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༺ Prologue ༻

" Llegamos aquí por el camino difícil, todas aquellas palabras que intercambiamos. ¿Es de extrañar que las cosas se vuelvan oscuras?. "

Seafreat — Atlantis






Back To Blue Side

Kim Seokjin era un alma perdida desde el día en que decidió que el mundo en el que vivía no le gustaba en lo absoluto. Jamás había encontrado a alguien lo suficientemente bueno o sencillo para él, era difícil de explicar en voz alta pero su cuerpo podía sentir toda esa desesperanza. La sensación de que nunca encontraría un buen amigo distinto de un perro. Amaba a los animales pero realmente no podría tener una conversación con estos ni aunque quisiera.

Por eso decidió volver al lugar que lo vio nacer. Blue Side, una pequeña isla en la que incluso las personas más opulentas eran sencillas en comparación con el resto del mundo. El que fuese un lugar pequeño no lo libraba de estar repleto de idiotas sin embargo. Por desgracia Seokjin estaba seguro de que la mala suerte lo perseguía, al igual que lo hacían todos esos adolescentes con ganas de humillar a los más débiles.

—¿Jin me has escuchado? - su abuela suspiró y posó la comida sobre la mesa - Tu abuelo necesita que lo ayudes con su barco esta tarde.

Jin levantó la mirada y asintió, no podía negarse. Incluso si no sabía nada de barcos y odiaba ver como los peces dejaban de respirar sujetos a un anzuelo, sus abuelos lo habían recibido con los brazos abiertos, le habían proporcionado una habitación con vistas al mar y ni siquiera habían hecho todas esas preguntas incómodas que se les suelen hacer a los adolescentes cuando deciden escaparse de casa.

—Te he escuchado - contestó con una sonrisa fingida.

—Entonces acaba de comer y ve a cambiarte, será mejor que te pongas ropa vieja. Creo que quiere pintar las tablas desteñidas por el mar y limar el óxido.

Seokjin asintió e hizo lo que su abuela le estaba indicando. Comió sin demasiada prisa y después salió con su abuelo en esa vieja camioneta Volvo. Llevaba un simple pantalón vaquero y un jersey con hilos sueltos por todos lados. No le importaba que lo vieran vistiendo así, hacia mucho que las miradas de la gente le resultaban una rutina más.

El mar rompía con fuerza contra la arena cuando llegaron a la playa, se trataba de una zona donde el mar abierto conectaba con las dunas de arena. Sus ojos se abrieron imprevisiblemente, realmente disfrutaba observando la naturaleza. Las aves paseándose por la orilla y alzando el vuelo en grandes bandadas, la vegetación moviéndose lentamente al ritmo del viento o la suave llovizna de verano alimentando sus rostros de frescor. Su abuelo parecía igual de encantado a pesar de llevar toda su vida en ese lugar. Las nubes de niebla aportaban un aire fantasmagórico al horizonte ante sus ojos.

—¿Recuerdas esta playa Jin? - preguntó el hombre mientras sacaba los botes de pintura del maletero de la camioneta.

—Lo cierto es que no. Era muy pequeño cuando vivíamos aquí - no recordaba nada. Incluso antes de decidir volver se preguntó si podría reconocer alguna calle, a alguna persona pero la realidad es que ni siquiera sabía como llegar a la casa de sus abuelos sin seguir indicaciones constantes.

Su abuelo rió levemente y comenzó a bajar los botes de pintura del coche. Jin se movió casi en un acto reflejo pata quitarle el peso de las manos. A medida que caminaban por la extensa playa hasta la orilla una especie de casa mal armada en la parte delantera de una caravana hizo presencia captando por completo la atención del chico.

—No te acerques a ese lugar Jin - su abuelo lo tomó del brazo apartandolo al instante de sus curiosos pasos hasta la zona - es la casa de un chico perdido. Ya tiene suficiente con su vida así que no te conviene increparlo con preguntas.

