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𝐨𝐯𝐢. stand in the rain outside 'til I came out





06. STAND IN THE RAIN OUTSIDE 'TILL I CAME OUT
real life











Nueva York, Estados Unidos.
MAY 13, 2018

              MENTIRÍA SI DIJERA QUE NODESEABA QUE LA TIERRA LA TRAGARA POR COMPLETO. Era un sentimiento tan intenso que, por un momento, parecía que el universo conspiraba para cumplirlo. Al perder a Nick de vista mientras él se alejaba de la pista de baile, Emma dejó escapar un suspiro profundo, cargado de emociones reprimidas. Una mezcla de angustia y vergüenza la envolvía, como si una marea de pensamientos oscuros la estuviera arrastrando hacia un mar de auto-recriminaciones. Cada palabra que había intercambiado con Nick resonaba en su mente, y casi sin querer, comenzó a repasar la conversación en busca de aquellos detalles ──esas frases, esos tonos── que ahora desearía haber manejado de otra forma. Casi como si repasara la conversación en busca de aquello que podría haber dicho diferente. 

Podía sentir cómo su sistema luchaba por estabilizarse mientras avanzaba entre los invitados, cada paso era un intento de aferrarse a una compostura que se desmoronaba lentamente. El antifaz que había ocultado su identidad en algún momento de la noche yacía olvidado en una de las mesas, quizás abandonado después de la cuarta o quinta copa, cuando las miradas a su alrededor le parecieron insignificantes. En ese momento, había sentido una especie de libertad desenfrenada, casi desafiante, que la hacía inmune al juicio de los demás.

Sin embargo, ahora esas mismas miradas parecían pesar como si cada par de ojos le devolviera un reflejo desnudo de su vulnerabilidad. Se sentía completamente expuesta, con una vulnerabilidad semejante a aquella primera audición que la había lanzado al incierto mundo del espectáculo, donde cada mirada evaluadora perforaba hasta el fondo de su inseguridad.

No obstante, en ese instante, una preocupación repentina por Connie la golpeó como un baldazo de agua helada. Sabía lo difícil que le había resultado a su amiga enfrentarse a una velada repleta de personas, después del infierno que había atravesado. Como si aquel pensamiento se convirtiera en su única prioridad, Emma se aferró a él y avanzó rápidamente hacia el sector de los sanitarios.

A cada paso, podía sentir cómo August aún la sostenía con firmeza para mantenerla de pie, aunque algo más relajado al notar que ella comenzaba a recobrar el control. Una de sus manos descansaba en el hueco de su espalda, justo por encima de la cintura, apoyada con una delicadeza que transmitía seguridad y calma.

Un sentimiento de alivio la envolvió al divisar a Connie junto a Roy y Joseph, esperándola fuera de los sanitarios. A medida que se acercaba, Emma soltó el brazo de August y sin vacilar envolvió a Connie en un abrazo firme. No necesitaba hacer preguntas; el agotamiento emocional en los ojos de su amiga hablaba por sí solo.

La ebriedad residual en el cuerpo de Emma le soltó la lengua más de lo que pretendía, y, en un intento de consolar a Connie, sus palabras tropezaban unas con otras, dispersas y confusas. Pero por dentro, lo único que deseaba era que Connie sintiera que no estaba sola. Sin embargo, externamente, el alcohol hacía que sus gestos parecieran torpes, su intento de apoyo a veces más incómodo que reconfortante.

──Iré a orquestar todo para que salgan, entonces ──dijo Roy mientras Emma se separaba con cuidado del abrazo con Connie──. Prepararé algunos guardias porque, te lo advierto, Connie, afuera está repleto de reporteros. 

Aquel simple comentario le revolvió el estómago a Emma. Aunque sabía que lo primordial en ese momento era la seguridad y protección de Connie, una ola de nervios la recorrió al recordar que, fuera del evento, la prensa aguardaba hambrienta, lista para cualquier error o desliz. 

Justo entonces, Roy se alejó con paso decidido para asegurarse de que la salida fuera rápida y eficiente, dispuesto a crear una barrera protectora alrededor de ambas. Emma lo observó desaparecer entre la multitud, y un escalofrío le recorrió la espalda al comprender que abandonar el evento sería más complicado que cuando llegaron esa noche.

──¿Quieren que las lleve? ──preguntó August mientras guardaba su celular en uno de los bolsillos de su traje──. Aún tengo la limusina.

──¿Harías eso? ──preguntó Emma, sintiendo un leve mareo que provocó que Connie se apresurará a ayudarla. Sin embargo, Emma pudo escuchar el leve intercambio de palabras entre Joseph y Connie y, de repente, la culpa la invadió──. ¿Interrumpí algo? No tenía idea de que ya habías conocido a Joe. Es lindo, ¿no crees?

