Lo siento
Pov de Freen.
No sabía qué era lo que había pasado, pero lo aceptaba.
De camino al aeropuerto, sentía una tristeza inmensa y no pude evitar culparme por haberme ido en primer lugar.
Tomé el primer vuelo que encontré y me fui a Madrid sin pensarlo.
Al llegar, tomé un taxi que me dejó en casa. Eran aproximádamente las nueve de la noche. Ni siquiera me había quitado el traje que Becky me había prestado.
Toqué la puerta y me recibió mi mamá con un gran abrazo.
-Pensé que ya te quedarías allá. -Comentó.
No dije nada y entré a la casa dejándome caer en el sofá.
-¿Qué pasó? -Preguntó con curiosidad. -¿No me dijiste que estaban bien?
-No sé qué pasó, mamá. -Admití.
Se quedó observándome en silencio unos segundos.
-¿Volviste a autosabotearte? -Cuestionó.
Sonreí sarcásticamente.
-Mamá, te dije que no sé. -Comenté molesta. -No sé si hice algo mal, si ella fue la que decidió ya no estar conmigo por su cuenta... No sé nada.
Quería llorar.
-Yo lo arruiné la primera vez. -Dije. -Fue egoísta querer recuperarlo.
Mi mamá se sentó al lado de mí.
-Esta vez ibas a luchar por su relación, ¿Verdad? -Preguntó.
-Lo iba a hacer. -Confesé. -Iba a dar todo de mí para que funcionara.
Comencé a llorar.
Mi mamá me abrazó.
-Tú hiciste las cosas bien. -Aclaró. -Fue decisión de Becky y hay que entenderlo.
Sabía que tenía que entenderlo, pero no por eso dejaba de doler.
Le agradecí a mi mamá y me dirigí a mi cuarto de pintura, en donde tenía el lienzo que no terminé debido al viaje. Lo descarté y tomé uno en blanco para empezar uno nuevo.
Pintaría la escena que habíamos vivido cuando bailamos "Lover" en el concierto de Taylor Swift.
Esta vez se sentía diferente el haberme ido.
Se sentía como si esta vez no tuviera a donde regresar si quisiera hacerlo.
No dormí nada en la noche. Me había pasado todo el tiempo pintando para distraerme y ya casi lo tenía listo.
Mi mamá tocó la puerta.
-¿Te traigo algo de desayunar? -Preguntó.
-No tengo hambre. -Contesté.
-Evitar dormir y comer no va a cambiar nada. -Aseguró.
Suspiré molesta.
-El que ella te alejara tampoco significa que debas de romper la promesa que le hiciste. -Agregó. -La de cuidarte y mantenerte bien.
Señaló su inicial en mi mano desde lejos.
Ella tenía razón.
Yo sabía que Becky me amaba y que tenía razón diciendo que no había manera de ligar nuestros estilos de vida.
-Solo quiero un té o algo así. -Accedí.
Mi mamá sonrió.
Tomé mi celular y vi que eran las dos de la tarde, cuando enseguida me llegó una foto de la conversación de Becky, seguida de un mensaje.
Becca: Espero que haya sido verdad eso que dijiste de que irías por mí a donde fuera.
Abrí la foto y era ella en el aeropuerto.
¿De allá?, ¿De aquí? Ya no sabía nada.
Me quedé sorprendida.
Freen: ¿En dónde estás?
No tardó nada en responder.
Becca: Ahora, en una de las cafeterías del centro de Madrid.
Becca: Es muy lindo aquí.
¿Se había vuelto loca?
Me sacó de su casa y prácticamente del país para venir al día siguiente.
Tenía que aceptar que me olvidé de todo y me derretí de amor.
Freen: Mándame la ubicación exacta.
Ella la mandó y le avisé a mi mamá que tendría que salir.
Tomé un taxi y me dirigí a la cafetería.
Cuando llegué la vi en una de las mesas sentada.
No lo podía creer.
-Aquí no venden milk tea. -Dijo en cuanto me vio.
La miré extrañada.
-Beck, ¿Qué haces aquí? -Pregunté.
-Visitarte, obvio. -Respondió.
Me sentía algo molesta. Sentía que estaba jugando conmigo.
Me senté en la mesa con ella.
-¿Podemos dejar de fingir que no me sacaste de tu casa? -Le pedí.