Como su abuelo había mencionado, la intención de Seokjin era claramente acercarse para investigar. Era un escritor principiante así que cada una de las cosas que observaba creaban historias instantáneas en su cabeza. Quería saber qué era esa especie de casa improvisada y conocer cada uno de los secretos que la rodeaban. Volvería en otra ocasión y lograría conocer la verdad escondida tras las mantas de colores y las tablas a modo de camino entre la arena.

No pudo hacer otra cosa distinta que la de seguir a su abuelo hasta el arenal en el que había dejado el barco aprovechando la marea baja.

—Vamos a empezar tratando el óxido - Jin asintió subiéndose las mangas del fino jersey hasta los codos.

Las olas del mar rompían con fuerza contra la orilla creando una preciosa melodia natural. El viento levemente frío aliviaba el bochorno del día tormentoso.

—¿Quién vive en la caravana? - preguntó tras minutos de silencio. No podía evitarlo. Necesitaba preguntar y descubrir la historia detrás de aquella construcción defectuosa que similaba una casa.

Su abuelo suspiró y tras limpiarse el sudor de la frente alzó la mirada como buscando algo.

—¿Ves el muchacho caminando entre las rocas?

Jin giró la cabeza mirando en la misma dirección que su abuelo. Un chico caminaba sobre las rocas en las que el mar rompía con tan solo unos pantalones vaqueros rotos como ropa. Llevaba una especie de pequeño saco en la mano y se movía con rapidez para alcanzar mejillones antes de que las olas lo llenasen todo de agua.

—Lo veo - dijo Jin poniendo la mirada sobre este.

—Sus padres tuvieron problemas con la justicia y fue enviado a casa de su tío, nadie sabe bien lo que pasó pero el chico era imposible de educar así que le causó muchos dolores de cabeza. De un día para otro decidió escabullirse, su tío intentó llevarlo a la casa de nuevo muchas veces pero finalmente se rindió. Vive aquí desde entonces y se gana la vida por él mismo, no es una buena compañía. Todos aquí sabemos que es problemático, les roba a los mercaderes, causa peleas en el instituto… Sencillamente está loco. Prefiere vivir como un mendigo antes de estar con su tío solo porque no le gustan las normas. El pobre chico no debió tener una educación adecuada.

Seokjin volvió a mirar con curiosidad la especie de casa montada a partir de la caravana y luego al chico que se movía libremente sobre las rocas sin que el violento mar le importase lo más mínimo.

—No lo mires demasiado, dicen que golpea a las personas cuando lo observan con curiosidad.

—¿Y sabes si los rumores son reales o sólo rumores abuelo? - Jin volvió al trabajo dejando de lado al chico.

Su abuelo se encogió de hombros mientras tomaba una de las lijas para arreglar algunas tablas.

—En cada rumor hay un mínimo de realidad. Incluso si no golpea directamente por mirarlo sigue golpeando a la gente. Yo mismo vi como le destrozaba la cara a puñetazos a un chico. Ahora ayudame con esto y deja las preguntas para cuando acabemos, ¿está bien Jin?

Jin asintió y rápidamente se movió hasta la zona en la cual se encontraba su abuelo para ayudarle con el trabajo.

Fueron largos minutos hasta que comenzaron a pintar el bote, probablemente la parte que Seokjin más disfrutaba pues su abuelo le había dejado elegir la combinación de colores.

—¿Podemos rebautizar el barco? - dije observando ese anticuado nombre escrito en la parte lateral del bote.

—¿Tienes algo en mente? - preguntó su abuelo observando como el color turquesa elegido por Jin comenzaba a darle claridad al viejo barco.

—Quizás, pero no tenemos pintura negra - Seokjin suspiró y se levantó, la arena estaba impregnada en las rodillas de su viejo vaquero - ¿Podrías ir a comprarla?

Su abuelo sonrió y tras darle un par de palmadas asintió.

—Me alegra verte tan centrado en el trabajo, solo por eso permitiré que le cambies el nombre a este amigo nuestro. Lleva mucho tiempo teniendo el nombre que le di cuando lo compré. Iré a por la pintura, confío en que puedes acabar de pintarlo tú mismo.

