Pov de Becky.

La ceremonia había terminado ya y Freen no había llegado. No tenía ni un solo mensaje ni una llamada. Ni siquiera su mamá sabía en dónde estaba. No entendía porqué aparentemente yo era la única preocupada, pero por alguna razón, eso mismo me tranquilizó.

Tomé mi celular y comencé a llamarle, pero no había respuesta. Me senté en una silla detrás del escenario y seguí intentando, pero nada, hasta que por fin, escuché su voz a mis espaldas.

-Beck... -Susurró.

Me levanté inmediatemente de la silla y lo primero que le pregunté era si estaba bien y en dónde estaba.

No contestó, pero podía oír su respiración agitada, como si hubiera corrido.

-Me desperté tarde, lo siento. -Dijo con tristeza

-¿Por qué estás mintiendo? -Pregunté molesta.

Era obvio que no estaba diciendo la verdad. Freen, la misma que tiene una alarma programada todos los días para decirme "buenos días" y seguir durmiendo porque se despierta más tarde que yo. No había manera en la que eso fuera verdad.

Hizo un gesto de confusión.
-No quería molestarte, lo siento. -Expresó.

-No estoy molesta porque llegaste tarde. Estoy molesta porque sé que estás mintiendo. -Aclaré.

Me miró con tristeza, sin decir nada.

No sabía qué era lo que estaba pasando, pero su comportamiento diferente casualmente comenzó el día de la confirmación.

Iba a seguir hablando cuando mi hermano entró por la puerta y cortó la tensión del momento.

-Perdón si interrumpo. -Dijo. -Los abuelos quieren saber si se van a ir al restaurante en mi carro o en el de Freen.

Voltée a verla y noté que tensó la mandíbula.

-Déjame hablarlo con ella. Ya vamos para allá. -Le hice saber.

Richie asintió y antes de salir de la habitación, miró a Freen con gesto de confusión. También había sido raro para él.

-¿Tus abuelos están aquí? -Preguntó.

-Era sorpresa. -Confesé.

Cerró los ojos e hizo la cabeza a un lado. Ese era su gesto de cuando algo la hacía sentir culpable.

-¿Entonces se van con Richie o contigo? -Pregunté.

-Vine en taxi. -Respondió.

Jamás desde que la conozco, ha tomado un taxi teniendo su carro. Todo era cada vez más raro.

Hice un gesto involuntario de incomodidad.

-Vamos. -Le pedí. -Pero después vamos a hablar bien de esto, con la verdad.

Asintió y yo le hice una seña para que salieramos del lugar.

Mi graduación había sido linda, pero me había faltado ella ahí y eso era imposible de negar.

Pov de Freen.

Sus abuelos estaban aquí, su familia completa estaba aquí y yo le fallé. Me sentía terriblemente mal y sabía que había arruinado todo.

Salimos del lugar y vi a toda su familia y a mi mamá esperándonos.

Caminé hasta ellos con una sonrisa y los saludé uno por uno, hasta que me tocó presentarme con sus abuelos. Los dos me dieron una sonrisa gentil y me abrazaron, pero su abuela quiso hacer un comentario.

-¡Así que tú eres Freen! -Exclamó. -Es un gusto conocer a la persona que todos aseguran que trata a mi nieta como si fuera una princesa.

Golpe bajo.
Normalmente, ese comentario me hubiera tenido sonriendo toda mi vida, pero en esta situación, por las circustancias, me hacía sentir una tristeza tremenda.

-Es un gusto conocerla también. -Confesé con una sonrisa.
Mientras la familia de Becky y ella se quedaron decidiendo cómo nos acomodaríamos para desplazarnos al restaurante, mi mamá se acercó discretamente a mí.

-Espero que tengas una muy buena razón, mi vida. -Expresó.

-No hay una "buena razón" prosible en esta situación, mamá. -Dije.

Después de hablarlo, Richie llevó a su abuelo, abuela y a mi mamá al restaurante y yo me fui en un taxi con los papás de Becky y ella. Cuando llegamos al restaurante, pedimos una mesa grande y yo quedé sentada entre mi mamá y Becky.

Becky estaba molesta conmigo y tenía toda la razón en estarlo.

