Capítulo IV
Back to black se había convertido en un éxito total. Él había confiado en que así sería, pero sus expectativas se superaron cuando las ventas habían sido subidas casi al 90%. Y mentiría si dijera que esperaba menos, porque había tenido fe en que sería algo grande y especial.
Debía admitir que en esa canción había puesto sus lágrimas y corazón, había expresado todos sus sentimientos y pensamientos guardados. Se había desahogado de la mejor manera que pudo. Y aunque sufrió y tuvo crisis emocionales, se armó con fuerza y voluntad para dar luz a esa obra.
Cada vez que pensaba en Jeon le dolía menos, ya no se sentía mal ni ansioso por el rubio hombre. Poco a poco sentía que lo superaba, pasando página y explorando más allá de lo creyó nunca encontrar y experimentar.
Sabía que Jungkook había marcado un punto fuerte en su vida, él le había mostrado un lado de la vida que Taehyung se negaba a conocer, pero todo pasaba por algo y eso le quedó de experiencia.
Hacía ya unos meses había conocido a un hombre, todo un caballero y hermoso en todo el sentido de la palabra. Lo trataba como merecía y quería, se sentía un gran afortunado. Se enamoró nuevamente y deseaba que siempre perdurará su amor.
Al principio se mostró rancio a la idea de volver a iniciar una relación, pero luego de que el joven hombre insistiría reiteradas veces, lo conmovió y poco a poco abrió su corazón, dándose una oportunidad de volver a amar.
Él se sentía amado, cuidado y tranquilo. Su relación era estable y sana, algo justo que sabía que necesitaba.
Jung Hoseok era un DJ famoso, tenía una personalidad encantadora y atrayente. Su físico era espléndido y atractivo. Y aunque parecía un hombre perfecto, él seguía sus locuras hasta cierto límite. Se había aprendido a controlar y a calmar.
Hoseok le había tenido una paciencia infinita desde un inicio, había conocido su relación con Jungkook y no lo juzgó y reprochó nada. Fue comprensivo y cuidadoso.
Él si lo deseaba tal cual era, le quería como era. Nunca pareció inconforme a con su comportamiento, siempre aceptandolo con su todo y sin problemas.
Jung le había enseñado demasiadas cosas, así mismo como era su pareja, era como un amigo y confidente al cual podía recurrir siempre que tuviera sus crisis.
Era un apoyo para él, tanto emocional como en otras partes. No se sentía mal a su lado, lo disfrutaba con relajación y tranquilidad, era una relación de ensueño a la cual nunca creyó llegar.
Cada momento a su lado le hacía sentir feliz y contento... Pero sin poder evitarlo, solía compararlo con Jeon Jungkook. Su mente jugaba en su contra muy mal, y terminaba por hacerlo. Y no quería hacerlo, porque se sentía tan bien con Hoseok, el hombre era un amor de persona, mejor de lo que siempre quiso, lo que siempre deseó, pero mierda era tan jodido las comparaciones que su estúpido cerebro creaba.
—Mi amor.
Taehyung sonrió genuinamente, los besos húmedos en su hombro desnudo le mandaban corrientes eléctricas en su espina dorsal, dándole un placentero y cálido cosquilleo por su piel.
—Buenos días —susurró volteando su cabeza al paso contrario para besar castamente los labios contrarios.
—Vamos a levantarnos para prepararnos el día de hoy —dijo Jung, acariciando su espalda baja con lentitud—. Recuerda que más tarde es la premiación.
—Ouhw, cierto —balbuceó con pereza en un suspiro, enterrando su cara en la almohada.
—Iré a preparar el desayuno, te espero abajo —avisó el otro y se levantó después de volver a besarlo.
El hombre salió de la habitación dejando solo al doncel en un silencio que para Taehyung era irrirante.
Taehyung se extendió sobre la cama, estirando sus extremidades. Miró al techo, cuestionando varias cosas. Su corazón latía desenfrenado y su mente parecía estar en Marte, tan pérdido en sus pensamientos.
Nuevamente sucedió. Parecía que Jeon había dejado una marca dura en su corazón y mente. Por más que intentaba olvidarlo no podía, le era totalmente imposible. Jungkook era como una plaga, una enfermedad, un karma.
Taehyung deseaba olvidarlo para siempre, pero de alguna forma u otra lo recordaba.
Se levantó de la cama, se colocó la gran camisa de Hoseok tirada en el suelo y bajó a la cocina, donde escuchaba la televisión encendida y el sonido de los utensilios chocar. Se sentó en el sofá mirando la televisión, abrazó sus piernas desnudas y notó que estaba el noticiero.
Al instante se arrepintió.
—Jeon Jungkook ha sido liberado luego de pagar su fianza, aunque quedó bajo libertad condicional, su esposa e hijo le esperaban fuera de la institución.
Y el video fue reproducido.
Su corazón se quebró cuando vio como era recibido por los brazos de Jieun del pequeño niño.
Sus ojos ardieron cuando vio como la besaba a ella, con amor, con dulzura, con suavidad.
Su mente se desestabilizó cuando vio al niño abrazarlo, tan alegre e inocente de la clase de persona que era su maldito padre.
La primera lagrima salió cuando vio a esa familia feliz que él siempre quiso tener. Esa que quiso tener con el amor de su vida. Con Jungkook.
"Respira, Taehyung, inhala y... Exhala"
Contó mentalmente hasta diez, tal como le había enseñado su terapeuta y se tranquilizó, repitiendo el proceso una y otra vez, hasta que su respiración logró estabilizarse correctamente.
Cada que sucedía ansiaba la necesidad de fumar o beber. Joder, aunque ya había parado y controlado su adicción, siempre que tenía un colapso, la abstinencia le golpeaba fuerte.
En su garganta se hacía un nudo y cosquilleaba por sentir el sabor del whisky y sus labios picaban con la necesidad de sentir un cigarro entre ellos.
—Tae, cariño —la voz suave de Hoseok lo sacó de su ensimismamiento—. Ven a desayunar.
Tomó aire y fue con su novio.
Durante el desayuno charlaron sobre la noche y el como Hoseok deseaba ver a Taehyung ganar, asegurándole con firmeza y confianza que el ganaría.
Y aunque Taehyung solo le decía que exageraba, también quería tener aquel premio en sus manos. Estaba esperanzado en que esa noche sería especial y linda de recordar.
Luego de una tarde llena de ensayos y prácticas, Taehyung se encontraba siendo maquillado y peinado para salir a presentarse. Su vestuario era un vestido largo de estampado floreado oscuro con un cinturón a juego y unos botines de tacón negros.
Cuando finalmente estuvo listo, se observó en el espejo, detallando cada aspecto en si mismo. Recordando su apariencia meses atrás y comparándola con la actual, se dio cuenta del gran cambio.
Su tono de piel ya no era enfermizo, había recuperado su color moreno y acanelado, sus ojos brillaban más, sus labios tenían un color rojizo natural, y su tan preciado cabello ya no era una maraña de grasa y enredos, ahora estaba sedoso, brillante y bien cuidado. Su cuerpo recuperó masa y peso reluciendo su delicada figura.
Le gustaba lo que veía, le agradaba. A pesar de las cicatrices en sus brazos que eran un recuerdo doloroso, también eran las muestras de su gran lucha interna. No sé sentía orgulloso de mostrarlas, pero tampoco las escondería.
Esa noche su presentación sería sorpresa, nadie sabía que él se encontraría allí, su asistencia era secreta.
Para todos sería una sorpresa cuando subiera al escenario. Cantaría Back to Black por primera vez al público dando señal de su regreso en los escenarios.
Se perdió en su reflejo y vio a Jungkook a su lado. Parpadeó varias veces y miró a su lado, asustándose de no ver a nadie. Volvió al espejo y esta vez no había nadie.
Su pulso se aceleró y respiró hondo, solo era otra vez su cerebro jugándole en contra. Suspiró y negó golpeando suavemente su frente.
—Dios, Taehyung, cálmate...
Relajó sus hombros, sin darse cuenta su cuerpo se había tensado.
—¡Taehyung! —Namjoon entró al camerino con una expresión alterada buscando con la mirada a Kim, en cuanto lo vio corrió hacia él—. Solo quedan 5 minutos para que entres, recuerda bien todo lo que practicamos.
Taehyung soltó una suave risa asintiendo, abrazó a Namjoon con fuerza.
Siempre estaría agradecido a Namjoon por todo, ese hombre había sido una gran fuente de ayuda y apoyo. Aquel que se mostró realmente afectado y preocupado desde un inicio ante su cambio.
—Gracias por todo, Nam —susurró, dando un beso en la mejilla del contrario.
Namjoon acarició su cabello y lo separó con suavidad de su cuerpo, tomando distancia. El hombre sonrió con nostalgia.
—No te pongas sentimental ahora, que me haces llorar —negó Kang—. Luego hablaremos mejor, en este momento a llegado tu hora de brillar, ¿bien?
—Bien.
Namjoon asintió y salió dejándolo solo otra vez.
Los cinco minutos se pasaron rápidamente, cuando se dio cuenta estaba detrás del escenario esperando a su llamado. Las luces estaban apagadas y los murmullos y susurros de la gente le dieron escalofríos.
El staff se movía de un lado a otro verificando que todo estuviera en orden. Finalmente le dieron pase de salida.
Salió en silencio y aún con todo oscuro, el golpeteo de sus tacones siendo el único sonido presente que retumbó por el lugar.
Se posicionó frente al micrófono, respiró hondo y pronto la música empezó a sonar, las exclamaciones llegaron a sus oídos, los focos lo alumbraron y la ola de aplausos y silbidos no se hizo esperar.
Taehyung cerró sus ojos e inició, su voz deslumbrante dejando impactado al público, porque jamás dejarían de impresionarse con la potencia de ésta.
—He left no time to regret... —a su mente regresó la imagen de Jungkook sonriendo y besándolo—. Kept his dick wet... With his same old safe bet, me and my head high...
Abrió sus ojos, mirando todo el público y como si fuese instantáneo, sus ojos chocaron con unos iris grises que le eran tan conocidos.
Jungkook estaba ahí, mirándolo cantar. Su rostro parecía inexpresivo, pero con algo tormentoso. Taehyung no supo describir como se sentía ante la presencia de Jeon allí, en su estómago al parecer había un nudo.
Pero no se detuvo, continuó cantando y con más fuerza y sentimiento. Mirándolo fijamente, como para trasmitirle el mensaje de que esa canción iba para él.
Para hacerle saber su sufrimiento, el dolor con el que lo dejó, el vacío oscuro en el que lo hizo hundirse.
En que ese adiós fue el inicio de su caída y que él era el principal culpable de ello.
—We only said goodbye with words... I died a hundred times —las cien muertes internas que tuvo estando con y sin él—. You go back to her, and I go back to... I go back to us...
Y como simplemente lo dejaba para irse con ella, abandonándolo con sus demonios.
—I love you much... It's not enough, you love blow and I love puff... And life is like a pipe... And I'm a tiny penny... Rolling up the walls inside...
Jungkook había cambiado su expresión, consternación y sorpresa era lo que Taehyung dedujo era lo que sentía.
Taehyung quería gritarlo y golpearlo, desquitarse de cualquier manera con él, deseaba que sufriera, que sintiera dolor. Que pasará por lo que le hizo pasar.
Por otro lado, el público estaba contento y estupefacto por el regreso del joven cantante. A todos les había extrañado no haber sabido de él durante tanto tiempo, pero ahora que había regresado y con semejante pieza musical, no podían más que alabar y elogiar.
Jungkook siendo parte de los espectadores y oyentes, supo que esa canción iba dirigida a él. Lo sabía y aunque quisiera no sentir arrepentimiento, el sentimiento se planteaba con fuerza en su corazón.
—Black, black. Black, black. Black, black. Black... I go back to... I go back to...
No podían quitar su mirada de la contraria, era como un magnetismo que lo impedía, obligando a observarse mutuamente.
—Perdóname... —vocabolizó Jeon.
Taehyung dejó de cantar, simulando dejar que solo sonará el instrumental.
—Púdrete —respondió Kim disimulado.
Cuando la canción terminó, el salón se llenó de aplausos y vítores.
Taehyung se retiró, sintiéndose aliviado pero con un gran conflicto interno.
Capítulo dedicado a tDiwrnod_ porque se aguanta mis finales depresivos 💖
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