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Sus patines resbalaron sobre el hielo que pronto chocó contra su cuerpo y sintió el dolor correr velozmente. Su cabeza comenzó a sangrar y los gritos de todos los presentes le aturdieron mientras en vanos intentos buscaba levantarse del hielo que comenzaba a quemar en su piel por la frialdad, su rostro apoyado contra la superficie mientras de su boca se liberaban los hálitos húmedos al buscar un poco del aire que bruscamente salió de su cuerpo con el impacto.

—¡JiMin, JiMin!

La voz de su mejor amigo se oía tan lejos, su mirada borrosa le vio entre neblina y sus intentos por llegar a él, cayendo muchas veces por no llevar los patines puestos debido a la desesperación por levantar al mayor que parecía ir perdiendo la noción lentamente.

El pequeño charco de sangre de escurría por su herida llegó a su boca, el metálico sabor cubriendo su paladar mientras su cuerpo se mantenía inerte; muchos espectadores pensando que lo peor había ocurrido y la vida del joven patinador concluyó con una fatídica presentación donde su baile presento una falla y cayó en la desgracia, hundiendo toda su fantástica trayectoria con un simple error que ahora lo marcaría de por vida y sería reconocido por arruinar un maravilloso espectáculo.

«Pude esperarlo de cualquier otro, pero nunca de él»

«Decían que ensayaba hasta dieciocho horas continúas, no creo que sea cierto después de ver esto»

«No es tan profesional como decían, ni siquiera llegará a las competencias regionales con ésto»

Quería llorar, gritar... morir. Las palabras de todos esos presentes le herían, se daba cuenta de su doble cara ahora que había fallado. Cuando presentaba sus coreografías con una perfección casi temible era aclamado con gritos de euforia mientras se deslizaba con audacia hasta la salida del hielo, y justo ahora todos estaban humillando su esfuerzo con unas simples palabras, haciendo que el corazón del patinador se estrujara con dolor.

Su vida se había basado en el patinaje y danza contemporánea; pocas veces había fallado y en todas fue capaz de levantarse y seguir con su actuación, pero hoy era diferente, porque su caída fue peor que las otras y salió herido de gravedad, tal vez ese era su destino desde un inicio, pero no quería reconocerlo o aceptarlo.

¿Qué haré ahora? Inútilmente se lo preguntó sabiendo que la incógnita sólo vagaría en su mente nublada, sin una insignificante respuesta que pudiera obtener.

Sintió que era levantado y cargado en los brazos de alguien mientras de su cabeza seguía cayendo el hilo grueso de sangre que dejaba un rastro sobre el hielo; se preguntó si realmente su vida había llegado a su fin por el dolor que lo estaba invadiendo como si fuera un terrible virus que lo infectó.

—¡JiMin no cierres los ojos!

—¡Levanten su cabeza!

Todo a su alrededor se distorsionó y el increíble eco ensordeció sus oídos, sólo podía sentir que la persona que lo llevaba en sus brazos estaba corriendo, viendo que el techo pasaba con rapidez. Sus extremidades colgaban y su mano derecha fue la que perdió su anillo a mitad del pasillo, el objeto creo un agudo sonido al caer que fue callado por los gritos de apuro entre todo el personal del patinador, todos corriendo junto a ellos para despejar a la prensa que ahora se acumulaba en la entrada para obtener un extra sobre el incidente.

Lo último que supo antes de caer inconscientemente fue que la ambulancia llegó y lo subieron a una fría camilla, la mano temblorosa de TaeHyung puesta en la suya, viendo que su boca se movía pero nada llegaba a sus oídos, el moreno sólo lloraba y parecía pedirle algo, y aunque él lo hubiera querido, no entendió nada, sólo cerró sus ojos perdido entre el nauseabundo sabor de su propia sangre colada en su boca.

Luego todo se detuvo.

Sólo silencio, un terrible y abrumador silencio.

—Hoy durante la ceremonia de apertura al nuevo estadio de patinaje un terrible accidente ocurrió con el patinador Park JiMin, mejor conocido como Angel Black, al parecer hubo una falla en su coreografía o bien un sabotaje en sus patines, causando que sus pies resbalaran y su cabeza sufriera daños, hasta ahora no sé sabe nada de su estado, sin embargo su manager Kim TaeHyung explicó frente a las cámaras que JiMin está dando todo de él en estos momentos para su pronta recuperación.

SeokJin apagó la televisión y se acercó a su amigo, viendo que su piel antes bronceada ahora estaba pálida y sin color, los labios rojizos también se desvanecían entre un color morado y rosado leve. Le dolía verlo así de herido por un mísero error, un accidente inesperado. Su mayor preocupación eran las palabras que la doctora les dijo y dejó a su mente hundida en un trance amargo de preocupaciones que surgían una tras otra como si hubiera una larga fila esperando su turno para atormentar la mente del mayor.

«—La herida en su cabeza no es tan grave, nuestra preocupación es que la parte afilada de los patines corto en su tobillo y dañó parte de la zona, no sabemos con exactitud si una cirugía podría reparar los daños ya que fue un golpe duro y necesitamos reconstruir la zona.»