──¡Emma! ──siseó Connie, aunque Emma sólo le dedicó una sonrisa. Aunque tenía alcohol en sangre todavía, no estaba lo suficientemente ebria como para no notar las miradas entre Connie y Joe.

──Emma, ven. Esperaremos a Connie en la entrada ──intervino August acercándose nuevamente a ella para ayudarla tomándola de los hombros.

Murmurando una disculpa, aunque con una leve sonrisa en los labios, Emma se alejó en compañía de August, dirigiéndose hacia la entrada para esperar la señal de Roy. Cuando se detuvieron, Emma lo observó mientras sacaba su celular, frunciendo el ceño y soltando una maldición entre dientes mientras enviaba mensajes y grababa audios apresurados. Fue en ese momento que Emma se dio cuenta de que Mary seguía sin responder a la insistente demanda de su hermano por saber dónde se encontraba.

Mary se había escabullido en medio del evento, y Emma apenas logró reprimir una sonrisa divertida. Mary Stone sabía perfectamente cómo hacer tanto una entrada como una salida inolvidable.

Afuera, una tormenta rugía en el cielo nocturno, abriéndose paso con truenos que hacían temblar el suelo. Sin embargo, ni siquiera el mal clima parecía disuadir al grupo de reporteros y paparazzi que aguardaban bajo la lluvia, incansables, apostados cerca de la entrada del evento. Empapados y con el equipo cubierto bajo lonas improvisadas, esperaban pacientemente, listos para capturar cualquier fragmento de interés o arrancar una declaración de los invitados que aún quedaban dentro.

Emma entendía que esa era la profesión de aquellos hombres y mujeres, pero le costaba respetar un trabajo que en tantas ocasiones parecía alimentarse de la vulnerabilidad ajena. Sabía que, más que buscar una historia, muchos de ellos ansiaban el peor ángulo, ese instante de descuido que podían explotar para obtener una portada llamativa a costa de la dignidad de quien fuera.

Emma inhaló profundamente, llenando sus pulmones de aire en un intento desesperado por calmar el torrente de tensión que recorría su cuerpo. En su mente, miles de escenarios posibles se formaban, uno tras otro, cada cual más inquietante, empujándola a un estado de parálisis.

De repente, una mano firme en su hombro la sacó de ese trance, provocando un ligero sobresalto. Con rapidez, se dio la vuelta, y allí estaba él: Nick, de pie justo detrás de ella. Su mirada tenía un brillo indescifrable, que aumentaba la inquietud que ella había intentado sofocar momentos antes.

──Emma... ¿Te encuentras bien? ──preguntó preocupado. Emma dejó salir todo el aire contenido y asintió lentamente, sintiendo la oscuridad de sus pensamientos apagándose con la compañía de Nick.

──S-si... ──suspiró, intentando sonreír. Podía sentir como su estómago se revolvía con un manojo de nervios que escalaban como punzadas en sus sistema──. Yo sólo... Hemos decidido que es mejor irnos. Roy está preparando todo para poder salir tranquilas. 

Cada una de esas palabras le había costado el doble de lo que normalmente le costaba hablar, como si el aire mismo se resistiera a entrar en sus pulmones. Era como si el oxígeno no fuera suficiente para mantenerla respirando y hablando al mismo tiempo, y con cada frase sentía el peso de su propio agotamiento.

Por un momento, su mirada se desvió hacia uno de los grandes ventanales. Desde allí, podía ver a los reporteros amontonados bajo la lluvia, con sus cámaras y micrófonos levantados, sus figuras borrosas entre las gotas que caían como un telón, creando un contraste sombrío entre el caos exterior y la tensión sofocante en su interior.

Emma respiró hondo y volvió a mirara a Nick, dejando que un breve instante de honestidad se filtrara en su voz.

──Siendo completamente honesta... es algo agobiante.

Nick asintió, manteniendo el contacto visual como si quisiera transferirle algo de su propia calma. Afuera, un trueno resonó, y el viento sopló con un poco más de intensidad. Emma volvió a respirar profundamente, intentando relajar cada parte de su cuerpo al exhalar. Sabía que no necesitaba palabras con Nick para expresar lo que estaba sintiendo, él la conocía perfectamente en todos los sentidos. 

──No tienes que fingir que puedes con todo, Emma. No aquí, no conmigo ──susurró Nick, y en su voz había una mezcla de firmeza y compasión── Roy va a asegurarse de que todo esté listo, no tienes nada de que preocuparte. 

Emma asintió mirándolo a los ojos. Nick sonrió suavemente mientras que Emma, respirando un poco más aliviada, volvió a mirar el ventanal, donde los destellos de los flashes seguían intermitentes como luciérnagas frenéticas en la noche tormentosa.

──Ya está todo listo ──anunció Roy acercándose a la entrada. Emma se dio cuenta en aquel instante que había disociado por un breve momento. Connie y Roy ahora se encontraban cerca, mientras que su amiga conversaba con August, Roy terminaba de alistar unos detalles para la salida.

Emma suspiró profundamente, preparándose para abandonar el evento y dirigirse con rapidez hacia la limusina. Sabía que solo allí, dentro del vehículo, podría permitirse respirar con tranquilidad. Sin embargo, en medio de su agitación, una calidez inesperada la envolvió. Al mirar hacia abajo, notó que una suave tela de color negro descansaba sobre sus hombros, como un abrigo reconfortante.

Volviendo a mirar a Nick, Emma se dio cuenta de que le había entregado su saco, un gesto que hablaba de cuidado y protección. Él la observaba con una pequeña sonrisa, permaneciendo frente a ella con su camisa blanca impecable y pantalones negros, emanando una confianza serena que contrastaba con su propio desasosiego.

Antes de que pudiera murmurar un agradecimiento, Emma le ofreció a Nick una sonrisa cálida en respuesta a su gesto reconfortante. Solo entonces, la voz de Roy la sacó de sus pensamientos, guiando a ambas chicas en compañía de August hacia la salida.

Al abandonar el lugar, el frío exterior la envolvió como una manta helada, contrastando con el ambiente cálido de la fiesta. A medida que se adentraban en la noche, el frío de la lluvia junto con el ruido de los flashes y las voces de los reporteros y paparazzis resonaban como un coro ensordecedor, insistente y abrumador. Emma sintió que el bullicio se convertía en una presión en su pecho, recordándole la atención incesante que siempre la seguía.

Ambas corrieron junto a Augusta hacia la limusina, adentrándose en el lujoso asiento trasero, cuya puerta las aguardaba abierta como una invitación al alivio. Aunque el momento había durado apenas un par de segundos, cada paso hacia aquel auto de escape se sintió como un interminable viaje, lleno de ansiedad y adrenalina.

Solo cuando Connie y Emma lograron entrar en el vehículo y la puerta se cerró con un suave clic detrás de ellas, una sensación de seguridad las envolvió. Ambas suspiraron al unísono, como si un peso invisible se hubiera levantado de sus hombros. En ese instante, como si una oleada de emociones la hubiera golpeado de repente, Emma dejó escapar una pequeña risa, una chispa de alivio que iluminó el aire tenso.



              EL CAMINO AL DEPARTAMENTO DE DOROTHEA SE HABÍA CONVERTIDO EN UN RECUERDO COMPLETAMENTE BORROSO EN LA MENTE DE EMMA. Apenas unos segundos después de subir a la limusina, cerró los ojos y se recostó en el asiento, envuelta en el abrigo de Nick que aún llevaba puesto.

Su mente se volvió un lienzo en blanco, como si todo el estrés y la ansiedad que la habían invadido de repente se hubieran esfumado, dejando su cuerpo y su espíritu sumidos en un profundo cansancio. La suave vibración del vehículo la arrullaba, y cada bache en el camino parecía acentuar la sensación de alivio que la envolvía. En ese instante, todo lo que había sucedido antes se desvaneció, dejando solo un vacío reconfortante en su interior.

Sus ojos apenas se habían abierto cuando Connie intentó despertarla, y la pesadez de sus párpados era casi insoportable. Emma sentía cómo cada parte de su cuerpo anhelaba un descanso profundo y reparador, como si cada músculo estuviera pidiendo tregua. A través de la bruma de su somnolencia, escuchó las suaves voces de Connie y Augusta, que se entrelazaban en un murmullo amable mientras intentaban ayudarla a bajar de la limusina y llevarla al departamento de Dorothea.

Cuando finalmente llegaron al loft que ambas compartían, Emma se sentía un poco más despierta, pero la necesidad de refugiarse en su habitación seguía siendo intensa. Cada paso que daba hacia el interior era una lucha entre el deseo de sucumbir al sueño y la realidad de su entorno, y una parte de ella deseaba poder deslizarse directamente bajo las sábanas, lejos de cualquier distracción.

──Veo que fue una noche larga ──murmuró Dorothea al ver el estado en que Emma se encontraba. Connie le había explicado resumidamente lo que había ocurrido durante la noche, aunque la historia era todavía más larga.

──Si... ──respondió Connie mientras ayudaba a Emma, quien se aferraba a su cuello con cuidado──. Creo que necesita descansar.