-No era lo que en realidad quería. -Confesó.
La miré a los ojos.
-Estos días no te estoy entendiendo. -Admití. -Si no te conociera pensaría que solo me estás utilizando.
-¿Por qué? -Preguntó seria.
-Me besaste, tuvimos sexo y literal no pasó ni un día y me sacaste de tu casa. -Expliqué.
-No los tapaste, por cierto. -Dijo señálando los rasguños de mi cuello.
Había olvidado ponerles maquillaje hoy.
Estaba empezando a cansarme de la situación.
-Beck, suficiente. -Expresé. -Sé que intentas cortar la tensión pero tenemos que hablar seriamente.
Ella suspiró y asintió.
-¿Podemos hablar en otro lugar? -Preguntó.
Asentí.
Esperé a que terminara su comida y tomamos un taxi con dirección a mi casa.
Al llegar, toqué la puerta y mi mamá abrió.
Se quedó totalmente sorprendida cuando vio a Becky.
Becky enseguida la abrazó.
Mi mamá correspondió el abrazo con fuerza.
-Qué gusto verte, hija. -Dijo mi mamá.
-También es un gusto para mí. -Respondió.
Estaba molesta y dolida, pero no pude evitar conmoverme con esa escena.
Cuando se separaron, entramos a la casa y la hice caminar hasta mi cuarto. Cerré la puerta y le hice una señal para que se sentara.
-¿Qué fue lo que pasó? -Empecé la conversación. -La verdad.
Me miró y suspiró.
-Eliza te llamó. -Confesó. -Dijo algo sobre tu trabajo.
La miré confundida.
-Dijo que tenías que presentarte con tu proyecto el quince de diciembre y no lo hiciste. -Agregó. -Y que eso podría causarte problemas en la galería.
-¿Y? -Pregunté sin entender nada.
-¿Cómo que "y"? -Devolvió la pregunta. -Es el trabajo de tus sueños y casi lo pierdes por mi culpa.
Ya entendía. Estaba en la misma situación en la que yo había estado hace un año.
-¿No era una decisión que me correspondía a mí? -Cité lo que ella misma me había dicho días atrás.
Se rió.
-Me ibas a escoger a mí. -Comentó. -No quería que sacrificaras el trabajo de tus sueños.
-Mi sueño es pintar. -Aclaré. -No trabajar pintando.
Me miró confundida.
-Hay una gran diferencia en eso, Beck. -Dije. -Puedo tener un trabajo normal y seguir pintando en mis tiempos libres.
Me acerqué y me senté al lado de ella.
-Mi verdadero sueño es pintar, vivir una vida tranquila y construir una familia. -Le hice saber. -Contigo.
No lo pensó tanto y me besó.
Agradecí que lo hiciera.
Se apartó rápido.
-Perdón, no sé si pod... -La interrumpí devolviéndole el beso.
Seguí dándole varios besos cortos durante casi un minuto.
-¿Te volviste loca y viajaste hasta aquí? -Pregunté.
-Me arrepentí a las dos horas de que te fuiste. -Admitió. -Tomé el primer vuelo que encontré.
Me reí.
-¿Me vas a dar un tour por la ciudad? -Preguntó con felicidad.
-Eso puede esperar. -Respondí empujándola levemente hacia atrás sin dejar de besarla.
Ella puso su mano en mi boca para detenerme.
-Tu mamá está al lado. -Me recordó.
-Cierto. -Contesté en cuanto lo recordé. -Retomemos lo de el tour.
Salimos del cuarto tomadas de la mano, mi mamá sonrió en cuanto nos vios.
-¡Ya era hora! -Exclamó. -Hace demasiadod tiempo que no las veía así.
Ambas nos miramos y sonreímos.
-Vamos a salir, mamá. -Dije. -Voy a enseñarle la ciudad a Becky.
Ella asintió con una sonrisa y Becky y yo caminamos hacia la puerta.
-Freen. -Me llamó mi mamá. -El cuello.
Miré a Becky y miré a mi mamá apenada.
Becky se puso roja.
-Gracias. -Le agradecí a mi mamá con vergüenza.
Mi mamá probablemente lo notó desde que llegamos y no me dijo nada para no incomodar.
Le dije a Becky que me esperara en la sala y yo fui a mi cuarto a ponerme maquillaje.