Lo observo una vez más y dentro de él sintió un terrible pesar carcomer su estabilidad. JiMin tenía posibilidades de no poder patinar más; eso le asustaba porque él fue testigo del amor que JiMin mostraba por el patinaje y el baile, las dos cosas que podría perder y sobre todo las que más amaba en ese mundo. De sólo imaginar a su menor sumergido en la tristeza su corazón se oprimía de dolor, no podía ver esos ojitos azules siendo absorbidos por la negatividad sabiendo que JiMin caía fácilmente cuando se trataba de algo que amaba.

Mientras SeokJin pensaba en cómo haría para explicarle a JiMin, el menor fue abriendo sus ojos lentamente, lo primero que vio fue un impecable techo blanco que lo cegó hasta que la luz no le daño y pudo ver que la habitación donde estaba era la de un hospital, eso explicaba la dura cama y el frío que corría por su cuerpo gracias a la delgada bata de hospital y la sábanas que no eran suficientes siquiera para cobijar sus pies y darles calor.

—¿TaeHyung? —Fue lo primero que pronunció y en lugar de rostro de su amigo vio el de SeokJin a su lado—. Oh, no te había visto, hyung.

La voz del mayor quedó atorada en su garganta, no podía ver al menor sin que las palabras que escucho antes le dieran una mala sensación en el estómago. No podía decirle el cruel destino que podría llegar a él si la cirugía no funcionaba; no cuando justo ahora JiMin le veía con sus ojos zafiro llenos de brillos y afecto, como si horas antes no hubiera sido víctima de un accidente catastrófico que ahora podría darle un giro radical a su carrera como patinador profesional.

—Tae dijo que pronto estaría aquí, la prensa insistía en entrar cuando te trajeron y tuvo que llamar a seguridad. —JiMin sólo asintió y cerró sus ojos otra vez, tal vez seguía cansado y el efecto de la anestesia que usaron para coser sus heridas seguía teniendo un leve efecto en su sistema.

—Está bien, sólo dile que se asegure de comer, hyung.

Calló nuevamente y sólo subió su mano para acariciar el cabello de JiMin, dándole un suave masaje que hizo al menor relajarse un poco, acercando más su cabeza a la mano del mayor como si fuera un pequeño felino en busca de afecto.

—No siento mi pie, ¿por qué? —La incógnita de JiMin hizo que el mayor temblara y dejara de mimar su cuero cabelludo. El menor abrió sus ojos cuando las caricias se detuvieron y al hacerlo enfocó el rostro asustado de Jin, sus labios apretados y sus cejas fruncidas; una clara mueca de preocupación e inseguridad que iba dirigida directamente hacía él.

—¿Jin hyung?

—La... la doctora... —JiMin lo escuchaba atento, sintió cómo su corazón iba aumentando sus latidos lentamente—, ella dijo que tus patines dañaron tu pie, no saben si la cirugía te podrá ayudar a reconstruir lo dañado.

Al decirlo no sintió alivio, sino que el pesar aumento todavía más.

JiMin quiso reír, quería pensar que era sólo una broma viniendo del mayor al saber lo bromista que llegaba a ser, pero verlo con esa expresión en su rostro sólo hacía que su corazón se comenzará a oprimir aún más. Lo que primero se formo como una sonrisa forzada termino siendo un sollozo que no se permitió liberar y cerró sus labios con fuerza, su rostro rojo y los ojos acuosos delataban su dolor llevando sus manos a su rostro para ocultarse entre ellas, clavando sus uñas en su piel hasta que una fina marca se formaba en la zona.

—Chim...

—¿E-es en serio? Hyung, tú sabes que el patinaje es mi vida, n-no puedo... no puedo s-sólo dejarlo —su voz rota lleno de estragos a SeokJin, sin saber de dónde sacar las palabras de aliento para su menor que ahora le veía casi con súplica en sus orbes azules, suplicándole que todo fuera una mentira cruel para que tuviera más cuidado a la hora de presentarse.

—Lo siento, JiMin... lo siento —lo fundió en un cálido abrazo cuando el menor soltó su labio y los sollozos no tuvieron fin, las manos más pequeñas aferradas a la espalda del mayor; sus ojos abiertos y repletos de lágrimas que ardían hasta desbordarse y manchar la camisa azul de SeokJin.

Al otro lado de la puerta TaeHyung ni siquiera pudo abrir el objeto cuando lo escuchó todo, llevo sus manos a su rostro y lo cubrió mientras lloraba y pronto se dejaba caer de rodillas en el piso frío. No le preocupaba lo que sería su vida si JiMin no estaba patinando, lo que a él le angustiaba era saber que los sueños y metas de JiMin se alejaron tanto que ya no podía verse cumpliendo todas y cada una de ellas junto a su mejor amigo.

Quería ser fuerte, pero no podía hacerlo cuando su otra mitad estaba rompiéndose dentro de esa habitación donde su futuro fue limitado por un maldito accidente.

25/12/21

¿Tienen alguna parte favorita?

Espero les guste.

Los amo bebés. 💜