──Gracias por acompañarla, Connie ──dijo la pelirroja con una sonrisa mirándola, su mirada se desvió a August con un gesto amable──. A ambos, gracias... Puedo preparar un poco de café si desean. La habitación de Emma está al final del pasillo ──indicó Dorothea.

Sólo entonces, Connie tomó con sus brazos a Emma delicadamente, guiándola hacia su habitación tras recibir instrucciones de Dorothea. Frente a ellas, August lideraba el camino, su figura firme y protectora mientras se acercaban a la puerta del dormitorio. Sin embargo, al notar que Emma se encontraba al borde del colapso, sus ojos reflejando una mezcla de cansancio y desesperación, August se apresuró a unirse a Connie. Sin dudarlo y pidiendo el permiso de Connie, August la ayudó a alzar a Emma en brazos con cuidado, como si temiera que cualquier tropiezo pudiera romper la frágil calma de la situación. Con delicadeza, la llevó hasta la cama, donde la acomodó suavemente para que pudiera recostarse y descansar, el alivio empezando a asomarse en el rostro de Emma cuando sintió la almohada bajo su cabeza.

Una sonrisa se dibujó en los labios de Emma, aunque sus ojos ahora estaban completamente cerrados. Podía sentir como dos manos la dejaban con delicadeza sobre el colchón antes de sentir como la tapaban con cuidado. Aún en medio de aquel estado entre el sueño y la vigilia, Emma repasó en su mente cada momento del evento, como si fuera imposible que su mente se alejara de cada instante para dejarla descansar.

Sin embargo, entre todos esos momentos confusos y dispersos, diversas imágenes claras y brillantes se destacaron. El breve instante que había compartido con Mary, bailando en la pista de baile, ajenas a las miradas curiosas que las rodeaban. La alegría que emanaba de sus risas, junto con la compañía reconfortante de sus dos amigas después de tanto tiempo, le dio una sensación de pertenencia que había estado ausente durante varios meses.

La imagen de August, quien le había ofrecido su apoyo y ayuda, y Roy, quien siempre presente, la respaldaba en cada paso de la fiesta, incluso antes, a pesar de no haberle avisado que su exnovio estaría en el evento. Todo eso formaba una cálida visión en medio de la tormenta emocional. Y en el centro de esa visión, Nick brillaba como un faro de luz dorada, alejando la oscuridad de sus pensamientos y llenando su corazón de una chispa que había creído apagada.

──Nick... estabas hermoso... ──murmuró. Habían sido apenas unas simples palabras que escaparon de sus labios junto con una sonrisa llena de cariño──. Lo lamento...

Emma balbuceó un par de palabras más antes de acomodarse en la cama, dejando que su cuerpo se hundiera finalmente en los brazos de Morfeo. Aún podía sentir cómo su cabeza daba vueltas, un eco persistente del alcohol que había consumido y de las intensas emociones que la habían invadido en tan solo unas horas.

La lluvia golpeaba en la ventana con suavidad mientras el suave rugido de los truenos irrumpía en el silencio de la habitación. Mientras se acomodaba bajo las sábanas, Emma notó que las voces que la habían atormentado comenzaban a apagarse lentamente, como un murmullo distante que se desvanecía en la noche. En ese instante, sintió cómo el nudo formado por la oscuridad, los pensamientos negativos, los temores, la ansiedad y el estrés se iba deshaciendo poco a poco, dejando atrás un vacío que, en lugar de incomodarla, le ofrecía una extraña paz. Y finalmente, sólo quedaba Emma, la verdadera Emma.














GIULYS NOTE. . . BUENO BUENOOOOO, HEMOS REGRESADOOOO AAAAAAAAAAAAAAAAAA! Lamento desde ya muchísimo la demora, pero estuvimos con un par de bloqueos en cuanto a la trilogía en general. Sin embargo, hemos terminado el evento finalmente y tuvimos el reencuentro de nuestros amores Nick y Emma 💜🥰 No me van a decir que no son hermosos mis niños jsjsjsjsjs

AHORAAAAAAA se vienen los problemas, el caos, más drama muajajajajaja ahr ¿Creen que la vida de Emma seguirá su curso con normalidad? Este es solo el comienzo de su historia babysss. Recuerden pasarse por Delicate en el perfil de illicitvaders y Hits Different en el perfil de -mdnightloki amores.

Como siempre, espero les haya gustado. Saben que los votos y comentarios son bienvenidos con todo gusto y ayudan a saber si les ha gustado el capítulo 💜🌌🥰 Siempre el apoyo que pueden brindarnos como escritores vale oro. Anywayss amores, muchas gracias por leer, nos leemos prontito ❤️😊


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