Cuando salimos, nos dirigimos a las calles principales. Nos tomábamos fotos y nos dabamos besos cortos cada vez que podíamos.
Ojalá ella se quisiera quedar aquí.
Pov de Becky.
Estuve muy cerca de perderla.
Agradecí haberme arrepentido a tiempo y salir corriendo detrás de ella.
Llegué y la ciudad me pareció preciosa.
El clima, las calles y estar con ella era todo lo que necesitaba.
Estabamos por entrar a un restaurante cuando entró una llamada a su celular.
Era Eliza.
Freen habló unos minutos con ella y le dijo que fuera al restaurante en el que nosotras íbamos a comer para que pudiera presentarnos.
No me agradaba tanto la idea, pero tenía que aparentar que sí.
Entramos al restaurante y después de aproximádamente diez minutos de estar esperando, llegó la tan nombrada, Eliza.
Honestamente, era preciosa.
Era el tipo de Freen, mi tipo y el de culaquier persona coherente.
Inevitablemente me sentí más celosa, de lo que estaba.
-¡Qué gusto conocerte! -Exclamó sonriendo. -No hubo una sola vez en la que Freen no hablara de ti.
Sonreí.
Ella parecía bastante amable y honesta.
-También es un gusto para mí. -Dije. -Freen también habla de lo buena amiga que eres con ella.
Tenía la necesidad de dejar en claro el "amiga".
-¿Qué tal tu viaje entonces linda? -Le preguntó a Freen.
Ese "linda" era lo que me hacía ruido.
-Todo bien. -Respondió. -Fue agradable.
Llegó nuestra comida y Freen se disculpó para ir al baño.
Era mi oportunidad de probar a Eliza.
-¿Son buenas amigas? -Pregunté con propósito.
-Así es. -Afirmó. -Desde que llegó.
Asentí.
-Se ve que son cercanas. -Comenté.
-Lo normal solamente. -Respondió. -Después de todo, no nos conocemos tanto.
Estaba siendo irracional al dejarme guíar por mis celos, pero sabía que tenía que seguir la conversación.
-En el caso hipotético de que no estuvieras casada... -Empecé a formular. -¿Saldrías con ella?
Eliza se rió.
-No lo sé, no me imagino con alguien que no sea Fran. -Confesó. -Y por lo que sé ella no se imagina con alguien que no seas tú.
No habían dobles intenciones de su parte.
Eso me dejaba confíar en Eliza.
Freen regresó y ambas hicimos como si nada hubiera pasado.
Me acerqué a su hombro en cuanto se sentó.
-Vas a tener que decirle que te deje de decir "linda" -Susurré.
Me miró, sonrió y asintió.
Yo no era celosa cuando estabamos en una relación oficial, pero habíamos pasado un año sin vernos en el que estuvimos "solteras" y había que establecer algunos límites con las personas que conocimos por nuestra cuenta.
Después de que acabamos de comer, nos despedimos y nosotras dos seguimos dando vueltas por las calles.
-Tengo una idea. -Dijo Freen. -Pero no sé qué opines.
La miré para prestarle atención.
-Mudáte conmigo y sigue con tu carrera en la música desde aquí. -Sugirió.
Seguí mirándola sin decir nada.
-No tiene que ser aquí. -Aclaró. -Yo me cambio al país que tú quieras.
Se escuchaba tentador.
-¿No quieres regresar a Tailandia? -Cuestioné.
-Sigo siendo muy conocida allá. -Respondió.
-¿Por qué me mudaría contigo si no somos novias? -Pregunté molestadola.
-¿No lo somos? -Preguntó ofendida.
-Tú me terminaste hace un año. -Le recordé. -No me lo has pedido de nuevo.
Ella sonrió.
-¿Me dejas ser tu novia? -Preguntó.
Me encantó la manera en la que lo preguntó.
-Bueno. -Acepté. -Pero me gustó más como me lo pediste la primera vez.
Se rió y me dio un beso.
Parecía que llevábamos un día saliendo.
-Lo voy a pensar. -Dije. -Lo de mudarme.
-Yo me adapto a lo que tú decidas. -Respondió.
Lo único que tenía que escoger, sin dudarlo, cada día de mi vida, era ella.
_______
Que lo estén disfrutando pipol, salud2
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro