Capitulo 11: Confesión.
Esa misma noche...
-¡Los Belmont somos mejores que los Caien!-gritó Trevor
-¡Son unos bárbaros, sin sentido común!-contestó Hanzel
Alucard bebía sólo mientras Sypha trataba de calmar las cosas.
-Si van a discutir mínimo no sean tan obvios.-espetó Alucard
-¡No estamos discutiendo!-respondieron ambos
A los 5 minutos ya estaban brindando, discutían, debatian y se repetía aquel círculo. Después, ya eran los 4. Alucard, por primera vez en su vida se sintió parte de aquel grupo y Hanzel se divertía tanto que se olvidó por completo de todo. El alcohol había destruido la imagen de la reina fría, imponente y ambiciosa.
Dos horas más tarde, Hanzel se encontraba recostada en la barra de la taberna. Trevor hablaba con Sypha.
-. Toma, lo necesitarás.-le dijo suavemente Alucard a Hanzel
Hanzel apenas reaccionó, la rubia miró al joven frente a ella, directamente a los ojos.
-¿Que pasa?-preguntó Alucard
Se sentía vagamente desnudo frente a ella, como si pudiera ver a través de él.
-. Alucard... hijo de Lisa y Dracula...-murmuró entonces-... Te recordaré, como el hombre que me salvó... de algo que lleva pisandome los talones desde hace tiempo...-su voz era apenas entendible, pero no fue problema para Alucard-... Hasta la eternidad.-musitó antes de beber el vaso con agua que le había ofrecido Alucard
Y cayó dormida, el rubio la observó, ¿A qué se refería exactamente? Era todo un misterio. Entonces observó a Sypha.
-Te ayudaré.
-. No, si puedo andar solo, soy un Belmont-juro Trevor
-. Lo llevaré, tu lleva a Hanzel. Dormirán arriba, ¿si?-acordó la orador
Alucard asintió. Movió a la rubia un poco. No hizo ningún movimiento, pero su cuerpo estaba ardiendo. 《¿Será fiebre?》
-¡Alucard, vamos!-escuchó a Sypha
-. Un momento.-contestó el rubio
Estaba por sugetar a Hanzel, cuando una voz llamó su atención, era detrás de la barra
-Forjaron su destino con carmesí, el dolor y la desesperación fueron encadenados a su karma... Tan desgarrador se vuelve y tan pasional que el viento se lleva las risas y los suspiros que dos amantes pudieron conocer...
Alucard miró a un hombre distinto al tabernero, llevaba capucha y solo se veían dos círculos azules, preso de la oscuridad, sin identidad, un escalofrio recorrió la espina dorsal de Alucard.
-¿Perdon?-frunció el ceño Alucard
-. SU ....
-¡Alucard!-insistió Sypha
Frustrado el iba a contestar, cuando un susurro se desvaneció en su oído algo que no logro entender.
-¿Que... hora es?-murmuró Hanzel como si acabará de despertar de un breve sueño
-. La hora de irnos, ¿puedes andar?-ella negó
Alucard se acercó tanto que Hanzel sintió su nariz contra su cuello.
-. Rodeame el cuello con tus brazos.-le indicó
La mente de Hanzel yacía borrosa, pero no del todo, le temblaron las manos y como pudo le rodeo el cuello a Alucard. Este la llevó en sus brazos sin antes revisar con cautela todo el lugar. Aquel hombre ya no estaba.
* * *
-. Alucard... no me siento bien...-comentó Hanzel haciendo un tipo de puchero
-¿Tú primera vez probando cerveza? Creí que ya lo habías hecho antes.-comentó Alucard
Sintió como ella negó sobre su pecho, en otro momento lo habría enfadado aquel acto, pero... Se sentía bien, le hacía bien estar con ella.
-Que extraño, no hay criaturas nocturnas.-dijo Sypha mientras Alucard la alcanzaba
-Si que lo es, ¿Será...?-comentó Trevor
-. Fue en ese momento.-apuntó Sypha-. Cuando Hanzel fue por el pueblo, mira.
Sypha posó su mano en el suelo y unos símbolos de color azul neón iluminaron todo el asfalto.
-Eso... pertenece a las Valkirias....-musitó Alucard-¿Hanzel... tú eres...?
Hanzel se había vuelto a dormir.
-¿Valkirias?-respondió Sypha
-Si no mal recuerdo, son las encargadas de guiar a los guerreros por el camino al paraíso o mejor dicho a "Valhalla" cuando estos mueren.-Trevor extrañamente recupero su sobriedad -. Traemos algo que pesaba más de lo que imagine.
Alucard lo entendió. Su poder, estaba siendo utilizado para protegerlos al menos esa noche. Se estaba sobre esforzando demasiado, con razón Hanzel estaba en llamas, la fiebre podría matar a cualquier ser humano.
Entre el silencio que se formó.
Se escuchó el llanto de un bebé.
-¿Eso no atraerá a las ondas nocturnas?-cuestionó Sypha-. Deberiamos de ir a hechar un vistazo
Alucard recordó lo que vió antes de que cayera el atardecer. Aquella mujer y a Hanzel cayendo al suelo.
Cuando está se desmayo, inspeccionó el lugar. Sus oídos se agudización dos veces más, al ver que Sypha y Trevor iban directo a la trampa exclamó:
-¡No, aquí, ya no hay ningún bebé! Revise cada rincón y Hanzel había luchado contra un demonio en la dirección que van. Revise la casa y el bebé que yace ahí, ya está muerto, tiene días de muerto.
-¿Que dices? ¡Eso es imposible! ¿Desde cuando los demonios poseen cadáveres?
Y un fuerte alarido se escuchó, era de una mujer. Hanzel se removió entre los brazos de Alucard.
-¿Hanzel?
-. Es demasiado fuerte, va a destruir el núcleo.-masculló la chica
Trevor miró directo a donde provenía todo el ruido. Hanzel toció sangre.
-¡Hanzel!-exclamó Sypha
-. La está consumiendo, ¡Debemos matarlo cuanto antes!-gritó Alucard
-¡No, ella esta ahí!-jadeo Hanzel-¡Lo enviaron a propósito!
Sypha sujetó a Hanzel, Alucard miró a Trevor, este asintió.
-Esta ardiendo...-dijo Sypha
《¿Por qué?》esa pregunta golpeaba fuertemente la cabeza de Alucard.
-. Váyanse a la granja, si es posible, adelantense.-ordenó Trevor
Hanzel alzo la vista, el alma se le desgarro al ver a Alucard darle la espalda, un vuelco amenazó su pecho anunciando un mal presentimiento.
-¡No, Alucard!
Pero ya se habían ido.
* * *
Trevor y Alucard corrieron entre las calles, en cada paso que daban los símbolos aparecían parpadeando cuales rayos. ¿Quién era realmente, Hanzel?
Trevor se puso en guardia con el látigo apenas llegaron a la casa de Gretta. Desde lejos se notaba que algo andaba mal en ese lugar. Frente a la puerta yacía el cuerpo colgado de Gretta.
El llanto del bebé hizo eco en sus oídos, Trevor paso saliva incómodo, pero manteniendo la compostura.
-. Cada vez me da más curiosidad tu novia, Alucard.-espetó Trevor-. Supo asesinar la mitad de esa cosa.
-. No estamos aquí para teorizar lo que hay ahí adentro, si no para acabar con el.-contestó tajante
Ambos entraron en la casona, el aliento de ellos fue lo único que escucharon después. La oscuridad se intensificó dos veces más, pasó a su lado izquierdo, algo o alguien, justo en donde se encontraba Trevor.
Alucard comenzó a toser, había un tipo de miasma contaminando toda la casa, dicho miasma era invulnerable para los humanos como Trevor.
-¡Por acá!-gritó el cazador y lanzó su látigo
《Alucard...》
Se cubrió la mitad del rostro con la mano y entonces, entre la oscuridad asomó el espíritu de Gretta, esta le señaló a la derecha, siguió con la mirada la dirección que le fue indicada, una mujer alta de cabello blanco que lo observaba fijamente.
《ya te tengo...》
Una ráfaga de viento lo golpeó haciendo que chocará contra las escaleras principales. Era Carmilla.
* * *
Sypha espero alguna señal de Trevor, había acostado a Hanzel en el ático de la granja, donde ya había acordado con Alucard.
-¿Que ocurrió exactamente Hanzel? ¿Por qué están absorbiendo tu vitalidad?-cuestionó desesperada la chica
Hanzel apenas y podía sentir el agua fría que le había colocado Sypha en un paño justo en la frente.
-... Si no era yo, eran ustedes.-se limitó a contestar-¿Estamos en invierno?
-¿Que..?
Hanzel no sólo había protegido el pueblo entero con su poder, al no derrotar aquel ser, dejó que este consumiera algo que ningún otro podía hacer. La luz.
-. No, no estamos en temporada de invierno aún.-señaló Sypha
Hanzel jadeo estremeciendose en la cama. Le salió sangre de la nariz, al instante Sypha la limpió, algo le decía que lo hiciera, algo le decía que su peor enemigo estaba cerca.
-¿Por qué.... p-por qué siento tanto frío?-habló entonces Hanzel-. Me arde todo el cuerpo en mi interior pero las sábanas me desgarran la piel... siento incluso dolor cada que el viento cruza la ventana.
-¡No, no digas eso!-Sypha colocó su mano en la frente de Hanzel-:Daré lo mejor de mi.
Apenas salió algo de frío de su mano y este soltó vapor, desesperada, Sypha no se rindió. Pasaron los minutos más amargos de su vida, al descubrir que Hanzel no era ningún enemigo y que complica su rol como reina perfectamente.
Cuando creyó que la perdería algo brillo cerca del cuello de Hanzel, esta se mordió la lengua, era como si supiera que estaba siendo espiada y no tenía que hacer ningún ruido.
Sypha vio el símbolo de Hanzel.
* * *
Se escucharon los pasos de Alucard y Trevor, Alucard hizo con el marcó de la puerta un símbolo. Sypha bajo corriendo.
-¡Trevor!-lo llamó
La pareja del orador y el cazador se sorprendieron al ver con la rapidez que subió Alucard.
En cuanto se acercó a Hanzel notó que estaba en mejor estado al anterior. Miró como su pecho subía y bajaba lentamente, su corazón hacia un sonido apenas audible pero sonoro para el.
-. Se encuentra más estable. Esperemos hasta mañana.-indicó Sypha
-. No, tenemos que irnos.-apuntó Alucard
-¿Que? ¡Pero...!
-. Alucard se topo cara a cara con Carmilla. Esa cosa fue mandada para rastrear a Hanzel, sin embargo con los símbolos y su magia evitó que al menos nosotros no nos encontráramos en el criterio de esa cosa, además de que iba muriendo, lentamente, pero al mismo tiempo estaba arrastrando a Hanzel.-explicó Trevor
-. Es peligroso seguir aquí, Carmilla es parte del consejo de guerra formado por mi Dracula. Carmilla no se quedará quieta ahora que sabe de nosotros.-agregó Alucard
Sypha paso la vista hacia Trevor, este asintió apenas.
-. Sólo estaba ella, pero no sabemos con quien más ataque la próxima vez.-siguió Alucard
-. De acuerdo, de acuerdo, pero... a todo esto, ¿Por qué perseguir a Hanzel?-inquirio Sypha
-. Es un pez gordo al final de cuentas. Alucard, llevatela iré preparando a los caballos. Aprovechemos que no hayan más bestias.-Dicho esto, Trevor bajo las escaleras
Sypha observó a la distancia a Alucard, tenía que decirselo, de algún modo.
Alucard le paso una mano por el rostro a Hanzel, esta frunció el ceño, recargandose en la mano de Alucard, no dijo nada. Abrió ligeramente los ojos.
-. Estas aquí...-susurró Hanzel
《Siempre》
-. Es hora de irnos.-le informo Alucard
Hanzel alzo su mano hasta el rostro de Alucard.
-. Cuando llegué el día, no seas tan amable, ¿si?-murmuró
Alucard sujetó su mano contra su pecho.
-. No te predispongas, Hanzel.
* * *
Los cascos de los caballos anunciaron el movimiento, Hanzel yacía enrollada en las sábanas, Alucard vigilaba el camino mientras trataba de mantener la temperatura de Hanzel a margen, ella le sujeto el rostro y sin hablar le dijo:
-. Gracias a todos.
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