Seokjin asintió fingiendo interés en cada pincelada que daba. Incluso si no estaba totalmente centrado en pintar y su mente volaba una vez tras otra hasta los rumores del muchacho, disfrutaba haciendo algo distinto de ver la televisión durante todo el día.

En cuanto su abuelo arrancó el coche, posó sobre la arena los cubos de pintura y se lavo las manos levemente manchadas. Su objetivo era lograr mantener una conversación con el muchacho misterioso por lo que en cuanto pasó caminando cerca lo saludo con voz animada. Pero el chico ni siquiera se digno a mirarlo a la cara.

—Ei, tú - a Jin no le gustaba ser ignorado - Te estoy hablando. Quedate quieto un segundo.

El chico suspiró en voz alta y se giró hacia Seokjin. Su piel estaba bronceada, probablemente debido a que debía pasar muchas horas en esa playa.

—Necesito beber algo - mintió - he escuchado que vives en la caravana. ¿Podrías darme un vaso de agua? Realmente estoy sediento.

—Ve a beber a tu propia casa, no quiero curiosos en mi zona.

Jin maldijo para sí mismo cuando el muchacho se giró y siguió su camino.

—Admito tener curiosidad - replicó Jin correteando por la arena detrás de él - pero solo la tengo porque soy nuevo aquí. Es mi primer día en Blue Side así que me llamó la atención ver que alguien está viviendo en la playa. Apuesto a que puedes ver los mejores atardeceres desde aquí.

—¿Qué quieres? - contestó el otro con tono agresivo.

—Ya te lo dije. Un vaso de agua, no sé si me habrás visto pero llevo toda la mañana trabajando con mi abuelo. Estoy sediento y ni siquiera he comido por lo que mis ganas se incrementan. En realidad soy alguien que come a todas horas por lo que…

—Hablas demasiado.

El chico siguió caminando consciente de que unos torpes pasos seguían los suyos.

—Tú hablas muy poco. Soy escritor, por eso hablo de más. Las palabras son mi vida por lo que hago uso de ellas siempre que puedo. ¿Me darás ese vaso de agua?... ¿Cuál es tu nombre?

El chico se giró y miró a Jin exasperado, solo se encontró con una sonrisa de parte del escritor. Este parecía realmente animado, algo que no tenía sentido pues el misterioso muchacho solía lograr apartar a todos con una simple mirada.

—¿Por qué debería contestarte?

Jin rodó los ojos y se encogió de hombros.

—Porque te lo he preguntado. Me gustaría llamar por un nombre a la persona con la que hablo.

—Hoseok - dijo el chico antes de girarse para seguir caminando hasta la caravana.

—Eso ha sido fácil - el escritor parecía animado de nuevo.

—¿Querías algo difícil? - de nuevo el chico se giró para captar la reacción en los ojos de Jin. Él también sentía curiosidad hacia el nuevo habitante de Blue Side.

—Soy un escritor así que me imagine mil reacciones distintas en tu modo de actuar. Pensé que podrías ser violento, retador o inesperadamente amable pero simplemente fuiste… Normal.

Hoseok volvió a bufar, lo había hecho ya varias veces desde el momento en que conoció al escritor.

—¿Y tú nombre? - dijo finalmente cuando llegaron a la caravana.

—Tienes que ganarte mi nombre.

Hoseok lo miró incrédulo y entró en la caravana cerrando la puerta de esta sin ningún tipo de intención de darle agua al chico o dejarlo entrar.

—No quiero ganarme tu nombre. No me interesa - una sonrisa se dibujo en su boca cuando pudo ver desde la ventana como el escritor se acercaba con el ceño fruncido. No podía negar que era atractivo.

—Entonces haré que quieras ganartelo. Te advierto que puedo llegar a ser pesado cuando intento conseguir algo.

—No sabes con quien estás hablando. Simplemente sal de aquí y dejame en paz.

Seokjin lo miró unos segundos antes de decidir volver al trabajo, su abuelo tenía que ver un avance en la pintura del barco o de lo contrario sabría que había algo raro.



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Días de Actualización : Miércoles
Número de capítulos : 6 + Epilogo

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