir susurrando, ya ni siquiera mi héroe puede salvarme"

No estoy llorando cuando termino de escribirla, no sé si sea bueno o malo pero sé que no puedo hacer nada para controlarlo, no puedo hacer nada mientras meto las hojas en un sobre y las dejo sobre el tocador.

Camino al cuarto de baño de mis padres y rebusco en los cajones hasta encontrar la rasuradora de mi padre, aquella que evita que un solo vello adorne su rostro, tal vez se compre una nueva luego de esto, o tal vez nunca vuelva a tener un objeto afilado en la casa.

Cuando vuelvo a mi habitación cierro la puerta con llave y me miro al espejo.

-Hiciste todo lo que podías, esto no es tu culpa Jia.

No es solo para mi, hay mucho para ella en esas palabras, no quiere culparse, no quiere morir pensando que es su culpa, ella solo quiere librarse de todo.

Entro al baño y cierro la puerta con seguro antes de empezar a llenar la bañera con agua, miro hacia el lugar en el que estuve parada viendo como terminaría este momento. Cuando la bañera está llena me sumerjo en ella sin pensarlo, dejo mi cabeza bajo el agua durante unos segundos hasta que ya no puedo aguantar la respiración.

Cuando salgo no necesito estar seca para darme cuenta de que estoy llorando, pero aún así no me detengo un segundo antes de tomar la cuchilla. Pensé que todo pasaría tan rápido que tal vez ni siquiera lo sentiría, pero contrario a eso me detengo antes de que la cuchilla toque mi muñeca y dejo que un sollozo lastimero salga de mi.

Esto es peor a que si estuviera decidida a hacerlo, porque entonces significa que Jia dos tampoco está segura de si esto va a terminar con su sufrimiento. Escucho los pasos en las escaleras y eso de alguna manera es un tipo de presión justo antes de que decida que es el momento y pase la cuchilla con un movimiento rápido por mi muñeca. Dejo caer la cuchilla dentro de la bañera y ahora tiene sentido que nunca la haya visto cuando estuve aquí antes.

Me quedo mirando el techo blanco mientras parpadeo lentamente, esperando que no pasé mucho tiempo antes de que esto termine.

Tal vez era algo que yo no podía evitar, tal vez simplemente, sin importar lo que hiciera, esto iba a suceder, tal vez debí aceptarlo desde un principio, porque todos mis esfuerzos no sirvieron para nada, eso es lo que pienso mientras cada parpadeo me cuesta un poco más.

Escucho los golpes en la puerta y a Namjoon gritando mi nombre igual que la última vez y justo antes de que cierre los ojos veo a Zua en la puerta con las llaves en las manos y la expresión aterrorizada.

Pensaría que cuando mueres todo es oscuridad, pero en lugar de eso todo es claridad, hay tanta luz que mis ojos permanecen entrecerrados por largos segundos para acostumbrarme y poder observar bien.

Automáticamente llevo la vista a mis brazos para darme cuenta de que está todo perfectamente bien, no hay ni un solo rasguño, solo la cicatriz de cuando intente bailar de puntitas sobre una barra de metal y por supuesto no salió muy bien.

Frunzo el ceño cuando me veo de pie, y lo frunzo aún más al darme cuenta de que no estoy frente a un espejo.

-¿Tienes miedo de acercarte? -Pregunta mi voz, aunque tiene un tono extraño y de alguna manera me cuesta reconocerla como mía-

-Tengo miedo de cualquier cosa que haga en este lugar -Ella ladeó la cabeza-

-Es nuestra alma, no deberías tener miedo de nuestra alma -Dijo negando con la cabeza-

-¿Nuestra alma? -Pregunte confundida y negué- No puede ser nuestra alma.

-Pero lo es, compartimos alma, aunque no mente -Dijo con un suspiro- Eso explica porque tu vida es lo que es y la mía es... esto -Dijo extendiendo los brazos, los suyos tenían cicatrices y solo entonces pude aceptar que estaba frente a Jia dos-

-Creo que aún hay mucho que no entiendo ¿Por qué estamos tu y yo aquí?

-Creo que hay una pregunta mucho más importante que responder, una que llevas haciéndote desde el inicio más sin embargo no haz querido aceptar que sientes duda por ello, así que adelante, pregúntame -Dijo cruzándose de brazos-

No se porque en mi imaginación Jia dos era como mi hermana pequeña, una chica a la que tenía que cuidar, inmadura y sensible, la persona frente a mi era de cierta forma admirable mostrándose sabía y paciente.

-¿Por que yo? -Pregunte en voz baja, sintiéndome avergonzada de alguna vez haberlo pensado- ¿Por qué tenía que sacrificar mi vida para salvar la tuya?

-¿No sentiste que toda tu vida se estaba derrumbando en el momento antes de que llegaras aquí? -Preguntó y entonces recordé todo lo que me había pasado antes de tomar ese reloj y como solo parecía empezar a hundirme- No fue simplemente cosa del destino Jia -Dijo negando con la cabeza y dando dos pasos hacia mi- Si mi alma muere lo hace la tuya, y puedes estar viva en cuerpo y mente, pero sin tu alma eres solo un cascaron vacío.

Suspire, después de todo había un propósito para esto, aunque si era sincera no lo había necesitado en absoluto.

-No lo sabías y aún así arriesgaste todo por mi vida como si se tratara de la tuya, y estoy segura que nadie en toda la existencia podría haber hecho tal cosa por mi Jia, no tengo como agradecértelo.

-¿Agradecérmelo? No logre nada -Dije negando- Pude preveer lo que pasaba y aún así no fui capaz de arreglarlo.

Corto toda la distancia que faltaba y me miró a los ojos.

-Hiciste todo lo que tenías que hacer, hiciste más de lo que debías hacer -Dijo extendiendo su mano para acariciar mi cabello- Ahora debes volver a casa y arreglar tu propia vida sin preocuparte por mi, lo harás bien.

-Pero tengo miedo, las cosas no serán iguales y...

-Cambiaste mi vida por completo -Dijo tomando mi mano entre las suyas y en ese momento escuche unos pitidos de manera repetitiva- Puedes hacer lo mismo con la tuya.

-Está bien -Dije asintiendo- Pero no voy a estar tranquila si no sé que dejas que los demás te ayuden, que vayas a terapia y de verdad hables sobre lo que te atormenta, no estás sola Jia -Ella asintió y me dio una pequeña sonrisa-

-Ahora sé que jamás estaré sola.

Cuando Jia me envolvió entre sus brazos se sintió casi irreal, y de alguna manera era el abrazo más reconfortante que había recibido jamás, hasta que entonces ya no lo recibía más.

Cuando el fondo blanco desapareció y frente a mi estuvo una habitación de hospital, viéndome acostada sobre la camilla, creo que pude sentir que todo había valido la pena, tome la mano de Jia entre la mía justo como ella lo había hecho hace unos momentos y una lagrima rodó por su mejilla izquierda mientras sentía una rodar por la mía.

-Ambas vamos a hacerlo bien.

Dije dejando un beso en su mejilla rogando que así fuera, porque ambas merecíamos el pedazo de felicidad que estábamos buscando.

En mi mano estaba el reloj que había empezado todo esto, con un suspiro imité el movimiento que me había traído hasta aquí, esperando que al final todo estuviera bien.

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