Mientras esperabámos para ordenar, los demás decidieron que era el momento para darle sus regalos de graduación.

Yo quería salir corriendo de allí.

Cuando llegó mi turno no tuve opción.

-Lo olvidé en casa, perdón. -Mentí.

Todos me miraron. Me lo merecía.

-No pasa nada. -Dijo Becky dando unos golpecitos en mi mano.

Después de ese momento, ordenamos y seguidamente nos trajeron la comida. Yo, llevaba días sin tener el mismo apetito de siempre y solo pedí un aperitivo. Becky lo notó y me preguntó.

-¿Es lo único que vas a pedir? -Susurró.

-Sí, no tengo tanta hambre. -Admití.

Asintió con cara de preocupación y tomó su celular.

No estaba disfrutando el almuerzo y evidentemente era mi culpa.

Después de unos minutos, acercó el celular a su cara, como si estuviera tratando de descifrar algo. Volteé a otro lado para no incomodarla, pero me llamó tocándome el brazo. Dirigió su celular a mi dirección y me hizo un gesto para que viera la pantalla. Era un tweet de una cuenta fandom.

Freen Sarocha. Hoy, 21 de diciembre. Seguido de una foto mía en la recepción del hospital.

¿Qué iba a decirle ahora? -Pensé.

Subí la mirada e hicimos contacto visual, pero ahí, no era el momento de decir nada. Cuando terminó el almuerzo. Nos despedimos y Becky y yo regresamos a mi departamento.

Abrí la puerta y tiré las llaves en la mesa, me quité los zapatos y me tiré en el sofá de la sala. Becky, mientras tanto, se quedó de pie junto a la mesa de la cocina, hasta que cortó el silencio.

-¿Debería preocuparme? -Preguntó.

Me levanté del sofá y caminé hasta quedar enfrente de ella.

-No, no es nada. Eso dijeron. -Aclaré.

-Levántate las mangas de la camisa. -Me pidió. -Por favor.

Quería comprobar si tenía la curita que a uno le ponen cuando le sacan sangre, y en efecto, la tenía.

Le hice caso y le mostré justo lo que quería ver. Ella hizo un gesto de preocupación.

-Si no es para preocuparse, ¿Por qué te tomaron muestras de sangre? -Cuestionó.

-Solo para descartar. -Dije. -Pero todo está bien, de verdad.

Dudé en si decirle la verdad o no, me preocupaba que me viera diferente, pero ya la había preocupado demasiado como para dejarlo así.

-Me dijeron que probablemente era un ataque de pánico. -Admití. -Me asusté porque pensé que estaba teniendo un infarto.

No dijo nada, pero me estaba prestando toda su atención.

Comencé a llorar, no lo pude evitar.

-Beck siento que todo está siendo demasiado. -Confesé. -El trabajo, los pensamientos, la incertidumbre...

No lo pensó dos veces y me abrazó.

-Perdóname por estarte fallando tanto recientemente. Jamás haría algo para lastimarte, te lo juro. -Dije sin apartarme de su abrazo.

-Lo sé. -Me hizo saber.

-¿Te acuerdas de la primera vez que te vi llorar? -Preguntó.

Asentí mientras seguía llorando en su hombro.

-Te dije que nunca tuvieras miedo de ser vulnerable conmigo. Yo nunca voy a juzgarte, por nada y no me voy a ir por ningún motivo. Eso sigue siendo así. -Me recordó.

La abracé con más fuerza.

-Incluso si nadie en el mundo te amara, que eso no va a pasar, pero incluso si así fuera, yo siempre te voy a amar. -Dijo.

-No te amo solo en tus días felices. Te amo durante todo tipo de escenario posible. -Me hizo saber.

Quería vivir en ese momento para siempre. No en el sentimiento de ansiedad que sentía, pero sí en sus brazos, en su positividad, en sus palabras lindas y en esa comprensión y amor infinito que me estaba dando.
Quería amarla cada día de mi vida con todo lo que mi corazón pudiera, porque Becky es de esas personas, si no es que la única, que te hace sentir privilegiado de amarla.

Espero lo estén disfrutando.
-Key